Seguimos con nuestra tarea de reseñar, agrupados por sagas, los diferentes arcos argumentales que
Para aquellos lectores recién llegados es necesario señalar que existe una primera entrada, a modo de presentación, en la que comentamos todo lo referente al contexto exterior (editorial) e interior (histórico y filosófico). Recomendamos encarecidamente su lectura antes de lanzarnos a comentar, tomo a tomo, el desarrollo de la serie para tener una idea previa de la misma.
En este segundo arco argumental asistimos al viaje de Ge Li en su objetivo por conseguir aliados para poder hacer frente a la creciente amenaza que, cernida sobre Mo Jia y personificada en el retorcido Xue Bing, ha llevado a que la orden de guerreros monjes se alíe con el todopoderoso reino de Qin, dirigido con mano férrea por el rey Zheng, que pretende dominar toda China.
Después de cerrar el anterior arco argumental de manera soberbia, Hideki Mori avanza hacia la mitad de la serie desarrollando nuevas tramas que sentarán las bases sobre las que se sujetará la parte final de la obra.
Tras defender de manera exitosa la ciudad de Liang, nuestro protagonista parte ahora hacia Mo Jia (hogar de los Mo Zhe) para intentar esclarecer las incógnitas que dejó su encuentro con
No tardaremos en descubrir, hacia la mitad del quinto tomo, que las sospechas de Bokko sobre Xue Bing (mano derecha del actual líder de la orden, viejo y senil) son ciertas y ha sumido el futuro de Mo Jia en unas densas sombras de corrupción.
Ge Li descubre, además, que Xue Bing cuenta con un grupo de guerreros con habilidades extraordinarias que parecen tener un control total sobre determinados insectos. Mori introduce así una de las tramas principales sobre las que discurrirá la obra a partir de ahora:
El autor se permite tirar un poco más de ficción y plantea que Mo Jia, además de una escuela filosófica, también se dedicaba al estudio y la investigación de determinadas ciencias y tecnologías de la época. De esta forma Xue Bing, que hasta ahora estaba al mando de estos campos de estudio, se aprovecha del talento de
Los esfuerzos entomológicos del antiguo compañero de Ge Li llevan a que Mo Jia cuente ahora con una
Repudiado y solo frente a toda la orden, Ge Li decide exiliarse al reino vecino de Chu y pasa un tiempo en un pequeño pueblo pegado a la frontera con el reino de Han.
Pasa un año y las relaciones del Mo Zhe con los habitantes de la aldea llevan a que éste conozca a
El final de este quinto tomo resulta trágico:
Por si fuera poco, el ejército de Qin ha aprovechado esta crisis para invadir Han y ya no queda nada del reino.
Ge Li no tardará en atar cabos y decide pasar a la acción…
Como el lector podrá comprender, el quinto tomo supone una piedra angular en el viaje que plantea la obra y nos sumerge de lleno en una nueva ruta que se vuelca más hacia el lado de la intriga y la conspiración.
Mori deja de lado la acción total que planteaba en el arco anterior con la defensa de la ciudad de Liang y nos propone un viaje de descubrimiento con el que tanto Ge Li como sus nuevos aliados deberán hacerse fuertes para plantar cara a la nueva amenaza que se cierne sobre China.
La acción se plantea ahora de una manera más dosificada, dando lugar a escenas que siguen siendo igual de impactantes pero más equilibradas. Esto es algo que debemos agradecer, sobre todo después del frenetismo de los cuatro primeros tomos.
Comprendemos que el autor es inteligente con respecto al desarrollo de la obra y nos deja descansar, por el momento, avivando nuestra mente con nuevos conceptos y desafíos sumamente interesantes. En lo que respecta a la acción, pocas cosas pueden superar a la maestría de lo vivido en la aventura anterior, aunque parece que Mori nos puede sorprender en cualquier momento.
El sexto tomo nos sitúa en la capital del devastado reino de Han. Nuestro protagonista ha viajado hasta allí junto con Yun Jing, su nuevo aliado, para ver cómo está la situación tras la invasión por parte de Qin, que tiene a su ejército ocupando la ciudad.
Las fuerzas militares del reino invasor campan a sus anchas por la ciudad y someten a sus ciudadanos a todo tipo de vejaciones y torturas. Incluso llevan a cabo una especie de
Por un lado, el rey de Qin se presenta como un soberano falto de compasión, cruel y despiadado. Un hombre decidido a dominar toda China que, como cualquier lector sabrá tras leer la historia, consiguió llevar a cabo tal empresa. Zheng se convirtió, años más tarde, en el primer emperador de China. Aunque en Bokko, de momento, aún es uno de los beligerantes al trono.
Por otro lado, el monje guerrero descubre que
Poco o nada se conoce de esta organización que se hace llamar «Los Ratones», pero Ge Li verá en ellos una oportunidad clara de conseguir aliados con los que poder enfrentarse al rey invasor de Qin y a su propio archienemigo, Xue Bing.
Nuestro héroe conseguirá acercarse poco a poco a la resistencia y pronto descubre que sus integrantes no son, ni mucho menos, como Ge Li se imaginaba. No desvelaremos aquí quiénes son estos rebeldes pues se trata de algo que, sin tener un peso demasiado grande sobre la trama, supone todo un golpe de efecto que dejaremos en manos de la sorpresa.
