Cada época tiene sus curiosidades y, a pesar de que nos dediquemos a ponerles nombres como Golden, Silver o Dark, me resulta impactante que se destaquen unas sobre otras ya que al final unas vienen dadas por las anteriores y todas ellas por la evolución social, nuestra evolución, nuestra política, nuestras inquietudes ya que el arte no deja de ser un reflejo de nosotros mismos. Quizás esta no sea la mejor forma de presentar el tema que nos toca pero viene bien recordar que los setenta fue una década de experimentación, de movimientos y de cambios, todo ello se reflejó en el cómic. En el caso de Marvel evidentemente no se puede hablar de una experimentación al nivel underground, que siempre suele ir un paso por delante, es lo que tiene la libertad creativa: que te lleva un poco más allá, pero a un nivel de gran editorial el trabajo que permitió Marvel a sus autores en colecciones que podríamos denominar menores nos dejo cosas como los X-Men de Claremont, influencias del cine como vimos en Puño de Hierro y Powerman o este Caballero Luna. Y ello se agradece.
También es cierto que solemos asociar los héroes oscuros y los anti-héroes a los noventa, pero los setenta tuvieron mucho que decir sobre esto y el Caballero Luna es un ejemplo. La historia de Marc Spector es cuanto menos extraña, un soldado, un mercenario, magia, antiguos dioses, justicia y locura, mucha locura, consiguen un personaje lo bastante atractivo como para no ser olvidado. Es inevitable mencionar su parecido con Batman, pero sería un “Elseworld” o mejor dicho un “What if…” del personaje, un Batman retorcido, a ratos cercano a Punisher en cuanto a agresividad, creado en su misma década y con serios trastornos que los diferentes autores tratan de distinta forma. Y aquí es donde enlazamos con lo que decía al principio de las diferentes épocas, el desarrollo del personaje se produce en gran medida gracias al avance del noveno arte en sus últimas décadas, lo descrito por Moench, como veremos, crece según avanza el tiempo y autores más actuales, libres ya de viejas tradiciones como el Comic Code Authority, llevan al que llegó a ser llamado Caballero Blanco a donde debía ir. Sin duda un personaje bastante peculiar.
Aprovechando que estrena nueva serie en Estados Unidos vamos a darnos una vuelta por sus series y su historia desde la primera vez que aparece en un cómic hasta ahora, haciendo especial hincapié en analizar sus series propias.
LAS PRIMERAS APARICIONES DE MARC SPECTOR
Para encontrar el origen del Caballero Luna debemos ir a los números 32 y 33 de la colección Werewolf by night como antagonista del hombre lobo que protagoniza la serie. El personaje del que aquí nos ocupamos es creado por los autores de esa historia, Doug Moench y Don Perlin. Moench ya venía escribiendo la colección desde su número veinte con un toque algo oscuro.
Marc Spector aparece de forma muy diferente a la que se podría imaginar un lector de sus aventuras más actuales, es un mercenario con un largo historial de misiones al que un grupo de gente adinerada le ofrecen una buena suma por ponerse un disfraz que ellos mismos le dan, usar armas de plata y hacerse llamar Caballero Luna con la intención de capturar a Jack Rusell, el hombre lobo que protagoniza la serie, es decir, nuestro Caballero es un villano más. En el siguiente número es tema cambia un poco más y, aunque luchan, le entrega y se queda con el dinero, Marc Spector acaba por tener conciencia y decide ayudarle a escapar. Con el tipo de lenguaje que utiliza, su particular código moral y su actitud agresiva no se puede evitar una comparación con Punisher, creado en esta misma década y de manera algo similar (le engañan para ir contra un héroe), pero sin matar. De hecho la idea original para este personaje era que tuviera parte de su uniforme de color rojo sangre y se presentase bajo el nombre de Moonblood, pero el editor Len Wein interfirió participando en los cambios que harán al personaje más cercano a lo que conocemos.
El Caballero Luna gusta y un año después, en 1976, se le da otra oportunidad en la serie Marvel Spotlight (números 28 y 29) y esta vez en solitario pero teniendo como equipo a sus creadores Moench y Perlin. En ellos se desarrollan un par de ideas que habían aparecido antes, que el Caballero Luna tenía un compañero al que llama Frenchie y la idea de que este pilote un helicóptero que servirá de apoyo Spector. Esta vez el Caballero Luna es ya presentado como un vigilante conocido que utiliza diversos alias como el millonario Steven Grant o el taxista Jack Lockley. La idea no casa demasiado con lo del mercenario antes visto que parecía necesitado de dinero pero lo cierto es que se trata de una historia de presentación interesante en la que el personaje cae en una trampa tras otra hasta salir victorioso en una narración que se asemeja más a un relato de espías que a la clásica historia de superhéroes. También nos presenta a Marlene, la mujer que acompañará al protagonista formando así su circulo intimo.
Para volver a ver al Caballero Luna habrá que esperar otro año e ir a la colección de los Defensores, concretamente en los números 47 a 50 por John Warner y Dave Kraf al guión, con Keith Giffen y Klaus Janson a los lápices. En este caso el escrito es más típico, se trata del clásico esquema de enfrentamiento – amistad – lucha conjunta contra villano, en este caso con la llave Escorpio y el Zodiaco y Nick Furia por medio. La historia no está mal pero sobretodo nos sirve para situar al Caballero en el universo Marvel, esta vez con personajes ya más relevantes.
Otro año, y nos ponemos en el 78, ha de pasar para encontrar a nuestro Caballero Luna, ahora en la colección de Spectacular Spiderman (22 y 23), el esquema sigue siendo el clásico, pero esta vez tiene algo más de interés porque, como ya pasara con Punisher, su enfrentamiento inicial viene dado por su diferencia de opiniones en cuanto a la metodología, el Caballero Luna es excesivamente agresivo para los gustos del trepamuros. Algo más larga es su aparición ese mismo año en el magazine de Hulk, con una serie de historias en solitario escritas de nuevo por Moench y dibujadas por el gran Gene Colan. La primera historia toma todo lo anterior y continúa formando lo que será la esencia inicial del personaje, se trata de una investigación de varios asesinatos que va llevando al grupo a una trama relacionada con millonarios, sigue teniendo ese toque de espías pero esta vez algo más detectivesco, la comparación con un Batman coge cada vez más fuerza y la agresividad inicial se va viendo mermada por cualidades moralmente mejor valoradas.
