Capitán Meteoro Cap. 1: El mal se toma un respiro los martes

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Iniciamos ahora si la publicación del primer capítulo de las aventuras del Capitán Meteoro a cargo de Jose Antonio Fideu con ilustraciones de Vicente Cifuentes, los autores os estarán muy agradecidos si dejáis vuestra opinión sobre este primer capítulo. Y ya sabéis a partir de ahora cada miércoles a las 08:00 tenéis una cita con el Capitán Meteoro.


Por José Antonio Fideu Martínez con ilustraciones de Vicente Cifuentes


Capitán Meteoro, Archivos 1


Notas previas:


Título:
El mal se toma un respiro los martes”.

Adaptación de José Antonio Fideu (con permiso de los herederos) de un guión para cómic (en realidad un apunte de historia que debería de servir de base a un guión real), escrito en 1966 por Vincent F. Martin.

Según anotaciones manuscritas al margen, la historia debería haber sido dibujada por el veterano Austin Briggs, aunque parece ser que posteriormente se contrató a Joe Kubert para realizar el trabajo por considerarse su estilo más actual y acorde con la historia. Finalmente, por cuestiones comerciales diversas, el tebeo nunca llegó a publicarse y sólo se dibujaron algunas páginas que todavía hoy permanecen inéditas.

“¿Hay fuerza en el universo capaz de detener el curso de los planetas…? ¿Alguien osaría retar a un cometa en una carrera por el vacío sideral? ¿Hay ser en la creación más poderoso que la propia fuerza de la gravedad…? Sí, el Capitán Meteoro, el hombre elegido por el destino para concentrar todo el poder del cosmos… Él es fuerza, él es celeridad, él es energía. En la noche más oscura, iluminará nuestro camino con su estela…”

Trascripción de la cabecera del Programa de radio “Las aventuras del Capitán Meteoro” de New York City’s WOR que empezó a emitirse en Marzo de 1937 y se mantuvo en las ondas hasta Febrero de 1946. Voz de Orson Welles.

Era martes por la noche. Me encantan los martes porque suelen ser días bastante tranquilos… En realidad los grandes retos, las invasiones planetarias o extradimensionales, esas crisis que se dan de vez en cuando y que amenazan con acabar con el universo entero sin lograrlo nunca, o los problemas de entendimiento entre deidades, pueden presentarse cualquier día de la semana… Eso es cierto, pero el caso es que los martes son días que los delincuentes de poca monta y los villanos de segunda suelen ignorar casi por completo: la mayoría de las personas decentes pasan los martes sentadas en su casa viendo la televisión, y la gente sale menos… Aunque, como dicen por ahí, el mal nunca descansa y el infortunio puede presentarse ante un hombre en cualquier momento, estadísticamente existen menos probabilidades de tener problemas en martes. El mal se toma un respiro los martes.

Por eso es precisamente ese día, el martes de cada semana, cuando nos reunimos. Si hace bueno, nos juntamos en la azotea del edificio Sieguel-Shuster, y pasamos un rato conversando de nuestras cosas. Si el tiempo es desapacible, Conan Wild nos invita a tomar algo en su casa o nos juntamos en el cuartel de la Guardia del Sol, que es casi una oficina de gremio, pero si no, ya digo, vamos siempre allí, está más céntrico.

El Sieguel-Shuster es un gigante de hierro y hormigón levantado poco antes de la segunda Gran Guerra, uno de esos pesados colosos de los que se mandaban construir antes, que se yergue orgulloso sobre la ciudad, como custodiándola, como si fuera el titán encargado de protegerla. Siempre nos gustó a todos: las estatuas de la azotea, esas panteras de granito atentas a cualquier movimiento, prestas eternamente a saltar sobre una presa que no termina de aparecer, la altura, que nos protege de miradas indiscretas, su solidez, el equilibrio de las formas y sobre todo, como he dicho, el hecho de haber sido plantado justo en el corazón de la ciudad, son factores que, de alguna manera, pesaron a su favor a la hora de ser elegido como lugar de reunión. No existe atalaya mejor en una noche de verano. A poco que uno tenga los sentidos algo potenciados y esté atento, podrá enterarse de cualquier pequeño movimiento en las calles, por lejano que parezca…

