Ciencia Oscura 1. Cómo caer eternamente

 

Guión: Rick Remender
Dibujo: Matteo Scalera
Color: Dean White
Edición España: Norma Editorial (2015)
Contiene: Black Science: How to Fall Forever Nº 1-6 USA (Image Comics, 2013-2014)
Formato: Tomo rústica de 176 páginas
Precio: 18,00€

 

El periodista y escritor británico Chistopher Booker, fundador de la revista satírica Private Eye y columnista habitual de The Sunday Telegraph, publicaba en 2004, después de treinta años de investigaciones, The Seven Basic Plots: Why We Tell Stories (Los Siete Argumentos Básicos: por qué contamos historias). La obra provocó un pequeño terremoto en su día al asegurar que en el mundo de la narración y creación artística, sea en campo de la literatura, el cine, la televisión o incluso la publicidad, se puede reducir a únicamente siete modelos diferentes de historias y argumentos. De esta manera, tenemos la lucha contra el monstruo, presente ya en la mitología clásica y utilizado indistintamente por Herman Melville en Moby Dick o Steven Spielberg en Tiburón; la transfiguración del pobre en rico, arquetipo muy presente en cuentos populares como La Cenicienta; la búsqueda del héroe, representada por La Odisea de Homero y muy presente en la fantasía épica derivada de El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien; las historias de renacimiento, cuyo paradigma podría reflejar perfectamente en el mundo del cómic La última cacería de Kraven de J.M. Dematteis y Mike Zeck; el relato de un viaje y regreso, como el de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll; y finalmente, las tragedias, y por otro lado, las comedias, categorías de las que podrían poner ejemplos infinitos.

No obstante, como algunos críticos han intentado hacer a ver a Christopher Booker, estas generalizaciones sobre las estructuras argumentales convencionales son solo una simplificación. No valoran y se hacen eco del aspecto más importante de cualquier tipo de historia: la manera en la que esta misma se narra y la forma en la que estos arquetipos, casi junguianos, se pueden combinar y relacionar entre sí para llevarnos a nuevas realidades y dimensiones tan familiares como desconocidas. Si limitásemos la imaginación a un esquema no disfrutaríamos de un sinfín de obras cuyas virtudes están más allá de su originalidad y su trascendencia para el medio en el que han nacido. Esto nos podría pasar con el trabajo de Rick Remender, uno de esos autores de nueva generación que en la última década ha venido desarrollando un estilo personal que ha conquistado a editoriales, editores y, finalmente, a una parte importante de los aficionados. En sus historias, en cabeceras como Fear Agent, Imposibles X-Force o Venom, este guionista se sirve de la estilización de lo psicológico y se deja seducir por la oscuridad de sus tramas y la forma cinematográfica de sus ideas, seguramente condicionado por su pasado en el medio animado en filmes como El Gigante de Hierro, Titan A.E. o Las aventuras de Rocky y Bullwinkle.

Estas características también se puede apreciar en una de sus más recientes obras para la editorial Image Comics, Ciencia Oscura (Black Science en el original), cómic con un excelso y oscurantista apartado gráfico definido a partes iguales por los lápices del dibujante italiano Matteo Scalera y el color de Dean White. Estamos antes un cómic que se une a esa «corriente fantacientífica» cultivada por la compañía estadounidense en los últimos años en propuestas como Los Proyectos Manhattan de Jonathan Hickman y Nick Pitarra o Nowhere Men de Eric Stephenson y Nate Bellegarde. Pero Ciencia Oscura apuesta por un tomo más aventurero, un espíritu neo-pulp ya puesto a prueba por Rick Remender en la mencionada Fear Agent, funcionando aquí en cierta manera como una bizarra analogía de Los 4 Fantásticos adaptada a la premisa del viaje iniciático y homérico pero dándole un corte futurista en la línea de la cabecera clásica de los años sesenta Perdidos en el Espacio o la serie animada franco-belga de los ochenta Ulises 31. Aunque la mitología clásica no tiene una obsesiva base referencial en este relato, todo lo contrario, la intención precisamente pasa por crear una obra en la que sus autores ejercen como demiurgos de todo un crisol de universos y dimensiones con sus propios e interesantes mitos y leyendas.

En el ojo del huracán, Grant McKay, líder de la llamada Liga Anarquista de Científicos, una especie de Reed Richards sin superpoderes, más carnal y emocional, inventor de la tecnología necesaria para crear el Pilar, un artefacto capaz de perforar la realidad y dar a la humanidad acceso a un multiverso lleno de posibilidades y recursos. Pero durante la prueba inaugural el experimento resulta saboteado y Grant McKay, sus hijos Nathan y Pia, sus compañeros de trabajo Rebecca y Shawn, el ex-militar y encargado de la seguridad del proyecto Ward y el promotor de la investigación Kadir y su segunda al mando Chandra, acaban a la deriva saltando de mundo en mundo intentando encontrar la puerta que les devuelva a casa. Las disfuncionalidades de este grupo de «dimensionautas» acabarán amenazando la supervivencia del proyecto y las vidas de todos ellos al trasladar sus diferencias, desconfianzas y enemistades a cada nuevo enclave y realidad que visitan. En este punto, para que la propuesta de Rick Remender no caiga en el vacío más absoluto, las aportaciones de Matteo Scalera, con un trazo desgarrado muy cercano al de Sean Murphy, y la de su compañero Dean White, con una paleta cromática oscura pero llevada con inteligencia, resultan indispensables para hacernos partícipes del increíble viaje de sus personajes.

La perspectiva panorámica utilizada en el apartado gráfico de Ciencia Oscura deslumbra pese a su tenebrismo desde las primeras páginas, con unas splash pages que parecen cumplir el mismo papel que los efectos especiales en muchos de los blockbusters recientes de Hollywood, intentando atraparnos y engañarnos para hacernos olvidar el fondo. Porque hay que reconocer que el guión de Rick Remender, pese a su densidad y su voluntad por conservar el componente humano, peca de cierto simplismo y solo su sentido de la aventura y su habilidad para plantear misterios lo salvan de caer en la mediocridad. En su primer número Ciencia Oscura tantea la paciencia del lector, con su abuso del monólogo interno y reflexiones que no logran ponernos en tensión ni dejarnos disfrutar de la acción del relato. Pero a partir de este punto Rick Remender parece relajarse, comienza a edificar, nos logra sorprender en más de una ocasión y, finalmente, muerde nuestra curiosidad por saber cómo continuará la historia después del último cliffhanger. Por lo tanto, tendremos que hacer acopio de temple y serenidad, las revelaciones de la Ciencia Oscura de Rick Remender, Matteo Scalera y Dean White acaban de comenzar y, mal que le pese a Chistopher Booker, no va resultar tan fácil de encorsetar en una simple categoría y esquema.