Sangre, Martillos y Rock and Roll
«¿Sabemos algo de Thor? No. Pero creo en ti»
La fecha: Noviembre de 1983. La colección: El número 337 de El Poderoso Thor, o lo que es lo mismo, la inauguración de la etapa de Walter Simonson al frente del personaje.
Este fue el momento y el lugar elegidos para crear a un personaje de nuevo cuño en Marvel Comics que, afortunadamente, trascendió mucho más allá de dicha etapa, siendo un personaje que si bien, no se ha prodigado tanto como otros que nacieron en circunstancias similares, ha aparecido lo suficiente en distintas series como para hacerse un merecido hueco en el corazón de los lectores.
Pero… ¿Quién es Bill Rayos Beta? Resumiendo muchísimo, un alienígena del planeta Korbin , modificado por sus congéneres para ser más fuerte (a cambio de un aspecto caballuno que distaba mucho de ser agradable a la vista) que fue digno de sostener el martillo de Thor. Como Thor también necesitaba a Mjorlnir, con el tiempo Odín construyó un martillo propio para Bill, quien es considerado a día de hoy un asgardiano por derecho propio y uno de los héroes más valerosos con los que cuenta la galaxia.
Siguiendo esta premisa, Daniel Warren Johnson, autor completo a quien conocemos por Murder Falcon o Wonder Woman: Tierra Muerta, de un estilo muy macarra y explosivo, realiza en tan solo cinco números USA una de esas gestas asgardianas que tanto gustaban a la mitología nórdica… y a los lectores de Marvel.
De este modo la historia comienza tomando como referencia lo ocurrido en parte de la etapa de Thor de Donny Cates en la que Bill ya no podía revertir a su aspecto normal cuando soltaba su martillo, el cual le había sido arrebatado.
Siendo así, tiene que aprender a vivir con el aspecto que si bien le hace más fuerte, le genera gran pesar en su corazón. Por ello, busca al propio Odín para que le construya un nuevo martillo que haga que todo vuelva a ser como era antes.
Sin embargo, el Padre de Todos le expresa que la magia que cambiaba su aspecto no venía del Uru, si no de una magia que procede de la Espada de Surtur, que solo puede empuñar el mítico demonio flamígero.
Con ello en mente, Bill Rayos Beta emprende un viaje a bordo de su nave Skuttlebutt, acompañado de Skurge el Verdugo y Pip el Troll en busca de una mítica arma capaz de concederle su más preciado deseo, abriéndose camino a mamporrazos por cada lugar por el que pasa.
El resultado es una obra repleta de explosiones, fuegos artificiales, mala baba, y mucho mucho rock and roll. Muy similar a lo que ya pudimos degustar del autor en Murder Falcon, pero protagonizado por un personaje Marvelita que, por otro lado, dada su historia tan reducida, le permite jugar muy libremente con él.
Warren Johnson, al actuar como autor completo (en lo que viene a ser su estilo habitual) realiza aquí una fusión perfecta entre guión y dibujo, siendo el primero una herramienta al servicio del segundo y no al revés, como suele ocurrir muchas veces en el mundo del cómic, ya que el estilo de Johnson es tan visual, que en él, sobran las palabras.
Una obra muy divertida que es prácticamente imposible que no guste a cualquiera que la lea, y que demuestra lo importante que resulta confiar proyectos finitos y específicos a autores de estilo más independiente y particular que los habituales.
Lo mejor
• Daniel Warren Johnson en cada palabra de su guión y cada trazo de su dibujo.
Lo peor
• Que no se realicen más obras de este tipo en Marvel Comics.
Guión - 6.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8
7.7
Recomendable
Daniel Warren Johnson insufla gasolina y rock and roll a uno de los personajes más queridos de Marvel Comics.
«Warren Johnson […] realiza aquí una fusión perfecta entre guión y dibujo, siendo el primero una herramienta al servicio del segundo y no al revés, […] ya que el estilo de Johnson es tan visual, que en él, sobran las palabras.»
Me encantan las reseñas de Raúl Gutiérrez. Es capaz de soltarte una frase como la antes citada y no mencionar absolutamente nada del dibujo en cuestión. Fascinante su dominio de las palabras. Con él también sobran.
Gracias por la reseña.
Lamentablemente estoy bastante en desacuerdo, este es un comic malo por donde se lo mire, tanto el guión como el dibujo hacen agua por todos lados.
Esta obra solo sirve de excusa perfecta para terminar de retconear o arruinar la obra de Odin previo al giro que Marvel le dió de la mano de Fraction y Aaron, ya que no se podía concebir tener a un ser portando un arma digna construida por el padre de todos.
En su momento Aaron con su mini serie de Thor indigno no supo como resolver la aberración que hizo y opto porque Thor rechazara el martillo de Bill con tontas excusas, luego Cates dio otro paso destrozando el martillo para seguir por esa senda, y ahora se opta por lo más fácil que es retconear y así terminar con el legado de lo poco que restaba digno de la mitología asgardiana de Marvel.
Respecto a Bill no es el primer cambio que plantearon, esto ya se vio en su paso en Star Masters a mediados de los 90 con la excusa de la saga del Motor del Mundo de Ellis y luego con la llegada del Ragnarok de la mano de Oeming en el comic Omega Flight, pero a diferencia de esas dos ocasiones esos cambios fueron breves, ahora con esto ya apuntan a no dar marcha atrás.
Otro personaje tirado al tacho de la basura.
Cómic muy sobrevalorado. El dibujo de Johnson es una pasada, pero el guión es insustancial. En general todos los comics de este hombre venden más humo que otra cosa y se quedan en una superficie «molona» con poco trasfondo. Lo mismo que le pasa a Donny Cates, por poner un ejemplo.