Unas veces somos más y otras menos, pero siempre acudimos un mínimo de tres o cuatro, todos buenos amigos, y recuerdo que en alguna ocasión incluso se ha dejado caer por allí algún villano pidiendo cuartel y un rato de conversación inteligente, quizás hastiado de tanto plan oscuro, tanta conjuras, y tanta locura sin demasiado sentido… Se lo hemos dado siempre. Aquel lugar ha sido, por lo que a nosotros respecta, una especie de santuario, un club social improvisado al que todo el mundo ha estado invitado, siempre y cuando se comportase con la debida cortesía…. Si alguna vez se produjo un enfrentamiento en la zona, nunca fuimos nosotros los que lo iniciamos, e incluso ellos, la mayoría de ellos, guardaron siempre cierto decoro a la hora de atacarnos allí… Al menos en aquellos años era sí. Todavía se respetaban ciertas reglas.

El martes en cuestión, lo recuerdo bien, éramos cinco: cuando llegué yo, me esperaba ya sentado sobre la cornisa, con esa expresión ausente y despreocupada que tenía casi siempre por entonces bajo el antifaz, el bueno de Wild. Fumaba y escuchaba la frecuencia policial, haciendo anillos de humo, mientras su mirada se perdía tras la línea del horizonte. Me tocaba guardia, en caso de haber algún problema iría yo en primer lugar a mirar y sólo acudirían los demás si la cosa se ponía verdaderamente fea… El que está de guardia suele llegar siempre primero, por eso me extrañó verlo, tan temprano, esperándonos ya allí. Luego se dejó caer por el lugar el Hombre de Cuarzo, al rato Mike Rata que subió trepando como si el precipitarse al vacío desde tan alto no fuera una posibilidad, y por ultimo el Cazador Escarlata, interpretando una de esas apariciones tan dramáticas a las que nos tenía ya bien acostumbrados. Se presentó tan sigilosamente como siempre, asomando de repente justo sobre nosotros, junto a la base de la antena, como si acabara de materializarse entre las sombras.

Mientras a ochocientos kilómetros sobre nuestras cabezas la nave espacial Gemini diez, tripulada por los astronautas Michael Collins y John W. Young entraba en órbita terrestre alcanzando el récord mundial de altitud, y los soldados estadounidenses morían en Vietnam sin que a nadie, fuera de sus familias, le importara realmente, los héroes de la ciudad hablábamos en una azotea intentando fingir despreocupación, representando nuestro particular teatrillo de la normalidad… Para seres como nosotros, aquella pequeña dosis fingida de sencillez, aquellas palabras, tan iguales a las que se habrían dicho amigos normales en cualquier otro lugar normal del mundo, eran un bálsamo curativo que nos sanaba por dentro. La conversación surgía fluida cada noche, casi sin querer, y antes de darnos cuenta nos encontrábamos riendo a carcajadas por una de las gracias de Mike, o discutiendo sobre física o principios esotéricos básicos, sobre cuál sería el mejor tipo de ruedas para la Maravilla Wild, o elucubrando sobre la base mecánica del guante de impacto del Contusionador… aquellos ratos eran el paraíso, aunque entonces no nos diéramos cuenta.

-Deberíamos sindicarnos –Mike hizo una pausa, a la espera de nuestras reacciones. Todos lo miramos sin saber muy bien qué contestar, y entonces, sabedor de que había encontrado un filón con forma de conversación, continuó con su discurso-. Si, eso creo, deberíamos de fundar un sindicato…

-No puedo creer lo que estoy oyendo –Conan Wild arrojó la colilla al vacío y sonriendo, volvió la mirada hacia el pequeño vigilante-. ¿Has vuelto a pasar la noche jugando con los aparatos de Intelecto…?

