Edición España: Tirant lo Blanch – 2016
Coordinación: Francisca Ramón Fernández
Autoría: Vicente Cabedo Mallol, María Emilia Casar Furió, Vicent Giménez Chornet, Juan Vicente Oltra Gutiérrez, Francisca Ramón Fernández
Precio: 14,15 € (tomo en tapa blanda de 98 páginas)
Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que productos culturales como los videojuegos, los tebeos, los juegos de rol o el anime eran considerados cosa de infancia o, en el mejor / peor de los casos, sub-cultura. La afición se llevaba, cual procesión, por dentro y se inventaban mil y un eufemismos y subterfugios para justificarla; no se lean comics sino novelas gráficas; no todo eran marcianitos. Del rol y las obras llegadas de Japón mejor no hablar: el nivel de estigmatización y cretinismo alcanzó cotas insospechadas. Sin embargo, los años pasaron, los negocios prosperaron y los entretenimientos minoritarios se convirtieron en mayoritarios; los niños de antaño se convirtieron en adultos que siguieron –continua o intermitentemente- con sus vicios y alcanzaron poder adquisitivo como para consumir más. Así las cosas, resulta casi inevitable que esta generalización, unida a la conversión en iconos de la cultura global de algunas de creaciones (p. ej. la familia Simpson) haya derivado en la incorporación al ámbito académico de estas antaño denostadas representaciones culturales. Veámoslo con este curioso ejemplo de compliación de casos prácticos jurídicos.
La divulgación fue la primera playa en la que el friquisimo desembarcó como herramienta de trabajo (haciendo buena la colección de tópicos con la que se vendió The Big Bang Theory, por cierto). Obras como La Física de los superhéroes, La Física de Star Trek o Einstein contra Predator dan testimonio de ello. Hoy, sin embargo, no es una obra de divulgación la que toca reseñar, sino un manual de casos prácticos para el estudio del Derecho. Como docente de asignaturas jurídicas y como profesor que ha empleado sus aficiones para la generación de supuestos de singular pelaje, recibí como una grata sorpresa la aparición de este libro en el que un grupo de colegas utilizaban series, personajes y películas del mundo de la animación para proponer temas de debate.
El equipo coordinado por
Esta obra constituye una iniciativa aún original, que permite comprobar una vez más que la ficción puede ayudar a la comprensión de la realidad.
P. S. Terminada la reseña, no me resisto a contar una pequeña anécdota académica. En el año 2012 se estrenaba la segunda temporada de Juego de Tronos. Después de haber visto la primera en formato doméstico esa misma primavera, me enfrasqué en la lectura de los libros. De esa combinación surgieron los dos casos prácticos que constituían la prueba de evaluación final de una asignatura llamada en aquel entonces Derecho Civil IV (que englobaba las materias de Familia y Sucesiones). En el enunciado de esos casos se narraban como parte del supuesto de hecho acontecimientos como la boda roja, el juicio de Tyrion Lannister o el destino de su real sobrino Geoffrey. El alumnado se quejó amargamente de aquellos casos… pero solo porque eran seguidores de la serie televisiva y aquel examen les había desvelado acontecimientos de las temporadas tercera, cuarta y quinta. Es una pena que George R. R. Martin no haya sacado aún Vientos de invierno y que la serie haya seguido un camino literariamente por explorar; me ha quitado el perverso placer de aquella vez.
No sabía de su existencia. Caerá.