Century West

 

Edición original: Century West (Buena Vista Lab, 2005).
Edición nacional/ España: Century West (Planeta, 2007).
Guión: Howard Chaykin.
Dibujo: Howard Chaykin.
Color: Michelle Madsen.
Formato: Tomo rústica 80 págs.
Precio: 6’95€.

 

Century West es un canto a la añoranza. Una elegía al tiempo que se escurre inadvertidamente hasta volverse otro. Así por encima, personificado en los hitos -mitad verdad, mitad leyenda- del Salvaje Oeste: los pistoleros, el ferrocarril, los Marshall, la agencia Pinkerton, el racismo. En lo profundo, el cambio que se impone y deja varado el recuerdo, aquí unos fotogramas que son el vestigio de que se vivió igual que siempre, sujeto a las pasiones de siempre y, sin embargo, de otro modo, de un modo que el brillo de la memoria cree más puro y auténtico de lo que nunca fue: mujeres perdidas y recobradas, amistades que perduran, valentías dictadas por distintos códigos de honor. La biografía de un héroe cansado, en definitiva.

«El siglo XX trae al Oeste americano los vientos del progreso, y no todos saben adaptarse a los nuevos tiempos. La pequeña ciudad de Century, en Texas, se convierte en el escenario escogido por un grupo de autores para filmar una película ambientada en el salvaje Oeste. Pero no todos los habitantes de la ciudad ven con buenos ojos esta iniciativa, y ponen todos los medios a su alcance para entorpecer su camino y convencerles de que es mejor que abandonen su misión.» (Sinopsis)

El norteamericano Howard Chaykin (1950), que es uno de los grandes, aunque a veces se nos olvide, equilibra su pasión por la modernidad, por ese mundo que va siempre en vanguardia (y que ha respetado, ética y estéticamente, en sus incursiones futuristas: Cody Starbucks, American Flagg, etc.) con la dicotomía pulp de sus hombres muy hombres y sus mujeres fatales, sacralizada por el cine USA de los ’40 y ’50, y que ya produjo deslumbrantes maridajes como la resurrección de La Sombra en 1987. El otro referente, aunque pudiera parecer Blackhawk, resulta ser Black Kiss y no por los elementos fanta-eróticos, como es natural, sino por la importancia del cine como vehículo unificador de la trama o, lo que viene a ser lo mismo, el McGuffin, en las inmortales palabras de Alfred Hitchcock.

La épica del western evocada por Century West se inspira, según el propio autor, en tres películas: El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962), El juez de la horca (John Huston, 1972) y El último pistolero (Don Siegel, 1976). Pues Chaykin concibió la obra para editores italianos (fue publicado en Italia por Buena Vista Lab, un subsello de Disney centrado en obras de autor), en los textos de los extras se citan varios exponentes del western ajenos al geocentrismo historietil yanki: Tex, Ken Parker, Lucky Luke, Blueberry, etc. Pese a ello, la trama no puede ser más típica de su autor, incluidos sus manierismos y enrevesamientos, por no mencionar su sentido del humor (negro, como es natural). Digan si no como debe interpretarse la patraña acerca del Ku Klux Klan que, en su ardiz, recuerda a otra obra de Ford: El hombre tranquilo (1952).

«El Salvaje Oeste… donde los hombres son hombres… de lo cual se alegran mucho las mujeres.»

Century West es un Chaykin en plena forma. El amaneramiento del dibujo aún no ha llegado a la caricatura de sus trabajos alimenticios de este siglo, si bien puede argüirse que tampoco posee la frescura de sus mejores lápices del siglo pasado. Sin embargo, la narración es diabólicamente precisa, impecable, como en sus mejores tiempos. Solo podrá achacársele una cierta afectación en las redundancias sobre los viejos tiempos y los nuevos tiempos, en un arranque de puerilidad poética que, francamente, no le pega. Son solo un par de páginas, al principio y al final del volumen.

La característica que más apreciamos los integrantes del núcleo duro de sus seguidores no son, al revés de lo que suele decirse, la socarronería pelín misógina, los arquetipos varoniles trasnochados o su gusto por el sexo y la violencia, sino la narración basada en el detalle elusivo, la conversación aparentemente casual, el montaje embriagador de piezas dispares que resultan en un reto a la atención del lector. Leer a Chaykin es embarcarse en la realización de un puzzle de significados. No será la primera vez que una de sus piezas se clave en el recuerdo, independientemente de su función en la trama general.

Así que Century West, en suma, es un Chaykin típico (entendido como que ofrece lo que del autor se espera) y estimulantemente divergente (en cuanto que los tipos y escenarios del western no le son habituales… si bien -ya se ha dicho- los lleva a su terreno). La nota discordante reside en el color dado por Michelle Madsen: la profusión de degradados del Photoshop confieren a las páginas una apariencia brillante, policromada, que casa mal con el espíritu polvoriento de los pueblos de la frontera.

Century West fue publicado en España en 2007 por Planeta DeAgostini, incluso antes que en Norteamérica.