-No, en serio. Creo que deberíamos formar un sindicato –Dando un salto, Mike Rata se colocó frente a nosotros, sobre la barandilla, sostenido de puntillas y agarrándose únicamente con la cola a la seguridad del edificio-. Este trabajo también tiene sus pegas…

-¿Trabajo? –pregunté extrañado- ¿Llamas trabajo a esto que hacemos…? Que yo sepa ni nos pagan ni tenemos hora para fichar –recuerdo que me elevé lentamente hasta colocarme a un palmo del suelo, abriendo las manos para cargar de vehemencia mi argumento, y como un predicador que acabara de ser iluminado, me dirigí de nuevo a mi singular parroquia-. Hay hombres que son incapaces de levantarse de una cama y yo puedo volar entre planetas. Pásate por el San Lázaro y verás lo que quiero decir… Mucha gente se muere sin haber podido abandonar su propia aldea y yo, en cambio, he sido invitado a visitar mundos que serían difíciles de imaginar… Sé leer y hablar más de veinte idiomas, algunos de ellos se utilizan más allá de las fronteras del Sistema Solar. He escuchado himnos cantados por seres que eran energía pura, he visitado la cara oculta de la Luna, y he podido contemplar la puesta de Sol desde cada uno de los satélites de Júpiter –me detuve un momento para calibrar el efecto de mis palabras y, una vez seguro de su impacto, volví a la carga-. La gente nos aclama. Somos los campeones de los que están ahí abajo. Ellos hacen que el mundo funcione cada día y nosotros somos los héroes, nos llevamos la gloria… Hemos sido bendecidos con dones que no nos merecemos… Y además, hacemos esto porque queremos… Esto no es un trabajo, Mike. Llámalo como quieras, pero no trabajo.

-Claro, para ti es fácil decirlo, Capi…

-¿A dónde quieres llegar, canijo? –Conan sacó la pitillera de un bolsillo de su chaqueta, y arqueando la ceja como hacía siempre, adelantándose a la respuesta de Mike Rata, se introdujo también en el combate. La ironía de Conan era un arma muy afilada, legendaria entre nosotros como la espada Excalibur entre las gentes de Camelot y haciendo uso de ella nos había derrotado muchas veces-.

¿Quieres decir, que porque él vuela y es invulnerable, rápido y guapo, porque tiene acceso a todo tipo de recursos y amigos en cientos de planetas, para él es todo más fácil…? No creo…

-Eres un capullo, Cornelius –contesté-. No puedes tomarte nada en serio…

-¿Capullo? Ese lenguaje no es propio de ti, mi querido Capitán… Quizás el problema es que tú te lo tomas todo demasiado en serio –un guiño y otra estocada-. Demasiadas películas de Charlton Heston, amigo… Sólo trataba de hacer volver la conversación al mundo real. Te elevaste demasiado y te la llevaste demasiado lejos…

Durante unos segundos todos nos miramos. Los que teníamos la cara al descubierto sonreíamos, e imaginábamos la sonrisa de los que la llevaban tapada con máscaras. La palabras de Conan podían parecer hirientes y malintencionadas a veces, pero todos sabíamos, al menos todos los que habíamos peleado alguna vez a su lado, que bajo aquel barniz de ironía no había más que sinceridad y aprecio. Wild tomaba atajos intrincados, pero tenía muy claro a dónde quería llegar, y la mayoría de nosotros nos dejábamos guiar por él. Era como una brújula con la aguja torcida que, a pesar de todo, señalaba siempre el norte.

-Lo que yo digo, es que, a veces, es muy complicado aguantar -prosiguió Mike.

-¿Aguantar…?