Tras esta, el dibujo pasa al Bill Sienkiewicz, nada que ver con el artista que luego conoceremos, aquí es más comedido, más normal, pero efectivo. Con Hulk y un asesino en serie de tipo sobrenatural nos ponemos en el final de esa etapa en la Hulk Magazine y una historia más oscura titulada “Ladrones de mentes” en Marvel Preview número 21 nos hace llegar al año 80 y con ello al punto en el que se abrirá su propia serie regular.
LA MUCHAS IDENTIDADES Y LOS MUCHOS ORIGENES DEL CABALLERO LUNA
Leyendo lo anterior, esta primera portada ya nos dice mucho sobre lo que va a ser la serie, las cuatro identidades del personaje y su juego con ellas va a continuar, además parece que va a dar que hablar también, y así será. No en vano el equipo anterior de Moench y Sienkiewicz sigue con el personaje tratando que este no se estanque, pero lo que encontramos en su interior es algo muy distinto a lo que nos podíamos imaginar, un flashback que cuenta un nuevo origen del personaje muy diferente a lo visto en Werewolf by night. Empiezan con Marc Spector como mercenario de Bushman, que será el villano de la historia, y con Frenchie como ayudante/piloto, la intención de estos mercenarios es la de conseguir un tesoro que acabara causando la muerte de su guardián, un arqueólogo que resulta ser el padre de Marlene. Spector cambia de opinión, como ya había hecho al capturar al hombre lobo en su primera aparición, con lo que la idea de redención sigue presente, de forma que traiciona a Bushman el cual lo abandona en el desierto, y aquí es donde empieza el origen que ya conocemos, Spector muerte y es resucitado frente a la estatua de Konshu al que definen como “uno de los dioses de la Luna… conocido como el vengador… un símbolo de terror”. Toma su capa y decide luchar contra Bushman. El número se va al presente donde se vuelve a encontrar con este villano y lo detiene pensando incluso en matarlo pero Marlene lo para. A pesar de todo esto, el primer número termina recordándonos las cuatro identidades del personaje (el soldado, el taxista, el millonario y el Caballero Luna) tratando de decirnos que aunque cambie el origen las historias van a ir por el mismo camino.
Las contradicciones son más que obvias, primero tenemos que Marc Spector se vendía por diez mil dolares, que eran mucho dinero en aquel entonces, como mercenario para capturar al hombre lobo cuando en los siguientes números descubrimos que en una de sus identidades es millonario, no, no es que tenga dinero, es que es millonario, vamos que diez mil son calderilla. Luego está lo del traje y el nombre, se supone que se lo dan los que quieren capturar al hombre lobo, así como sus armas, sin embargo la relación con el mito de Khonshu invalida todo lo anterior, la capa, el símbolo y la actitud de heroicidad las toma de este dios por lo cual parece que Doug Moench pretende hacer borrón y cuenta nueva. Además está el tema de su actitud, si bien es cierto que ya en los números que aparecen como complemento en el Magazine de Hulk no era tan agresivo como en sus primeras actuaciones Moench baja el tono. No es que deje de ser agresivo, pero cada vez se aleja más del tipo Punisher. No parece un buen juego esto de saltarse a la torera lo que escribe el autor en su primera historia pero mejor nos quedamos con que las nuevas ideas llevan al personaje a sitios más interesantes.
¿Y queda esto así? No, claro que no. El guionista no se lo piensa dos veces y urde un plan según el cual era Frenchie disfrazado el que reuniera a los millonarios que deciden contratarlo para cazar al hombre lobo y, por tanto, es él mismo quien se pone su nombre y escoge su uniforme, vamos que era una trampa pero lo mejor de la explicación está al final cuando dice eso de “Eso fue antes de que Marc fuera millonario así que se llevó su dinero”. Bueno, por lo menos lo intentó. Moench aprovecha la historia para crear un pequeño grupo de villanos adinerados que pretenden acabar con el Caballero Luna.
Siguiendo con la colección y dejando de lado el nuevo origen, el tipo de historias que nos encontramos son bastante callejeras, ladrones, asesinos y las investigaciones pertinentes pero si algo se ve de especial es que al tener varias personalidades los números son bastante variados y entretenidos, si le añadimos a Sienkiewicz creciendo en cada cómic la cosa se pone bastante interesante. Y esto es un punto muy importante, ahora, desde el presente, podemos ver como número a número Sienkiewicz va poco a poco evolucionando hasta convertirse en el increíble autor que nos asombrará con sus trazos poco después.
En los guiones también hay algo de sitio para las historias de corte sobrenatural pero lo que resulta curioso es el uso del terror hacia los malos que utiliza, muy similar al de Batman, aunque también jugando con el lector, los números 7 y 8 son remarcables en este sentido. Medianoche y Bushman se establecen como villanos más recurrentes, aunque por desgracia sin mucho carisma, quizás este sea el mayor problema de estos números que no hay villanos con grandeza que llamen la atención, principalmente esto se debe a que las historias son cortas y la continuidad se centra más en la extraña relación entre los tres personajes, Frenchie, Marlene y el Caballero Luna. Lo que sí se encuentra el germen de lo que más tarde se tratará en profundidad en el personaje su relación con el ídolo, sus múltiples personalidades y como le afecta en una clara inestabilidad mental. Pero aquí el principio de esta idea lo encontramos más bien en forma de crisis de identidad, de no saber si lo que hace sirve o no. Al igual que ocurre con otros héroes, son precisamente las personas que le rodean quienes contestan a estas pregunta por lo que decide no abandonar el manto del Caballero Luna.
