Camino a Cisma (MMXI): Charles Xavier

Durante años, la especie mutante se ha visto fragmentada a merced de una constante lucha entre facciones erigidas sobre distintas posturas ideológicas. Desde Apocalipsis a los actuales X-Men pasando por Mister Siniestro, la Hermandad de Mutantes o el Club Fuego Infernal, no han sido pocos los frentes que han buscado desde la armonía entre especies como subyugar a la humanidad ya sea en virtud de la salvaguarda de la raza mutante como por la simple y llana avaricia. Fruto de su naturaleza como evento evolutivo tan implacable como agresivo, la Patrulla-X tampoco se ha visto libre de esta característica sufriendo numerosos conflictos internos a lo largo de su historia.

Ahora, con los últimos supervivientes de la especie reunidos en torno a ellos en la isla nación de Utopía y la oportunidad de redefinir su futuro tras la llegada de la niña-mesías Hope Summers, los X-Men corren el peligro de caer víctima de la discordia. Con motivo del traspaso de funciones del hasta hace poco editor de la línea Axel Alonso, la franquicia mutante se prepara para una reestructuración con X-Men: Cisma como núcleo central. Miniserie-evento a cargo de Jason Aaron y un nutrido de dibujantes del talento de Alan Davis, Carlos Pacheco, Adam Kubert, Frank Cho y Daniel Acuña, mientras que en el resto de títulos se materializan una serie de cambios iniciados tras X-Men: Advenimiento Marvel nos ofrece un preludio en forma de miniserie a cargo de Paul Jenkins.

Reclutado por Joe Quesada a finales de los 90 como parte del sello Marvel Knights, tras varios años alejado de las colecciones regulares el guionista continúa dejándose caer cada cierto tiempo gracias a miniseries y especiales de temáticas variadas. Autor de obras tan emblemáticas como Markvel Knihgts: Inhumanos, Origen o El Vigía así como de una etapa bastante resultona en Increíble Hulk, aunque durante los últimos años su producción se ha visto mermada tanto en cantidad como otros aspectos, Jenkins se mantiene en boga gracias a trabajos de relativa importancia y resultados dispares (Capitán América: Teatro de Guerra, Hijo de Hulk o Vigía: Fallen Sun son solo algunos de ellos).

Familiarizado con la franquicia gracias a trabajos como Mythos X-Men, mientras prepara su reinvención del All Winners Squad y se dispone a explorar la mitología asgardiana en Thor: Cielo y Tierra, Jenkins nos mostrará la perspectiva de los principales líderes de la Patrulla-X en esta miniserie de cuatro números. Bajo un título tan explícito como X-Men: Preludio a Cisma, el guionista describe la historia como un «Rashomon» mutante que le permite realizar un estudio de personajes uniendo los cuatro relatos mediante un nexo común. Mientras los X-Men se preparan para hacer frente a una amenaza incierta, Jenkins dedica cada uno de los cuatro números que componen la miniserie a retratar la postura un personaje clave dentro de su comunidad.

Parias dentro de una especie que les teme y repudia a causa de una aleatoriedad genética, Jenkins considera a los mutantes como uno de los conceptos más fascinantes del Universo Marvel. Rechazados y en constante lucha contra los prejuicios humanos desde el primer número de la colección, incluso ahora que apenas quedan un par de cientos de su raza siguen tras la búsqueda de su lugar en el mundo. Describiéndolos como una metáfora del crisol de culturas que es América y los conflictos raciales que la han azotado a lo largo de su historia, el guionista resalta su potencial para narrar grandes historias como la que esperan conseguir aquí.

Con el círculo interno de los X-Men como protagonistas centrales, la miniserie se desarrolla enteramente en Utopía arrancando con el grupo reunidos en la sala de guerra para decidir sus protocolos de actuación ante la crisis que se aproxima. Comparándola con el primer día de la batalla del Somme, Jenkis concreta que se trata de una situación enfocada desde cuatro perspectivas diferentes. Como cuatro tallos que crecen desde un único tronco común, cada una de estas se expandirá tomando rumbos diferentes permitiéndonos entender las futuras acciones de estos personajes y como reaccionará cada uno frente al futuro evento.

