Por más que corras no podrás dejar atrás tu pasado…
Barry Brown es un apacible y modélico padre de familia que trabaja como conductor de autobús en Chicago. Un día mientras está jugando con sus hijos escucha en la radio la noticia sobre un oscuro crimen cometido hace diez años por un hombre conocido como El asesino del blues al que nunca consiguieron encontrar, ni identificar. Un secreto de su pasado que Barry creía haber enterrado por el paso del tiempo, pero su pasado vuelve a buscarle en forma de su antiguo manager. Pretende chantajearle para que vuelva a la música, algo que significara reencontrarse con la persona que fue y con todas sus debilidades y vicios, pero también con la magia del Blues.
Raúl Ariño se une a la lista de autores de la revista El Jueves que nos sorprende en los últimos tiempos con una obra que se aleja de sus registros para la revista. En un breve espacio de tiempo hemos visto obras en ese sentido de Pablo Velarde (Epílogo), Juan Álvarez (Como peces en la red), Kim (Nieve en los bolsillos) o Mamen Moreu (Desastre), por citar algunas de las más recientes. El alto nivel que han alcanzado hace se dispare el interés por las siguientes obras de este tipo que aparezcan.
Bluesman es una historia de género negro sobre la redención y la caída de un hombre, un tema que se ha tratado mil veces, pero no que no por ello deja de ser interesante cuando está bien planteado. Justo lo que encontramos en la historia de Raúl Ariño. Como en una buena historia de este tipo tenemos violencia, celos, chantajes, femme fatales, crímenes y un retrato de los garitos de Blues donde podías encontrar un crisol de personajes de todo tipo de ralea. Los personajes principales de la obra responden a los tópicos del género negro. Barry es alguien atormentado por su pasado, su mujer Doris está atrapada en una vida que no le satisface, Gina es la femme fatal y Frank, el antiguo agente de Barry, es un manipulador que se intenta aprovechar de la situación. Todo ya visto, pero eso es algo no importa cuando está tan bien planteado como en la obra que nos ocupa.
¿Qué es mejor una larga vida gris y tranquila o una efímera llena de la pasión por crear? A esa pregunta es a la que se debe enfrentar Barry cuando los pecados de su pasado le alcanzan frustrando sus oportunidades de redención. Esa posibilidad de conservar esa una nueva vida es lo que debe elegir. Ambos son los dos grandes temas que plantea el álbum. Dos cuestiones tan interesantes como son la imposibilidad de escapar del pasado y los errores que se comenten y la necesidad de una vida tumultuosa y pasional para poder tener la inspiración necesaria para poder crear. Ambas aparecen entremezcladas en la historia, la primera está íntimamente ligada al mito de los grandes creadores, no solo del blues, mientras que la segunda es un tópico del género negro y de muchos otros. Raúl Ariño no nos ofrece respuestas ya que se limita a mostrarnos los hechos dejando esa reflexión en manos de los lectores.
Además de un guion muy sólido y donde todo está muy bien hilado sin que se puede apreciar ningún cambio forzado, Bluesman cuenta con gran trabajo gráfico. El estilo que usa Raúl Ariño no tiene nada que ver con el visto en sus trabajos para El Jueves, aquí podemos ver la influencia de la Nouvelle BD en su estilo, sobre todo Manu Lacernet, aunque con unas figuras más esquemáticas. Pero pese a esa sencillez consigue que sea muy expresivas. Aunque estamos ante una historia realista ese estilo le va como anillo al dedo y no hubiera tenido el mismo impacto con un estilo que reflejara la realidad. Pero lo que más llama la atención es el gran uso del color que realiza, cuando nos narra la nueva vida de Barry usa unas aguadas grises que reflejan su cotidianeidad, algo que contrastas con los colores que invaden las páginas cada vez que la música tiene presencia. Pero el uso del color también sirve para trasladarnos las emociones de Barry, así que las viñetas llenas de rojo cuando se enfada y de azul cuando está triste. Un trabajo sorprendente y estimulante que nos deja con ganas de ver más de Raúl Ariño con este estilo.
Nuevo Nueve hace una buena edición como se está convirtiendo en costumbre en sus cómics. Además, siguen apostando por autores nacionales, aunque las obras no estén producidas directamente por ellos.
Bluesman es un gran cómic que mezcla lo mejor del noir con la fascinación que ejerce el Blues y nos invita a reflexionar sobre los mecanismos de la creación. Un solido debut de Raúl Ariño como autor completo que augura un futuro lleno de grandes obras.
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8.5
8.2
Blues
Ariño firma una historia muy bien construida con un apartado gráfico soberbio y sprprendente. Sin duda, un autor a seguir en sus siguientes trabajos.