La variedad no solo la otorgan las identidades, los autores decide hacer que cambie de escenario, no todo son peleas callejeras sino que sale del país para luchar contra gente en sitios más paradisíacos, continuando así ese tono de espías que tenía en algunos momentos. El tandem formado por Moench y Sienkiewicz, con alguna interrupción de por medio, no muchas, dejan la colección primero el dibujante en el número 30 y luego el guionista en el 33 justo en una etapa final en la que el tono se oscurece y la calidad se agranda de igual manera, historias con las que todos los que conocen al personaje lo identifican, su obsesión por Khonshu crece al igual que su inestabilidad mental.
La serie no llega mucho más lejos y es cerrada en el 38 con un par de números por Tony Isabella y Bo Hampton junto a otros tres de Alan Zelenetz a los guiones que no están mal pero distan de la altura de lo visto antes, en especial de los últimos números de Moench y Sienkiewicz.
EL PUÑO DE KHONSHU
A pesar de que en su serie no aparece casi ningún personaje conocido del universo Marvel (Daredevil y poco más) el caballero de blanco sí que se prodiga por otras series, empezando por un Marvel Team-Up con muchos de los grandes héroes callejeros como Spiderman, con el que repetirá en diversas ocasiones, Daredevil, Luke Cage y Puño de Hierro, en cuya serie también aparece como invitado. Pero trasciende estos escenarios y llega a aparecer en las colecciones de los Vengadores, Iron Man e incluso ROM. Es posible que todo esto haga que, en 1985, un año después de ser cancelado su primer volumen, aparezca una nueva colección del Caballero Luna bajo el subtítulo El puño de Khonshu.
La serie nueva solo dura seis números, los cuatro primeros escritos por el último que había estado con el personaje en su serie propia, Alan Zelenetz, y los dos restantes por la guionista Jo Duffy y por Jim Owsley, al menos cinco de ellos están dibujados por Chris Warner, nada que ver con Sienkiewicz pero cubre bien la narración. Las historias de Zelenetz son de tipo sobrenatural y unen al personaje aun más a la figura de Khonshu al estilo de Moench, vuelve sobre su origen y nos narra el robo de la estatua por gente que no debe tenerla. Es notable también el cambio en el traje y en las armas, al Caballero Luna, que empieza como retirado de su trabajo de justiciero pero es atraído por la llamada del ídolo, le dan un traje y unas armas antiguas que utilizará durante lo poco que dura la serie. También trae de vuelta a Morfeo, uno de sus villanos más recurrentes. En definitiva, los números de Zelenetz son considerablemente mejores que los últimos que había escrito en la anterior serie.
Lo de Duffy y Owsley son dos simples historias sueltas de las que poco hay que decir, tan solo que siguen la línea de lo ligado al dios Khonshu más alejado del tono callejero inicial.
Tras la cancelación de la serie el Caballero Luna sigue prodigándose por otras colecciones y eventos de Marvel, como Atlantis Ataca, pero lo más importancia es su incorporación la Los Vengadores de la Costa Oeste durante veintiún números y tres anuales, la mayoría escritos por Steve Englehart. No es nada importante para el desarrollo del personaje en sí, pero si que es interesante comentarlo ya que es su punto álgido en cuanto a unión con el resto de personajes de la casa de las ideas.
MARC SPECTOR, VOLVER ATRÁS Y AVANZAR AL MISMO TIEMPO
Aunque en España la nueva serie se publicó como continuación de la anterior en un mismo volumen, lo cierto es que la llamada Marc Spector: Caballero Luna se comienza a publicar en el año 89, es decir, tres años después de la anterior y será su serie más longeva ya que correrá durante la friolera de sesenta números y un especial.
En este caso el guión corre a cargo de Chuck Dixon, el dibujo de Sal Velluto y se nota un claro salto temporal con respecto a lo anterior. El Caballero Luna vuelve a su antiguo disfraz y a sus hábitos callejeros de combatir el crimen con Frenchie apoyándolo desde su helicóptero y Marlene por ahí rondando, recordándonos una vez más su origen y, como no, adivinad que villano regresa, sí, Bushman otra vez, nada original por aquí solo entretenimiento puro y duro pero por lo menos no aburre. Lo que si consiguen es dar más carisma a este villano, también lo desarrollan más ya que la historia de su enfrentamiento es más larga y con ello a Marlene, que es secuestrada, teniendo Spector que moverse hasta África para rescatarla. ¿Y el siguiente villano en aparecer? Pues está claro, Medianoche otra vez, pero en esta ocasión no se avanza tanto y sigue careciendo de carisma, lo que sí ocurre es que aparece Jeff, su hijo, que tras la muerte del padre recoge la identidad de Medianoche para convertirse en el compañero de lucha del Caballero Luna, cosa que no durará mucho ya que el chaval decide que la idea de su padre de ser villano al final no estaba tan mal.
La Gata Negra, Jerico Drumm, Spiderman, Punisher o el Motorista Fantasma serán algunos de los que pasen por la serie, pero aun con esta variedad lo que sí que encontramos es una mayor continuidad en las historias, por primera vez las aventuras duran más que uno o dos números y van formando un todo con Bushman de fondo que le da más coherencia al asunto. ¿Lo malo? Que se olvidan un poco de los aspectos más oscuros y que resultaban bastante interesantes en el personaje principal. ¿Lo Bueno? Que Dixon es un hombre de acción, es muy bueno con las historias de guerrillas y utiliza a Bushman para llevar al Caballero Luna a este terreno que domina tan bien, lo que hace que el cómic, aunque no muy original, sea muy ameno. Incluso lo lleva a ser juzgado por sus crímenes como soldado de fortuna.
