la gata sabia
«“Nada más importaba, nadie más importaba, ni siquiera yo»
Desde la reseña del primer número americano que realizó nuestro compañero Román de Muelas, teníamos una deuda pendiente con vosotros y con la obra más ambiciosa hasta la fecha de este artista neoyorquino.
Cliff Chiang (Nueva York, 1974) se dio a conocer verdaderamente (algún trabajo previo e interesante había por ahí) al público con la Wonder Woman de Azzarello que inauguró los Nuevos 52 de DC, para lanzarse al estrellato con las Paper Girls de Vaughan en Image. Aprovechando el momento de gloria, en 2021 se atreve como autor completo amparado en el sello Black Label para sorprendernos con la obra que referenciamos hoy.
Una carrera meteórica de trabajos muy contados en la que siempre ha demostrado un estilo propio alejado del mainstream superheroico, un especial gusto por el diseño y un dominio absoluto del color. En todo caso, tales cartas de presentación no tenían por qué estar relacionadas con la capacidad de crear personajes, argumentos o una historia que contar.
Sin embargo, podemos decir que Chiang ha pasado, y con nota, su debut (tras algún ensayo menor, cierto) como guionista y dibujante a la vez. Catwoman: Ciudad Solitaria es un placer para todos los sentidos que se lee con avidez, con grandes ideas capaces de dejar poso, y con un elenco bien construido e interesante.
Tanto que cuesta no hacer spoilers para reseñar la obra… y no me refiero a la trama, si no a los sugerentes detalles que ha incluido en cada uno de los protagonistas y que sabe desvelarnos en momentos clave. La obra sucede en un futuro imaginario (“¿no lo son todos?”) pero no es el “qué le habrá pasado” lo que da la vuelta de tuerca aquí, sino acercamientos nunca vistos a la personalidad de estos personajes tan conocidos.
La absoluta reina de la obra, Selina, es por ejemplo retratada con todos los elementos característicos que podríamos esperar (deliciosos los homenajes a otros dibujantes y facetas de la misma con la excusa de los posters preferidos de sus admiradores), pero Chiang sabe retorcer un poco las expectativas con una fragilidad nunca construida con tanto mimo como en esta historia.
En contexto, la trama comienza con una envejecida Catwoman saliendo de la cárcel en una Gotham con un clima dictatorial impuesto por el actual alcalde, Harvey Dent. Varios de los habituales de la ciudad, incluido el propio Batman, han muerto en trágicas circunstancias y los que quedan tampoco parecen disfrutar de su mejor momento.
Bajo estas premisas disfrutaremos según se nos van desvelando los motivos que generaron esta situación, los distintos actores de esta serie y los papeles de cada uno se reserva en la misma. Todo, repito, con un exquisito trabajo de caracterización detrás que se demuestra en cada detalle de la ciudad, el momento y las interacciones.
Si se le puede poner alguna pega a la labor del artista en los guiones es la excesiva duración de cada capítulo, que en algunas ocasiones parece no encontrar su momento de cierre en busca de ese gancho final que redondee el episodio. Además, quizá, de una cierta falta de emotividad en los momentos que la merecen. En todo caso, ya quisiera cualquier iniciado en las labores de escritura que esos fueran los únicos detalles por limar para próximos (y esperemos muy cercanos) trabajos.
Y eso que hasta ahora sólo hemos comentado el guion. Chiang no sigue siendo sólo un dibujante y narrador excepcional, sino que ha madurado como artista ofreciendo una explosión de recursos al alcance de muy pocos. Amén de, como hemos mencionado, un especial ojo para el acabado y diseño de la obra en su conjunto (cada una de las portadas y entradillas de cada capítulo son para enmarcar).
El artista utiliza una mayoría de viñetas relativamente pequeñas, aunque todas necesarias y con mucha información tanto textual como visual. Cuando se precisa nos regala splash pages en las que la combinación de imagen y color contribuye al parón narrativo e intensidad emocional que pretenden construir estas virguerías.
El color, de hecho, es uno de los fuertes de la obra, usado para transmitir momentos, entornos, sentimientos, cambios de tono, de tempo… el dominio de Chiang en este aspecto es tan grande como difícil de enumerar por la sutilidad del mismo. Precisamente el uso de muchas viñetas se mantiene en pie por la acertada distribución de colores en la página, que nunca llega a aparecer saturada.
Por nombrar algún aspecto mejorable, cierto que la simplicidad que caracteriza sus caras hace que muestren cierto parecido entre ellas, aunque las expresiones son trabajadas y certeras. Aparte de que su dominio de peinados, vestuario y ambiente hacen que cualquier caracterización sume enteros en cada viñeta. Bueno, Waylon me ha decepcionado un poco, compensado por la infinidad de sutilezas que se aprecian en el rostro de Selina.
De nuevo la libertad del sello negro ha servido para dar rienda suelta a las inquietudes de un artista en alza y de nuevo resulta en una gran obra con un personaje del universo superheroico de la editorial. Un éxito que sumar a la línea y especialmente a Cliff Chiang, que se afianza como uno de los autores a seguir con atención ante esta nueva faceta que tan remarcablemente ha presentado.
Una buena obra para los amantes del cómic, una gran obra para los aficionados al murciélago (atención a la caracterización del éste sin ser un personaje activo de la historia) y un bocato di cardinale para los deceítas, que encontrarán más de un placentero guiño para saborear. No os la perdáis.
Lo mejor
• Un autor completo a seguir.
• Los detalles a descubrir de los personajes.
Lo peor
• Poca cosa, una gran obra.
Guión - 8
Dibujo - 9
Interés - 7.5
8.2
Un debut prometedor
Gracias por la reseña!
Dentro de las licencias, y los fallos (que los tiene, no es una obra redonda) es un trabajo bastante estimable. En tono, desarrollo y temas me parece mucho más interesante que otra batdistopía Black Label: el Caballero Blanco de Murphy y amigos. Tirando hacia abajo: cuando empieza a manejar varios personajes se desdibuja todo y se nota un poco el «manual de estilo de escritor», el final es algo atropellado y el último tomo tiene un dibujo más abocetado y apresurado (esto es muy Black Label). Las muertes acaban pareciendo por cubrir expediente y pierden impacto, supongo que te refieres a eso con la falta de emotividad.
El saldo en general es positivo, por la propuesta y su tomo más «maduro», el empleo de personajes un poco menos sobados de lo habitual (sólo un poco, eh?) y un dibujo elegante.
P.D. Eddie al fin ha visto cumplido su sueño de enrollarse con Selina, aunque sea en otra Tierra!
Gracias a ti, Drury. Efectivamente me refería a eso, no sabe darle el peso necesario para que importen. Pero sigo defendiendo ese trabajo que le ha dado a los personajes y que no puedo contar en la reseña por los spoilers, como Dos Caras o el propio Batman, a los cuales creo ha sabido captar en la esencia.
Me interesa. El dibujo es muy elegante por lo que veo en las imágenes.
Le daré una oportunidad, pero me esperaré a ver si la sacan en integral, que suelen ser más económicos en conjunto que los tomitos sueltos.
Buena reseña Enrique, muchas gracias.
Gracias Jaime. Píllatelo q vale la pena