Norma nos trae puntualmente (apenas un par de meses después de su aparición en Francia) la nueva entrega de las aventuras de Blake y Mortimer, la célebre pareja de aventureros británicos creados por
Tras sorprender a los seguidores de Blake y Mortimer con una propuesta tan peculiar y ambiciosa como La vara de Plutarco, en la que ofrecieron una precuela en toda regla de El secreto del Espadón, primera aventura publicada de los personajes,
Una cena en un palazzo veneciano acaba con un sorprendente descubrimiento: el posible testamento literario de William Shakespeare. Este hallazgo provocará el agrio enfrentamiento entre dos sociedades británicas enfrentadas durante siglos por la polémica de la existencia o no del célebre dramaturgo. Por un lado está la Logia de Oxford que defiende que Shakespeare no existió y que sus obras fueron escritas por otros autores y por otro lado está la Sociedad de Defensores de William Shakespeare cuya presidenta es Sarah Summertown, una vieja amiga de Mortimer. En juego está el prestigio y una cuantiosa fortuna para aquella organización que demuestre tener razón. Por ello Mortimer se una a Elizabeth, la hija de Sarah, en un viaje a Italia para intentar desentramar el misterio del testamento. Mientras tanto, Blake se quedará en Londres persiguiendo a una peligrosa banda de delincuentes que parece tener una extraña relación con el caso del testamento.
Lo primero que llama la atención de esta nueva entrega es el cambio de registro respecto a la entrega anterior de la serie. En esta ocasión sus responsables se alejan del género de espías, de la acción y la ciencia ficción para adentrarse en una propuesta que mezcla la intriga detectivesca con la fabulación histórica. Los autores se basan en ciertas teorías que ponen en duda la autoría de las obras del dramaturgo inglés y en los muchos misterios que aun existen sobre su vida y obra. Mezclando hechos reales como la existencia de los oxfordianos (que defienden que el autor de la obras fue el Conde de Oxford Edward de Vere) o las diferentes variantes del nombre de Shakespeare que se han usado para publicar sus obras (incluyendo el Shake-speares al que se alude en el cómic) con elementos inventados se nos propone una versión inventada de la biografía del bardo, que a la postre acaba siendo lo más interesante del relato.
A pesar de que esta historia cuenta con un equipo artístico tan solvente como el formado por
El que se mantiene impecable en su labor es
En definitiva, un trabajo de factura visual impecable pero con un guion correcto pero sin nervio que hace que esta entrega no sea algo memorable a la altura de unos personajes del calibre de Blake y Mortimer.
Valoración
Guión - 7
Dibujo - 8.5
Interés - 6.5
7.3
Notable
No es la mejor entrega de la serie pero sí un excelente juego de detectives de sabor clásico y factura impecable.
Creo que se debería de mencionar en este análisis que después de 25 álbumes, los señores de Norma editorial han metido la pata hasta el cuello: El lomo de la colección de Blake y Mortimer siempre ha sido naranja, pues en este álbum es ROJO. PUTADON. SUPERCHAPUZA.
Es curioso ver una mujer en la portada de una entrega de ‘Blake y Mortimer’, y que vayan apareciendo en las nuevas entregas, además con papeles que no son de mera comparsa e integrándose naturalmente en las aventuras.
Ahora que nos damos cuenta de que en algunos cómics no se les daba la bola que merecen, el caso del señor Jacobs es particularmente llamativo, porque salvo una anciana ama de llaves a la que Mortimer felicitaba por la cena, es que prácticamente no aparecían personas que usasen sujetador en sus cómics. A mí me llamó la atención particularmente en su momento, ‘El misterio de la Atlántida’, porque mostraba toda una civilización, para la que el autor había diseñado vestuario, naves, ciudades enteras… ¡Y todo eran tíos!