Corría el año 1986 cuando
La amistad con
Los dos tenían en común en sus inicios un fracaso tras otro. Nadie parecía apreciar el atractivo de Gaiman y McKean hasta que no trabajaron de manera conjunta para Escape en una tira de cinco páginas, la cual por aquellos días estaba al cargo de
Suerte tuvo por aquel entonces Neil Gaiman de entablar una profunda amistad con
Neil Gaiman tenía ya una serie de esbozos, una maraña de cosas que ocupaban 44 páginas de texto y espacios en blanco que Dave McKean debía entender y rellenar una vez aprobado por Paul Gravett, quien sólo sugirió pequeños cambios.
Visto y no visto, terminaron a principios de 1987. El mismo Alan Moore escribió una presentación y varios autores dieron una buena opinión para la contraportada. Sería publicado en 1987 en el Reino Unido en blanco y negro por Titan Books, en sociedad con Escape.
Este es el inicio de Casos Violentos.
La obra no necesita una presentación más allá de la que Alan Moore da en la contraportada.
“En parte recuerdos de infancia, en parte reconstrucción de un pasado violento, en parte observaciones sobre magia, todo recogido de sucesos recordados. Casos Violentos evoca desconocidas sensaciones de un modo desconocido”
Y la verdad que aquí nos podríamos quedar. No seré yo quien reformule a las barbas de Moore.
No obstante, sí puedo aportar algo más, una retrospectiva.
Habría que esperar a 1991 para que se le hiciese justicia a la obra. La edición de Titan Books la había publicado en blanco y negro y echaba a perder la mayor parte del trabajo de McKean. En la edición estadounidense, se mostraba la obra tal y como había sido concebida con esos trazos azules, grises y marrones. Cabe decir que para entonces estos dos autores ya tenían un peso en el mundo del cómic: Dave McKean había triunfado con Batman: Arkham Asylum junto a
En las cuarenta y ocho páginas de Casos Violentos, Neil Gaiman va a asentar las bases de los tópicos que irá repitiendo a lo largo de sus relatos: la historia dentro de la historia. Con respecto a McKean se le empezará a intuir la inclinación por la fotografía y los collages.
En las primeras páginas nos vamos a encontrar a un Gaiman bastante joven que irá narrando los sucesos tal y como mejor pueda, pues advierte del paso del tiempo y de cómo esto ha afectado a sus recuerdos.
Así pues, presenta a un joven de Portsmouth (Inglaterra) que, de nuevo, comparte algunas características con el mismo autor. El chico tiene el brazo lastimado y ha de ir a un osteópata, quien está reunido con una serie de personajes que recuerdan a gángsters. El protagonista acaba de conocer al médico personal de
Como cualquier chico de su edad, comienza a hacer preguntas sobre la famosa figura del mafioso y sobre la mafia en general. Trata de imaginarse el mismo rostro de Capone y la época de Los Felices Años Veinte a partir de lo que le dicen. Esto es aprovechado por McKean para basar su dibujo en trazos ásperos, dando retratos difusos, lejanos. Es un estilo que volverá a mostrar en Signal To Noise, donde también vuelve a repetirse este tópico.
Vamos avanzando en la trama entre flashes confusos de recuerdos que se van modificando según el narrador evoca de mejor o peor manera. Naturalmente no faltan momentos oscuros y violentos acompañados de metáforas, usando para ello una superposición del mundo infantil con el adulto que proporciona al cómic su mayor clímax.
No faltan tampoco las referencias a los grandes clásicos del cine noir como son El Halcón Maltés (John Houston, 1941) o El Hombre que Sabía Demasiado (Alfred Hitchcock, 1956).
A pesar del grado de violencia de la historia, Gaiman consigue finalmente un resultado melancólico. De nuevo logra transmitir la atmósfera de infancia perdida y del paso del tiempo, dando como resultado una reflexión sobre la construcción del hombre y del ser humano en sí.