Posiblemente el más relevante de entre las piezas clave de la comunidad mutante que hayan aspirado a sostener el futuro de la raza mutante sobre sus hombros, el Profesor Charles Xavier es el personaje central del primer número de Preludio a Cisma. Introducido por Stan Lee y Jack Kirby en el primer número de The X-Men, Charles lleva el liderato en la sangre desde el día de su nacimiento, una afirmación tan válida en lo figurado como en lo literal a causa tanto de una genética única que lo convierte en la mente más poderosa de la Tierra como en heredero de un siniestro legado que se remonta a la Inglaterra victoriana. Marcado por una infancia dolorosa y represiva, Charles supo que era diferente desde su más tierna juventud cuando, tras sufrir numerosas jaquecas, descubriría su habilidad para leer las mentes de los demás y obligarles a hacer lo que deseara. Usando aquel telento con prudencia, volcaría todo su esfuerzo destacando en todos los campos hasta convertirse en un reputado experto en genética mutante.

Aunque siempre mantuvo el rumbo en pos de un bien mayor, ya por entonces Charles mostraba una ética bastante difusa con tendencia a primar el fin por encima de los medios. Fruto de la burguersía científica en decadencia de los años 30, su carácter se forjaría en un mundo oscuro y deprimente en el que no se tenía más que a si mismo para salir adelante. Su hogar, el entorno familiar e incluso el útero materno fueron campos de batalla iniciáticos donde tuvo que hacer frente a enemigos tan feroces como Cassandra Nova, Juggernaut (en una edad en las que las palizas de un hermano mayor podían ser tan temibles como el imparable avatar de Cyttorak) o las pérfidas garras de Mister Siniestro. Este último no le abandonaría hasta que partiese al frente siendo en gram parte responsable de la definición de su persona y del anhelo de encontrar a otros mutantes que le impulsaría a formar los X-Men.

Durante la Guerra de Korea, Charles demostraría unas fuertes aptitudes en el campo de la búsqueda y rescate ganándose el sobrenombre de El Buen Pastor. Sufriendo el trauma de enfrentarse a un hervidero de sufrimiento humano, Charles pondría a prueba sus poderes iniciando una etapa en la que dedicaría su fortuna familiar a buscar a otros como él para ayudarles a hacer frente al mundo que les aguardaba. Con el corazón roto tras ser rechazado por el primer amor de su vida (la doctora Moira MacTaggart) Charles conocería al también mutante Erik Lensherr con quien forjaría una estrecha amistad. Ambos concebirían grandes planes para el futuro de la especie mutante hasta que, tras perder el uso de sus piernas tras su enfrentamiento con Lucifer, Charles pusiera rumbo a América para emprender la forja de los X-Men entre los barrocos pasillos de la hacienda familiar situada en Wetchester.

Recluido en su silla de ruedas, su objetivo era formar a un grupo de mutantes adolescentes reclutado por el mismo para enseñarlos a usar sus poderes en beneficio del mundo y fomentar la integración defendiendo a humanos y mutantes de amenazas generadas por el odio entre especies. Con contactos con el FBI através del Agente Amos Duncan, durante sus primeros años operando en secreto desde el Instituto Xavier para Jóvenes Superdotados, Charles erigió a su grupo en el bando de los héroes recurriendo a métodos tan cuestionables como el secuestro, la mentira o el lavado de cerebro entre otras complejas formas de manipulación (ya fuera contra amigos o enemigos). Encontrando a su más ferreos oponentes a Magneto (su antiguo amigo Erik proclamando la supremaciía mutante) y su Hermandad de Mutantes Diabólicos del lado del Homo superior y el miedo el prejuicio del de los humanos, durante años se mantuvo como mano detrás del grupo haciendo frente a amenazas que desafiaban la razón mientras que ante un público ignorante de su naturaleza mutante se presentaba como una eminencia dentro del campo de la genética evolutiva ofreciendo infinidad de conferencias.