-Sí, aguantar –girando sobre sí mismo, el pequeño hombre-rata se colocó bajo uno de los focos que iluminaban la terraza y, subiéndose la camiseta, nos mostró el pecho-. Mirad, anoche me encontré con el Gusano Eléctrico, y tuvimos algo más que palabras…

-¿No te pegaría …? ¿No se atrevería a hacerte pupa, el muy borde…? ¡Anda, no me jodas! Te creía con más redaños Mickey…

Mike señaló con el dedo a Conan Wild y frunció el ceño, advirtiéndole, medio en broma medio en serio, de lo peligroso que podía ser para su salud, el continuar con esa actitud…

-Lo que digo es que cuando pasas las noches dándote leches con locos como el Gusano y vuelves a tu casa con tres costillas rotas, al día siguiente cuesta rendir en el trabajo…

-Sí, y en la cama –fue de nuevo Wild quién habló. Dio una larga calada al cigarro y esperó hasta que todos paramos de reír para continuar-. A veces pienso que debería dejarme de proyectores de partículas y dedicar mi vida a inventar un aparato que solucione eso… Si no, creo que va ser mi mujer la que le ponga remedio. Cualquier día voy a volver a mi casa y la voy a encontrar acostada con mi ayudante… y eso que está hecho de hojalata, condensadores, y transistores, como la radio de mi abuelo…

-El Hombre de Cuarzo piensa que, quizás, lo que quiere decir Mike es que es más fácil ser héroe cuando el poder te acerca a la perfección –no hablaba mucho, y acostumbraba a hacerlo siempre sobre sí mismo en tercera persona. En realidad todos pensábamos que estaba un poco zumbado, que al cristalizarse sus neuronas algo había fallado, pero dábamos gracias a Dios porque estuviera de nuestro lado, y como, a parte de esa extraña forma de expresarse y de su mutismo selectivo, cuando se decidía a despegar el pico decía cosas con mucho sentido, lo escuchábamos siempre atentos. Solía ver los temas desde ángulos desde los que nadie se atrevía a mirar, sí, pero si lo pensabas bien, lo que decía casi siempre tenía su lógica-. El Hombre de Cuarzo cree que serían necesarias ayudas para los menos favorecidos por el azar, si es que éste existe…

-No, yo lo que quiero decir es…

Repentinamente, como si conversara solamente consigo mismo, el Hombre de Cuarzo continuó hablando, ignorando a Mike por completo.

-La mayoría de los que acudimos aquí hemos tenido suerte. El hombre de Cuarzo ha recapacitado sobre eso muchas veces después de un combate. Incluso algunos como tú, Cazador, que soportas el peso de una historia tan trágica, en cierta medida has tenido suerte –el Cazador Escarlata se limitó a asentir con la cabeza, sin decir nada, como si con esa introducción hubiera comprendido ya el razonamiento entero del Hombre de Cuarzo-. Todos hemos sido potenciados, y hemos pagado a cambio de nuestro poder un precio relativamente bajo…

-Algunos más que otros –dijo Mike-. La verdad, cuando tienes catorce años y ves que te está empezando a salir pelo gris dónde no debía de haber pelo de ningún color, y te das cuenta de que a los demás les sale acné y a ti una cola prensil de casi dos metros, cuesta asumirlo…

-El Hombre de Cuarzo entiende lo difícil que debió de ser para ti. También fue difícil para el Hombre de Cuarzo –de repente se detuvo, como si su conciencia de vidrio hubiera sido duramente golpeada por un recuerdo del pasado. Se volvió casi transparente para mí y por un instante temí que cuentas de cristal comenzaran a brotar de sus lagrimales como diamantes de pura tristeza. Finalmente, nada de eso ocurrió. Tras recapacitar por unos instantes, alzó de nuevo el rostro y nos habló con la mirada perdida-. Un día, el Hombre de Cuarzo se dio cuenta de que su humanidad desaparecía a la misma velocidad en que se manifestaban sus nuevos poderes. Su piel se tornó mineral, y su mente, antes una cálida mente humana, se llenó de aristas. A pesar de su recién adquirida dureza, estuvo a punto de fraccionarse en mil pedazos… El hombre de Cuarzo disfrutaba sintiendo el roce cálido de la vida en la yema de sus dedos y durante un tiempo odió al mundo entero por ser diferente a él… El Hombre de Cuarzo nunca tendrá una esposa como tú, Conan, ni sentirá de nuevo las caricias de los seres queridos, ni el sabor de un buen vino en el paladar…Y sin embargo, a pesar de todo lo que perdió, el Hombre de Cuarzo comprendió pronto lo mucho que había ganado. Es verdad lo que ha dicho el Capitán, hay gente que entrega su vista, o sus piernas, o sus manos, o incluso su vida entera, sin recibir nada a cambio. El Hombre de Cuarzo tuvo suerte, porque comprendió esto, porque os tuvo a vosotros, pero de no haber sido así, ahora mismo seguiría odiando el mundo, tratando de destruirlo para vengarse… Estuvo muy cerca de perderse en un pozo muy oscuro. Su corazón sería ahora una piedra de obsidiana si no hubiera entendido…