Y de nuevo, la prosa está perfeccionada por Dave McKean, cuyo estilo a veces parece recordar a
Es un cómic que como podéis ver, guarda mucho talento y detalles a los que hay que estar atento. Sirva de ejemplo cómo McKean dibuja al narrador con el rostro del mismo Gaiman, lo que hace dudar al lector sobre si es una obra autobiográfica o ficticia.
¿»el hombre que sabia demasiado» encuadrado en el «noir»?. no sé,paula.no lo tendria yo tan claro….
De acuerdo con que el cine noir tiene la característica de tener un fuerte contraste en el blanco y negro (que es lo más característico y que la versión original de esta película mantiene). En cambio el término si me parecía apropiado, ya que comparte la temática de la corrupción, la identidad del individuo y de cómo este se ve envuelto en una serie de problemas tras otro, la expresión (en este caso la de James Stewart) y el tema del espionaje.
El problema con los géneros es esto, que hay películas difíciles de clasificar porque presentan una serie de innovación con respecto a las «fuertes» del género (véase Sunset Boulevard).
No sé si te he convencido o no. Hubiese preferido leer algo más allá de esos puntos suspensivos :p
la peli de hitchcock es,basicamente, un thriller.puedes redondearlo,enclavandolo en que es un tipo de cine en clave politica,o simplemente asumiendo que es cine de espionaje,pero no puedo comprarte «el que comparta mesa y mantél » con, por ejemplo,EL TERCER HOMBRE,de carol reed.
sí te compro,en cambio,lo de EL HALCÓN MALTÉS(aunque seguro que el amigo zape me pondria alguna pega al respecto) 🙂
y no pretendia transmitirte la idea de que entro a «hacer sangre»,por que sí. no voy de ese palo.la última reseña que firmaste me gustó mucho,paula,y así te lo transmití.
pero si veo algo en una reseña que como lector no me cuadra,tengo que mostrar mí disconformidad.sencillamente,porque entiendo esto como un «toma y daca»( en el sentido de que el fín de una reseña debiera ser el de generar un debate.los redactores de esta santa casa saben que cuando me chirria algo puedo ser un tocapelotas de cuidado.pero siempre trato de fundamentar mí opinión,aún cuando esta no coincida con el citado firmante.nada en plán troll.
resumiendo,que no te lo tomes por el lado personal.me gustan tus reseñas.me interesan tus reseñas,y me gusta que las personalices,que las dotes de tu propia energia.y me gusta, (mucho,además),que seas tan osada de enfrentarte a obras poco proclives a la critica facilona y/o complaciente.
de cualquier manera,oye,que es cierto,(odio a la gente que empieza una frase con el:»cierto és…»que daño hizo aida nizar)más allá de un comentario a vuela pluma deberia haberme extendido ,igualmente, sobre la obra.entono el mea culpa,en ese sentido.
por ahí debo tener el comic este.prometo revisitarlo,y comentar por aquí.
y me encantaria reseñas tuyas de LOS LIBROS DE LA MAGIA,y ORQUIDEA SALVAJE(las volví a leer hace un par de semanas…con sentimientos encontrados).¿algo en el horizonte?.ya imagino que debe haberlas en los archivos de zn,pero a mí me molaria revisitarlas desde tú particular perspectiva.
peace and love,paula.
un saludo.
Ey, ey, ey. Agradezco mucho que me comentes dónde te chirría el artículo. Yo aquí no tengo para nada la verdad absoluta y no espero que todos los lectores estéis de acuerdo conmigo.
Me gusta hablar de cine, sólo lamenté de tu comentario que fuese tan corto y de ello mi anterior respuesta podría parecerte un poco «agresiva» Pero sólo era porque no sabía donde estás de acuerdo.
Muchas gracias por la valoración general. Lo agradezco mucho y compensa un poco más el trabajo que hago para esta casa 🙂
Con respecto al resto de obras de Gaiman ya han sido reseñadas. Bichea en el archivo :p
El próximo martes le tocará a Warren Ellis. Ya tengo que dejar descansar a Gaiman…
Ahora quiero leer tu opinión de Stray Toasters.
