Carlitos Fax

 

Edición nacional / España: Carlitos Fax, mayo 2017, ¡Caramba!, Astiberri Ediciones.
Guión, dibujo, tinta y color: Albert Monteys.
Formato: 176 páginas a color editadas en cartoné en tela.
Precio: 22 €.

 

Albert Monteys es una debilidad. Ergo, esta reseña va a ser poco imparcial, aunque dudo mucho que el catalán sea un autor que genere rechazo. No conozco a nadie que, en cuanto lo conoce, no se deje llevar por su trazo. Monteys parece haber nacido con un lápiz en la mano, pues ya con rapidez sus líneas redondas y su domino del espacio se hicieron evidentes en obras primerizas. Es un consumado profesional, al tiempo, capaz de adaptar su estilo al género que toca, con un imán para el humor que le ha llevado durante años a dejar su impronta en revistas satíricas como El Jueves u Orgullo y Satisfacción. Profesional, como digo, recibió el encargo de llenar páginas de Mister K, revista para niños que lamentablemente fue perdiendo el favor del público, lo que llevó a su cancelación. Pero eso no es siempre sinónimo de la calidad del producto y la revista vio obras de evidente interés, como este Carlitos Fax. ¿Quién es Carlitos? Un obsoleto fax que trata de encontrar su hueco en la redacción de un periódico en un futuro que mucho parece nuestro caótico presente.

Vale, entonces estamos en un tebeo pensado para niños. Tramas sencillas de tres o cuatro páginas, humor blanco y acción sin parar. No parece el panorama para hacer algo más que un entretenimiento. Y quizá sea así, pero no cabe duda que Monteys es más listo que el hambre, dando zarpazos de sátira de ciencia-ficción digamos, seria. Si esta sirve para explicar el presente mirando al futuro, Monteys desarrolla sus tramas poniendo el ojo en las costumbres y los modos del ahora, y quizá del siempre: el egocentrismo, la envidia, las carencias de la prensa, la necesidad de estar conectado… Vamos, el mundo como caldo de cultivo para hacer las cosas de la risa, sí, pero acompañado de un dardo. De este modo, el chaval puede divertirse con el universo retrofuturista que plantea Carlitos Fax, hermoso y brillante, sin aristas ni dobles sentidos, con ese aire a lo vieja escuela francobelga, ese sabor sencillo de dulce comedia, mientras el adulto recibe el mensaje. Y por eso su lectura se convierte en algo tan agradable. No hay cinismo ni necesidad de apabullar. Hay sátira, sí, pero envuelta con cariño. Como un chiste al que acompañan con un doble guiño.

Todo vestido por el eficaz trazo de Monteys, que bebe, como digo, de toda la escuela de línea clara y la Bruguera, en un combinado que no solo no emborracha, sino que borra la resaca.

¡Caramba! edita un integral con todas las páginas del personaje aparecidas en la citada revista para solaz de sus seguidores. Y qué rico, mamita. Formato álbum, tapa dura, buen papel y qué olor, señora. Una delicia en forma y fondo, de modo que ya puedes ir sacando tu billetera. Dale un tiento, que no todo van a ser luchas, disparos y culos.