Las Clase Magistral de
Recordemos que Toshio Maeda, que nace en 1953, pertenece a la misma generación de mangakas que
La charla comienza con Maeda pidiendo la participación del público. Pide que entre cuatro personajes se dibuje un rostro. Dice que lo primero que hay que dibujar es el contorno de la cara y las orejas; después, el pelo; luego, ojos y, por último, boca y nariz. Cuando esas cuatro fases son completadas por cuatro voluntarios del público, Maeda señala que el dibujo tiene un aspecto bastante manga: la forma de los ojos, las cejas y el pelo recuerdan a un personaje bastante dragonbollesco. Maeda comenta que, sin darnos cuenta, interiorizamos el estilo al que estamos más expuestos, y en este caso hace referencia a la influencia inconsciente del manga. Esta experiencia o bagaje que adquirimos leyendo y copiando dibujos que ya conocemos nos ayuda a empezar, pero es algo que recomienda abandonar si queremos tener un estilo único. El límite entre la influencia y la copia son a veces bastante borrosos, además de que se alejan bastante de lo original. Lo que sus maestros y editores le dijeron que tenía que hacer, por ejemplo, era dibujar objetos de la vida diaria, de modo que al final acabaría aprendiendo a dibujar de una manera distinta.
Comenta al respecto de las adaptaciones animadas de sus mangas que al ser el anime una producción con un mayor coste, algunas de las escenas de sus mangas no pudieron trasladarse por cuestiones de dificultad, y que la mayor parte de las veces en las que esto ocurría, estas escenas eran sustituidas por batallas. El anime, según Maeda lo entiende, se compone de movimiento y sonido, algo que el manga no tiene, y mientras que esto puede ser una ventaja a la hora de contar una historia, también puede ser una desventaja. Se muestra descontento y dice que el anime tiende a simplificar ciertas cosas cuando se trata de adaptaciones, ya que es únicamente placentero y tiende a no arriesgar. Habla de una época en la que el cine japonés daba para grandes discusiones con amigos y familia, ya que se hacían muchas más películas complejas e interesantes que ahora. Por supuesto, siguen estrenándose películas buenas, pero el número es mucho menor. Según comenta, el cine japonés se asemeja cada vez más al del anime: fácil y simplón. El mundo del manga es mucho más rico e interesante ya que presenta una variedad mucho mayor. Hay mangas de pesca, para el que le interese; hay mangas para mujeres que se quieren llevar bien con sus suegras, mangas de cómo maldecir a alguien (risas).
Toshio Maeda hace hincapié en que su labor artística no se limita únicamente a los tentáculos. Ha hecho guiones para otros dibujantes de temas como política. Dice que es vital para ser dibujante y artista en general leer todo tipo de obras. Mangas, por supuesto, pero también libros, películas, música y salir a pasear:
Comenta que en su día no acabó el instituto, pero que justo ahora él es director de una escuela en Tokio, y que muchas universidades europeas le llaman para dar charlas. Cuando era asistente, trabajaba unas veinte horas al día. Hacía 200 páginas al mes. Pero no solo él. Muchos otros mangakas vivían en esas condiciones. El trabajo de asistente es mucho más duro que el de mangaka. Una vez, mientras trabajaba, le dijo al dibujante para el que trabajaba que estaba empezando a perder la vista, y este le dijo únicamente que siguiera trabajando y se pasaría. Su jefe era un caradura que le hacía terminar gran parte de su trabajo. Estaba atemorizado, pero acabó aprendiendo mucho y su nivel llegó a ser altísimo. Cuando un editor le vio le ofreció su propia serie.
Dice que no quería acabar así, y fue en ese momento cuando decidió entrar a trabajar en revistas adultas, pero quetambién hacía trabajos para revistas infantiles. Según comenta, los dibujantes americanos no ganan tanto ya que reparten tareas: dibujante, entintador, colorista, guionista, etc., pero que los japoneses, si triunfan, pueden ganar millones. Akira Toriyama y Katsuhiro Otomo son ejemplos de esto. Cuenta una anécdota curiosa. Toriyama vivía en un pueblo en el que las comunicaciones con el aeropuerto, al que tenía que ir a entregar los originales de sus obras, eran muy malas y se hacía muy costoso ir todas las semanas. Toriyama tenía muchas casas en ese pueblo y pagaba muchos impuestos, así que cuando decidió mudarse para resolver ese inconveniente, el alcalde del pueblo fue a hablar con él para intentar convencerlo de que no lo hiciera. Para convencer a Toriyama, acabó construyendo una carretera aposta para él.
Le preguntan por qué opina sobre la industria del manga a día de hoy. Dice que
Por último, le preguntan por el Crowdfunding, imagino que en referencia a la actual campaña para financiar la publicación de Urotsukidôji en inglés, pero Maeda no lo menciona y dice simplemente que es genial para nuevos creadores. Dice también que ha abierto junto a su mujer una escuela de manga y cultura japonesa para extranjeros en Tokio. Su mujer habla español y por lo tanto hay clases en español. Nos invita a que vayamos.
Muy interesante la «clase magistral», gracias por hacerte eco, Jesús 🙂