Butcher Baker The Righteous Maker

 

Edición original: Butcher Baker The Righteous Maker #1 – #8.
Guión: Joe Casey.
Dibujo: Mike Huddleston.
Color: Mike Huddleston.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $2,99.

 

Butcher Baker The Righteous Maker es un comic que nace como efecto del aburrimiento y el tedio que generan las producciones masivas de los últimos tiempos de la industria norteamericana del comic, caracterizadas particularmente por los eventos y relanzamientos y demás estrategias similares que anuncian rimbombantemente Marvel y DC . Es también el fruto de la desilusión de ver en decadencia uno de los aspectos más interesantes y atractivos que tienen los cómics, que es ser la vanguardia del entretenimiento, el medio que se anima a hacer lo que el resto de los medios harán diez o veinte años después.

Joe Casey, autor y co-creador de este comic, afirma todo eso (y muchísimo más) en las columnas que cierran cada uno de los ocho números de la serie, las cuales (tal vez sin quererlo, porque se sienten como mera catarsis) aportan muchas reflexiones interesantes sobre el estado actual del mercado editorial en lo que respecta a la producción de Estados Unidos. De esta manera, esos textos en vez de ser puro palabrerío de los que solemos ignorar o leer por encima, resultan igual de atrapantes que las páginas del cómic propiamente dicho. Y no sólo eso, sino que son importantes para entender al cómic, no su argumento sino su razón de ser, su propósito, los motivos por los cuales es lo que es.

Butcher Baker es todo lo que el Joe Casey lector quería encontrar en sus cómics y dejó de hallar en la mayor parte de la producción actual, sumado a todo lo que debería estar en los cómics pero se ve más en el cine o la televisión, y todo lo que no puede estar en ninguna producción masiva de la industria del entretenimiento (o no hasta diez o veinte años más). Desde ya, esto es posible por ser un comic publicado en el marco de acción del comic independiente, que en este caso brinda Image Comics, dejando a los autores incluir indiscriminadamente: sexo, desnudez innecesaria, drogas, violencia extrema, celebridades reconocidas ridiculizadas (nada menos que Dick Cheney, vicepresidente de George W. Bush, y Jay Leno, figura televisiva, burlándose de políticos y periodistas en esta simple síntesis), insultos, delirios casi inentendibles… etcétera.

Jugando con todos esos elementos a la vez, más allá de contar una historia entretenida, Casey realiza una crítica al estado actual del cómic mainstream, una crítica activa a través de una producción original. El cómic tiene que ser espectacular, nunca puede ser aburrido, creando situaciones imposibles y divertidas. Es así que, mientras en sus columnas el autor habla largamente sobre todo esto, en las páginas del comic eso se vive, se siente, se lee entre líneas.

Butcher Baker, el protagonista que da nombre a la serie, es un personaje que mezcla aspectos del Comediante de Watchmen, del Capitán América, y que tiene mucha influencia del Batman del Dark Knight Returns de Frank Miller. Como aquel Caballero Oscuro, el héroe de esta historia se encuentra retirado, ya mayor, con sus años de esplendor en el pasado, pero es convocado por el gobierno para una última tarea que sólo él puede realizar. Asumiendo que podría ser un buen cierre para su carrera Butcher acepta ese trabajo, pero ese es sólo el comienzo de esta historia, que lo enfrentará con más personajes que cumplen esos requisitos de espectacularidad y diversión.

Con ellos, se narrará una historia que mucho tiene de los cómics de superhéroes clásicos: un grupo de villanos que quieren dar caza al héroe, quien a su vez sufre pérdidas trágicas y enfrenta también la adversidad total que sufre el antihéroe. Pero también bebe de aquel cine clase B, que también supieran homenajear Quentin Tarantino y Robert Rodriguez en su doble programa Grindhouse, por ejemplo.

Además, es una historia que en su segunda mitad muta hacia una psicodelia un tanto ilegible, que puede identificarse como característica de Grant Morrison quien no casualmente es amigo y clara influencia de Casey. No obstante, se entiende todo lo que sucede y se cierran las tramas abiertas en el curso de la narración, aun dejando algún cabo suelto intencionadamente, y tal vez sea otro mensaje al comic mainstream: no siempre hay que explicar todo.

Si bien hasta aquí la atención estuvo centrada en el trabajo de Joe Casey, Butcher Baker sería mucho menos interesante sin el trabajo de su dibujante, Mike Huddleston. El artista de este comic y también co-creador, aporta en gran medida no sólo a la calidad del comic como producto final sino también al rescate de recursos del comic que contribuyen a la diversión en la lectura. Es destacable en este sentido el uso de colores y tonalidades de grises variando según escenas y personajes (al estilo de Sin City, y no es esa la única referencia a la manera de hacer las cosas de Frank Miller), así como de recursos que simulan y representan diversos estilos artísticos acordes con el objeto de dar sensaciones diferentes a cada momento y escenario de la historia.

Es una verdadera lástima que por las demoras en la entrega del último número (pasó casi un año entre el #7 y el #8) y expresiones críticas de Casey al dibujante a través de una entrevista, Huddleston afirmara que no iba a ser posible una futura colaboración entre ambos, ya que el trabajo logrado entre Casey y él para esta serie es notable. Las ideas de uno y las formas de plasmarlas del otro hicieron que Butcher Baker sea un cómic de lo más entretenido y disfrutable para leer