Tanto el dibujante como el guionista se van tras dos años en la serie y son sustituidos por J.M. Dematteis y un muy muy inspirado Ron Garney. Su primer arco llamado “Redención escarlata” es sobresaliente, retoma la oscuridad, lo sobrenatural, jugando con la mente y la religión, y, al igual que los antecesores, sin dejar de lado a los secundarios imprescindibles en todas las etapas que hasta ahora hemos visto del personaje. Y por supuesto la villana, Escarlata, que por fin derrocha carisma y una relación muy extraña con el protagonista. Otra idea que retoma el conocido escritor es la del terror como arma, el Caballero Luna atemoriza a los maleantes de la calle con su simple aparición, alejándolo mucho de la visión de Dixon del guerrero. Por desgracia la etapa de ambos se queda solo en este arco argumental de seis números más otra historia unitaria en la que el caballero se enfrenta al Duende con la aparición de Spiderman Dematteis es sustituido por Terry Kavanagh mientras que Garney seguirá todavía un tiempo a los lápices.
Lo cierto es que Kavanagh no empieza nada mal, se va a un arco de cuatro números con Punisher como invitado donde trae de vuelta a Randall Spector, asesino y hermano del Caballero Luna supuestamente fallecido, para crear una nueva némesis: El Caballero Sombra, todo ello por medio de un grupo de culto a Khonshu a los que no les agradaba mucho el papel que estaba ejerciendo Marc. En realidad no todo es lo que parece, pero resulta una historia dura que hace al personaje aceptar totalmente su manto como avatar de Khonshu, algo sobre lo que siempre se había mostrado dubitativo, solo que cambia su percepción del dios, ya no lo trata como el dios de la venganza que nos había mostrado Doug Moench en su primera aparición, sino como dios de la justicia.
Lejos de quedarse ahí lo siguiente que hace es ponerlo frente al Doctor Muerte en una historia que también contiene planes ocultos y en la que nuestro héroe no duda en tirar de sus recursos y pedir ayuda a Reed Richard. Luego le toca lo que todos los guionistas de Marvel han tenido que hacer alguna vez: evento, en este caso de los buenos, La Guerra del Infinito, que como juega con el tema de los dobles malvados el escritor aprovecha para seguir con el tema de los juegos mentales con el Caballero. No solo eso, sino que mientras el lucha junto a otros héroes Kavanagh utiliza a Frenchie para continuar la historia que nos venía contando, la degradación del cuerpo de Marc Spector lo está llevando poco a poco a la tumba. También poco después habrá otro cruce con el siguiente evento cósmico que continua la acción del la Guerra, la Cruzada, pero en este caso será un solo número aunque le tocará justo en los últimos números de la serie y tendrá una relevancia especial para el personaje.
Si algo consigue Kavanagh es que las historias vuelvan a ser más oscuras, con todo el tema de la infección y el Demoduende de por medio, y además que esté integrado en el universo Marvel pero no por aparecer en otras series como solía ser hasta ahora, sino porque a su serie vienen otros héroes como el Doctor Extraño o el antes mencionado Mister Fantástico a ayudarle sin que él lo pida.
Antes de meternos a ver lo que será el último año de la serie merece la pena pararse en un especial que sale en este mismo año 1992 bajo el título Marc Spector: Caballero Luna Especial número 1. El número no es nada especial por mucho que lo ponga en el título, es una historia extraña en un sentido divertido de la palabra en la que el Caballero Luna va junto a Shang-Chi pasando una serie de ridículas pruebas en una montaña, pero lo curioso es que se trata de una historia que supone el regreso de Doug Moench al personaje.
Siguiendo con la etapa de Kavanagh, hay muchas cosas remarcables en estos últimos números como su enfrentamiento con el hombre lobo otra vez, con Gambito de invitado, o su discusión con los Vengadores debido a que vuelve a sus orígenes de meter palizas de espanto a los villanos que le lleva a abandonar el grupo quemando su carnet de miembro. Pero si en algo debemos fijarnos es en sus seis últimos números, publicados en España en un tomo bajo el nombre de Caballero Luna: Muerte en la familia. Kavanagh ya venía reconstruyendo el origen del personaje ligándolo a antiguos cultos, un poco al estilo de Daredevil con la Mano y la Casta, pero más vinculado al ídolo de Khonshu, la historia que aquí nos cuenta su relación con Los Infernitas y una pelea con su propia imagen que afirma ser primero él y luego un antepasado suyo. Una lucha encarnizada, que le traerá tragedias y aliados, acaba con la propia muerte del Caballero Luna en una historia que es lo peor de la etapa del autor, aunque esa última batalla se aleja un poco de lo habitual tratando de darle algo de originalidad no consigue nada bueno. Lo malo de esta parte no solo está en el guión, el dibujo noventero de Stephen Platt, tratando de copiar a McFarlane no es muy agradable, especialmente si se compara con autores anteriores.
Para volver a verlo tendremos que esperar un poco, porque vuelve claro ¿qué podíamos esperar? si las grandes editoriales son capaces de resucitar a casi cualquier personaje está claro que lo iban a hacer con uno cuyo origen es precisamente una resurrección.
RESURRECCIONES Y VUELTAS AL ORIGEN
La sorpresa llega en 1998 en forma de miniserie escrita por su creador Doug Moench y con los dibujos de Tommy Lee Edwards que le pega mucho a la historia dando un toque de oscuridad bastante interesante y lejos de imitadores que copaban las colecciones en esta segunda parte de la década.
En España la serie se publica en tomo bajo el título Resurrección pero es más correcto su título americano Resurrection War ya que Khonshu no lo resucita porque sí sino para luchar contra la resurrección de un antiguo dios, Set, el dios oscuro al que denomina como su némesis. El juego de Moench con la cabeza del Caballero Luna empieza desde el primero momento en que el personaje aparece, haciendo un repaso en el plano mental por todos los grandes villanos que han aparecido en su vida, incluso algunos como Escarlata que no había creado el autor, aunque obviando la parte de Kavanagh, hasta el punto álgido en que Marc resucita saliendo del interior de la estatua de Khonshu frente a Frenchie y a Marlene. Lo que pretende Moench es un claro regreso a las historias iniciales en las que él mismo definió al personaje y parece que la única etapa posterior a la suya que le hizo algo de gracia es la de J.M. Dematteis, cosa que no es de extrañar.