Teniendo que soportar sobre su conciencia la muerte de varios alumnos a los que él mismo enviaba al campo de batalla, mientras continuaba el reclutamiento captando a nuevas generaciones y sus pupilos más veteranos comenzaban a buscar su propio camino, Xavier se convertiría en una figura clave dentro de la comunidad superheroica. Miembro fundador de los Iluminatti junto a Iron Man, Reed Richards y el Doctor Extraño, Charles sería uno de los primeros terrícolas en establecer relaciones diplomáticas estrechas con un imperio intergaláctico compartiendo un idílico romance con la Majestrix Sh’iar Lilandra Neremani. En ocasiones más peligroso para los alumnos que las amenazas que hacían frente, varias generaciones pasaron por las filas de sus X-Men mientras él sufría graves secuelas durante los enfretamientos contra el Reverendo William Stryker o El Nido. Reconciliándose eventualmente con Magneto, tras ser herido de gravedad a manos de los Fenris durante el juicio del antiguo terrorista, Xavier partiría a espacio Sh’iar permaneciendo allí varios años hasta que los X-Men volvieran a necesitarle en su enfrentamiento contra el Rey Sombra.

Sacrificando a un hijo (Legión) para el que fue tan ausente como lo fue su propio padre, Xavier superaría el dolor reconstruyendo los X-Men en su antigua sede. Haciendo frente a nuevas amenazas como Dyscordia y su Frente de Liberación Mutante mientras el Virus Legado causaba estragos entre la especie, aquel sería un periodo oscuro de su mandato al frente de los X-Men durante el que salieron a relucir turbios secretos que comenzaron a minar la confianza de sus alumnos. De nuevo enfrentándose contra Magneto cuando este retornara a sus ideales extremistas, Xavier se vería obligado a lobotomizarlo para salvar a Lobezno dando inicio a una cadena de sucesos de funestas consecuencias. Tratando de ganarse el amor de su padre, Legión viajaría al pasado para matar a Magneto provocando accidentalmente la Era de Apocalipsis, un evento que apunto estuvo de colapsar la realidad y del que apenas se habían recuperado cuando los X-Men descubrían los Protocolos de Xavier y el lado oscuro de su profesor emergía junto la psique de Magneto formando la poderosa entidad Onslaught. Provocando un cataclismo sin precedentes entre la comunidad superhumana, aquel monstruo psíquico surgido de la mente de Xavier daría como resultado el incremento del miedo hacia los mutantes inciándose la Operación Tolerancia Cero. Apresado a manos de fuerzas gubernamentales, Xavier sería encarcelado en un centro especializado no regresando junto a los X-Men hasta mucho más tarde durante el enfrentamiento contra Cerebro y sus Patrulla-X artificial.

Herido y cansado, su relación con el grupo sería errática y difícil llegando incluso a pretender la disolución de los X-Men. Buscando recuperar la ilusión de sus primeros años, Charles partiría a la galaxia Skrull primero y Genosha después con la intención de proseguir con su cruzada para lograr la coexistencia pacífica entre especies. Desencadenando sin pretenderlo un brote de histeria contra los terrícolas, tras poner fin a esta crisis y las aspiraciones dominacionistas de un recuperado Magneto, Charles emprendería la antepenúltima reconstrucción de los X-Men cediendo el mando a su pupilo Scott Summers tras enfrentarse a la muerte de Moira, la destrucción de Genosha a manos de Cassandra Nova y la crisis del Planeta-X.

Con los X-Men bajo la dirección de Cíclope, Charles se apartaba del cargo para abrazar definitivamente su antiguo rol como «Buen Pastor» tratando de enmendar los errores de su pasado y reparar las numerosas fisuras que afectaban a la comunidad mutante. Con la arrasada Genosha como primer destino, Charles ayudaría a Magneto tratando de rescatar a su hija la Bruja Escarlata de la terrible crisis mental en la que se había visto arrastrada tras el descontrol de sus poderes. Ni si quiera la ayuda de Stephen Strange pudo ayudarles y Wanda perdio la cordura por completo desencadenando la Dinastía de M. Probablemente una de las mayores catástrofes que jamás haya sufrido la especie mutante, aquel cataclismo sin precendentes dejaría a los futuros herederos del planeta al borde de la extinción y trágico número de secuelas que cambiaron por completo la biosfera terrícola.

