Enemigos más allá del muro, enemigos más allá del cielo
¿Oís ese torrente imparable? ¿Esa avalancha inundándolo todo? No, no es una tromba de agua, son las novedades del indie USA colmando cada librería de nuestro país con una fuerza inusitada. Sí, amigos, ya lo mencionamos en nuestro último Magazindie: el cómic independiente estadounidense se ha asentado permanentemente en España, y nosotros estamos muy felices. Es algo que veníamos viendo desde hace mucho tiempo, y que en este último boletín de octubre se certificó con un récord no solo de títulos estrenados, sino también de editoriales involucradas en ello. Los sellos españoles saben que hay mucha calidad escondida entre las distintas editoriales yanquis y que por aquí los lectores tienen hambre de ellas, y eso se está traduciendo en un momento de fortuna sin igual en el que el lector hispanoparlante está consiguiendo en su idioma obras con las que hasta no hace mucho era impensable siquiera soñar.
La obra de la que vamos a hablar en la reseña de hoy es una de ellas. Me refiero a Cielos Extraños sobre Berlín Este, uno de los últimos estrenos publicados por Planeta Cómic dentro de su catálogo USA. Un estreno que ciertamente nos sorprende (y alegra) encontrar editado aquí, dado su bajo perfil de viralización, pues ni sus autores son muy conocidos ni cuenta con una adaptación televisiva que la impulse. Y sin embargo aquí está: Planeta, consciente de que se estaba quedando algo rezagada en cuanto al cómic USA, se ha puesto las pilas este año y ha reactivado su catálogo con un buen torrente de novedades variaditas, como esta que nos ocupa, creada por Jeff Loveness, Lisandro Estherren y Patricio Delpeche.
Cielos Extraños nos traslada hasta el Berlín de los años 70, una ciudad dividida que servía como símbolo a pequeña escala de la fractura creada en el mundo por la Guerra Fría. Allí seguimos a Herring, un desencantado espía estadounidense infiltrado en la RDA que debe afrontar una nueva misión: averiguar qué es el extraño objeto caído del cielo que ha acabado en manos de los soviéticos y si podría ser un peligro para sus intereses. Lo que descubrirá, sin embargo, será una poderosa criatura cuyo peligro va más allá de los bandos de su irrelevante contienda, uno que podría amenazar a toda la humanidad.
Con este planteamiento arranca la historia escrita por Jeff Loveness, guionista estadounidense de carrera discreta pero constante en el mundo del cómic. Ha realizado distintos trabajos para Marvel, como Nova o Groot, además de distintas series propias como World Reader (Aftershock) o su interesante Judas (BOOM! Studios), pero sin duda el gran reclamo de su currículo es su labor dentro del audiovisual como guionista del late night de Jimmy Kimmel y de las dos últimas temporadas de la célebre Rick y Morty, trabajos que le han valido una nominación y un premio Emmy respectivamente, y que le han granjeado el encargo de escribir el libreto de la futura tercera parte de Ant-Man y la Avispa, Quantumania.
El guionista se lanza aquí con una historia que nos evoca a algunos clásicos del terror como The Thing o Alien, presentándonos a un reducido reparto de personajes atrapados en un lugar aislado o recóndito con una criatura antagonista, una que deben evitar que salga en libertad. Y es cierto que Loveness no inventa aquí la rueda, pero sabe cómo escribir: probablemente Cielos Extraños no sea una obra rompedora o especialmente llamativa por su argumento, pero tampoco parece que sea ese su objetivo. El autor se limita a ofrecernos una historia breve y directa, que juega con la doble claustrofobia que provocan tanto la situación en el búnker como la situación personal de nuestro espía protagonista, siempre al filo de que su montaje sea descubierto.
Lo más interesante probablemente sea cómo Loveness sabe jugar con ese doble juego e ir alternando el foco entre el protagonista y su contrapartida de la Stasi, acompañándonos a través de sus recuerdos, traumas y vivencias, valiéndose de las capacidades sobrenaturales del extraterrestre como excusa para poder introducirlo de manera orgánica. Así, Loveness nos lleva de la mano por los males causados por la humanidad y nos deja plantada con sutileza una idea: la de cuestionarnos si cualquier criatura invasora podría empeorar lo que nosotros mismos hemos creado en la Tierra.
En el apartado artístico nos encontramos con Lisandro Estherren, dibujante argentino al que este mes tenemos por partida doble en nuestro país gracias a la llegada de Redneck, la serie de vampiros sureños creada junto a Donny Cates que se ha convertido en su serie de mayor recorrido (si bien ya pudimos verlo antes trabajar en EEUU de la mano de BOOM! Studios con The Last Contract, publicada en español por la editorial argentina Multiversal). Esta simultaneidad de obras del argentino, de hecho, permiten poner en valor su versatilidad en los lápices, porque si en la serie de Skybound nos encontramos con un trazo especialmente tosco y plagado de sombras, en Cielos Extraños Estherren nos regala un estilo tremendamente diferente. Con un trazo suave y fino, con más apariencia de lápiz que de entintado, el artista argentino lleva a cabo un trabajo lleno de personalidad en el que el color de Patricio Delpeche cobra una importancia enorme. El colorista realiza su labor con una paleta de tonos apastelados pero con una luminosidad hipnótica, aplicados en acuarela con ese tipo de precisión que parece poco detallista en las distancias cortas pero que brilla con fuerza al contemplar la página al completo. Es, en definitiva, un trabajo artístico que no aseguraría que será del gusto de todos, pero que desde luego a un servidor le ha conquistado, siendo para mí el punto más potente de la obra. Mención aparte merecen las sensacionales portadas de Evan Cagle, que completan una identidad gráfica magnífica para el volumen.
Cielos Extraños sobre Berlín Este es una de esas obras que pueden pasar desapercibidas entre los grandes superventas y los autores consagrados, pero que no debería. No porque sea una historia especialmente original o rompedora, sino porque abraza la sencillez para ejecutar una historia directa y concisa, que se lee en un suspiro y que funciona a las mil maravillas. Un chupito tremendamente refrescante para cualquier lector que busque una historia a medio camino entre el thriller de espías y el terror sci-fi.
Lo mejor
• El arte de Estherren y el color de Delpeche deslumbran por su personalidad.
• Aunque la historia es sencilla, el guion de Loveness está muy bien ejecutado.
Lo peor
• En esencia es una historia poco novedosa que podría saber a poco al lector que busque sorpresas.
Guion - 7.6
Dibujo - 8.7
Interés - 8
8.1
Inquietante
Jeff Loveness desarrolla un thriller de terror sencillo pero potente, aupado por el sensacional arte de Lisandro Estherren y Patricio Delpeche.
