Edición original: Colder #1-5.
Guión: Paul Tobin.
Dibujo: Juan Ferreyra.
Color: Juan Ferreyra.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,99.
«La temperatura corporal de Declan Thomas está descendiendo. Él nunca enferma, nunca siente dolor. Un ex-interno de un manicomio destruido por el fuego tiene la extraña habilidad de meterse en la locura de la gente y, a veces, curarla. Espera poder curar algún día la suya propia, pero el tiempo se le está acabando, porque cuando su temperatura llegue a cero… se acabó«.
Hace unas semanas recopilamos 25 reseñas de novedades independientes en un único artículo, y una de las que más os llamó la atención fue la de Kiss Me, Satan, de Victor Gischler y Juan Ferreyra. No deja de ser curioso porque en la reseña de aquel tebeo dije «Uno de los motivos por los que hemos creado esta sección es porque este año pasado no encontramos un hueco dentro del planning de Mundo independiente en el que encajase una reseña de Colder, posiblemente una de las mejores miniseries de la etapa más reciente de Dark Horse» y hoy por fin nos vamos a redimir con la ya muy atrasada reseña de esta serie, una obra también dibujada por Juan Ferreyra, aunque no despunta únicamente por sus espectaculares dibujos.
Colder es una extraña mezcla de terror y misterio. Su protagonista es un hombre cuya temperatura corporal desciende hasta niveles insostenibles y que debe resolver el misterio de sus extrañas capacidades. Pero para ello no está solo. Lo acompaña su cuidadora… y un extraño ser que se alimenta de la locura de los demás y que se convertirá en su némesis indiscutible. Existe un gran componente sobrenatural que se ve enfatizado por la exploración de la locura y de un universo paralelo que no es como el que conocemos, pero sí se le parece… Es como una versión distorsionada del nuestro.
No voy a adentrarme más en el argumento de este título porque, como ya he comentado, es una historia de misterio, ergo, cuanto menos sepáis, mejor… Ahora lo que vamos a hacer es recoger unas cuantas declaraciones del guionista para que veáis por donde andan los tiros antes de adentrarme en el terreno de las opiniones…
Declaraciones del autor
Las primeras de estas declaraciones las encontramos aquí.
Sobre cómo le afectó crear unos personajes tan alocados como Declan o su antagonista: «Guau, de verdad que me gustaría decir que es difícil conseguir una mentalidad loca, pero no lo es. Quizás la culpa la tengan demasiados días escribiendo hasta alucinar. El gran vilano de la serie, Nimble Jack, está mucho más allá de la locura, y fue muy interesante de escribir. Una cosa de la que me he dado cuenta es que la gente verdaderamente loca tiene una fijación obsesiva, una constante inhabilidad para ser sacudidos por determinados deseos, y cuando estaba escribiendo a Nimble esa era la mentalidad que quería. Escribirlo fue muy divertido. Puede ser difícil escribir un personaje con una amplia variedad de emociones profundas, pero los locos como Nimble Jack son divertidos«.
Más sobre la locura: «la locura es genial para el terror, porque uno de los grandes elementos que conforman el horror es lo desconocido. Esencialmente, los dos grandes factores motivacionales en una historia de terror son: mantenerse vivo y resolver lo desconocido. La locura vence completamente a uno de estos aspectos: no puedes utilizar la locura para resolver nada, no puedes utilizar la locura para razonar y alejar el miedo. Y… sí… la locura es algo que debemos temer absolutamente. No hay ningún confinamiento más solitario que el que se produce cuando no eres capaz de entender o comunicarte con el mundo en el que vives«.
Sobre la fusión entre terror psicológico y paranormal: «Creo que ambos campos se retroalimentan. Nunca me han gustado las historias paranormales en las que todo está perfectamente explicado. Para mí es más terrorífico pensar en términos de ‘¡Ah! ¡Fantasma!’ que pensar en términos de ‘¡Ah! ¡Fantasma! Porque tomamos ese sagrado artefacto de las excavaciones y si conseguimos que lo bendiga de la manera apropiada una hechicera irlandesa entonces podremos devolverlo a la tumba y dar a los fantasmas el descanso que se merecen después de haber sido asesinados por los vikingos en el año 853 después de Cristo’. Eso tiene demasiadas nociones. Elimina el misterio. Si abres el armario por la noche y encuentras que parte de la ropa sucia se ha caído contra la puerta, todo el mundo sabe que puedes volver a dormir, pero no dormirás hasta que resuelvas el misterio de por qué chirrió la puerta al abrirse. El terror de lo desconocido se alimenta de si mismo, y te carcome«.
Y ahora, una última declaración proveniente de aquí:
Sobre cuál es la clave de escribir un tebeo como Colder: «soy un gran fan de dejar que la audiencia ayude con la tensión, construyendo el horror en equipo. Crecí con las películas de terror tipo scare tactic… hachas cortando cabezas y asesinos saliendo de armarios, ese tipo de cosas. Pero es gratuito. Es fácil. Y no dura. No fue hasta que vi las películas de terror japonesas y coreanas (Ichi the Killer, Audition, etc) que realmente empecé a entender como se siente el horror. Me gusta el golpeteo lento… la tortura de no tener el control, del mundo cambiando a los pies del personaje de una manera lenta. En el momento en el que el asesino salta a través de la venta, en ese momento se rompe la tensión. No me gusta que se rompa la tensión. Ahora los personajes pueden contraatacar. Me gusta crear y crear y crear tensión… y dejar a todo el mundo desolado«.