En este caso la primera batalla que debe superar el Caballero Luna es contra el avatar de Set, el Espectro Negro, que luchan primero en su mente y luego en el mundo físico. La gran pregunta es “¿Khonshu me habla o estoy loco?” y todas las visiones que tuvo en su resurrección van apareciendo en el mundo real, todos los villanos, así Moench no solo devuelve el personaje a sus orígenes sino que lo hace madurar, hace que avance hacia los sitios de locura e inestabilidad mental a los cuales parecía destinado desde que utilizaba sus múltiples identidades casi como si de un esquizofrénico se tratase.
La siguiente historia del Caballero Luna viene también en formato miniserie de cuatro números, aquí recopilada en el tomo “Extraños”, en inglés titulada High Strangers, con Moench acompañado de un excelente Marc Texeira siguiendo su tradición de trabajar con grandes dibujantes.
El relato en cuestión nos lleva por otros derroteros, alguien quiere asesinar a Marc Spector, el soldado, no el Caballero Luna, por lo que él mismo se dedica a investigar a estos extraños asesinos cuya única conexión parece ser un símbolo. Aunque sigue con tintes sobrenaturales y jugando con las mentes, esta vez de forma distinta, no deja de ser una historia más detectivescas del estilo a las de su inicio solo que siguiendo con esa oscuridad que Doug Moench había ido tomando con el tiempo. No está a la altura del anterior tomo, sí que está bastante mejor que lo que la mayoría de autores han hecho con el personaje hasta este momento pero lo más destacable es que consigue recuperar la química existente entre el trío formado por Marlene, Frenchie y Marc.
LA NUEVA OSCURIDAD
Por desgracia, después del trabajo de Moench tardaremos siete años en volver a ver una serie propia del Caballero Luna. Al menos el universo Marvel no se olvida de él del todo, va apareciendo en varias series como Pantera Negra, Hércules, Thunderbolts, Los Vengadores… pero la única en la que se pasa más de un pequeño puñado de números es la llamada Marvel Knights, una serie que narraba las aventuras de los héroes callejeros unidos contra criminales a los que les costaba derrotar en solitario, una suerte de Team-Up moderno bajo el manto de la iniciativa del mismo nombre hecha por Quesada y Palmiotti para relanzar a esta parte del universo Marvel. No obstante la aparición del Caballero Luna no es nada del otro mundo.
Así que nos ponemos en el año 2006 para disfrutar de una nueva serie que durará 30 números. La primera parte de esta la realizan Charlie Huston al guión y David Finch al dibujo y se refleja el hecho de que durante estos años que han pasado entre series el cómic a sufrido algunos cambios, así la series es más brusca y más oscura de lo visto anteriormente. Es una evolución bastante natural, hay que tener en cuenta que por estas fechas Marvel ya se ha deshecho de la vigilancia del Comic Code Authority con lo que le permite darle un tono que el propio personaje lleva pidiendo desde años. Y el dibujo de Finch le va como un guante.
Huston comienza con una reflexión personal de este peculiar héroe y su papel en comparación con el resto de los héroes Marvel, lo que el debe hacer es más oscuro, mientras repasa un poco lo que le ha pasado en los últimos años y lo que ha estado haciendo desde que acabara la última serie de Moench. La narración nos lo muestra no solo más violento sino también más fanático con respecto a su fe en Khonshu, no es de extrañar, en los primeros números ya nos enteramos que Marc Spector está roto, destrozado por su última pelea con Bushman, postrado en una silla de ruedas, drogándose para soportar el dolor mientras que pasa las horas frente a la estatua del dios que le devolvió la vida en dos ocasiones, rezando para que le ayude. El relato es duro y, al igual que hizo primero Moench y luego otros, juega con la mente, la locura y lo real.
El autor comienza haciendo un repaso de su historia como mercenario, lo que da una coherencia al conjunto, haciendo ver al lector que en su origen Marc Spector no era precisamente bueno cuando hacia equipo con Frenchie y Bushman. Otro punto atrevido no tocado hasta ahora es la homosexualidad de Frenchie, que dejó su vida anterior para regentar un restaurante, algo que no sabía ni el propio Marc y les lleva a mantener uno de los diálogos con más profundidad que ha habido entre ambos desde que hubieran sido creados. Acaban mal y poco después Frenchie recibe una paliza por su orientación sexual. La siguiente en aparecer es Marlene con la que también discute pero es un ataque del Supervisor la gota que colma el vaso, lo que lleva a Spector a tocar fondo y resurgir como el Caballero Luna en una más que estupenda historia, su narración de como se da cuenta de que es el avatar de Khonshu y lo que realmente significa es genial, además de utilizar a Bushman como especie de alucinación/comunicación con Khonshu/locura suya de la de siempre.
De hecho lo cierto es que, aunque la parte de Huston está llena de acción bastante dura, la profundidad de sus diálogos es sin lugar a dudas lo más atractivo, su forma de manejar la situación con los secundarios, en especial con Frenchie y su novio, es bastante buena. En medio de todo esto se encuentra el cruce con los dos eventos del momento, o mejor dicho el evento y su consecuencia, hablo de Civil War y La Iniciativa, pero Huston sale airoso, lo único que hace es que el personaje mantenga una conversación con Spiderman en el que este se queja de la violencia que usa, como ya hiciera en su primer encuentro, y otra con el Capitán América en el que se llaman de todo menos bonito. Para la Iniciativa su compañero es Punisher, brevemente y con el que se lleva mejor a pesar de que el Caballero ya no mata (y no será por que su alucinación de Khonshu/Bushman no se lo pida).
