Clásicos Marvel B / N nº 9 : Los Guardianes de la Galaxia

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Edición original: Marvel Comics – 1968 – 1977
Edición España: Comics Forum – mayo 2000
Guión: Arnold Drake, Steve Gerber, Roger Stern, Stan Lee
Dibujo: Gene Colan, Al Milgrom, John Buscema
Entintado: Mickey Demeo, Pablo Marcos, Al Milgrom, Howard Chaykin, Terry Austin, Joe Sinnott, Bob Wiaceck
Portada: Al Milgrom, John Romita Sr., Danny Crespi
Precio: 9,59 euros

 

Aprovechando el tirón del reciente estreno de la película dedicada a los Guardianes de la Galaxia (versión de Abnett y Lanning) han aparecido por el mercado materiales relacionados tanto con los integrantes de la alineación cinematográfica como con el grupo clásico (de intermitente presencia en los quioscos y librerías). Siempre es bueno tener ocasión de recuperar material que de otra forma no se hubiera vuelto a ver, pero hablando de retornos inesperados, también he encontrado por ahí una curiosa oferta en la que se combinan dos tomos de la colección Clásicos Marvel en blanco y negro (otro formato de la recordada línea Excelsior de Forum) dedicados precisamente a los Guardianes de la Galaxia y a Starlord. El primero de ellos, novedad novedosa en el Salón del Cómic de Barcelona de 2000, pasó sin pena ni gloria entre un público que ni por casualidad hubiera imaginado que, ya bien entrados en el siglo veintiuno, asistiríamos a la conversión de la cabecera en una franquicia cinematográfica al más alto nivel. En aquellos días, sólo Blade había logrado convencer a la parroquia marveliana de que las adaptaciones fílmicas de los personajes de la casa de las ideas no debían ser motivo para el llanto y el rechinar de dientes. Ahora que tenemos y tendremos más reediciones de este material, no está de más echar una mirada atrás al pasado cada vez menos reciente y comprobar cómo ha cambiado el cuento.

A mediados de 2000, Forum llevaba un par de años enfrascada en la tarea de reeditar y recuperar de forma continuada el material clásico de Marvel. Obras largo tiempo demandadas por la afición veían por fin la luz en alguno de los múltiples formatos pergeñados para la ocasión (muchos de los cuales dieron para no pocas discusiones en los nacientes foros de Internet, como las bibliotecas o “cuadernos coloreables”). Las ya reseñadas Selecciones Marvel, Tesoros Marvel, las citadas Bibliotecas Marvel… se unieron a dos formatos que ya eran bien conocidos por los lectores: las Obras Maestras (que habían acompañado a la feligresía durante toda la década de los noventa) y estos Clásicos Marvel en blanco y negro, con los que se recuperaba (al menos parcialmente) otra cabecera recordada (y querida) que constituyó el primer experimento de rescate por parte de Forum. En este formato teníamos etapas completas, mini-seriales y colecciones no muy largas recopilados en su totalidad en la forma de uno, dos y hasta tres tomos. Un papel áspero y el “glorioso” blanco y negro fueron el continente a través del cual una generación se acercó por primera vez a la Patrulla-X de Roy Thomas y Neal Adams, el Capitán Marvel de Jim Starlin, el Puño de Hierro de Chris Claremont y John Byrne o el Estela Plateada de Stan Lee y John Buscema. En el noveno número de la colección se presentaron las historias clásicas de los primeros Guardianes de la Galaxia. En los citados foros de Internet se plantearon no pocas dudas: los guerreros futuristas de Marvel nunca habían gozado especialmente del favor del público español (que no siguió especialmente la colección noventera iniciada por Jim Valentino antes de marcharse a co-fundar Image Comics) y el equipo creativo no era de los que arrastran a las masas. Steve Gerber era un guionista a descubrir (y afortunadamente ahora se está recuperando una gran parte de su trabajo) en tanto que Al Milgrom era un dibujante a olvidar.