Durante un rato todos callamos. Las risas de antes me parecieron fantasmas tan perdidos en el pasado como mi propia niñez. Por un momento traté de ponerme en la piel de ese hombre cuya vida entera cristalizaba. No me costó mucho compartir su dolor.

-El Hombre de Cuarzo entiende los problemas de Mike, aunque sean diferentes a los suyos. También piensa que es mucho más fácil odiar, cuando el poder te aleja de la humanidad. El Hombre de Cuarzo ha recapacitado sobre sus enemigos… La mayoría son seres monstruosos, seres tan diferentes al hombre normal… Jamás se les podrá redimir porque la única redención posible para ellos consistiría en devolverles su condición humana… Mirad por ejemplo a Vulcano, incapaz de contener el magma que genera su estómago, o a la Dama Cobra, a Sulfuro, o al pobre Hiroshima, nacido sin piernas, con un brazo que es más una aleta que otra cosa. Es como si el Creador hubiera decidido dejarlo a medio. Se olvidó de terminarlo de ombligo para abajo… El Hombre de Cuarzo ve casi normal que se volvieran contra el mundo. Si hacéis memoria veréis que la relación de proporcionalidad entre fealdad, física o de cualquier otro tipo, y odio, es casi completamente directa.

De repente los miré a todos de una forma diferente. Cada uno de los que me acompañaba era, en cierta medida, un monstruo de feria, y no pude hacer otra cosa más que sentirme culpable por mi destino. Yo había recibido poderes inimaginables y no había tenido que sacrificar la mitad de mi humanidad para lograrlo. Era como si el Dios que me había entregado mis dones hubiera sido un Dios más generoso que el suyo: me entregó fuerza, resistencia, belleza y capacidades sobrehumanas, y no me pidió nada a cambio. Puede que, secretamente, antes de ese momento yo me hubiera sentido como un ser superior. En ese preciso instante me di cuenta de que todos ellos me superaban a mí en coraje, fuerza de voluntad y generosidad.

-Sí –dije-, creo que muchas veces hemos estado equivocados… Deberíamos formar un sindicato… o más bien algún tipo de hermandad, pero quizás más para ayudar que para ayudarnos… Nos hemos preocupado siempre de proteger al mundo de los monstruos, creyendo que nosotros formábamos parte de ese mundo, y lo hemos hecho siempre a puñetazos, sin darnos cuenta de que nosotros pertenecemos también al club de las aberraciones. Muchas veces juzgamos con demasiada ligereza.

-Soy Leyenda –afirmó Wild.

La cita literaria de Conan acabó con mi resistencia. Había leído la novela de Matheson unos años antes y me había impresionado. De repente yo me sentía como el protagonista de aquel cuento oscuro. Me había dado cuenta de que los monstruos éramos nosotros, todos nosotros, sin distinción, y, por un momento, comprendí el odio y la envidia de los que no acudían a nuestras citas de los martes. Comprendí a Vulcano, a la Dama Cobra, a Sulfuro, o al pobre Hiroshima… Y tuve miedo de no poder hacerles frente nunca más. Las revelaciones son dolorosas casi siempre, y deseé poder alejarme de allí rápidamente para no tener que dar más explicaciones, para no disculparme, dejando tras de mí solamente una estela roja. Hacía años que no salía huyendo de un enemigo… El mal me salvó de nuevo.