Aunque como efecto colateral Charles recuperó el uso de sus piernas, aquello fuen una irrisoria compensación en comparación con el número de tragedias a las que tuvieron que hacer frente. Colaborando con los X-Men para lidiar con ellas, Charles se encontraría con un clima de desconfianza hacia su persona motivado por el descubrimiento de la verdadera naturaleza de la IA Peligro y de un grupo muerto desaparecido durante la crisis de Krakoa del que nunca habló a sus alumnos. Estando el tercer hermano Summers Vulcano entre ellos, cuando este reapareciera buscando venganza contra Xavier las tensiones entre el antiguo mentor y Cíclope aumentaron dando pie a que Charles fuera declarado persona non grata dentro de la Patrulla-X (que tras viajar al Imperio Sh’iar para detener a Vulcano Xavier regresase no solo sin haberlo conseguido sino trayendo noticias de la muerte de Corsario y la «perdida» de Kaos y la Chica Maravillosa en el espacio tampoco mejoró las cosas entre alumno y maestro). Gravemente herido durante la guerra en pos de la supuesta mesias mutante, mientras se recuperaba de las lesiones Charles lograría varias victorias puntuales ayudando a Lobezno a librar a su hijo Daken de las garras de Rómulo, logrando que Pícara alcanzara el control definitivo de sus poderes o cimentando las primeras bases de para la unificación de las diferentes facciones mutantes. Abducido y torturado por Norman Osborn, Charles sería liberado por sus antiguos alumnos regresando junto a ellos a la isla-nación Utopía. Relegado a las funciones de consejero asociado mientras trata de reparar la mente de Legión, Xavier tendría que dejar de lado sus ideales y reticencias asimilando ¿definitivamente? que su tiempo ha pasado y es el momento de dejar las riendas en manos de sus alumnos.

A cargo del dibujo de este primer número tendremos a nuestro compatriota el siempre loable Roberto de la Torre, quien se alternará con Laurence Campbell manteniendo el estilo gráfico de la miniserie. Con un estilo que en mucho recuerda al bulgaro Alex Maleev, De La Torre ha dejado buena muestra de su arte en colecciones que van desde lo puramente superheroico hasta el enfoque más noir. Dibujante regular de la Ms Marvel de Brian Reed, en sus páginas demostraría una gran habilidad para retratar con naturalidad la vida cotidiana de Carol Danvers como para darle espectacularidad a sus aventuras como superheroina. Regalándonos escenas tan poderosas como el enfrentamiento contra el Nido en Texas, la cruda persecución fraticida tras la pista de Arachné y Mortaja en plena Civil War o el intenso enfrentamiento contra Doomsday Man y los Targoths, los Knaufs reclamarían sus servicios para su Iron Man: Director de SHIELD, donde contribuiría a potenciar el aire a medio camino entre Tom Clancy y Warren Ellis de la colección. Responsable de la misma hasta la marcha de los guionistas, para el recuerdo queda el resurgir del Mandarín o la invasión del Helitransporte a manos de la tecnología tumoral de este (en un número deudor de La Cosa de John Carpenter) dejaría una etapa bastante recomendable del Vengador Dorado.

Tras esto hemos podido verlo en Thunderbolts y Daredevil (ambas junto a Andy Diggle) demostrando su habilidad para dar forma a la anatomía humana y componer escenarios tan lóbregos como espaciosos. En las primeras páginas de su debut con los X-Men puede observarse que el dibujante mantiene tales características en una sucesión de ecenas intimistas que nos devuelven a los primeros años de la Patrulla-X. Jenkins puntualiza que las historias de personajes suponen un reto especial para el dibujante a la hora de plasmar el complejo juego de sentimientos y matices que la historia trata de transmitir. Si en el pasado ha tenido oportunidad de narrar grandes historias ha sido gran parte gracias a la labor de consumados narradores como Jae Lee o Sean Phillips, quienes con su arte hacían brillar momentos clave de la caracterización de los personajes. El guionista pone a De la Torre y Campbell a la altura de estos elogiando su implicación en dotar de vida a los personajes. Esto es algo fundamental bajo su punto de vista dado que, para que nos importe la lucha, antes deben importarnos los personajes que participan en ella.

El primer número de X-Men: Preludio a Cisma ya está disponible a nivel americano desde el miércoles de esta semana. Mientras disfrutais de este nosotros volveremos próximamente con más posts dedicados al futuro de la línea mutante, el próximo personaje retratado en la miniserie y otras cuestiones sobre el comic y el ocio en general.