…vio que el aire estaba repleto de fantasmas que vagaban de un lado a otro sin dejar de gemir. Todos ellos cargaban con sus cadenas y delitos.
El anuncio de cada nueva obra de
Carlos Giménez es un historietista nacido en 1941 en el Madrid de la postguerra. En el último año y medio, Reservoir Books ha publicado cuatro obras suyas que suponen una buena nuestra de su larga trayectoria. Una trayectoria marcada por la mezcla de géneros, así el octavo álbum de Paracuellos servía de crónica de la historia negra de este país, La maquina del tiempo es una adaptación de una la grandes obras de ciencia ficción y El discriminador que era una obra de ciencia-ficción con guion propio en la que Giménez expresaba su pensamiento sobre la sociedad actual. Canción de Navidad. Una historia de fantasmas comparte algunos elementos con las tres pero va mucho más lejos.
Han pasado 7 años desde el final de Crisálida, y el señor Pablo sigue sin recuperarse de la muerte de su amigo Raúl, su vida se ha quedado en stand-by sin querer salir de su casa. Al acercarse la Navidad su seres queridos intentan animarle para que cene con su familia pero él rechaza la oferta. Cuando el fantasma de Raúl se le aparece y le dice que al igual que en el cuento de Dickens le visitarán tres fantasmas que le mostraran su pasado, su presente y su futuro…
En Crisálida, Giménez dividió a su alter ego Pablo en dos personajes para poder establecer una conversación entre ellos y reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos y dejarnos constancia de su visión del mundo y en particular del transito a la vejez. En Canción de Navidad. Una historia de fantasmas lo que pretende es reflexionar sobre su propia vida así que necesita un leitmotiv que le permita dialogar con su pasado, algo que encuentra en la obra de Dickens. También es una profunda y critica reflexión de la sociedad actual, algo que la entronca con su anterior obra El discriminador. Comparte con ambas una visión muy pesimista de la sociedad actual, además de reflejar una más que evidente perdida de valores, pero en el fondo deja un espacio para la esperanza ya que pone de manifiesto el valor de las relaciones personales, ya que sean familiares o afectivas, uno de lo pocos aspectos que nos permiten esbozar una sonrisa en todo la lectura del tomo. Pero al contrario que Ebenezer Scrooge, Pablo no encuentra un final feliz ya que no es capaz de olvidar su naturaleza, así el final alegre de Dickens no tiene cabida aquí. La última página resulta escalofriante.
Como en el cuento de Dickens, la historia tras el inicio la historia se divide en tres parte en función del fantasma que visite al señor Pablo. La parte del pasado supone un viaje por la vida de Giménez y nos trae de vuelta a los personajes de Paracuellos, Barrio o Los Profesionales, pero aquí las historias que nos cuenta tienen un componente más emocional y nostálgico. La parte que se desarrolla en el presente se puede dividir en dos la parte que nos cuenta la vida de sus seres queridos que es la más amable de la obra y la que nos enseña las imágenes que no queremos ver por nuestra falta de solidaridad: los sin techo, los refugiados, las personas que cruzan el Mediterráneo en busca de una vida mejor, etc… La prueba de nuestro evidente fracaso como una sociedad cada vez más deshumanizada. Por último la parte que sucede en el futuro donde Giménez se nuestra tremendamente crítico consigo mismo, tal vez demasiado, que te deja desarmado y devastado. En está parte también aprovecha para mostrarnos que en su trayectoria se a topado con editores más mezquinos y miserables que el Filstrup de Los Profesionales. A pesar de que Pablo esta obsesionado con su trabajo es curioso lo poco que lo valora o tal vez no siente la necesidad de vanagloriarse y prefiere que sus obras hablen por si mismas.
Gráficamente es la mejor obra de Giménez en bastante tiempo, consigue sacar el máximo partido a su estilo perfectamente reconocible demostrando su maestría como narrador. Destacando sobre todo las páginas donde nos nuestra la vida de los vagabundos, los refugiados y los inmigrantes que son de las mejores páginas que ha firmado en su carrera. Como en sus últimos trabajos la composición de página es de tres tiras aunque aquí no es tan rígida como en otros trabajos. Sus personajes siguen siendo muy creíbles y dinámicos. El único pero es su interpretación de los fantasmas que visitan a Pablo que no acaban de integrarse con el resto de personajes. En esta obra también resulta reseñable la capacidad de revisitar su propio trabajo, redibujando viñetas de sus obras anteriores con un estilo más trabajado que cuando las dibujó por primera vez.
Reservoir Books continua con la buena labor que está haciendo con la obra de Carlos Giménez tanto en novedades como en reediciones un diseño de colección muy llamativo además de un edición con buen papel y reproducción. Esperemos que siguán publicando sus nuevas obras y reeditando las que están descatalogadas.
Canción de Navidad. Una historia de fantasmas es una obra que una vez que vences la sensación de desolación que te deja, te invita a reflexionar sobre tu propia vida y a hacerte preguntas molestas. A la vez hace que te invada la tristeza ya que la sensación de estar leyendo las últimas vivencias de Pablito te llena de congoja. Todo ello sin caer en la moralina y con al aceptación de sus propios defectos y su mortalidad. El resultado es una obra tan incomoda como magistral, con un Carlos Giménez que demuestra que sigue siendo una de las voces claves de nuestro país y que merece un reconocimiento mayor. A ser posible en vida.
Guión - 9
Dibujo - 8.5
Interés - 9
8.8
Amarga
Carlos Giménez firma una obra brutalmente honesta, de esas que al leer te dejan el corazón en un puño. No solo nos habla de si mismo tambien de toda la sociedad y nos expone ante nuestras miserias.
Ganazas de leerlo, como todo lo del maestro