-Alarma en la zona de Daniken Falls. La policía ha encontrado un cadáver y por lo visto no se trata de una disputa familiar: alguien ha desintegrado la mitad de la casa, y parece ser que el dueño puso la cabeza justamente en la trayectoria del disparo -mirándome como si pudiera leer mis pensamientos, Conan señaló el barrio del incidente, apenas una colección de diminutas luces al sur. Con una media sonrisa cargada de complicidad y comprensión me dio la absolución-. Te toca Capi. Se acabó la tertulia, se acabó la filosofía. ¡Ah!, y no te pares a pensar mucho en razones si tienes que patear algún culo… No les hagas caso a estos idiotas. Si te tiembla el puño en un momento clave, puede terminar pagándolo algún inocente. Incluso los feos pueden elegir ser buenos. Mira a Popeye o a Sammy Davis Jr…

-Sí, ya veo el humo…

Mientras me alejaba de allí volando entre nubes, daba gracias simplemente por poder sentir el roce fresco de la brisa en el rostro. Las primeras gotas de una lluvia que pronto se tornaría en tormenta, comenzaron a lavar el mundo. Era martes por la noche. El mal se toma un respiro los martes… Di gracias también porque el respiro hubiera sido tan corto.

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sebelo2
10 septiembre, 2008 9:26

MUY BUENO. Si señor. Me va a encantar volver cada miércoles para ver que derroteros toma la narración. El detalle de Soy Leyenda…impagable, la fotito de Orson Welles…también. Enhorabuena a Jose Antonio y a Vicente (espero que en próximas entregas veamos más de sus ilustraciones…que una sabe a poco).
Saludetes
Sergio
Visita
http://lecturasrecomicdadas.blogspot.com
El blog especializado en crítica de cómics.

Jorge
Jorge
10 septiembre, 2008 10:20

Mis más sinceras y merecidas ENHORABUENAS para Antonio Fideu y Vicente Cifuentes!!!
Saludos desde Granada!!!

José Torralba
10 septiembre, 2008 10:40

Genial este primer capítulo… una gozada…

Si hay algo que me gusta de escribir en Zona es que no tendré que esperar una semana para leer el segundo, sino un poco menos 😉

Goku_Junior
10 septiembre, 2008 11:07

Simplemente genial, me ha encantado. Estoy deseando poder leer el siguiente capitulo .

Rogelia
Rogelia
10 septiembre, 2008 11:39

Me ha encantado, estoy deseando que sea miércoles para ver qué ocurre en la historia. ¡Qué pena que hayan artistas en sus casas sin que nadie los conozca! Por lo menos podemos disfrutar de sus obras en Internet. ¡Menos mal que tenemos la tecnología!

lordmagnus
lordmagnus
10 septiembre, 2008 12:31

muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuyyyyyyyyyy bueno jejejeje, si señor, espero que sigais con el proyecto mucho tiempo, el guion genial, y las imagenes de put…madre, gqnial trabajo.

un saludo

raúl lopez
raúl lopez
10 septiembre, 2008 12:33

No sabéis cuanto me alegro de que os haya gustado esta primera entrega. Ya veréis ya lo que esta por venir… Animo al resto de lectores a dejar comentarios para los creadores de la obra…

Carlos
10 septiembre, 2008 13:51

¡Mola mucho!

Aunque algún momento que habla el hombre de cuarzo queda un poco confuso. Seguramente separando algo en párrafos o con comillas, se solucionase.

Alberto Morán Roa
10 septiembre, 2008 14:38

Muy bonito y bien narrado. Me gusta. Coincido con Jose en que le echaré un vistazo en cuanto esté disponible para colaboradores. 🙂

daniel s.
daniel s.
10 septiembre, 2008 15:24

ME ENCANTA ESTA INICIATIVA, LOS FELICITO

David Fernández
10 septiembre, 2008 15:35

Tremendo!!!! 😀 Y que dure! Menuda gozada!

