La ciudad de los horrores
A veces pienso que a mi vida le vendría bien más color
Camisa Gris es un personaje peculiar. A medio camino entre el homenaje y la parodia al pulp, las viejas historias y las características eternas del género negro, combinándolas con elementos asociados tradicionalmente a otro tipo de historias de ciencia ficción. Es el vehículo para que sus autores, Alan Moore y Rick Veitch (a quien entrevistamos el año pasado), o este último en solitario, den forma a una serie de inquietudes y temas personales.
En lo principal, no puede olvidarse la enorme influencia de Will Eisner y The Spirit en la obra. En el lenguaje, la visión del personaje y el modo de construir una historia.
En primer lugar, tenemos los doce números de Tomorrow Stories. Se trata de historias independientes, cuyos elementos en común apenas son la presencia de un protagonista y una temática, la degradación moral de la ciudad de Indigo. Esta última se presenta de distintas formas y atacando a diferentes estamentos de la sociedad, siendo posible rastrear muchas de las inquietudes de la carrera de Alan Moore. Desde la presentación de los personajes femeninos, en la mayoría de casos con un fuerte componente sexual desfasado, hasta el gusto por retorcer el dolor físico y mental de los secundarios.
Por lo reducido de la extensión de cada una, de seis a ocho páginas, apenas contamos con una aproximación muy superficial a lo que Veitch y Moore pretenden reflejar con cada una.
Destaca la segunda historia, en la que los personajes viven en cuatro líneas temporales distintas, divididas en idéntico número de viñetas por página. El efecto del paso del tiempo, la juventud y esperanzas arrebatadas y el enfrentamiento contenido a punto de estallar son tratados con pulso y acierto por el guionista, apoyado en la suficiente capacidad de Rick Veitch para retratar los gestos, manierismos y rasgos de buenos y malos de una obra.
En lo que respecta al trabajo de este último, a pesar de acusar en ocasiones el estilo propio de los años en la que se publicó el tebeo, con composiciones excesivas de página y disposición de los cuerpos, cautiva con el uso brutal de la violencia.
El ejemplo principal se encuentra en el final del primer número, macabro a las últimas consecuencias. El arte recoge la potencia del monólogo para rematar la idea central de la empresa vital del protagonista con un sentido del humor muy negro en la configuración de los detalles.
Día libre (7) es la que mejor refleja las posibilidades de la colección, con un acercamiento original, casi cinematográfico, a las diferencias de perspectivas entre personajes. Arranca y termina en el interior de un vehículo. Con ello, las viñetas parecen contener acción estática, a pesar de que lo que se muestra sugiere y presenta la idea contraria.
En lo que respecta a las temáticas, estas tampoco siguen una línea marcada, sino que cambian y se adaptan a lo que sus autores pretenden retratar. Pensar (8) es más una parodia al género negro que un homenaje sincero. Hay mucho de la fatalidad de los personajes de Raymond Chandler, por establecer un ejemplo básico dentro del mismo, pero también de los protagonistas de las historias de EC Comics, tanto de estilo como de fondo.
Tenemos a un protagonista contando su historia, sufriendo ya las conclusiones de la misma. Su sufrimiento se produce por una trivialidad, un breve encuentro con una femme fatale. A partir de la misma, tenemos una serie de giros de guion, que el lector ve venir desde la primera página, pero que tienen un desarrollo coherente y adecuado.
En muchas ocasiones, Moore y Veitch utilizan a los personajes y argumentos para hacer bromas privadas sobre personas reales o situaciones vividas. En ese aspecto, resulta estimulante, a la hora de emprender la lectura, fijarse en los detalles y las pequeñas pistas sembradas que ambos situaron en la cabecera. Ambos tienen un sentido del humor particular, nada distinto de lo que se puede leer en otras obras firmadas por el genio de Northampton.
Ya en solitario, tenemos en segundo lugar Greyshirt: Indigo Sunset, con Rick Veitch tomando los mandos del guion. Cada publicación tiene una estructura fija. Primera página en color sepia con una historia corta, seguida de una completa centrada en un episodio de la vida de Camisa Gris. A continuación, se dispone de páginas del Indigo city Sunset, ficticio periódico, con crónicas y noticias de la ciudad, acompañada de nuevo de bromas privadas (insertando a los propios autores) y tiras de prensa.
La más interesante es la contenida en el primer número, centrada en los primeros años de vida del joven Franky (Camisa gris). Para esta, Veitch adapta su estilo al cartoon, para acercar el dibujo a la visión que se tiene en la ficción de la infancia y primera adolescencia. No obstante, lejos de rebajar el tono de las historias, sube el nivel del horror y la violencia, de un modo impactante.
En lo que respecta a las citadas tiras cómicas, Playa mejillón es la más estimable, con la caricatura del existencialismo. A pesar de que tienen interés puntual, los textos que acompañan este ficticio diario de prensa terminan por ser agotadores y repetitivos para el lector. No contienen más que momentos muy puntuales de interés, acusando una falta notable de personalidad.
Tenemos dibujantes invitados. En el extremo positivo, contamos con el trabajo de David Lloyd. Acompañado de un monólogo, sin diálogo alguno, su arte se erige como uno de los principales reclamos de la recopilación, acercándose a la fatalidad propia de la gran ciudad y resultando desasosegante tanto en las escenas de interior como las de exteriores.
En el negativo, Frank Cho completa un trabajo irregular para la última grapa, con una aventura de piratas. No encaja temáticamente con el resto de la obra, siendo una broma más de Rick Veitch, pero mucho menos inspirada. En el aspecto artístico, acusa los excesivos elementos de estilo de Cho en lo que respecta a la anatomía femenina, teniendo problemas evidentes, además, en la construcción de la acción, que termina por ser tremendamente caótica.
En último lugar tenemos el Abecedario de Camisa Gris, cuyo último interés permanece en el puro completismo. Con todo, contamos con un tomo interesante. Los guiones de Alan Moore sacan mucho partido al personaje, sin renunciar a combinar estilos, temas y géneros. Rick Veitch, por su parte, ofrece un trabajo solvente, sabiendo desarrollar la personalidad del personaje a través del humor negro y la acción inverosímil.
Lo mejor
• La combinación entre ciencia ficción y género negro en la definición del personaje.
• El uso de la parodia como modo de construir una historia.
Lo peor
• Las crónicas y noticias del periódico, que terminan por ser repetitivas y carecen de emoción.
• El arte de Frank Cho, el punto bajo de ese apartado.
Notable
Guion - 7
Dibujo - 7.5
Interés - 7
7.2
Un conjunto interesante, que permite reflejar los intereses de sus autores, con un sentido del género muy particular y atractivo.