Por supuesto llega el que no podía faltar, Medianoche, nadie lo dudaba. Lo que sí consigue Huston es darle algo más de personalidad convirtiéndolo en algo mucho más diabólico que al principio. Por desgracia su etapa solo dura doce números siendo sustituido por Mike Benson aunque entre ambos escriben un arco titulado Dios y patria, dibujado por Mark Texeira que regresa al personaje. Al estar el argumento coescrito por Huston sigue bastante la línea de lo anterior, solo que esta vez se enfoca más la relación con Marlene y los diálogos, sin ser malos, no tienen el nivel de los otros. Lo mejor es el final del arco y su vuelta de tuerca así que repito, aunque no esté a la altura del anterior dista de ser malo.
Benson continúa en solitario hasta el final de la serie con Texeira un rato más y Jefte Palo en la recta final que se defiende muy bien. Aunque es bastante continuista, Benson tira más del momento en que se encuentra el universo Marvel, así, mientras sigue con el tema de la locura, veremos pasar por la serie a Iron Man con SHIELD, a Osborn, a Veneno o a Bullseye con los Thunderbolts en un arco con acción a raudales en que se tendrá que deshacer de una de sus más queridas identidades para poder seguir como justiciero.
En la última historia las cosas cambian para volver a viejos hábitos, Benson lleva al personaje a México donde iniciará una investigación a la antigua usanza con un asesino en serie de por medio, la historia se parece más a las iniciales aunque el Caballero Luna tarda unos cuantos números en ponerse el traje. Con Punisher otra vez como invitado, el personaje da un paso atrás en una narración entretenida pero innecesaria, dejando el trabajo de las personalidades múltiples y los mitos de Khonshu.
LA VENGANZA Y LOS VENGADORES
A pesar de las continuas cancelaciones, el personaje sigue gozando de buena salud y poco después de acabar su serie le da otra oportunidad con una mini de diez números llamada La venganza del Caballero Luna escrita por Gregg Hurwitz y con el dibujo a cargo de diversos artistas como Jerome Opeña, Juan José Ryp y Tan Eng Huat.
El escritor saca rápidamente al personaje del entorno en que había quedado en su anterior serie para llevarlo de nuevo a Nueva York pero no es lo único que retoma, aunque intenta no hacerle caso, el ídolo de Khonshu se le sigue manifestando para incitarle a matar. Obviando más o menos a sus enemigos clásicos, ya que Bushman aparece en la historia, Hurwitz juega con el concepto de superhéroe cuestionando si este lo es y metiendo a Sentry en la historia, cosa curiosa ya que no es precisamente el más adecuado para hablar de locura. Los que si aparecen son los que por aquel entonces eran omnipresentes en Marvel: Osborn, El Encapuchado y sus secuaces, a los que no les agrada nada que regrese un vigilante tan agresivo. La colección baja un poco según avanza, pero la primera parte realmente merece la pena.
Esta serie se acaba por meterse de lleno en la llamada Edad Heroica de Marvel, momento en el que Ed Brubaker aprovecha la situación para introducir al personaje en su nuevo equipo de Vengadores, Los Vengadores Secretos, en el que se mantendrá unos pocos números haciendo misiones encubiertas. Merece la pena mencionarlo porque habrá una mínima conexión con la siguiente etapa del personaje y porque los números de Brubaker son bastante buenos, aunque la historia del personaje no avance mucho en ellos. También aparecerá como invitado en otras series y eventos varios, el más relevante Tierra de Sombras, donde obtiene una miniserie de tres números en la que se dedica a ayudar a otros héroes a luchar contra un malvado Daredevil que trabaja como jefe de la Mano. Al final acaba por decidir recuperar su identidad perdida como Marc Spector.
BENDIS TOMA EL MANDO
Odiado y amado, Brian Michael Bendis se prodigó durante el presente siglo por muchas de las series de Marvel, llevando algunas de ellas a cotas de calidad bastante altas pese a quien pese. Cierto que no siempre fue igual de afortunado, pero con el Caballero Luna se movió como pez en el agua y es que a Bendis no se le dan mal los héroes callejeros y menos si su compañero al dibujo es un grande como Alex Maleev. La serie durará doce números y no habrá cambios en el equipo creativo.
Bendis tratará de engañar desde las primeras páginas al lector de forma muy satisfactoria, empezamos viendo un origen que no se corresponde del todo con el narrado por Moench dejándonos un poco descolocados hasta que nos damos cuenta de que lo que estamos leyendo es una producción televisiva firmada por Marc Spector que pretende ser una serie sobre su vida. Este tipo de narración marcará todo lo que veamos en su etapa, no es la intención de este texto revelar grandes spoilers para que quien no se haya hecho con esta obra pueda disfrutarla igualmente así que digamos que el argumento del primer arco versa sobre una cabeza de Ultrón desactivada y la acción de el Caballero Luna en Los Ángeles junto a unos peculiares Vengadores. Lo cierto es que aunque parezca que lo lleva a sitios más normales no es así, la locura está más que presente y se ve la influencia de autores pasados, lo que sí hace Bendis es llevarlo un poco al terreno callejero que domina y meter secundarios con los que ya había trabajado como Eco, con la que mantendrá una relación.
El segundo arco continúa directamente, no por nada se llama “Actos y consecuencias” y lleva un tono más detectivesco/callejero destapando realmente el velo de la inestabilidad del personaje, con el Conde Nefaria como enemigo. Lo bueno que la historia es entretenida y profundiza en el Caballero a la vez que le llega a dar un toque de humor con el tema de la serie televisiva, bueno y que está muy bien contada. Lo malo que, personalmente, eché de menos a sus secundarios habituales, aunque dada la naturaleza de la historia es posible que no hubiesen tenido mucha cabida.
Para cerrar esta etapa y muy en la línea de lo escrito por Bendis, merece la pena recomendar un especial titulado “Noche de Paz” escrito por Peter Milligan que sale a la venta en el 2012 con Papá Noel rondando por la mente de nuestro querido caballero blanco.
