Casanova, vol. 1: Lujuria

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Edición original: Casanova Luxuria #1 a 4 (2010); Icon (Marvel Comics).
Edición española: marzo de 2012, Panini Cómics.
Guión: Matt Fraction.
Dibujo y entintado: Gabriel Bá y Fabio Moon.
Color: Cris Peter.
Formato: tomo recopilatorio de 160 págs. encuadernado en cartoné.
Precio: 18,00 €.

 

Inventario de psicodelias

A día de hoy, los nombres de Matt Fraction (Chicago Heights, Illinois, EE.UU.; 1975), Gabriel Bá y Fábio Moon (São Paulo, Brasil; 1976) resultan más que familiares para buena parte de los aficionados al Noveno Arte: el primero, por ser considerado uno de los guionistas mainstream por excelencia, gracias a su trabajo en títulos como El Inmortal Puño de Hierro, La Patrulla-X, Iron Man o Thor; y los gemelos paulistas, por haber sabido alternar su colaboración en el universo Hellboy o The Umbrella Academy con proyectos tan personales y ambiciosos como Daytripper. Un ascenso profesional, el de este trío de ases, traducido en un puñado de Premios Eisner que acreditan el notable estatus alcanzado en la industria del cómic norteamericano.

Pero hubo un tiempo –no demasiado lejano– en el que este equipo creativo apenas era conocido por el gran público. Una época en la que Fraction trabajaba en el campo audiovisual, asumiendo encargos comerciales y proyectos más personales a través del estudio MK12, fundado junto a cuatro compañeros de la Escuela de Arte. Ocupación que trataba de compaginar con sus primeros guiones de tebeos, vestigio de una remota ambición de convertirse en escritor a tiempo completo. En cuanto a y Moon, las buenas críticas cosechadas por su fanzine 10 pãezinhos y sus primeras obras publicadas por AiT/Planet Lar y Dark Horse –especialmente la antología de historias cortas De:Tales– parecían presagiar una prometedora trayectoria en el mundo del cómic. Pero todavía les quedaba un largo camino por recorrer…

En este punto, en este momento vital cargado de ilusiones y ambiciones –pero también de dudas e incertidumbres–, confluyeron diferentes circunstancias que propiciaron el arraigo de una idea muy especial en la mente del guionista. Por una parte, el proceso de documentación de una historia destinada a ser publicada en X-Men Unlimited le llevó a releer entregas clásicas de La Patrulla-X, en las que Chris Claremont y John Byrne requerían menos de una veintena de páginas para plantear y desarrollar un buen montón de conceptos. Por otra parte, Warren Ellis –amigo y mentor de Fraction– hizo uso de la lista de correo Bad Signal para enumerar las bondades de un hipotético formato de cómic de precio reducido y menor número de páginas, enriquecido con diverso material extra; una propuesta que el autor británico puso en práctica junto a Ben Templesmith en las páginas de Fell (Image Comics). Y en tercer y último lugar, una conversación mantenida junto al propio Ellis en torno al “muro de sonido” –wall of sound–, técnica de producción musical desarrollada por el mítico Phil Spector, consistente en la grabación de numerosas pistas de acompañamiento que, superpuestas, creaban un sonido especialmente denso y compacto.

Dos páginas de Casanova: Lujuria, extraídas de la web de Marvel Comics.
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

Pero, ¿cómo interaccionaron estas circunstancias, que aparentemente no guardaban demasiada relación entre sí? Todo derivó del éxito cosechado por Fell, que animó a Image a invitar a diferentes historietistas a que emplearan un formato similar para contar sus historias; entre esos autores estaba Matt Fraction, y la propuesta que presentó y que terminaría siendo aceptada por la editorial llevaba por título Casanova. Todavía impactado por la habilidad de Byrne y Claremont para explotar al máximo cada página de un cómic, y teniendo muy presente la conversación musical mantenida con Ellis, el guionista de Illinois sentó las bases del pastiche definitivo. Una obra repleta de guiños y referencias que requirió una mecánica de trabajo muy específica: “le di vueltas a la idea de cómics construidos como pequeñas confecciones pop, como una canción de tres minutos de Phil Spector. Empecé a pensar en capas de ideas, de información y estilo, desarrollando un método que me permitiera que todos esos fetiches convivieran en cada página”.

