Capucha Roja y sus alumnos
«No me gusta ver morir a adolescentes idiotas intentando demostrar que pueden actuar como adultos»
Nuevo tomo de Capucha Roja, Generación de forajidos, donde vemos a Jason en una nueva situación motivada por la iniciativa, El año del villano, en la que nuestro protagonista acepta la oferta de Lex Luthor y ejerce de profesor de unos jóvenes aspirantes a supervillanos. En este libro también se retoma un misterio dejado de lado en el anterior tomo ¿Dónde están Bizarro y Artemisa? El cómic no tarda en responder a la pregunta y abre con los forajidos perdidos.
La trama de la amazona renegada y el Superman monstruoso en otra dimensión está bien llevada, con el nuevo mundo perfilado mínimamente, pero de forma ágil, sencilla y directa resultando eficiente en su presentación. Los dos forajidos se apoyan mutuamente como lo han hecho durante toda la etapa, sustentándose en lo contado, remarcando los aciertos conseguidos por el guionista que conforme avanza el tomo tirará por tierra parte de lo construido de manera inexplicable. Lobdell no parece tener claro cuáles son sus éxitos y conduce a sus personajes a bandazos por una trama que se impulsa a base de imposiciones editoriales o lo que parecen ser ideas sin un sustento argumental claro. El autor no es consecuente con lo que nos ha contado de los forajidos a medida que avanza el tomo. Artemisa no es fiel a sí misma y se olvida de que es el personaje más badass del grupo en cuanto trata su conexión con Jason. Además el autor no es lo suficientemente valiente como para que la relación avance de verdad. El segundo Robin tampoco es efusivo, algo lógico y frecuente en él a la hora de expresarse, pero ni siquiera en su monólogo interior (que tanto gusta al guionista) se muestra especialmente contento o satisfecho con el regreso de sus compañeros, chocando frontalmente con los volúmenes anteriores donde Jason estaba encantado y enamorado de su nueva “familia”. Resulta decepcionante ver como el cómic, no solo no está igual de brillante que en tomos anteriores en lo referente a las relaciones de sus protagonistas sino que dilapida en cierta forma lo construido, dejando un mal sabor de boca en el seguidor de la etapa.
La eterna lacra del personaje, no definirse como héroe, villano o antihéroe y estar expuesto a continuos cambios en función de lo más conveniente para la editorial hace acto de presencia en el tomo, algo que se volverá a repetir en Future State. Sin embargo, Lobdell durante el Renacimiento ha conseguido enmarcar a Jason en un rol propio y sale airoso del encargo editorial. La nueva situación como mentor de los villanos del futuro está relativamente bien ejecutada, con un Red Hood aceptando el trabajo porque mejor que los entrene él que cualquier otro psicópata. El elenco de jóvenes es prototípico, pero es capaz de despertar cierto interés por sus poderes, historias personales y devenir de estos peligrosos infantes. El protagonista como maestro cumple todo lo bien que se espera del personaje, a duras penas. En el arco argumental se deja ver la Dra. Shay Veritas, proclamada persona más inteligente de todo el DCU. Un personaje creado en los inicios del New 52, normalmente relacionado con Superman, Supergirl y ahora con Lex Luthor. Su participación es prácticamente testimonial, probablemente debida a la elección de El Bloque como centro de entrenamiento.
Dexter Soy presente en la serie mientras se titulaba los forajidos, tan solo se deja ver en alguna portada. El dibujante había conseguido su propio idilio con el protagonista y la colección nota su ausencia. Pete Woods encargado de gran parte de los capítulos del tomo anterior tampoco está presente, en este caso es Kenneth Rocafort el artista principal de la mayoría de números (por suerte) Viejo conocido de la serie, resulta el más inspirado de todos los dibujantes que se dan cita en el libro. El puertorriqueño tiene un trazo propio y reconocible, una composición de página variada y original y se muestra muy solvente en los fondos o con el diseño de personajes. Un artista no excesivamente reconocido pero con un nivel estimable. Los sustitutos no son eminentes. Adam Pollina encargado del tercer anual, donde se narran las aventuras de Bizarro y Artemisa en otra Tierra, entrega uno de los dibujos más trabajados y satisfactorios dentro del nivel de los no habituales, por contra, Christopher Williams seguramente sea el menos brillante.
Lobdell entrega un cómic entretenido pero que no llena plenamente a aquellos que hemos seguido la trama del Renacimiento con devoción. El autor adolece de cansancio en una colección de la que ya lleva escritos muchos números, sobre todo sumando los capítulos del anterior volumen. Rocafort cumple como dibujante titular, pero hay algún sustituto desalentador. Un tomo que incluye los capítulos del 37 al 43, además de los anuales 2 y 3. La grapa de La guerra del Joker contiene el #48 de la colección, dando un salto temporal, que por el contenido del relato no interfiere en la lectura. El run de Lobdell acaba en el #50 y el segundo volumen del personaje dos números después en el #52, con guion de Shawn Martinbrough. ¿Es de esperar una tercera temporada del personaje que incluya los 8 capítulos no publicados en nuestro país? Solo ECC tiene la respuesta, en menos de año y medio han publicado cuatro tomos de Capucha Roja dando una continuidad no esperada al personaje. La próxima cita con el Robin resucitado la tendremos con la publicación en nuestro país de la iniciativa Future State que nos dejara ver a Red Hood en Estado futuro: Detective Oscuro previsto para Octubre.
Lo mejor
• Lobdell sale airoso de la trama derivada del año del villano.
Lo peor
• El guionista no resulta del todo consecuente con lo que nos ha contado a lo largo de la etapa.
Guion - 6
Dibujo - 7
Interés - 7
6.7
Inconsecuente.
Lobdell entrega un cómic del personaje mejor de lo que eran los del New 52, pero no al nivel que él mismo ha demostrado durante el Renacimiento dejando un mal sabor de boca en los seguidores de la etapa.