…Y AUNQUE PAREZCA IMPOSIBLE SE PUEDE IR MÁS LEJOS
El último volumen publicado al completo consta de diecisiete números (hay que recordar que Marvel está en la actualidad sacando uno nuevo) que dividiremos en tres partes pues cada una pertenece a un guionista diferente con un dibujante distinto, además en España ha sido publicado en tres volúmenes, a tomo por grupo de autores.
El pistoletazo de salida lo da nuestro querido y adorado Warren Ellis con Declan Shalvey al dibujo, con unas portadas magníficas por cierto. T.I.D., trastorno de identidad disociativa, así de claro empieza Warren Ellis, sin medias tintas ni distracciones. Continúa la idea de Bendis sobre la forma de actuar del personaje solo que añade un detalle importante para hacernos dudar de todo: Khonshu tiene cuatro formas por lo que su avatar también las tendrá y si se deshace de alguna entonces se manifestará de manera distinta, es decir si no está ni el taxista ni el millonario ¿qué está?. Magia versus ciencia, Ellis empieza fuerte, al grano y llega para hacer cambios, esta forma de hacer las cosas es muy típica en el autor, lo que hace sigue el esquema científico de observar, analizar y clasificar para a partir de ahí contar su historia y que todo sea coherente. El primero de los personajes es Marc Spector, el de siempre.
El segundo es el Señor Luna, investigador que colabora con la policía, metódico, muy detectivesco y utilizando los movimientos justos y cuidados, a la par que elegante. Aunque la policía sabe su identidad real prefiere hacer como que no y contar con sus servicios para resolver asesinatos. También es el que Warren Ellis más utiliza.
El tercero es el propio Caballero Luna, esta vez con un traje diferente, algo parecido al que usa el Daredevil televisivo en la última temporada, también con ciertas similitudes al de Batman. Es agresivo y rápido, acción en estado puro.
El cuarto es una versión de los anteriores pero con un traje lleno de huesos y amuletos varios que le hacen parecer más un antiguo avatar de Khonshu, traje que utiliza para contrarrestar las amenazas mágicas. Porque aunque intente en ocasiones hacer ciencia del tema del Caballero Luna la magia está muy presente y la comunicación del personaje con Khonshu es casi constante.
Por desgracia esta excelente etapa dura solo seis números y el autor no llega a trabajar mucho con el tema que prometía bastante. La ventaja es que los seis números son más o menos autoconclusivos, con lo que se pueden leer sin problema y no deja nada colgado.
Su sucesor es otro buen escritor con obras destacables como DMZ o Northlanders, Brian Wood, con un más que correcto Greg Smallgood a los lápices y se ocuparán de otros seis números. Wood sigue la estela de Ellis perfectamente, las aventuras también tienen un carácter unitario pero le da una conexión mediante unos personajes que Ellis había introducido: un policía, una periodista y la doctora que sale al principio y uno de ellos se convertirá en un gran enemigo capaz de arrebatarle todo. También es cierto que Wood lo lleva algo a su terreno, sigue siendo un justiciero (o varios mejor dicho, ya que utiliza a todas las personalidades antes descritas) pero se mueve algo hacia la moral, la política y la sociedad, pero sin restar importancia a Khonshu, al contrario.
Al final Wood consigue construir una historia que no tiene nada que envidiar a la de Warren Ellis y eso es mucho decir.
La tercera y última parte consta de cinco números, está escrita por Cullen Bunn y dibujada tres números por Ron Ackins y otros dos por Germán Peralta, ambos se desenvuelven muy bien a pesar de que de este volumen me he de quedar con Declan Shalvey. La parte de Bunn es como una mezcla de las anteriores, su comunicación con Khonshu y el tipo de historias plagada de temática sobrenatural es muy similar a la de Wood, pero la estructura de números unitarios e inconexos son del estilo de la de Ellis. En resumen, quizás no sea tan buena como los dos anteriores, pero aun así está a un nivel muy alto.
¿Y QUÉ PUEDO LEER?
Por poder se puede leer todo, ya que su trayectoria en si es bastante decente, pero vamos a intentar ir a la mínima cantidad de cómics. Antes de ello recomendaría leer los artículos de Don Luis Javier Capote Pérez en esta página sobre Los primeros números de Moench, Muerte en la familia, Resurrección y Extraños, más que nada para tener una segunda opinión.
Por mi parte comenzaría con el número uno del primer volumen de Moench y Sienkiewicz, obviando las apariciones anteriores que son entretenidas pero prescindibles en tanto que no definen bien al personaje y dan un origen confuso. Además la evolución del dibujo es memorable. Este volumen uno debería leerse entero ya que el final es de Alan Zelenetz que escribirá la parte que merece la pena del siguiente volumen, el llamado El puño de Khonshu.
En el siguiente volumen, aunque la parte de Dixon no está mal, yo saltaría a la de J.M. Dematteis y después la etapa de Kavanagh pues ya depende de la paciencia que tengamos, el principio está bien pero la muerte de Spector es más bien mala así que entra en juego el factor curiosidad de cada uno.
A partir de aquí ya no hay nada que se pueda desechar, empezamos con las magníficas miniseries en las que Moench retoma a su personaje, luego Huston especialmente pero también Benson hacen muy buen trabajo con el Caballero Luna dándole un toque moderno pero sin obviar su pasado. La venganza del Caballero Luna de Gregg Hurwitz tampoco está nada mal pero los dos últimos volúmenes… ¡oh sí! esos sí que son buenos buenos. Bendis, Ellis, Wood y Bunn son lo mejor que le ha podido pasar al personaje en el presente siglo. Así que a leer para prepararnos con la nueva serie de Jeff Lemire, que ya lleva unos pocos números.
Como curiosidad final, es notable el altísimo nivel de dibujantes que ha tenido una serie denominada menor como esta, salvo unas pocas excepciones da gusto ver las diferentes formas de dibujarlo, los diferentes diseños y como todos ellos quedan como un guante con el guión. Incluso Skottie Young.