Cuando encuentre algo de Sienkiewicz que no haya sido reseñado aquí, me lo apuntaré, gracias.
como lo prometido es deuda…
revisitando anoche mí vieja edición de zinco de 850 pelas(¡ah,que tiempos¡) de la que,para mí sorpresa no me deshice aún,no he podido evitar acordarme de «el juego lúgubre» del gran paco roca.en ambas,el juego de los detalles lo define todo.
si lo cuentas bien,si lo adornas bien,el juego se vuelve real.la historia se torna real.y,si no,ya se encarga un tramposo gaiman de envolver a la historia de la necesaria patina de veromisimilitud que esta necesite,desde su posición de narrador omnisciente.
y,sin embargo,que nadie se llame a engaño,el proceso de inmersión en la historia no es fácil.y eso que el britanico oculta sus cartas,precisamente mostrandolas desde el minuto uno.desde el primer momento,con esa página en la que se nos muestra un coche a gran velocidad de llantas cromadas,un brazo roto,manchas de sangre,y una percha vacia para un sombrero inexistente.
a partir de aquí,como en «inland empire»,o «carretera perdida»,sirvanse libres de montarse su propia historia con las pertinentes conclusiones que extraigan de ella.
¿aquellas historias de gangsters fueron reales,o simplemente eran el producto de la imaginativa mente de un crio de 4 años huyendo de la realidad de ¿un padre que abusa de él?
oops,vaya.¿spoiler al canto?.frank malo.
¿sabes qué?.en realidad,da igual.
porque no es lo que importa.no es lo que te cuentan.es COMO te lo cuentan.porque, como en las citadas cintas de lynch,lo importante es el viaje en sí mismo(más allá de si la baraja esta trucada).
que lo está.
es un juego referencial asumido.uno en el que gaiman se lo pasa pipa.historias que se confunden dentro de otras historias,esa tecnica narrativa que al inglés sienta tan bien,y que, posteriormente, depuraria en las historias de morfeo.referencias cinefilas que van desde «el enemigo público» de william wellman(mucho mejor que la versión con gable en el reparto,donde va a ir a parar.aunque ambas son buenas,ojo),hasta «mí tio» de jacques tatí(echen un vistazo,ahora en plena canicula,a «las vacaciones del señor hullott».no se arrepentiran,creanme).desde «el halcón maltés,hasta «los violentos años veinte»(cagney rules¡¡).todas ellas bien integradas en el cuerpo de la historia.
y,entre medias,trozos de carbón que lanzan al techo sombras tremulas,columnas de marmol veteadas y relucientes,fiestas de gangsteres,sillas músicales,pasteles,patatas,y esos pequeños bizcochos con dibujos sobre ellos de trenes,casas y coches,hechos con azucar garrapiñado.
los buenos recuerdos estan llenos de lugares comunes,y gaiman lo sabe.sabe como activarlos.neil gaiman lo tiene.frases e imagenes afortunadas,acompañadas de un fabuloso despliegue gráfico de un sensacional(y autocontenido)dave mc kean(sí,afortunadamente,en esa época aún no se habia convertido en un cansino del «collage».¡¡albricias¡¡).
ahora leo la historia,y la visualizo en imagenes.pero en mí cabeza no es mc kean,(la referencia obvia) quien se encarga de firmarla,sino uno de mís animadores de cabecera:bill plymptom.
manias personales.ni caso.
resumiendo(y acabando),que a gaiman y a mc kean les quedó una obra bastante apañadita.llena de frases afortunadas,y cargada de notables buenas intenciones.entiendo que «casos violentos» ocupe un lugar especial en la carrera de ambos talentos.
para los demas,(o al menos,para mí) un interesante y elogiable ejercicio de estilo.
que,ojo, no es poco en este medio de mediocridades vestidas con trajes del emperador.
Ea, ea.
¿demasiado intenso,señor trent?. 🙂