El tomo comienza con la primera aventura del equipo que, en la mejor tradición de los tebeos clásicos, narraba en pocas páginas su conformación, por cortesía de Arnold Drake y Gene Colan. La publicación, que salió al mercado en 1968, es claramente tributaria de la ciencia-ficción popular de la época, siendo los conceptos derivados de la misma los que Gerber explotará notoriamente cuando junto a Milgrom se encargue de contar las aventuras del recién fundado equipo. Estamos en el siglo treinta y la humanidad ha colonizado un sistema solar en el que Plutón no había sido degradado de su condición de planetaria. Para poder llevar a cabo esta hazaña, ha sido necesario modificar genéticamente a las personas destinadas a colonizar los planetas restantes para adaptarles a las condiciones de sus nuevos hogares. Como en los inicios de cualquier chiste terrestre, un joviano y un plutoniano se convierten en inesperados aliados cuando los badoon (raza reptiliana que también las había tenido tiesas con Estela Plateada) conquistan el sistema solar. Tras una serie de azarosas aventuras, Charlie-27 (el garrulo de Júpiter) y Martinex (el cara-piedra de Plutón) se encuentran con Yondu –un humano marsupial (¿?) descendiente de los colonizadores del sistema de Alfa Centauro- y con Vance Astrovik, un astronauta cuyo viaje empezó a finales del siglo veinte (concretamente en 1988) encerrado en un traje que le impide envejecer los mil años de existencia que le ha llevado alcanzar el sistema estelar más próximo a la Tierra, sólo para descubrir que los avances tecnológicos en materia espacial hicieron su sacrificio hasta cierto punto inútil. Estos cuatro solitarios se convertirán en una banda de rebeldes destinada a liberar a la humanidad del yugo de los badoon.

Futuramente en sus pantallas
Excusa para una reedición del enfrentamiento de Estela Plateada con los Badoon

Un salto temporal –que será oportunamente rellenado gracias a la edición en la línea Marvel Gold de la colección de los Defensores- y Steve Gerber y Al Milgrom serán los encargados de dar a los Guardianes el agridulce regalo de la victoria. Como Moisés o como Frodo, han dado a otros la oportunidad de recuperar un hogar, mas no están llamados a disfrutarlo. Las “humanidades” a las que pertenecen los humanos extraterrestres están virtualmente extintas y los terrícolas del futuro resultan ser tan prejuiciosos como los del presente. Este tipo de conflictos ya habían sido manejados con bastante éxito por Isaac Asimov en su ciclo de los robots, cuando los espaciales de Aurora o Solaria trataban con desprecio a sus primos terrestres. Ahora Gerber invierte los papeles y convierte a la humanidad que ha debido adaptarse a los otros planetas en una suerte de parias discriminados en base a un criterio racista. No van mejores las cosas para el comandante Astrovik, que sigue encerrado en su fiambrera personal e intransferible y sigue siendo un hombre fuera de su tiempo. Una propuesta de su último aliado, el misterioso Halcón Estelar, les llevará de nuevo a vagabundear por la galaxia. Poco después se unirá al grupo Nikki, una adolescente mercuriana que completará la alineación clásica del equipo.

Otro capítulo de las andanzas setenteras del equipo
Portada de la colección Marvel Presents

