La vida a los 60.
«En Japón dicen que a los 60 comienza una nueva vida, pero me temo que sea una vida de constantes averías.»
En Boomers (Salamandra Graphic) Bartolomé Seguí (Palma de Mallorca, 1962) trae de vuelta, aunque con bastantes años más sus espaldas, a los protagonistas de las series Lola y Ernesto y Héctor y Rita que publicó en las páginas de la revista El Víbora en los años ochenta y noventa contando con la colaboración de Sonia Delgado en los guiones de algunas de las historias. Se trataba de dos series costumbristas protagonizadas por unos jóvenes urbanitas que vivían en Barcelona que, de alguna manera, convirtieron al autor balear en un cronista a tiempo real de la vida de una ciudad que estaba entrando de lleno en la modernidad. Unas series en las Seguí ya dejaba ver un talento que consolido en trabajos posteriores como la galardona con el Premio Nacional de 2009 Las serpientes ciegas (Norma) guionizada por Felipe Hernández Cava, con el que repitió en Hágase el caos (Norma); Historias del barrio (Astiberri) escrita por Gabi Beltrán; o las adaptaciones de la novela de detective de Manuel Vázquez Montalbán Carvalho que está haciendo en colaboración con el guionista Hernán Migoya editadas por Norma.
En este nuevo trabajo Bartolomé Seguí retoma la vida de Lola y Ernesto, Rita y demás personajes treinta años después. Ya no son los jóvenes modernos que fueron, ya que están casi todos al borde la jubilación y deben afrontar y comenzar a asumir los problemas y achaques propios de esa edad, algo que se les antojaban completamente ajenos cuando los veían en sus padres, pero el inexorable paso del tiempo ha provocado que sean parte de su vida cotidiana y su futuro. Para salir del desánimo que le provoca esa realidad Ernesto decide emprender un viaje en solitario desde Barcelona a Mallorca para reflexionar sobre su pasado y presente para tratar de afrontar con ánimos renovados su futuro.
En Boomers sigue presente la idea de Seguí de retratar a su generación solo que ahora están en otra franja de edad, de manera que sus prioridades e intereses han variado y nos encontramos con unos protagonistas que ejemplifican el desencanto que han sufrido al descubrir que sus sueños de juventud de construir un mundo más igualitario, justo y honesto han quedado en agua de borrajas, ante un presente que les desconcierta y desubica en el que por el precio adecuado todo se compra y vende. Incluidos los ideales y creencias. Pero sobre todo se trata de una obra que nos habla sobre la manera en la que hay que afrontar la vejez, tratando de sacarle todo el provecho pese a los diferentes inconvenientes que van asociados a ella, y en la que pese a todo esa carga crítica sobre el mundo actual se puede ver un mensaje de optimismo.
A través de los recuerdos y las diferentes conversaciones que mantienen los protagonistas a lo largo del cómic vemos una reflexión sobre gran parte de los problemas que afectan a toda la sociedad actual como el auge de la extrema derecha, la edad de jubilación, las fake news, la falta de confianza en los partidos políticos o los problemas ecológicos, además de los más propias de la edad de los personajes como la forma en la que la sociedad tiene a invisibilizar a las personas de mayor edad, los problemas laborales, etc… Aunque no entre en profundidad en ninguno de esos temas, sí que lo hace desde varios puntos de vista contrapuestos, lo que dota de una gran naturalidad a las conversaciones y evita que se conviertan en algo más parecido a un manifiesto por parte del autor, aunque resulta difícil pensar que buena parte de lo que dicen sus personajes es similar a lo que piensa el autor mallorquín, al igual que pasa con los gustos audiovisuales y sobre todo musicales de los personajes que tienen una gran importancia en la obra. Esa atención a la realidad también se ve reflejada en las alusiones a la reciente pandemia, que como nos ha sucedido a la mayor parte de las personas, en mayor o menor medida, también ha modificado el día a día los personajes. Unas preocupaciones y reflexiones en las que no falta un toque de fina ironía que también sirve para relativizar y desdramatizar algunos de los mensajes de la obra.
Como ya pasaba en las series que protagonizaron los protagonistas en décadas pasadas en la obra también tiene una enorme importancia los escenarios urbanos tanto de Barcelona como de Mallorca en los que se pueden ver como se han transformado las ciudades y de la misma manera que sucede con quienes habitan sus calles hoy en días. Además, también vemos los problemas que genera la gentrificación y el aumento desmedido de los turistas en ambas localidades.
Pero, en realidad, el motor de la obra y el hilo conductor es la relación entre Ernesto y Lola, un amor maduro, sano y cabal que huye de esas representaciones edulcoradas, melodramáticas y tóxicas, para enseñarnos una historia de pareja en la que pese a los problemas cada uno es capaz de mirar por el bien ajeno y demostrar que el cariño y el respeto son los garantes de una relación sana.
Seguí hace un gran trabajo gráfico con un estilo deudor de la línea clara, lleno de colores luminosos que saben capturar la luz esos días soleados de la costa mediterránea. La mayoría de las páginas tienen una estructura de tres tiras en las que no suele haber más de dos viñetas, aunque no es un esquema inmutable y cuando es necesario lo altera sin ningún problema. Esta estructura de página hace que la lectura sea en todo momento muy fluida y clara, a lo que también contribuye un gran manejo de los encuadres que como es habitual en los trabajos del mallorquín tienen mucho de cinematográfico. Un trabajo con la solidez habitual de Seguí en el que destaca por encima de todo la escena en la que Ernesto está mirado fotos de su pasado y en la que usando apenas diez viñetas sin textos podemos hacer un recorrido completo por su vida en donde caben todos sus momentos de felicidad.
Salamandra Graphic hace una edición muy cuidada en la que se puede disfrutar del dibujo de Seguí y con un diseño realmente bonito y una portada maravillosa.
En Boomers Bartolomé Seguí trae de vuelta a los personajes de su juventud para ofrecernos una obra que se balancea entre lo meramente narrativo y lo reivindicativo, demostrando que el autor mallorquín está en un momento dulce de su carrera.
Lo mejor
• La cercanía y sinceridad que transmiten los personajes, y sobre todo el desencanto.
• La maravillosa escena en la que Ernesto mira las fotografías de su pasado.
• El certero y ponderado análisis sobre la actualidad.
Lo peor
• Quizás trata demasiados temas.
Guión - 7
Dibujo - 8
Interés - 7.5
7.5
Desencanto
Bartolomé Seguí nos ofrece una obra que reflexiona sobre la actualidad y nos muestra como afronta la generación del Baby boom el paso del tiempo y el futuro que se presenta ante ellos.
Una consulta, las series originales de Seguí en El Víbora se han reeditado?
Sería interesante poder ver la evolución de los personajes en esos distintos momentos de su vida.
Un saludo.
No se han reeditado y en su momento solo se recopilo en tomo Lola y Ernesto en el año 1990.
Muchas gracias.