Brian K. Vaughan habla sobre Saga

A lo largo de los últimos años Brian K.Vaughan (Y: El Último Hombre, Ex Machina) se ha ido forjando una carrera de éxito en el noveno arte norteamericano, hasta el punto de que cuando publica un nuevo trabajo, no son pocos los que lo adquieren confiando en que no les va a decepcionar. Eso al menos es lo que ha ocurrido con Saga, su última creación. Este cómic de la editorial Image es una space opera con tintes a lo Romeo y Julieta que en sus primeras seis entregas ha ofrecido material suficiente para que podamos estar hablando largo y tendido sobre la obra. Si no la estás leyendo, a modo de resumen podemos decir que el autor de Runaways ha creado una historia en la que seguimos las aventuras de Marko y Alana, unos amantes de razas enfrentadas en una guerra espacial que acaban de ser padres de una niña llamada Hazel, quien hace de narradora. En esta primera parte de Saga hemos presenciado un parto, conocido a un noble con un televisor por cabeza, a un cazarrecompensas con un gato que detecta mentiras, a una chica desmembrada que hace de canguro y a una niña esclava que ejerce una profesión nada propia de su edad, entre otras lindezas.

Al parecer a Vaughan le está gustando como se va desarrollando la serie y ya se ha propuesto a escribir más números de Saga que de cualquiera de sus obras anteriores y siempre con Fiona Staples a su lado. Por desgracia, el título se va a tomar un descanso de dos meses y el número 7 estará en las estanterías americanas y digitales el próximo noviembre. Y mientras comienza la espera ¿Qué secretos guarda la elaboración de Saga?

El autor no niega que se ha valido de su experiencia personal como padre reciente para elaborar la trama de esta serie. Existía la posibilidad de incorporar anécdotas de otras personas pero le parecían aburridas y muy típicas así que lo mejor que pudo hacer fue añadirles algunos aspectos algo transgresores pero siempre bien tratados por la mano de Staples. De hecho, la portada del primer número con Alana dando de mamar al bebé se podría considerar la primera de esas transgresiones. Ojo, tal vez para el público hispano o europeo no lo sea, pero conociendo la moral norteamericana, hubo alguna que otra voz desaprobando esa portada. Al menos el autor no ha querido darle mayor trascendencia a esa quejas y prefiere centrarse en la respuesta positiva al título. Para Vaughan una portada con una madre dando de comer a su hijo recién nacido tiene más fuerza y dramatismo que una con una decapitación, aunque el escritor tampoco le haría ascos a una portada de ese tipo.

El entusiasmo de Vaughan por llevar a cabo Saga es tal que reconoce que es una historia que lleva rondando su cabeza desde que era un chaval. Posiblemente Star Wars tenga mucho que ver con ello y con tanto tiempo para preparar una trama como ésta, a Vaughan no le han hecho falta notas, ni manuscritos previos, todo está en su mente “Tengo dificultades para acordarme de los cumpleaños de mis familiares, pero por triste que parezca, me sé los índices de cambio de moneda de los planetas imaginarios que he creado”. Es más, el guionista lo tiene todo tan preparado que incluso ya ha escrito la página final del último número de Saga. Eso sí, espera que sea más tarde que pronto porque su intención, y si los lectores le apoyan, es convertir Saga en el título más largo en el que haya trabajado.

Y hablando de los lectores, Vaughan no se puede quejar de la acogida que ha tenido el título entre el público porque ha sido excelente. Al autor le sorprende que siendo un cómic sin superhéroes, con protagonistas alienígenas y con un capítulo centrado en una pareja de robots teniendo sexo pues creyó que no alcanzaría la tercera entrega. Pero a pesar de todas las ideas bizarras que Vaughan ha plasmado en estos primeros números, el público ha respondido satisfactoriamente, con mención especial al apartado digital: Saga ha sido uno de los súper ventas en la aplicación Comixology durante cada semana que ha salido a la venta. Si la respuesta ha sido tan positiva, entonces el escritor no ha tenido que comprar muchos cómics devueltos. Sí, como lo leeis, cuando salió a la venta el primer número de la serie el autor se comprometió a comprarle el cómic a quien no le hubiese gustado. Ahora hace extensible esa oferta para cualquiera de los siguientes números y reconoce que si alguna vez le llega un cómic de esta manera, lo pondrá a vender en Ebay y luego comprará ginebra con lo que consiga. Me empiezas a caer bien, Brian.

En el apartado creativo se puede decir que Vaughan está dejando caer algunas perlas que hacen de Saga una lectura más que entretenida y recomendable. Sin olvidar la influencia de Star Wars, el escritor ha planteado una historia in media res, dejando de lado la historia de cómo se conocieron Marko y Alana para centrarse en la vida de Hazel, la verdadera protagonista. Esta familia atípica se encuentra en mitad de un conflicto interestelar que enfrenta a dos razas bien distintas, mientras una está liderada por una monarquía avanzada tecnológicamente, la otra encarna la magia con ciertos vínculos con la naturaleza. Especial atención al apartado mágico porque a Vaughan le encanta crear normas y en este cómic podemos ver, por ejemplo, cómo Marko tiene que contar algún secreto como componente para llevar a cabo algunos de sus conjuros. Por otro lado, a esa guerra hay que añadir un cuerpo de cazarrecompensas nada convencional que se intenta ganar la vida persiguiendo a los enamorados y su bebé. Aquí hay que añadir que toda la representación gráfica sale de la mente de Fiona Staples, ya que Vaughan se considera nulo en lo que a creación artística se refiere, así que confía en el criterio de la dibujante para la caracterización de los personajes siguiendo sus indicaciones. Un ejemplo del que se siente muy feliz por el resultado es el cazarrecompensas The Will y su gata que detecta mentiras, cuyo primer boceto realizado por Staples encantó al escritor. Entre otras novedades, también se puede apreciar cómo los diálogos de Hazel no tienen bocadillos y la existencia de idiomas alienígenas que tienen toda la pinta de seguir un patrón lógico. Es decir, que Vaughan ha creado algún tipo de idioma a partir de otros (y sospecho que el español tiene algo que ver).

Para finalizar, el descanso de los dos meses se debe a que Staples necesita tiempo para preparar algunos dibujos y han creído que era mejor darle un tiempo antes que buscar un sustituto temporal. Parece que para el escritor es primordial que la artista siga con él, tal vez porque ella capta perfectamente sus ideas o porque no quiere romper la dinámica gráfica. Sea como sea, al guionista le da cierta pena su compañera porque en los próximos guiones tendrá que dibujar cosas realmente desagradables. Si bastante sorprendidos nos tenían hasta ahora ¿Qué nos deparará a partir de noviembre?

Fuente: CBR.