Edición original: Clown Fatale #1-4 (Dark Horse Comics).
Guión: Victor Gischler.
Dibujo: Maurizio Rosenzweig.
Entintado: Moreno Dinisio .
Color: Moreno Dinisio .
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,99.
El escritor Victor Gischler comúnmente es definido como un autor de policial negro humorístico. Esta miniserie publicada por Dark Horse puede oficiar de prueba para esa definición, presentando a cuatro mujeres que trabajan como payasas en un circo las cuales terminan involucradas en un espiral de violencia debido a una serie de errores y confusiones.
Claro que, como podrán adivinar del juego de palabras del título, no se trata de muchachas alegres que dedican su vida al espectáculo sino que son cuatro mujeres fatales (sensuales y violentas) que terminaron como payasas escapando de destinos aún peores que el de su profesión al comenzar esta historia, definida como el peldaño más bajo del escalafón circense.
Encerradas en su trabajo que aparenta ser de por vida, tal vez por error o tal vez por estar destinadas a ello gracias a sus cualidades les llegará la oportunidad de escape: el sobrino de un hombre poderoso las confundirá con un grupo de asesinos a sueldo y les ofrecerá mucho dinero por sacar de en medio a una persona que es problemática para su tío. Una vez más el azar, las confusiones y el destino, generarán que terminen embarcadas en esa tarea a pesar de no ser ellas cuatro las mercenarias, dando el puntapié a la historia y a una concatenación de situaciones cada vez más violentas, sembrando muertes por doquier hasta el final de la miniserie.
En una historia en la que predomina el género de la comedia de acción, sus personajes (y particularmente las protagonistas) no están caracterizados más de lo necesario y suficiente para lo que se cuenta, valiéndose de estereotipos que cumplen funciones específicas. Por un lado, en la apariencia física ellas cuatro se ciñen a lo típico: una rubia, una morena, una colorada y una asiática. Por el otro, en su personalidad tampoco se sale de lo común: una de ellas es líder natural, otra es más violenta, una más melodramática y emocional y la última con ciertos desequilibrios mentales.
La estructura narrativa, del mismo modo, no pretende innovar y apela a otro esquema repetido: un primer número introductorio, dos números que generan un conflicto tras otro para las protagonistas, y un último ejemplar con un clímax total que cierra todo lo presentado desde el comienzo.
Sin embargo, como decíamos, Clown Fatale no necesita aportar ninguna novedad ni originalidad para satisfacer al lector porque no es ese su objetivo, sino que al lograr divertir y entretener con lo que presenta cumple su función. Y, desde ya, lo consigue perfectamente.
En cuanto al dibujante, Maurizio Rosenzweig es un artista italiano realizando aquí su primer trabajo para el mercado norteamericano y puede bastar para definir su tarea el hecho de que ya está trabajando en otra miniserie para esta misma editorial (Resurrectionists, proyecto de autor ideado por Fred Van Lente). Así como habrá gustado a Dark Horse puede gustar a los lectores que posen su atención en Clown Fatale, plasmando tal como se espera a las personajes principales (voluptuosas, sensuales) y trabajando muy bien en la narrativa en general, y en particular de las escenas de acción, aún con ciertos puntos a mejorar. Cabe destacar también el rol que cumple Moreno Dinisio en tintas y colores, utilizando una paleta de colores saturados totalmente apropiado para el tono de esta historia circense protagonizada por payasas.
Con un trabajo más que correcto en todos los aspectos, tenemos en Clown Fatale un cómic con ciertos tintes del cine de Quentin Tarantino, Robert Rodriguez o Alex de la Iglesia, que sirve perfectamente como una lectura divertida con acción y mujeres. ¿Qué más?
Si le quitas la voluptuosidad de las chicas (y del dibujante) se queda en nada.
El guión es malo: ni redención, ni desarrollo de los personajes.
Mucho gore y mucha pechuga. Poco más. (Eso sí, habrá quien lo disfrute)
Gore y pechugas…yo lo quiero!