Tal vez antes de hablar del personaje haya que detenerse unos instantes a detallar las diferencias entre el significado de bizarro en la lengua de Cervantes y bizarro en la lengua de Shakespeare. Mientras que en la primera hace referencia a la valentía y al aspecto apuesto y gallardo, en la segunda es extraño, estrafalario y curioso.
Y, sin embargo, el protagonista de este cómic bien puede ser englobado en ambas definiciones, puesto que puede ser considerado como alguien valiente, al tiempo que es extrañamente raro. Bizarro ya carga sobre sus espaldas un buen puñado de años pues fue presentado en sociedad en el Superboy #68 (1958) de la mano de Otto Binder y el dibujante George Papp. Una primera aparición en la que, gracias al Rayo Duplicador, el joven de acero ve como su cuerpo es copiado de forma defectuosa en un joven de piel blanquecina, de comportamiento caótico, en una historia que recuerda vagamente a la de Frankenstein, en la cual Superboy se ve obligado a tener que “matar” a su defectuoso clon, que en realidad se sacrifica siendo capaz de devolver la vista a la pequeña niña ciega de la cual se había hecho amigo.
Y es relevante porque años mas tarde, cuando en 1986 se relanzó la serie de Superman de la mano de John Byrne, el dibujante hizo uso del personaje en la miniserie previa, El Hombre de Acero, como creación de Lex Luthor, en un intento de tener su propio Superman con el que enfrentarse al auténtico. El problema que el resultado es el de ser de aspecto rocoso, que a duras penas puede articular palabras, pero que tiene destellos de la personalidad de Superman, por lo que se ve empujado a intentar suplantar a Clark en su vida civil. Al final de la historia, Superman lo destruye al chocar con él en vuelo y queda desintegrado en un fino polvo, que milagrosamente cura de la ceguera a una joven hermana de Lois Lane, Lucy.
De alguna forma el personaje se recupera cada cierto tiempo a fin de usarlo dentro de sagas, como ocurrió en Emperador Joker, hasta ser capaz, con la ayuda de Superman, de crear un mundo bizarro dónde poder encontrar su destino como el mayor héroe de dicho planeta.
La figura de Bizarro es trágica, pero también es extramadamente versátil a la hora de poder trabajar con el personaje de forma más desenfadada, incluso divertida, por su extravagante forma de ser, sus poderes, su actitud despreocupada y su entrañable forma de ver un mundo que apenas comprende y que lo mira con recelo.
Y ahora llega la publicación por parte de ECC de los seis números publicados dentro de la iniciativa DC You, ese golpe de timón que se realizó durante los Nuevos 52, con el que la editorial intento romper con todo y lanzar una tanda de colecciones (Dr. Fate, Martian Manhunter, Batmito…) con las que dejar de lado continuidades y estilos, incluso géneros, para apostarlo todo a los personajes y el humor que tan buenos resultados había dado en series tan relevantes como la dedicada a Harley Quinn. Y una de las que quiso recoger el testigo, la otra sería Batmito, de ese tono humorístico fue la que se le dedico a Bizarro, escrita por un desconocido, para los lectores (no en vano su trabajo se encontraba limitado a las películas de animación de DC) Heath Corson y el dibujante brasileño Gustavo Duarte.
Bizarro es expulsado de su mundo cúbico, el mismo que Morrison mapeo en su Multiverso, y llega a la Tierra, la del Universo DC, para vestirse como Superman y pintarse una S en el pecho delante de un espejo, con el esperado resultado de ser un reflejo del original emblema de Superman. Con semejante guisa, comienza a realizar sus particulares heroicidades, lo que motiva que Superman decida que ha de marchase y que mejor que hacerlo con Jimmy Olsen en un coche a través de América hasta llevarlo a Canadá.
La propuesta es toda una absurdez, porque debe serlo, sino el título estaría traicionándose de primeras, por lo que en ese sentido es pura honestidad hacia el lector, puesto que tres son sus objetivos, ser desenfadado, simple y capaz de hacer reír un poco. Sin embargo, no acaba de conseguir buenos resultados en ninguno de sus tres objetivos. Sin duda alguna se trata de la lectura amable y sencilla, pero que se atraganta debido a la forma en la que Bizarro se expresa de manera que un no es un si y viceversa. Y lo que puede resultar simpático y graciosos en pequeñas dosis, aquí termina por hacer bola.
La táctica que emplea Corson para construir la historia funciona por como está enfocada, pero es en el tono es dónde todo se acaba por agarrotar al recurrir a un humor para todos, corriendo el riesgo de no ser capaz de encontrar su público objetivo.
La historia está cargada de referencias al Universo DC, con guiños muy acertados y cuenta con la presencia de muchos héroes y heroínas, del calibre de Zatanna, Flash, Kilowog, Warlord, incluso Batman, cuyas apariciones pasan por ser meras apariciones estelares a ser fundamentales para la trama. Mención a parte tiene la inclusión de un secundario de oro, Colin, del que mejor no decir nada para que su aparición hable por si misma a aquellos lectores que decidan acercase a este tomo.
Una miniserie con elegantes aciertos en la forma, pero muy débil en el fondo, que destaca enormemente por el trabajo gráfico, con un excelente Gustavo Duarte, que sabe aportar todo ese humor visual necesario. Su trabajo de diseño es magnífico y es un deleite visual recorrer sus viñetas que se muestran mucho más dinámicas que el desequilibrado trabajo de Corson. Hay que señalar que hay pequeñas aportaciones muy interesantes de dibujantes de la talla de Rafael Alburquerque, Tim Sale, Francis Manapul, Gabriel Bá, Fábio Moon, Kelly Jones, Bill Sienkiewicz, Dave Stewart y Michelle Madsen.
ECC lo ha publicado dentro de su sello Kodomo, siendo consciente del público objetivo al que más puede interesar la obra, por ser más un producto cercano a un futuro lector del Universo DC que a uno ya bien asentado. Una irregular obra que brilla con luz propia en lo gráfico y que apenas es capaz de encontrar su objetivo a lo largo de sus seis números.
Irregular propuesta.
Guion - 5
Dibujo - 8
Interés - 5
6
Un trabajo que solo destaca por su dibujo, con una historia demasiado preocupad por hacer reír gracias a un humor para todos, que la aleja de poder encontrar a su público.