potajacion
potajacion
10 septiembre, 2008 17:24

¡¡Por fín comienzan los relatos del Capitán Meteoro, y de qué forma!! Ya estoy deseando que llegue el próximo miércoles para continuar, seguro que no nos defraudará la resuelta y genial prosa de Fideu, así como las magníficas ilustraciones de Vicente. ¿Para cuando una serie de comics de este fabuloso personaje que nos ha reavivado la llama superheróica seguro que a más de un lector veterano de tebeos de superhéroes?
Enhorabuena también a la página por su valiente iniciativa y un saludo

Ana
Ana
10 septiembre, 2008 17:25

Me ha encantado….lo mejor que he leido y he visto en mucho tiempo…bueno el Miercoles que viene más…..Un saludo a todos.

dark schneider
dark schneider
10 septiembre, 2008 17:59

Enhorabuena gente, seguid así

Argggh..!!
Argggh..!!
10 septiembre, 2008 19:12

Sorprendido pero ciertamente satisfecho (por ahora). Lo que me temo es… que el prota de la historia, será el guaperas volador, cachas, invulnerable y con gran exito entre el pùblico femenino el que lleve el peso del relato.

Cuando el hombre de cuarzo y demás aberraciones (como el tipo hiroshima un villano que promete, entre otros) son la parte q más a despertado mi interes.
Veamos, como transcurre el siguiente capitulo…

J. Santiago Martín
J. Santiago Martín
10 septiembre, 2008 21:00

(Aún a riesgo de sonar a profundo diálogo de película porno)Más, más, máaaaaaaas… Y hablando de todo un poco, este mes me autopublico un comic y lo reparto gratis por las tiendas de comics de Albacete(a precio cero… CE-RO), hay posibilidad de enviároslo por si os interesara para alguna de vuestras secciones?

Un saludo y…

No podrían ser dos entregas a la semana del Capitán Meteoro?

Ale, pues ya está.

Matute
Matute
11 septiembre, 2008 0:45

Increible historia de comic sin comic, me ha encantado, diferente y mu rico.

No me perderé la siguiente…

Un saludo.

Cortes.
Cortes.
11 septiembre, 2008 17:51

superchulooo aunk luego mis criticas te las dire mas tardeeee esk ahora no tengo tiempooo, pero muy muy chuloooo.

Francesc
Francesc
11 septiembre, 2008 18:07

Muy buena historia, estoy deseando leer la segunda parte.

koxgüorz
koxgüorz
11 septiembre, 2008 22:40

Una narración estupenda y una historia con muy buena pinta. No cuesta nada imaginarse la escena en esa azotea. Claro que quien ha leido cosas anteriores de Fideu ya sabe que es pata negra, y no sólo me refiero a Nubilus.
Me apuntaré en la agenda la fecha para no perderme el próximo capítulo

Sergio Robla
Autor
12 septiembre, 2008 11:00

Yo siempre he sido bastante reacio a leer literatura de superhéroes, o superhéroes en prosa, pero he de confesar que este Capitán Meteoro me ha sorprendido gratamente.

Como principio es sencillamente perfecto, ahora me muero de ganas por ver qué más puede ofrecernos.

mag_jonas
mag_jonas
15 septiembre, 2008 9:31

Me ha encantado!!!
Enhorabuena… y que siga así.
Excelsior!!!
;p

Luis Llorente
Luis Llorente
21 septiembre, 2008 23:22

Bueno, tengo que decir que la historia es genial, me ha atrapado desde el primer momento Estoy deseando que salga el número 2 o, mecho mejor, que aparezca en formato comic tangible, de ése que te puedes llevar al retrete o leer en la cama. Mis más sinceras felicitaciones al autor. Sobresaliente y que siga así.

Un saludo desde Albacete

Ziggy
24 septiembre, 2008 18:25

Pues me gusta. Sigamos leyendo.

Antonio Casquero
26 septiembre, 2008 19:32

Que buen relato amigos. Muy cercano, etretenido y con gancho, personajes con mucho que ofrecer.
Jose sigue asi. Vicen ¿¿¿todavia tienes tiempo para hacer un dibujo aqui??? cuantos brazos tienes???!!

Abrazos para los dos.