Si hubiere que mencionar una influencia concreta en esta primera serie de aventuras de los Guardianes de la Galaxia, la referencia inevitable tendría que ser Star Trek. Empezando por el diseño de la nave del equipo (claramente inspirada en el Enterprise) y terminando por el carácter de sus aventuras: historias episódicas en las que el quinteto (y luego sexteto) se enfrentan a series de dimensiones y apetitos estelares, visitan mundos donde los habitantes tienen un sospechoso aspecto humaniforme (ya sea en la fisonomía, ya en los atuendos, ya en los comportamientos). Entregas con acción, entregas con suspense, entregas con drama… en esta ocasión no tenemos a un camisa roja que tenga todas las papeletas para irse al otro barrio, pero las semejanzas en los aspectos esenciales están ahí. Observada desde la perspectiva que da casi medio siglo, resulta interesante hacer aquí el ejercicio habitual cuando se revisan historias de ciencia-ficción y ver qué concepto del mañana tenían en su momento Drake y Gerber. Cuando don Arnold contó la primera aventura de los Guardianes, la ciencia aún estaba asimilando el fallecimiento de Albert Einstein (apenas quince años antes) y el descubrimiento de Watson y Crick en torno a la estructura del ADN. Eran los tiempos de la guerra fría y, como Gene Roddenberry, Drake y Gerber evocaban un futuro en el que la Tierra no estuviera dividida en bloques o en naciones, sino que enfocara como una sola entidad la conquista de las estrellas. Este anhelo sería repetido posteriormente por Carl Sagan en sus obras Cosmos o El mundo y sus demonios, aunque actualmente estemos tan lejos del mismo como en los años sesenta, pero ya me estoy yendo por las ramas. A la hora de abordar cuestiones científicas, el tomo refleja el estado de la cuestión del momento. Así, se plantea la hipótesis de un científico –Harkov- que fuera para el viaje espacial lo que Einstein y Newton habían sido para la Física previamente. La estrella más cercana a la que va a viajar Vance Astrovik es en realidad un sistema binario o trinario. Aún no hemos colonizado la Luna y mucho menos Marte… pero no hay nada tan arriesgado y pronto al anacronismo como la evocación de un hipotético futuro.

¿Será la popularidad de los Guardianes de la Galaxia incentivo suficiente como para lograr que los originales recuperen su protagonismo pretérito? Quién sabe. Por de pronto, y pese a su antigüedad, me atrevería a decir que los trabajos de Gerber resultan bastante más interesantes que el vuelo sin rumbo al que asistimos mensualmente en la colección actual.

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frankbanner49
frankbanner49
Lector
2 septiembre, 2014 9:30

pues sí,estos si son mís guardianes.los que recuerdo,vamos.anda que no molaria que saliesen tal cual en la secuela de la peli.como una especie de flashback del viejo equipo de yondu.

que,oye,con el «figura» de james gunn nunca se sabe….

elzulero
elzulero
Lector
2 septiembre, 2014 10:47

Al Migron destroza todo lo que dibuja!! Con diferencia és de los peores dibujantes que he visto!

TheBaldRocker
TheBaldRocker
Lector
3 septiembre, 2014 4:51

Pues, como bien dice Franky, estos si son mis Guardianes. Los que leí hace más de 30 años en Vertice (si, ya tengo una edad) y, posteriormente, en Forum. Y los que ahora mismo estoy recuperando en los MG de Panini.
Y me uno a la idea/propuesta de Franky en su comment para que aparezcan en GdLG2.
¿Alguien más se apunta y se la hacemos llegar a Gunn? 😉

Larga vida a los Guardianes originales (y a los otros también, claro) y
Rockeros Saludos

yquemasda
yquemasda
Lector
3 septiembre, 2014 9:16

lo mas mejor es que este post tiene 4 comentarios y el de la chupipeli debe andar por los trecientos y picos comentarios…

Y eso que soy de los que opina que la peli hace hasta buena a la serie de los guardianes de los 90 de Valentino…

nada, me vuelvo a mi yayo cueva a leer tebeos amarillos…

the drummer
the drummer
Lector
3 septiembre, 2014 10:04

‘me vuelvo a mi yayo cueva a leer tebeos amarillos’

🙂 🙂 🙂
para cuando un especial de ‘frases antológicas’ de la zn?

Agente Sadness
Agente Sadness
Lector
3 septiembre, 2014 18:45

… mmmmmmmm… así que éste es el sitio en el que acabamos posteando todos los cuarentones, eeein?… curioso.

Pero el caso es que yo, en su momento, disfruté como un enano leyendo esto. Y sí, pese al Milgrom…