Catwoman, la mujer gato, la creación de Bill Finger y Bob Kane en 1940, está de plena actualidad gracias al extraordinario trabajo desarrollado por Tom King en la serie regular de Batman. Pero Selina no carga con casi ochenta años de existencia editorial por mera casualidad, siendo muchos los motivos de su éxito. Empezó como némesis de Batman, una ladrona de guante blanco, capaz de poner en jaque al hombre murciélago haciendo gala de una afilada inteligencia y una más que notable fortaleza física. El personaje fue prosperando desde sus primeras apariciones, salvo en el periodo que comprende entre 1954 y 1966, por las normas establecidas por el Comic Code Authority, que dejaban claro como se debía representar y desarrollar a los personajes femeninos. Y Selina no se iba a doblegar a ello, por lo que editorialmente quedó en barbecho. Fue en los años 90 donde se produjo uno de los cambios más significativos de su carrera, cuando en DC se la presenta como una antiheroína, alguien que hace cosas incorrectas por razones moralmente correctas. Esta circunstancia le añadió profundidad al personaje y fue el cambio que favoreció que entre Selina y Bruce comenzara a generarse una más que evidente tensión sexual. Y es que su primera serie en solitario llegó de manos de Jim Balent en 1993, que se ajusto a este esquema en la que Selina actuaba con una clara ambigüedad moral siendo una ladrona internacional en ocasiones, cazarrecompensas en otras y heroína las restantes.
Si hubiera que buscar un punto de inflexión en la evolución de Selina este sería, sin duda, el trabajo de Ed Brubaker en la serie en solitario que se lanzó en el año 2001. Aquellos números, precedidos de un arco argumental en Detective Comics #759-762 (en la que el detective Slam Bradley investiga que le pasó a Selina tras el número 96 de su anterior serie en solitario), dibujados por un excelente Darwyn Cooke, definen claramente a Selina como la heroína de los débiles, de las cusas perdidas, focalizando sus intereses en todo eso que parece no ser relevante para otros vigilantes de Gotham. Una obra brillante, que aglutina en sus páginas todo el sabor de las novelas negras, mezclado con el género superhéroico.
Tras esta serie Selina no volvería disfrutar de una colección en solitario hasta la llegada de los Nuevos 52 (2011), en la que de la mano del dibujante Gillen March y el guionista Judd Winick se centran en contar los años previos a que Selina adoptara a identidad de Catwoman.
Y con este breve repaso se llega a Renacimiento, momento en el que Selina pasa a formar parte de las aventuras de Batman de forma activa y directa, gracias a Tom King que profundiza en la relación que estos dos personajes han tenido de forma intermitente al largo de los años. Una relación que parece ir encaminada a acabar en boda y que por designios de la historia tiene un final muy distinto al esperado.
En este punto es donde DC da luz verde a la publicación de una nueva serie en solitario de Catwoman, entregando al personaje a la dibujante y aquí también escritora, Jöelle Jones. La artista de Supergirl y Lady Killer, retoma al personaje en el punto en el que ha abandonado Gotham para trasladarse a otra ciudad en la que poder alejarse de los últimos acontecimientos de su vida.
Con este esquema se abre el suficiente espacio como para empezar a trabajar con nuevos secundarios, amigos y enemigos, con un escenario que además es también protagonista por si mismo y que afecta tanto física como emocionalmente a la protagonista. Jones, en su desarrollo, se muestra muy influenciada, a nivel visual, por la indumentaria de la Catwoman de la película de Burton de 1991, por lo que resulta un nexo muy elegante entre el medio impreso y el del celuloide. Su Selina se encuentra asimilando la carga emocional de su vida, buscando en su interior lo que la hace especial y fuerte, mientras lidia con un pasado que pugna por asentarse en su presente. La situación plantea el seguimiento de Selina a lo largo de este proceso, mientras batalla contra lo que el destino esta empeñado en ponerle delante de sus garras.
La Selina de Jones es una Selina muy intensa, segura y dispuesta a hacer lo correcto en todo momento. Cuesta ver esa dualidad moral que también es definitoria del personaje, pero aún sin este rasgo tan característico, el personaje esta bien construido. ¿De que adolece? Pues de más momentos de introspección con los que poder profundizar en las motivaciones personales de Selina y no supeditarlo todo a lo que la rodea.
La puesta en escena de Jones brilla por el enorme talento que destila. Sin embargo, si sufre del síndrome del dibujante que supedita el desarrollo y la historia al dibujo, notándose en algunos momentos como la trama se resiente por poner todo el esfuerzo en el apartado gráfico. Un apartado que destaca, pero que tampoco brilla como en otras ocasiones, con una narrativa algo confusa en la que además se hace uso de ciertos trucos visuales para ahorrar trabajo. No estamos frente a la mejor Jones en lo gráfico. En estos números, además, tiene como acompañante a Fernando Blanco y que aporta su estilo en momentos muy concretos de la historia, por lo que su trabajo no es intrusivo en ningún momento.
La serie regular de Catwoman se mantiene en un terreno muy neutral en manos de Jones, se atraviesan sus páginas con celeridad, pero sin dejar un poso permanente ni llegar a generar verdaderas ganas de querer seguir profundizando en la propuesta de Jones. Hay destellos que no acaban de perfilarse como algo perdurable, capaces de mantener el interés a lo largo de la lectura del tomo, sin que por ello se quede atrapado por el nuevo microcosmos que gira alrededor de Selina. No es un trabajo fallido, es más un enfoque irregular, con luces y sombras, sin una clara definición por el camino a seguir y que mira al pasado con demasiada frecuencia. Selina merece más.
Sí, pero no.
Guion - 6
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5
7
Un arranque prometedor, pero sin suficiente fondo como para perdurar en la memoria. Una serie regular de Catwoman sin demasiada personalidad, que no es capaz de encontrar su sitio de forma clara y concisa.
Me tienta muchísimo porque el dibujo de Jones me parece precioso pero entre las reseñas tibias que he visto, que no dibuja el 100% del cómic y los fallos de impresión me da que se va a quedar en la tienda por el momento.