Laaargo articulo que espero leer con ganas esta noche a la vuelta del curro! El caballero Luna ha sido siempre uno de mis favoritos y este articulo va a ser un disfrute esta noche!
Fletcher!!
Articulazo! Enhorabuena por el curro.
Como dice Fletcher, de estos artículos de leer con calma y tiempo, sobre uno de mis personajes Marvel favoritos!
Muchas gracias por el artículo Igor. El Caballero Luna también es uno de mis personajes Marvel favoritos y para mi la versión definitiva del personaje siempre será la de Moench y Sienkiewicz. El resto de autores han hecho cosas muy interesantes pero nunca han llegado al nivel de Moench.
Por cierto, sabes si los número de DeMatties y los primeros de Kavanagh se publicaron en España o están inéditos?
Hola compi, pues yo los tengo en inglés pero me parece que no se publicaron aquí, una pena porque son brutales.
Moench y Sienkiewicz son los que mandan, pero Bendis/Ellis/Wood/Bunn han sabido tratar muy bien al personaje.
Saludos!
En España están inéditos, así como gran parte del vol. 2. Pero en CRG están todos tradumaquetados por un servidor. De nada. 😉
El problema que ha tenido el Caballero Luna es el de que siempre ha tratado de alejarse de Batman para demostrar que tiene personalidad propia, pero al final se queda con cosas como su estuatus, su estilo y sus problemas mentales, obviando algo tan importante como es el universo de nemesis.
El Caballero Luna adolece de buenos enemigos, siendo de su propia cosecha solamente Bushman (mercenario ¿zombie?), Media Noche (que en su última aparición, que continua con lo visto en la maxiserie donde hacen equipo El castigador, Spiderman y Destructor Nocturno, aparte del Caballero) prometía mucho y se le finiquitó para ¿siempre? (bueno, aun se le puede resucitar…) y, quizás Morfeo, que no se le ha vuelto a ver desde la miniserie «Guerra de resurrección», siendo este un villano con un potencial considerable (una posible conexión con Pesadilla, elevaría la importancia mística de este personaje)
Otro intentos de villanos para la serie como el «hermano» del caballero, no dejan de ser malos reflejos del propio caballero (y Tierra de Sombras no cuenta dentro de la cronología del caballero !!apenas aparece en el arco principal¡¡) de los cuales abusan un poco/demasiado ya que al final parece que todo tiene que tener relación con el caballero y su ambigüedad.
Tengo miedo a ver lo que hacen con Spector en la nueva serie, puesto que con Ellis y los que le siguieron la cosa parecía que iba bien encaminada (aprovecho para decir que prefiero el trabajo de Cullen Bunn que el de Wood) si bien continuaba siendo un completo marginado del resto del universo Marvel y que parece ser que pretenden darle una patada y empezar de cero.
Lo bueno del señor luna es que siempre resucita de las cenizas….
Sí a todo!!!!!!!!, bueno Bunn/Wood molan los dos jejeje.
Saludos!!!!
Si algo me gustaria que se quedara de Batman es el respeto que al hombre murcielago le muestran el resto de heroes y que la mayoria de guionistas asi lo sigue,muchas veces creo que en otras series trataron mal al caballero luna,como si no lo tuvieran mucho en cuenta o no le creyeran «importante»,creo que eso deberia cambiar.
Creo que lo hacen a mala leche, como queriendo decir «no hay sitio para Batman en Marvel»
Sino fíjate en Halcón Nocturno como ha sido un personaje de traje ridículo hasta la llegada de su versión Max…y este es un sociopata rabioso.
Vaya puntería que tienes, en breve verás un artículo que habla de eso XD.
Pues me parece muy mal que para «hacer daño» a un personaje de DC jodan un poco a un personaje tan bueno como el caballero luna la verdad,que creo que tiene suficiente recorrido para decir que es un Batman de marvel.
Un gran artículo que repasa la errática trayectoría de este gran personaje. Sólo encuentro a faltar el especial Divided We Fall de Bruce Jones y Denys Cowan. Un número que, como el Marc Spector: Moon Knight Special Edition, sigue inédito en nuestro país.
Buenas. Lo del especial pues sí que está bastante bien, si no lo meto es porque no entra tanto en la parte importante de la vida del personaje. De hecho suelo pasar un poco de los especiales (los leo por si acaso), aquí mencioné el de Milligan por gracioso más que otra cosa, pero tampoco son cosas que recomendaría para ir a lo más básico del personaje.
Saludos!!!!
Muchas gracias!!!! Espero que lo disfrutéis!!!!
Discrepo en lo de Bendis y Maleev. Tras su «Daredevil» me flotaba las manos pensando en lo que podían hacer con Spector. Pero lo que me encontré fue un enfoque donde se desvirtuaba por completo al personaje (lo de hacer que adopte la personalidad de otros heroes como Spiderman, Lobezno, etc además de no tener sentido desperdiciaba todo el trabajo de Moench), la trama se estiraba cual chicle y encima al final se le veía el plumero revelando que le interesaba mas seguir con sus tramas de Vengadores (la cabeza de Ultron) que escribir al personaje en sí.
Y por si fuera poco la etapa de Bendis cortaba de cuajó la de Hurwitz/Opeña que era bastante mejor. Y todo porque Bendis tenia el capricho de escribir al personaje sin importarle que este ya estuviese en buenas manos (igualito que hizo con los Guardianes de la galaxia «robandosela» a Abnett y Lanning).
P.D: no es por fastidiar, pero es «Marc Spector» (con C) y no «Mark» 😉
Jajaja vaya ida de pinza, lo peor es que lo se de sobra y aun así lo pongo con K. Gracias!.
Lo de Bendis, bueno ya digo en el texto «odiado/amado» a mi en este caso me gustó, en lo que dices de los Guardianes no, estoy de acuerdo contigo (de hecho lo dejo entrever en el texto que publiqué ayer sobre el libro de Abnett).
Saludos!!!
El arco de Warren Ellis ya es uno de mis comics favoritos de todos los tiempos.