Nada es lo que parece en Dallas
Hace poco leí a alguien decir que “hoy queda claro que la estupidez humana no se soluciona con el acceso a la información”. Desde luego. No hay más que echar un ojo al imparable auge de las teorías de la conspiración, un fenómeno que avanza a toda velocidad ante la impotente mirada de una comunidad científica cuyos méritos parecen ser tan válidos como la opinión de cualquier agitador. Sí, hay veces que hacen reír, pero el tema pierde bastante la gracia cuando acabamos viendo a fanáticos asaltando pizzerías, acosando víctimas o peor, ganando elecciones. Y sin embargo… no se puede negar que las fábulas conspiranoicas tienen cierto encanto incomparable, además de una capacidad innata para servir como fuente de inspiración inagotable para la ficción.
Es el caso de la obra de la que hablamos hoy. Sobre el asunto del cadáver de Oswald es una miniserie publicada el pasado 2022 por BOOM! Studios, editorial que lleva ya unos añitos hacerle la competencia a Image y sabiendo acaparar a los autores más populares del mercado USA. Autores populares como, por ejemplo, el guionista de esta obra en cuestión, Christopher Cantwell. El escritor lleva tiempo en el candelero, no solo por su experiencia en el mundo audiovisual, donde creó y dirigió Halt and Catch Fire, sino por sus interesantísimos trabajos en el cómic, donde ha creado obras como Everything, Podía Volar o Blue Flame, además de asumir un papel importante dentro de Marvel guionizando a Iron Man o Capitán América.
Sobre el asunto… supone su debut como autor independiente en la editorial de la onomatopeya, un trabajo co-creado junto al artista italiano Luca Casalanguida, autor del que hemos podido disfrutar en el James Bond de Dynamite y en trabajos como Lost Soldiers (Image), Scouts of Honor (Aftershock) o en el mercado italiano con Dylan Dog. Completa el equipo Giada Marchisio, colorista con largo recorrido en Marvel y Bonelli. Juntos nos entregan un tomo que Planeta Cómic, en su actual esfuerzo por sacar músculo en su catálogo de cómic yanqui, nos ha traído hace menos de un mes.
La serie nos adentra en una de las muchas teorías que circulan al respecto del famosísimo asesinato de John Fitzgerald Kennedy: la de que el cuerpo enterrado en la tumba de Lee Harvey Oswald (asesinado en público dos días después de su crimen) no es realmente el suyo. Así, la historia nos conduce hasta 1963, cuando un misterioso hombre reúne a un grupo de “tontos útiles”, cuatro personas solitarias y perdidas, con habilidades muy concretas, que reciben una misión (forzada) con la que tapar cierto crimen destinado a cometerse en Dallas un 22 de noviembre.
La aproximación de los autores en Sobre el asunto… es sencilla: tomar la teoría conspiracionista en cuestión y racionalizarla, buscar cómo convertirla en una historia que encaje y entretenga. Y la mínima se cumple con facilidad. Christopher Cantwell demuestra ser un narrador talentoso y logra construir una intrigante historia de parias unidos por una inesperada misión. El guionista de Iron Man construye un reparto de protagonistas interesante y bien definido, y aunque no se llega a profundizar demasiado en sus contextos debido a la brevedad del volumen, logra conferirles una interesante tridimensionalidad y diversidad. No son personajes de los que enamorarnos, pero funcionan bien.
Si hablamos de la trama, es cierto que Cantwell no resulta tan personal como en otros trabajos más extravagantes como Podía volar o Everything, da cierta sensación de que lo mundano (incluso cuando implica el asesinato de un presidente) no es el campo de cultivo que más hace brillar al escritor. Sin embargo, lo que aquí nos encontramos es un guion perfectamente construido y engrasado, que sabe dosificar el suspense y manejar el tempo con pulso de cirujano. La intriga está manejada con mucho talento, y creo que habría sido perfecto poder leer la obra sin saber nada sobre su argumento. Ir deduciendo poco a poco que nos encontramos a las puertas del asesinato de JFK, en lugar de partir ya de la premisa directamente en el título, le habría dado un plus enorme a la lectura, en lugar de tenernos prevenidos desde la primera página. Como nota algo negativa, el clímax final y las explicaciones que se dan para dar un porqué de la misión resultan algo pobres. Pero claro, partimos de que la teoría de la conspiración en la que se basa Cantwell es una patochada gorda, por lo que podríamos considerar hasta una virtud demostrar lo absurda que es.
En el apartado artístico, Luca Casalanguida nos deja un trabajo muy correcto. El artista italiano realiza una labor de buena factura, con un estilo de dibujo sencillo pero bien estructurado con sabor europeo, que evoca a otros autores como Ramón K. Pérez o Lorenzo de Felici. Su mayor logro recae en el diseño de personajes, donde hace un trabajo notable perfilando con muy poco a un cuarteto protagonista lleno de personalidad. Por contra, en ocasiones se le echa en falta algo más de expresividad en los rostros y movimiento en las bocas, que parecen estar siempre cerradas. En lo que respecta al color, sorprende la elección que toma Giada Marchisio respecto al estilo, al optar por unas paletas bastante coloridas y luminosas en una historia de corte noir. Me arriesgo a decir que unas paletas más oscuras podrían haberle sentado muy bien a la historia, pero tampoco se puede poner ninguna queja ante el buen hacer de la colorista.
En definitiva, Sobre el asunto del cadáver de Oswald es una pequeña historia de suspense entretenida que será de interés para los amantes de la cultura estadounidense y el mundo de las conspiraciones. No estamos ante un trabajo que muestre la personalidad de Cantwell a plena potencia, pero sin duda es una buena lectura para echar un rato majo alrededor de una de esas teorías conspiranoicas que bien podrían limitarse a vivir siempre en la ficción.
Lo mejor
• Es una buena historia de suspense.
Lo peor
• Se echa en falta al Cantwell más personal.
• Flojea en la conclusión.
Guión - 7
Dibujo - 7.4
Interés - 6.5
7
Intrigante
Christopher Cantwell y Luca Casalanguida nos entregan su particular conspiración con una obra que, sin hacer grandes alardes, supone un buen entretenimiento.