Érase una vez
«Tengo uvas ¿quieres?»
Que difícil me resulta enfrentarme a esta reseña de Calle Peligro, de verdad. Lo tenía todo esta serie para gustarme…
Empezando por homenajear una obra de la época cuasidorada de DC, aquellos tardíos 70 en los que la editorial no pudo ser más experimental y, sin embargo, se llevó un batacazo tras otro. El público no estaba preparado, supongo. Perdón, me pierdo, hablamos de 1st Issue Especial, una cabecera de “números uno” que aguantó 12 primeros números. No me enrollo porque ya la desgranó Gustavo Higuero en un Magazine DC.
Siguiendo por unos personajes marginales, de los que me atraen irremediablemente. Desde nuestro adorado Metamorfo a la irresistible Lady Cop, pasando por el venerado Warlord o el mítico Creeper, entre otras muchas rarezas. Algunos más conocidos que otros, pero desde luego todos en la parte baja del radar de las ventas.
Acabando por un equipo de lujo, tanto guionista como dibujante (y Dave Stewart, pero es que este colorista es dios). Qué se puede decir de Tom King, salvo que ha sido un salvavidas de originalidad en un universo superheroico manido y repetitivo a más no poder. Una voz nueva y poderosa que hemos visto surgir tímidamente y mimado hasta empezar a darnos deliciosos frutos con los que deleitarnos.
Por no hablar de ese talento nuestro (sí, qué pasa, los futboleros tienen derecho a hablar en posesivo con sus equipos pero ¿nosotros no podemos con los dibujantes?) que directamente emparentamos con los grandes y sin embargo nos dejó con la comparación en la boca dándonos aún más. Jorge Fornes es un dibujante tan personal como todoterreno, de los que encuadran la belleza de lo mundano.
Y sin embargo, Calle Peligro… (Hacía rato que os olíais un PERO, ¿verdad?)
Ha fallado. Siento ser tan claro, pero ha fallado. Y precisamente me he dado aún más cuenta por la dificultad de la reseña ¿verdad? Porque me costaba “traicionar” tantas razones poderosas para el “me ha de gustar”.
Intentaré desgranar los errores usando esa estructura para alabar sus muchos aciertos, que los hay. Tampoco nos engañemos para lo contrario, una serie con todas esas características y esos autores no es mala, en absoluto, e incluso diría que por encima de la media en originalidad y calidad. Pero eso no quita que…
El propio homenaje se escapa entre los dedos. El milimétrico Tom King, que en otras ocasiones nos arrastra por caminos intransitables por llegar a sus calculados finales, no ha tenido en consideración ni los homenajes particulares a cada personaje ¿Habéis intuido alguna relación entre el héroe mencionado al comienzo de cada capítulo de Calle Peligro y la trama de éste? Pues eso.
Amen de los personajes, los cuales sí que estaban vacíos y listos para rellenar en algunos aspectos, pero en los casos que ya tenían trayectoria, ésta ha sido saltada a la torera. Conste que no soy de los que se desgarran las vestiduras en plan “mi Batman nunca haría…”, pero de ahí a que Metamorfo sea una sombra que transita del primer a directamente el último capítulo, hay un dolor de pérdida.
También veo un abuso en el simpático recurso de la cotidianidad del héroe. Me explico; que un pedazo de hombretón como Travis Morgan se humille ante un grupo de niños aceptando uvas para calmar su patetismo… vale. Que sigamos exactamente el mismo juego con un pedazo de hombretón como Orión, ralla el cansancio y te pone un poco en vergüenza ajena (del guionista).
Y ni que decir tiene que los Dingbats me sacan de quicio. Son maleducados, me dan ganas de patearlos a cada frase o acto estúpido y sus diálogos son enervantes a más no poder. No, no me creo que un grupo de niños (¿huérfanos?) tengan un quad para hacer el gamberro, un piso franco para descansar y videojuegos, pero luego vayan de sabios de la escuela de la calle.
Pero como decía hay maravillas escondidas en esta Calle Peligro. Lady Cop es un personaje magnífico en manos de King, que se eleva como verdadera protagonista y heroína de la historia. Tiene momentos tiernos, duros, simpáticos y hasta de acción brutal. El escritor coge un mero concepto y lo eleva a personaje inolvidable.