Ya en junio de 2006, y con Gabriel Bá a los lápices, se publicó el primer número de esta colección, peculiar por su coloreado en bitono, por los artículos de complemento, por un irresistible precio de 1,99 $, y por su estructuración en siete arcos argumentales –uno por cada pecado capital– desarrollados en siete entregas de 16 páginas. Pero las peculiaridades no se limitaron al formato escogido, sino que también se manifestaron en un tono, una temática y un ritmo inclasificables, con Casanova Quinn –personaje a medio camino entre el escritor y aventurero italiano Giacomo Casanova, un joven Mick Jagger y una versión desatada y postmoderna de James Bond– convertido en carismático protagonista de una desmadrada historia de superespías con toques pulp, espíritu aventurero y ramalazos de desbordante ciencia ficción, sin olvidar cierto deje paródico y un innegable punto psicodélico. No solo en lo que se refiere a la influencia en el apartado gráfico y argumental del movimiento artístico y cultural surgido durante los años 50 del siglo pasado, sino también al significado al que remite la etimología de esta palabra –psychedelic, en el inglés original– creada por el psicólogo británico Humphry Osmond: “que manifiesta el alma”. Acepción metafórica, casi poética, que bien podría entenderse en el sentido de que, a través de Casanova, Fraction revela su verdadera esencia como escritor, como consumidor de cultura popular, e incluso como individuo. Un proyecto tremendamente personal, en el que además de reflexionar acerca de la madurez y la identidad –“Casanova es cualquier hombre joven alcanzando la verdadera edad adulta, afrontando la necesidad de tratar con asuntos de peso por primera vez en su vida”–, volcó su particular inventario de influencias literarias, musicales, cinematográficas y comiqueras. Todo un festival referencial que abarca obras tan dispares como American Flagg!, de Howard Chaykin, Las aventuras de Luther Arkwright, de Bryan Talbot o, evidentemente, el Nick Furia de Jim Steranko. Pero también películas como Danger: Diabolik (Mario Bava, 1968) y El testamento del Dr. Mabuse (Fritz Lang, 1933), temas de The Beatles, The New Pornographers o M.I.A., y novelas de Thomas Pynchon o Michael Moorcock.

Casanova Quinn, el superespía definitivo (detalle de la portada de Casanova: Luxuria #1)

En resumidas cuentas, afirma el guionista, “todo lo que siempre quise hacer en un cómic, invadido por un pánico exuberante, por una falta de miedo completamente alocada que me empujaba hacia diez direcciones diferentes al mismo tiempo”. Acuciante y vertiginosa sensación que impregna cada página del primer arco argumental –Lujuria–, dotado de una inusual densidad y salpicado por constantes “patrones, ecos y motivos que reverberan a lo largo de todo el cómic”.

