Nemesis mata al Universo Millar
Y finalmente Mark Millar pudo darse el gusto. Luego de 20 años de publicaciones de su Millarworld y 10 años después del final de la era Dave Lizewski de Kick-Ass donde dejaba la piedra para construir su universo compartido, se sale con la suya y hace el crossover que siempre quiso y soñó. Sin dudas, una vez más Millar canaliza su niño jugando con la imaginación de combinar los personajes de todas sus lecturas y su propio mundo real, y así escribe el guión de Big Game.
En oportunidad de sus primeros trabajos creando sus propios personajes había declarado que se trataban de historias ideadas siendo un pequeño lector de cómics, que al convertirse en un adulto consagrado en la industria ya podía hacer lo que se le antojara. Con Big Game pone la cereza a ese postre cocinado durante dos décadas. Tal como hablamos en las oficinas de la redacción indie, leído como esto que es se disfruta y entretiene muchísimo; es un cúmulo de referencias a todos los cómics escritos por Millar en su propio sello, así como a la cultura del cómic de superhéroes en general desde su producción hasta sus lecturas y comentarios de la realidad del mundo actual, logrando una lectura muy divertida.
En efecto, las series más importantes a tener en cuenta para llegar a este crossover son un puñado de las primeras épocas: Wanted, con la que se inició todo el Millarworld tanto cronológicamente (en diciembre de 2003 se publicó el #1) además de como negocio (cuando recibió las regalías de la película, se comenzó a abocar por completo a sus títulos de autor); Kick-Ass, su primer gran éxito independiente luego del filme de Se Busca en 2008; y Nemesis, con la que terminó de llamar la atención general y empezó a jugar con todos los tópicos del cómic superheroico y relativos a personajes clásicos y reconocidos. Luego de ellas tres, de 2012 hasta la actualidad, publicó un gran número de títulos y todas son parte de Big Game con mayor o menor protagonismo.
Los fieles lectores de Mark Millar y seguidores del Millarworld habrán leído todas las series que lo integran y serán los más celebrados de este evento propio, captando cada una de las referencias que aparecen y entendiendo todos los detalles plantados página tras página, viñeta tras viñeta. Pero no se trata de una fiesta exclusiva, sino que es un cómic que puede ser disfrutado porque quienes conocen algo de todo esto o les ha gustado alguna de todas las miniseries. Incluso, me animaría a decir que es apto para los gustosos de los eventos de verano en general, que no conocerán todos los nombres de los personajes pero entenderán a la perfección lo que se narra y de qué son capaces cada uno de los personajes. Canaliza perfectamente la vibra que deben tener este tipo de historias, con Crisis en Tierras Infinitas y Guerras Secretas como origen del subgénero: sucede algo extraordinario, toda la realidad está en peligro, y se juntarán los personajes de todos los cómics para resolverlo. Big Game es nada más y nada menos que eso.
La referencia inicial a Wanted es fundamental, no obstante, ya que al mismo tiempo de todo lo señalado también se trata de una secuela de ese primer cómic del Millarworld. La narración comienza con Wesley Gibson (el protagonista de aquel) deseando destruir a cada uno de los superhéroes de igual manera que había sucedido antes de aquella historia. De vuelta, no es imprescindible haberlo leído (ni tampoco releerlo como refresco) para entender y disfrutar de Big Game porque todo lo dicho es repetido y resumido en las primeras páginas de este libro; pero la línea directa igualmente está.
Además de tener perfecto sentido con el Millarworld, se trata también de un guiño del creador a los lectores que lo han seguido durante estos 20 años, o aunque no fuera en el tiempo sí que hayan leído sus cómics de autor desde el primero. De la misma manera hay recompensa para quienes lo han seguido hasta el presente, de nuevo sea temporalmente o sólo con las lecturas en el período que fuera, con relación directa relevante a dos de sus más recientes publicaciones como Nemesis: Reloaded y The Ambassadors.
Los leales a Millar, así como al seguimiento que hacemos de su trabajo en esta sección indie, estaban ya enterados de la conexión directa con este antiBatman. Y lo decimos en el título de esta reseña un poco como chiste, pero Nemesis es uno de los brazos ejecutores del plan del personaje de Wanted y como tal cabe la referencia a aquel clásico de los 90 en donde Punisher mata a todo el Universo Marvel. Big Game tiene también mucho de ese tipo de cómics, de violencia exagerada que le da sabor a las historias de acción.
Otra pata esencial del Millarworld es trabajar con dibujantes de excelencia y Big Game cumple con esta especie de regla. El artista español Pepe Larraz, de reconocida trayectoria en numerosos títulos de Marvel Comics, está completamente a la altura de la exigencia de un crossover logrando dibujar como si conociera de toda la vida a cada uno de los personajes que circulan por esta historia, además de darle el sentido espectacular que debe tener, cautivando la vista en cada página y sosteniendo la acción de dinámica imparable.
En lo personal, no me considero un incondicional de Millar aunque le he leído casi todo (me restan algunas de las que igual capté la referencia) y lo conozco como escritor desde sus comienzos, y Wanted al día de hoy sigue siendo de mis preferidos entre sus créditos así como varias series recientes me han brindado mucho disfrute. De tal forma, cabe aclararlo, creo que Big Game parece haber sido elaborada a la medida de lectores como uno. Desde que existe el nombre de Millarworld estaba esperando un cómic así, el tease que significó aquel final de Kick Ass en 2014 alimentó más ese deseo y que sea una realidad concreta en el día de hoy lo hace muy atractivo. Y está a la altura de lo que esperaba.
A modo de comentario algo más crítico, queda un poco la sensación de que podría haber hecho mucho más con todo lo que ha creado en dos décadas y que puede haber desaprovechado el máximo potencial de la primera oportunidad de gran crossover de sus cómics. Pero son SUS cómics, siendo una obra puramente de su autor con lo que ello implica, liberando todos sus deseos sin mayor restricción editorial. En Big Game encontramos un Mark Millar en toda regla, con todo lo que pueda gustar como lo que pueda generar rechazo en otros (o en los mismos).
Tanto es así, que como gran vendedor de su obra que es, el paso de todos los personajes por esta historia con más o menos cantidad y calidad de apariciones sirven también para promocionar las series del Millarworld que no has leído ni has comprado. Invita a conocer a cada uno de ellos, a la vez que siembra semillas de futuras historias que seguirán publicándose desde este mismo año. Y por supuesto que aquí estaremos.
Lo mejor
• El disfrute al saber tocar la fibra emocional de quienes gustamos de los eventos superheroicos desde siempre.
• El dibujante que trabaja con Mark Millar, como casi siempre, es de enorme calidad. Aquí, Pepe Larraz.
Lo peor
• La sensación de que tenía algo más de jugo por sacar de todas sus creaciones combinadas en una misma historia.
Suscribo cada palabra; casi me da un poco de vergüenza admitirlo, pero, leñe, es que me lo he pasado de @#€& madre con este tebeo.
Un saludo y gracias por la reseña.
Buenas! Pues lo tengo en casa esperando, ganazas de leerlo después de estos testimonios.
Millar ha tenido sus altibajos, pero el que tuvo retuvo.