Blake y Mortimer 23. La vara de Plutarco

 

Edición original: Blake et Mortimer 23. Le Baton de Plutarque (Blake & Mortimer Editions).
Edición nacional/ España: Octubre 2015 (Norma Editorial).
Guión: Yves Sente.
Dibujo: André Juillard.
Entintado: Étienne Schréder.
Color: Madeleine DeMille.
Formato: Cartoné 68 págs.
Precio: 16,00€.

 

Una de las parejas de aventureros más famosa del cómic francobelga, Blake y Mortimer, regresa con una nueva historia ambientada durante la Segunda Guerra Mundial y repleta de misterio, intriga y una buena dosis de acción. Sus responsables son Yves Sente y André Juillard quienes llevan unos cuantos años encargándose de las nuevas entregas de la serie creada por Edgar P. Jacobs.

Tras un 2015 en el que se han publicado entregas de series míticas del cómic europeo a cargo de equipos artísticos diferentes de sus creadores, como la excelente Bajo el Sol de medianoche de Corto Maltés, a cargo de los españoles Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero, o la notable El papiro del César de Astérix, a cargo de Jean-Yves Ferri y Didier Conrad, no podíamos dejar pasar la mención a otra de las grandes series históricas de la BD, Blake y Mortimer, que lleva años cosechando éxitos en manos de diferentes equipos artísticos que continuaron con las aventuras del dúo británico tras la muerte de su creador, Edgar P. Jacobs, en 1987. Varios guionistas han trabajado con los personajes en los últimos 20 años, empezando por Jean Van Hamme, pero ha sido la pareja artística formada por el guionista Yves Sente y el dibujante André Juillard quienes más han contribuido a la serie y quienes mejor han sabido recuperar el espíritu de su creador. Estos artistas ya se atrevieron a narrar el primer encuentro de los protagonistas como parte de la trama de El los sarcófagos del 6º continente, pero en esta ocasión han ido un paso más allá y han confeccionado una precuela en toda regla de El secreto del Espadón, la primera de las historias creadas por Jacobs.

Nos situamos en 1944, tras una arriesgada misión a bordo de un avión experimental en la que consigue evitar que el Parlamento de Londres sea destruido por un piloto nazi, el capitán Francis Blake es reclutado por los servicios secretos para ayudar en una importante misión contra el Imperio Amarillo, un hermético país asiático que está intentado debilitar aún más a una Europa sumida en la guerra con el fin de hacerse con el poder cuando ésta acabe. Blake será destino a una base secreta donde se reencontrará con Philip Mortimer, el científico a cargo del plan secreto para luchar contra el Imperio Amarillo. Juntos deberán desenmascarar a los agentes enemigos infiltrados en los servicios secretos y desarrollar un plan para confundir a los nazis ante el inminente desembarco aliado en Normandía.

Sente y Juillard conocen a la perfección el material con el que tratan y consiguen una de las entregas más logradas de cuantas se han realizado desde la muerte de Jacobs. El guión de Sente remite directamente al espíritu literario del creador de Blake y Mortimer e incluso utiliza recursos como los textos de apoyo o las largas conversaciones expositivas que enseguida recordarán al lector el estilo de los cómics de los años 50. Este efecto nostalgia, bien trabajado, se refuerza con la multitud de guiños que introducen los autores a lo largo del relato que harán las delicias de los lectores veteranos seguidores de la serie, como la inclusión de una versión primitiva del Golden Rocket, la aparición de los planos del Espadón o el encuentro de los protagonistas con el coronel Orlik, su gran archienemigo. Todo ello aparece combinado con acierto con una trama donde lo que prima es la intriga y el misterio y que funciona igual de bien tanto como precuela como historia autónoma. Si hubiera que buscarle algún pero a la propuesta sería precisamente ese carácter de precuela que hace que inevitablemente queden abiertas algunas tramas que enlazan directamente con El secreto del Espadón aunque eso no evita que la obra cuente con un desenlace satisfactorio del argumento principal.

Un aspecto que a buen seguro también llamará la atención de los seguidores de la serie es la sobriedad de la propuesta de Sente en comparación con la exuberancia fantacientífica de los relatos de Jacobs o de otras entregas de la serie. En esta ocasión los autores se ciñen bastante más a la realidad tecnológica de la época en la que transcurre la acción y sólo se permiten algunas licencias como los aviones experimentales que protagonizan la vibrante secuencia inicial o el diseño de las instalaciones secretas del ejercito británico.

Por su parte, Juillard abandona su estilo de dibujo más realista y detallado para mimetizar el trazo limpio y preciso de Jacobs. Todo en el arte de Juillard recuerda al estilo de los cómics de los 50, desde la composición tradicional con sus tres filas de viñetas por página hasta los encuadres de las viñetas, pasando por una narrativa tan funcional como efectiva. Todo ello fomenta el efecto de obra nostálgica y referencial de esta entrega, haciéndola sumamente atractiva para los seguidores de la obra de Jacobs.

Esta entrega, que se sitúa por méritos propios como una de las mejores realizadas a la sombra del legado de Jacobs, consigue la difícil tarea de satisfacer por igual al lector veterano de la serie como al neófito, ofreciendo un festín referencial y nostálgico al primero y dejando con ganas de más al segundo. Lo que no cabe duda es que el futuro de Blake y Mortimer está en buenas manos con Sente y Juillard al cargo de la serie.

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