A las siete entregas de Lujuria le siguieron otras tantas que dieron forma a Gula, una historia en la que Fábio Moon tomó el relevo en el apartado gráfico, permitiendo que su hermano gemelo se tomara el tiempo necesario para centrarse en The Umbrella Academy (serie de Dark Horse guionizada por Gerard Way, líder de la banda de rock My Chemical Romance). Pero la progresión profesional de los autores involucrados en Casanova, y los raquíticos emolumentos ofertados por Image, dificultaron la continuidad de la colección, que se vio abocada a una pausa prolongada durante dos años. Por fortuna para los lectores, Fraction, y Moon conservaron los derechos sobre su creación, de forma que, dueños de su destino, optaron por buscar pastos más verdes. Finalmente, se decataron por aceptar la mano tendida por el sello Icon de Marvel Comics, enriqueciendo un atractivo catálogo en el que también figuran títulos del calibre de Powers, Criminal, Incógnito, Kick-Ass, o Némesis. Y fruto de esta “mudanza”, se operaron una serie de cambios en la colección, reeditando los dos primeros arcos argumentales –con los siete números originales condensados en cuatro entregas–, creando nuevas portadas, historias y artículos de complemento, e incorporando dos nombres al equipo creativo: Dustin Harbin –amigo personal del guionista, encargado de rotular cada página de forma manual–, y la brasileña Cris Peter, quien asumió el reto de dejar a un lado el bitono inicial en beneficio de un coloreado completo. Así pues, este primer recopilatorio de Casanova ofrece la posibilidad de disfrutar con la versión “remasterizada” del lujurioso primer arco argumental, que invita a paladear un cóctel tan improbable como delicioso: viajes interdimensionales, rupturas del espacio-tiempo, universos paralelos, guerras psíquicas, corporaciones criminales, superespías, agentes dobles, concubinas robóticas, rupturas del “cuarto muro”, planes maquiavélicos, traumas familiares, traiciones, megalomanía, hedonismo y, sí: sexo, drogas y rock n’ roll. Estamos de enhorabuena: Matt Fraction, Gabriel Bá, Fábio Moon y Casanova Quinn han vuelto. Y prometen quedarse hasta revisar a conciencia el catálogo de pecados capitales…

(Texto publicado originalmente como introducción al primer tomo recopilatorio de Panini Cómics).

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El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
10 marzo, 2012 10:38

 Buena historia, es perfecta de principio a fin.

Eduardo
Eduardo
Lector
10 marzo, 2012 10:40

TEBEAZO
Asi, en mayusculas y bien claro.
Es una delicia de historia, narrativamente y visualmente desbordante y una ida de olla genial.Eso si, la edición de Panini MUY cara (aunque en ingles sea pelin durilla de seguir por 8 € en TPB esta en casita)

Esfingo
Esfingo
Lector
10 marzo, 2012 10:46

Al fin salio??

Nate Ryan
Nate Ryan
10 marzo, 2012 11:02

Estas ediciones de panini en tapa dura son todas muy caras. Bueno, pensando en powers, no hace falta ni la tapa dura…

No se si será por las bajas expectativas de mercado que obligan a poner precios altos o por el hecho de que estas cosas no marvelitas van destinadas a un publico mayor, al que se le puede sangrar, porque saben que lo va a pagar si quiere leer el tebeo.

Mr. Garret
Mr. Garret
Lector
10 marzo, 2012 12:19

tengo unas ganas TREMENDAS de ponerle las manos encima

Esfingo
Esfingo
Lector
10 marzo, 2012 12:25

Mio al fin

Sputnik
Sputnik
Lector
10 marzo, 2012 12:59
Mr. Garret
Mr. Garret
Lector
10 marzo, 2012 13:07

ha muerto moebius. DEP

molon labe
molon labe
Lector
10 marzo, 2012 13:10

Uno de los grandes de verdad, hasta siempre Moebius,descanse en paz.

Omar Little
Omar Little
Lector
10 marzo, 2012 13:33

DEP, Giraud.

¿Qué tal está el encuadernado de este tomo?

Esfingo
Esfingo
Lector
10 marzo, 2012 13:59

Como los Criminal(Cartone?)

Daniel Gavilán
11 marzo, 2012 9:52

Ayer debió haberse dado una suerte de alineación planetaria perniciosa para que justo el día que reseñamos Casanova muriese Moebius. Que macabras casualidades se marca la vida 🙁

Por lo demás, estupendo artículo, David. Sin duda la mejor obra de Fraction y donde mejor encaja su particular forma de escribir.

JOSE
JOSE
11 marzo, 2012 10:50

Yo compré los dos primeros tomos recopilatorios de Casanova en bookdepository (y dentro de poco sale el tercero); son en tapa blanda pero me costaron la mitad, y con la que está cayendo eso se agradece. Estoy harto de las ediciones de superlujo en tapa dura de Panini, con precios inflados (Criminal, Incógnito, Powers, Scarlet). Por cierto, es un cómic que merece mucho la pena…