Sobre la obra
Recordemos lo que dije en su día sobre Juan Ferreyra en la reseña de Kiss Me, Satan incluida en el especial que os comentaba al princpio: «Si no conocéis a este autor, podéis entrar en su página web y mirar unas cuantas muestras de su arte, aunque lo mejor es que probéis con el tebeo que hoy os presentamos o con Colder. Ferreyra es un artista con un trazo algo brusco, pero con muchísima fuerza. Sabe trasmitir y, sobre todo, sabe sorprender. En Kiss Me, Satan vuelve a encontrarse con seres sobrenaturales y escenas de acción, todo ello mezclado con escenas de calma. No importa lo que pida el guionista, Ferreyra cumple con su papel, y sobresale con sus dibujos. Lo mejor: las líneas de movimiento. Parece mentira que un recurso tan sencillo aún siga dando tanto de sí«. Evidentemente, recupero este texto porque lo que dije entonces también es aplicable para Colder. Ferreyra es un dibujante de sensaciones, sabe transmitir la idea del guionista a cada escena y lo hace modificando sus recursos artístiscos, pero dejando su estilo intacto. Eso en Colder es imprescindible porque hablamos de una historia que se mueve en muchos registros. Existe una lucha entre la locura y la salud mental (que queda perfectamente reflejada por el trazo de Ferreyra) pero también existen contrapuntos entre las escenas de calma y las de acción. Además, por si esto no fuera suficiente, la acción de Colder transcurre entre dos mundos paralelos y casi contradictorios: el real y el de la locura. Si Ferreyra es muy bueno retratando las cosas cotidianas, es simplemente un genio al introducirnos en ese otro mundo oscuro y desconocido. En la portada del número 2 ya podéis ver por donde van los tiros, aunque ahora os incluiré una o dos imágenes para que comprobéis con vuestros propios ojos lo que os estoy explicando.
La verdad es que no sé para qué me esfuerzo en escribir nada, si con las imágenes que os he ido poniendo a lo largo del artículo ya tendréis una idea más o menos clara de por qué Colder es una serie de culto. Así que ahora pasaré a la parte del guion, si bien ya la ha ido definiendo Paul Tobin con sus declaraciones, aunque nos ha engañado un poco. Me explico. Cuando un buen escritor narra una historia de cualquier tipo, la vive. Muchos de ellos la visionan en su cabeza como su fueran espectadores de una película. Por lo tanto, nos debemos creer lo que dicen pero sabiendo que exageran. No porque quieran hacerlo, sino porque su manera de vivir la historia es muy diferente a la nuestra. Colder es todo lo que dice su autor, pero con un grado menos. Más que aterrar, intriga. Más que un misterio, es un enigma. Y no por ello es una mala historia, al contrario. Tiene unos personajes atrayentes y muy bien desarrollados. Tiene unos conceptos que quizás no sean los más originales del mundo, pero que están muy bien llevados dentro de la historia y, además, tampoco están tan vistos dentro del noveno arte. Sabe alternar las escenas tranquilas con las más de acción, así que no nos aburriremos. Sí mantiene en vilo al lector durante muchos momentos. Paul Tobin es como un diamante en bruto, a la que consiga ese punto que le falta seguramente se convertirá en uno de los grandes nombres del panorama comiquero actual.
Conclusiones.
Colder es una de aquellas obras imprescindibles porque da más de lo que ofrece: es una lectura amena, entretenida, inquietante y que nos hará pensar en más de un momento. Sus dibujos van de la calma a la espectacularidad en un tiempo récord, etc. Tampoco estamos ante el tebeo perfecto, pero es que la perfección tebeística – por mucho que nos queramos engañar citando nuestras obras preferidas – no existe. Así que la conclusión es muy sencilla. Si os gusta el arte de Ferreyra (que no os gustará a todos, que eso es algo completamente subjetivo), Colder es una compra obligada. Si no os acaba de agradar el dibujante, pero sí os llama la atención el factor misterio/horror, también es una compra obligada. Si no os gusta nada de lo anterior, pues a otra cosa…
Esto sí que no me lo esperaba. Menuda mañanita. ¡Gracias, Enrique! Suscribo la reseña palabra por palabra.
¿esto lo edita alguien en España? tiene una pintaza…
Gracias por la reseña!!!
Entré en la web de Ferreyra tras vuestra anterior reseña y flipé!!
Y la pregunta del millón: ¿Se va a publicar esta obra en castellano? ¿o Dark Horse ya sacó tomo en USA?
A ver si alguién me lo aclara, por esperarme o ir a comprarlo directamente en inglés… gracias!!
Gracias a todos por los comentarios!!!
Sobre la edición española, no me consta que lo vayan a publicar, pero… Estoy casi seguro que alguna editorial se animará.
Sobre si hay tomo USA, sí, lo hay.
@samanosuke: lo que he dicho para esta reseña es aplicable al 96% en la de Kiss Me, Satan; o sea que si te la lees ya sabes lo que te espera 😉
Pues a ver si hay suerte y la publican por aquí en no demasiado tiempo, porque tiene una pinta buenísima y caería fijo.