Un héroe patrullando las noches de una ciudad amarilla.
¿Qué es lo que hace al héroe? Tenemos un mundo de historias plagado de justicieros y salvadores, personajes que destacan por su coraje para salir y partirse la cara por causas mayores que ellos mismos. Solemos imaginarlos luchando contra grandes villanos que amenazan el mundo con planes rocambolescos y malvados. Pero a veces, llevados por toda esa grandilocuencia más grande que la vida, nos olvidamos de que para ser un héroe lo principal es mucho más sencillo: ayudar a aquel que lo necesita.
Un héroe es el protagonista de uno de los últimos estrenos de La Cúpula. La editorial barcelonesa sigue siendo una de esas a las que seguirles siempre la pista muy de cerca, una que cada mes nos va dejando apuestas de lo más arriesgadas e interesantes tocando palos de lo más diversos. Solo hay que ver este mismo mayo, en el que se entremezclan la ternura de Pilú de los bosques y el sadismo de Gengoroh Tagame. Por haber, ha habido espacio hasta para un superhéroe llamado Chico Sombra, aunque como no podía ser de otra manera, no es el tipo de héroe al que estamos acostumbrados.
Young Shadow es el título original de esta obra creada por Ben Sears, un artista y músico natural de Kentucky. Tras centrarse en el diseño gráfico y trabajar creando el artwork de distintas bandas musicales, Sears comenzó a asomar por el cómic a principios de este siglo y terminó volcando cada vez más tiempo en las viñetas. Entre fanzines y recopilatorios acabó asomando por Image, Koyama Press o BOOM! Studios, e incluso ha estado vinculado como diseñador de personajes en The Midnight Gospel, la creación para Netflix del famoso creador de Hora de Aventuras, Pendleton Ward. El autor aterriza este año en Fantagraphics para lanzar una novela gráfica en la que ejerce como autor completo para sumergirnos en un vibrante universo de color amarillo apto para todos los públicos, uno que tan solo un mes después podemos disfrutar ya en nuestra lengua materna gracias a La Cúpula, que continúa componiendo un sólido catálogo juvenil con el que lanzar el anzuelo a nuevos lectores.
Chico Sombra es el nombre del justiciero que patrulla las calles de Bolt City, un niño con malas pulgas que se toma muy en serio su trabajo como héroe. Cada noche, Chico Sombra recorre las azoteas de la ciudad buscando gente a la que ayudar y gentuza a la que sacudir. Pero esta noche el joven héroe se cruza con algo más gordo de lo normal: el dueño de la empresa química más poderosa de la zona está tramando algo, y tiene a la policía comprada para ayudarle a lograr sus metas. Con la inestimable ayuda de Spiral Scratch, Chico Sombra investigará hasta donde sea preciso y dará los guantazos necesarios para descubrir qué se esconde detrás de todo.
Hay que decir que Chico Sombra es una obra muy particular. Ben Sears se adentra en el género de los justicieros enmascarados, pero lo hace de una manera llena de personalidad al decidir colocar a un niño como protagonista de la función, un niño que cada noche sale con su antifaz a patrullar y encontrar el momento y lugar en el que ser de ayuda. La gracia sin embargo reside en el hecho de que es, en efecto, un héroe poderoso, que se toma muy en serio su trabajo y al que los bajos fondos temen hasta cierto punto, ¡a pesar de que todos saben que es un niño! Es entonces cuando uno se da cuenta de que lo que se respira en estas páginas es un aroma a ingenuidad y a pureza, a la fantasía de un niño jugando en su habitación. Lo que vamos leyendo resulta tan naíf que saca una sonrisa porque sentimos que las aventuras de Chico Sombra son la plasmación de lo que todo niño que ha jugado a ser un héroe se imaginaba en su colorida imaginación.
Esa sensación se intensifica gracias al tipo de misiones a las que se dedica el muchacho durante sus patrullas. A diferencia del clásico superhéroe esperando un robo o la amenaza del nuevo supervillano de turno, Chico Sombra se ocupa de esos menesteres y, además, de cosas tan mundanas como rescatar y cuidar a un pobre perro maltratado por un grupo de matones. Esa mal entendida baja ambición superheroica refuerza una vez más ese espíritu infantil tan cálido de la obra y deja un mensaje bonito para los lectores más pequeños, remarcando que a la hora de hacer el bien no hay tarea pequeña.
Sin embargo, cabe señalar que estas impresiones son en gran medida muy personales por mi parte. Limitándonos a una lectura más aséptica del guion, probablemente Chico Sombra no satisfaga al lector adulto que busque una historia elaborada y compleja. La trama resulta muy simple y carece de grandes dosis de intriga o de acción, y en especial su final resulta tan anticlimático que casi pilla por sorpresa. Se respira una vez más ese tono de aventura infantil, en la que el héroe resuelve esa gran conspiración con la misma sencillez que rescató a aquel perro y le da prácticamente la misma importancia a una que a otra. Es una obra que busca claramente transmitir esa simplicidad, y será probablemente entre lectores más pequeños donde encuentre a su mejor público.
Donde personalmente sí que creo que destaca especialmente es en su arte y su estética. Ben Sears mantiene un estilo profundamente cartoon que bien puede recordar al que se encuentra en algunos productos de Cartoon Network, lo cual no extraña sabiendo de su implicación con la animación. Sus formas redondeadas y gruesas y su trazado simple crean una identidad gráfica peculiar que construye una especie de steampunk infantil. Probablemente, al igual que pasa con la historia, no sea un dibujo apto para todos los lectores en esa misma línea comentada más arriba, pero sin duda el uso exclusivo e imperante del amarillo en toda la obra, junto al entintado negro y al sombreado mediante pincel de spray, le otorgan a la obra una personalidad marcadísima que atrapan los ojos al pasar de página.
Chico Sombra es una obra peculiar y desenfadada, con un estilo visual potente y atractivo que esconde una historia de héroes y villanos tan sencilla como solo un niño podría imaginarla.
Lo mejor
• El estilo visual de Sears tiene una grandísima personalidad.
• Es una lectura ágil apta para niños…
Lo peor
• …pero que probablemente no sacie al lector adulto que busque algo más sofisticado.
• Su final resulta algo anticlimático.
Guion - 6.8
Dibujo - 8
Interés - 7.5
7.4
¡Amarilla!
Chico Sombra es una historia de justicieros enmascarados ligera e ingenua perfecta para lectores jóvenes, con un dibujo lleno de personalidad.