Bola Ocho 11 de Daniel Clowes
«¡Va siendo hora de que conozcas un cómic underground como es debido! ¡Échale un ojo a esta mierda, tío! ¡Te explotará la cabeza!»
El undécimo número de la serie publicado en junio de 1993 marca un claro cambio de etapa en la revista marcado por el final de Como un guante de seda forjado en hierro en la entrega anterior y el comienzo en esta de la soberbia Ghost World que se compone de historias cortas y que no obliga en cada entrega a Clowes a unir las piezas de un rompecabezas como sucedía con las desventuras de Clay Loudermilk, lo que le permite crear historias con mucha más libertad como se puede comprobar en esta entrega. Un cambio que también se puede observar en el aumento de ocho páginas de la serie con más en color y en unas portadas en las que vemos un salto de calidad en todos los sentidos.
La primera historia que tenemos es La fiesta en la que Clowes vuelve a usar el recurso de contarla en primera persona que ya habíamos visto con anterioridad y a ser el mismo el personaje protagonista que en esta ocasión llega a una fiesta en la que tenían que estar sus amigos, pero no los encuentra. Algo que le obliga a tratar de interactuar con gente que no conoce y como gracias a las anteriores entregas de la revista ya sabemos no es algo que disfrute ni que se le dé particularmente bien lo que le llega a divagar sobre sí mismo y lo que va sucediendo en la fiesta. De todas las historias de corte biográfico que hemos podido leer hasta ahora esta es la que nos deja la sensación de ser la más sincera, ya que no cae ni en la excesiva autoparodia ni en el humor. Un comienzo brillante de la nueva etapa.
Lo siguiente que nos encontramos es el correo de los lectores rebautizado como Intercambio de quejas y de dedicada al gran Harvey Kurtzman que había fallecido en febrero del 93. Como podéis suponer por el nuevo título de la sección abundan las quejas. En particular, sobre el final de Como un guante de seda forjado en hierro.
Guante de seda es una parodia de las malas adaptaciones cinematográficas usando con base Como un guante de seda forjado en hierro. Intercalándose con algunas secuencias de la adaptación nos vemos como un Clowes ficticio ve con creciente estupor como la maquinaria de Hollywood va transformado su historia para crear un producto que en nada se parece al original. Una historia realmente divertida en la que al autor de Chicago vuelve a criticar el mundo del arte, en esta ocasión el cine y que esta dibujada con un estilo caricaturesco que va como anillo al dedo a lo que nos quiere contar.
En La rana encantada nos encontramos con una historia de terror, aunque con el inconfundible estilo de Clowes, que bebe de los cuentos tradicionales para en tres páginas ofrecernos un relato turbador y muy siniestro con un final que no te lo ves venir en ningún momento.
El pescador feliz es una historia llena de humor y surrealismo completamente delirante en la que cada viñeta es una nueva sorpresa que te deja con la boca abierta. En esta historia dibujada con un estilo cartoon nos traslada al territorio redneck de los EE. UU. donde se dan cita una serie de personajes inclasificables que nos recuerdan que las historias cortas han traído momentos gloriosos para el medio como vemos en las cinco páginas que componen esta, aunque hoy en día están un poco denostadas.
No le va a la zaga Por qué odio a los cristianos en la que en solamente dos páginas Clowes nos nuestra muchas de las incongruencias de la religión demostrando que muchos de sus postulados son realmente endebles. Pero pese a lo que dice el titulo la crítica resulta igualmente extensible hacían cualquier creencia que se no está respaldada por la ciencia.
Llegamos a uno de los puntos fuertes de este número con la primera entrega de Ghost World, una de las obras cumbre del cómic en la que Clowes lleva a su cenit su reflejo de la nada cotidiana que sienten unas adolescentes en plena transición hacía la edad adulta que viven en un suburbio de una ciudad estadounidense. Como ya hemos dicho el autor de Chicago deja de lado el continuará que marcaba la gestación de su anterior serial y lo que tenemos es la historia de dos adolescentes, Enid Coleslaw y Rebecca Doppelmeyer, contada a través de ocho historias cortas que contó con una versión cinematográfica en el 2001 dirigida por Terry Zwigoff, coescrita por él y el propio Clowes y protagonizada por Thora Birch, Scarlett Johansson y Steve Buscemi en los papeles principales. Una de las múltiples diferencias que tenemos con Como un guante de seda forjado en hierro, otras son la ausencia de elementos fantásticos y surrealistas que hacen que esta historia esté mucho más asentada en la realidad, el uso del bitono en azul y, sobre todo, que por primera vez el protagonismo de la historia recae en mujeres, algo que nos volveremos a encontrar en las posteriores Paciencia y Monica. En esta primera entrega vemos una historia que nos permite conocer a la perfección las diferentes personalidades de las dos protagonistas y algunos personajes y lugares que serán recurrentes en las siguientes entregas como John Ellis y el restaurante Angel’s. Además, también vemos el tono que tiene la serie con un sentido del humor mucho más cínico encarnado sobre todo en Enid.
Cierra el número Ectomorfo, un divertida e ingeniosa historia en la que Clowes critica de forma sutil el culto al cuerpo seguramente inspirado por su mudanza a California donde abundan los cuerpos musculados en contraposición con su delgadez.
Entregas anteriores:
Primera parte.
Segunda parte.
Tercera parte.
Cuarta parte.
Quinta parte.
Sexta parte.
Séptima parte.
Octava parte.
Novena parte.
Décima parte.
Nos vemos la semana que viene con el análisis del duodécimo número de la serie aparecido en noviembre de 1993.