El arte como vía de escape contra la depresión.
«Cuando la medida de la vida está repleta empieza el teatro.»
Charlotte Salomon es la primera obra de los autores publicada en nuestro país, aunque ambos tienen varias obras por separado en su país de origen. Además de mostrarnos su vida, la obra traslada al cómic tanto el estilo pictórico como narrativo de la protagonista, gracias a una paleta de colores muy similar a la que ella empleaba en la que predominaban los rojos, azules y amarillos, que en el cómic y su pintura sirven para reflejar las emociones de los personajes y las de la artista. Gian Marco De Francisco ha replicado en algunas viñetas del cómic alguno de los cuadros integrándolos en la historia. Pero, aunque sus trabajos han sido la principal influencia de la obra, también podemos ver algunas secuencias influenciadas por Gianni De Luca, en las que los personajes se mueven por una única imagen, algo que caracterizaba las obras del maestro italiano llenas de este tipo de secuencias en los que los personajes se mueven por un escenario fijo, como sucede en el teatro. Sin embargo, a pesar de que tiene páginas y secuencias muy brillantes, la obra resulta bastante plana narrativamente hablando, sin ser capaz de salir de una estructura muy rígida.
Además de servir como homenaje a Charlotte Salomon, el relato de su vida también nos permite conocer cómo era la vida de los judíos antes y después del auge del nazismo en Alemania. Un horror que costó la vida a millones de personas que sigue siendo necesario recordar para evitar que se vuelva a repetir y que cada día se antoja más necesario ante el nuevo auge de la extrema derecha que azota todo el mundo. Sin embargo, además de su obra, el gran tema de la obra es la depresión y el suicidio, algo que hizo estragos en la familia de la protagonista, un acierto ya que no es un tema tan manido como el nazismo y el Holocausto. En este aspecto destacan dos realidades, por un lado, vemos la nula conciencia de la gravedad de la depresión que había en esa época, y por el otro, la puesta en valor que Charlotte Salomon hizo del arte como válvula de escape, para afrontar la realidad familiar y tratar de exorcizar los demonios que ella misma tenía. Vemos como toda su vida estuvo al filo del alambre, algo, que, junto a su agitada vida familiar fue su principal impulso creativo.
Como no puede ser de otra manera en una biografía, toda la obra gira en torno a Charlotte Salomon y gracias al buen trabajo de los autores conseguimos ver su crecimiento, tanto personal como artístico. Una vida breve llena de alegrías y penas, con un triste final. Un espíritu indomable y luchador que, gracias a su trabajo y a obras como esta novela gráfica, sigue vivo. Quizás se encuentra a faltar un mayor desarrollo del resto de personajes, que apenas están esbozados, en particular lo referente a su marido Alexander.
Ponent Mon hace una buena edición con un precio ajustado. Como material adicional el tomo contiene una introducción de Claudia Bourdin, un artículo sobre el proceso creativo de la obra y una biografía de Charlotte Salomon, ambas escritas por Ilaria Ferramosca, además de la bibliografía empleada por los autores y bocetos de Gian Marco de Francisco.
Charlotte Salomon es un buen trabajo que sirve como reflejo de una vida, una época y el problema de la depresión que además despierta en el lector el interés por conocer la vida de la protagonista con más detalle y sobre todo su obra.
Lo mejor
• Despierta las ganas de conocer las obras de Charlotte Salomon.
• La traslación de las pinturas de la artista al cómic.
Lo peor
• Le falta algo de atrevimiento para crear una obra más arriesgada que aproveche mejor los recursos del medio
Guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 7
7
Color
Un viaje a la vida y obra de Charlotte Salomon lleno de viñetas que rememoran sus trabajos.