Y personajes como Manhunter o Creeper son acertadamente radiografiados hasta encontrar una esencia patética, aunque en sentidos muy diferentes. Uno, al gusto de King, es desnudado para desvelar la ridiculez de su motivación, mientras que el otro es contextualizado en un mundo de noticias engañosas y falsos expertos que vomitan las mentiras que sean necesarias para ascender.
Luego están esas contrapartidas que son el Equipo Verde y los Outsiders, los cuales parecen no importar salvo como nudo de la historia, meros títeres del verdadero villano(?) en las sombras. Algo que enriquece el relato, pero que ha sido tan manipulado y diluido en innecesarios conflictos, que termina por saber a muy poco y suena a cierto sinsentido.
Porque efectivamente había una trama, chavales. Y lo digo con ironía porque, para mi, ese es uno de los grandes fallos de la maxiserie. Pese a lo embellecedor de ciertos capítulos llamémosles “filosóficos” (ejem, aburridos), si no son engranados correctamente te pierden de lo que quieres contar. Creo que ahí esta el problema en realidad del experimento; King quería contarnos estos dilemas morales y ha tenido que escribir un relato para engarzarlos, en vez de querer relatar una historia y enriquecerla con estos detalles.
Y se nota, por ejemplo, en los muchos cabos sueltos, como el supuestamente temible papel de Darksied que queda en agua de borrajas. O en el qué paso con el cuerpo de Atlas, que rápidamente se nos supone imbuido en el chico muerto. O el encuentro de Creeper con Batman, por muchas buenas perlas que le suelte el primero al murciélago. Etc.
En fin, creo que me he cebado suficiente con el, por otro lado magnífico, sr. King, supongo que siempre espero (quiero) más del autor de Visión, el Sherif de Babilonia o Mr Milagro.
Fornes es intocable, la verdad. Me ha sorprendido dibujando escenas cotidianas mejor que nadie. Cuántos autores de fama la cagan dibujando niños, mientras que el catalán les ha imbuido la edad correcta, las expresiones adecuadas, y hasta las posturas propias. Y qué decir de su Lady Cop, de la que podríamos enamorarnos cual adolescentes que se encaprichan de su heroína irreal.
Es verdad que me he metido con él en algún WTF, pero es que están para eso, leñe. Supongo que era porque echaba de menos su grandeza con el claroscuro, con ese estilo mazzucchilesco que nos tiene a todos locos. El que salga de ahí para ofrecernos otras mil tonalidades de rostros, de gestos, solo demuestra la genialidad de este artista.
Con esto llegamos al final de la crítica, con la miel en los labios. Como la conclusión de Calle Peligro, la cual resulta apropiada, ata más de un cabo y hasta tiene enjundia para hacernos soltar alguna lagrimilla. PERO también tiene ilogicidades, efectismo, y algo de innecesidades, como toda la serie.
Ya digo, me cuesta la crítica. Como me costó la lectura desde ese principio tan antiheroico, como que todo me ha parecido un subterfugio en contra de afrontar lo que el propio King no se atrevió.
¿Qué haces cuando matas a un niño inocente por error?
La has cagado, y todo lo demás es una huida hacia delante.
Lo mejor
• El dibujo de Fornes.
• Lady Cop.
Lo peor
• Las expectativas.
• Demasiado enrevesado sin necesidad de serlo.
Guión - 6
Dibujo - 8.5
Interés - 5
6.5
Lo que pudo ser y no fue
Es como si me hubieras leído la mente, con respecto a la relación «expectativas-resultados»…no tengo mucho que agregar, pienso casi igual en todo.
A ver, me lo acabo de terminar del tirón y es que el tema de las expectativas es culpa nuestra (y me incluyo en ellas), pero me parece un cuento impecable en realidad. No te cambia la vida, no es en absoluto imprescindible, pero se deja leer, se disfruta (y Fornes es un disfrute en sí mismo). Tiene sus cosas (el duelo entre asesinos y la toña a Creeper recién transformado son mi top de esta serie), pero no pasará a la historia ni por buena ni por mala. A mí me ha gustado sin más y eso tampoco está mal.