Lo que sí que podemos decir es que
Por otro lado, hasta tres personajes más aparecerán en la capital de Han. A uno de ellos ya lo conocemos, se trata de Xue Bing, el que hasta ahora es el enemigo número uno. Otro es un ciudadano que guarda un parecido asombroso con el rey de Qin, que se salva de ser ejecutado y cuyo paradero acaba siendo desconocido. Finalmente también se nos presenta un
Este sexto tomo, hasta ahora el más pausado de cuantos llevamos leídos, cierra con un nuevo giro argumental que nos hará salir corriendo a por el siguiente número: el rey de Qin pretende visitar la capital de Han y la banda de los ratones, haciendo uso de «agua inflamable» (petróleo) pretende llevar a cabo un atentado.
La historia se va llenando de intrigas, espoleadas por nuevos personajes y conceptos, que harán las delicias de cualquier lector aficionado a las novelas históricas y de suspense.
El séptimo tomo recupera la acción épica de la que carecía el anterior número y nos presenta una serie de situaciones que marcan, de forma definitiva, el destino de la serie.
Por un lado, el plan magnicida que traza Ge Li junto a Los Ratones se lleva a cabo, pero sus objetivos principales quedan frustrados. Esto hace que
El soberano de Qin aprovecha su victoria sobre los rebeldes para mandar un mensaje a Ge Li:
Nuestros héroes consiguen escapar por los pelos de la capital asediada y Ge Li plantea una idea que se antoja descabellada a sus compañeros: haciendo caso a la proposición del rey Zheng
El lector recordará que Zhao fue el reino que invadió, al inicio de la serie, a su vecino Yao e hizo que Ge Li tuviera que socorrer la ciudad fronteriza de Liang, acabando con el legendario general Xiang Yan Zhong, y
Pese a ello, el monje Mo Zhe se planta en Han Dan con la resolución tranquila y decidida que le caracteriza y aguanta todo tipo de ofensas, tanto por parte de los ciudadanos como del ejército.
Parece que ya se ha convertido en una constante lo de que nuestro héroe tenga que aguantar la violenta indiferencia y el desprecio brutal inicial de todos aquellos a los que pretende ayudar, pero pese a ello no se rinde. Esto nos demuestra que estamos ante uno de los personajes más fuertes y decididos que nos ha dado el manga, sin recurrir en exceso a la fantasía.
En la capital de Zhao
Pese a estar al borde la muerte, la inteligencia y la maestría del monje-guerrero vuelve a resurgir y
El monje guerrero acepta de buen gusto, siempre siguiendo su estricta filosofía, pero decide hacer un último viaje antes de ponerse manos a la obra con la defensa de la ciudad.
Se plantea un nuevo giro argumental, aprovechando las últimas páginas de este séptimo tomo, que lleva a Ge Li hacia la mismísima capital de Qin con el fin de recoger información más detallada sobre el enemigo.
Infiltrado de nuevo entre la población civil, Ge Li y sus aliados llegan al reino enemigo para descubrir que el rey ha puesto en marcha la construcción de una mastodóntica pirámide a modo de mausoleo destinada a albergar los restos del futuro emperador junto a más de siete mil estatuas de terracota realizadas a imagen y semejanza de distintos soldados del reino. La sorpresa llega cuando Ge Li
El séptimo tomo cierra con esa última pregunta y de igual forma queda finalizado este segundo arco argumental de Bokko, aunque la historia principal aún sigue abierta.
Esta etapa central nos deja con la miel en los labios y nos plantea una serie de preguntas que ponen nuestras expectativas por todo lo alto. Recapitulando… ¿Qué pretende el rey de Qin al encargar una figura de terracota idéntica a Ge Li? ¿Cuál será el siguiente movimiento de Xue Bing? ¿Quién es el misterioso enmascarado que parece sentir compasión por nuestro protagonista? ¿Qué ha sido del ciudadano de Han que guardaba un parecido asombroso con el rey Zheng? ¿Cuál será la relación entre el reino de Zhao y Ge Li, en el pasado rivales, ahora que el monje es el encargado de planificar la defensa frente la invasión de Qin?
Son muchas las incógnitas que nos deja Hideki Mori y con las que nosotros nos despedimos, esperando la próxima reseña que recogerá el clímax de esta serie histórica, obra maestra del género.
Escribo esto porque me parece alucinante a la par que lamentable que nadie haya hecho caso a este singular manga. Sin duda uno de los mejores aparecidos en nuestra tierra desde hace decadas!!!
Una de las mejores compras que he hecho jamas!!! entretenido, adictivo, instructivo, y real. Desde luego un manga para adultos que solo sabran apreciar quienes busquen algo mas que espadazos y batallitas, que tambien los hay!!! y crudeza sin límites (esos desmembramientos encogen el alma al mas pintado).
Sin duda como termina el comentario: OBRA MAESTRA DEL GENERO, así con mayusculas.
Totalmente de acuerdo contigo, Carlos.
Es una pena que Bokko pasara sin demasiada pena ni gloria por nuestro país, hasta el punto de que la editorial tuviera que saldarla. Quizás no fue el momento.
Sigo preguntándome si, a día de hoy, hubiese tenido más éxito. Seguramente sí, sobre todo ahora que vivimos una época dorada del género seinen.
Muchas gracias por tu comentario,
un saludo!