Colección Frank Miller. Daredevil de Frank Miller y Klaus Janson.

 

Edición original:Daredevil 158-191 y What If 28 y 35 USA
Edición nacional/ España:Panini Comics
Guión:Frank Miller
Dibujo:Frank Miller, Klaus Janson
Entintado:Klaus Janson
Formato:Tomo en tapa dura, 880 páginas.
Precio:60 €

 

Hablar de cómics es hablar de Frank Miller, autor legendario que al igual que otros grandes como Jack Kirby, y mucho más tarde Neil Gaiman o Alan Moore, han creado obras ya sea con personajes propios o con elementos pertenecientes a Marvel o DC que han cambiado la forma de entender el noveno arte. Sí, aquello de lo que voy a hablar hoy no es una obra ni mucho menos desconocida, de hecho, se quizás una de las más recordadas en la historia del cómic de superhéroes, pero que queréis que os diga; hay dos constantes en todo buen friki. La primera es que, una vez al año, se debe revisionar la Saga Star Wars al completo, y la segunda, es que se debe hablar de Frank Miller.

Evidentemente mi entusiasmo está alimentado por la reciente Heroes Comic Con Madrid, en la que este redactor ha tenido la impagable oportunidad de poder escuchar a Frank Miller a escasos metros de distancia, pero también rescato el hablar de esta obra por el profundo amor y respeto que tengo hacia Miller y hacia su Daredevil que, como digo, siempre merecen escribir o hablar sobre ello.

Frank Miller llegó a la colección del Hombre sin Miedo en su número 158, cuando todavía era un autor no muy conocido pero que ya se había hecho un hueco en Marvel a fuerza de insistir, habiendo dibujado unos cuantos números de Amazing Spiderman. Su labor en estos primeros números de los que se hizo cargo, contrariamente a lo que muchos creen, no fue de escritura, sino de dibujo. No sería hasta el número 168 con la presentación de Elektra, que el legendario autor de Vermont no sólo se encargaría del dibujo sino también del guión, prácticamente rehaciendo al personaje para convertirlo en el guardián de la Cocina del Infierno de métodos duros y convicciones fuertes que hoy todos amamos, en ese vigilante callejero que Netflix ha recreado en la pequeña pantalla.

Los números 158 al 167, ambos inclusive, que como se ha dicho, sólo cuentan con la contribución de Miller en el dibujo, ya muestran un cambio con lo que se estaba haciendo hasta entonces. El trazo, si bien clásico, es más duro y a la par más oscuro, mostrándonos una Nueva York casi siempre nocturna, plagada de los peores criminales, siendo la Cocina del Infierno el lugar en el que se reúnen los más abyectos de todos ellos.

Ya en el número 168 tiene lugar el gran cambio: Aquel en el que Miller comienza también a escribir los guiones del cuernecitos, y en el que nos presenta a un personaje de creación propia que hoy forma parte del imaginario popular de La Casa de las Ideas: Elektra. La griega experta en artes marciales y ex novia de Matt Murdock, supuso un antes y un después en el concepto de mujer en el mundo del cómic. No estábamos aquí ante una simple comparsa del héroe que necesitaba ser rescatada. Estábamos ante una verdadera mujer, un personaje que podía defenderse solo (en muchas ocasiones mejor que Daredevil) que tomaba sus propias decisiones y asumía las consecuencias de ello, y que era además de el antiguo amor del héroe una de sus mayores enemigas. De esta forma, y en una época tan temprana como aquella, Frank Miller revolucionó el mundo del cómic y en cierto sentido el del papel de la mujer en la sociedad.

El Daredevil escrito por Miller es un personaje que pese a sus fuertes convicciones católicas (aspecto introducido por Miller) no tiene ningún problema en propinar fuertes palizas a los criminales con tal de limpiar su ciudad de todo mal, creando Miller lo que hoy conocemos como “Vigilante”, y es que el Abogado Ciego no fue el primero, desde luego que no, pero si que fue pionero en crear esa idea de justiciero nocturno y duro, que a veces ejercía de anti héroe y que patrullaba las nocturnas calles de una ciudad infectada y que muchas veces no merecía ser salvada. Tanto éxito tendría esa forma de entender al héroe, que más tarde fue la que el propio Miller imprimió en Batman transformando al Hombre Murciélago igual que al héroe ciego, existiendo reminiscencias de ese concepto también en el Watchmen de Alan Moore.

Pero el Daredevil de Frank Miller no son sólo estos elementos. Son también sus personajes. Ya hemos hablado de Elektra y del Hombre sin Miedo, pero no hemos hablado de Matt Murdock, del alter ego de Daredevil, que aquí por vez primera se nos presenta como alguien que en muchas ocasiones pone en peligro su trabajo y sus relaciones amorosas (las cuales, desde la aparición de Elektra, se podría decir que incluso le estorban) con tal de salvar la ciudad. Es también este el momento en el que se crea al gran enemigo de Daredevil: Y sí, me refiero por supuesto a Wilson Fisk, alias Kingpin. Soy consciente de que el enorme mafioso no fue creado por Miller, pero ocurre que al igual que con Daredevil, fue el de Vermont el que lo cambio tan profundamente que se podría decir que lo volvió a imaginar por completo. Kingpin era un villano más de Spiderman, uno peligroso desde luego, pero que no encajaba bien en el mundo del hombre araña, donde tenían mucho más peso personajes como el Duende Verde, Octupus, Kraven, El Lagarto y un largo etcétera que un líder del hampa.

Y no, no niego que Kingpin nos haya dado grandes momentos en la saga del trepamuros, pero no parecía hecho para su colección sino para la de Daredevil, una vez que Miller redefinió al personaje. Y es que, si eres un vigilante enmascarado cuyo fin es acabar con toda la criminalidad de esa ciudad que consideras tuya, es lógico que te acabarás topando con otros que la consideran tan suya como tú, y que no van a permitir que se la quites de las manos. Así pues, se nos presenta en estas páginas a un Kingpin frío, calculador, que ve en Daredevil un enemigo inteligente que tiene que abatir, no sólo por negocios sino por principios.

Hablar de esta etapa es también hablar de Klaus Janson, el fiel entintador que con su firme trazo da forma a toda esta gran etapa, encargándose en muchos momentos del dibujo, el cual no difiere mucho del estilo de un Miller que muchas veces ya tenía bastante con los guiones.

Pero, ¿Qué podemos decir de esta etapa para las nuevos lectores? Y es que, puede que estemos ante un arco legendario en Marvel, en el Cómic y en el Hombre Sin Miedo, pero siempre vamos a encontrar a quienes no lo hayan leído, ya sea por desconocimiento o porque acaban de empezar en este vasto mundo que el noveno arte. Mi recomendación es clara: No paséis sin conocer esta etapa, sin leerla, sin degustarla como un buen plato preparado por el más meticuloso de los chefs. Afortunadamente, el Daredevil de Miller está enclavado en una época que si supuso un antes y un después en el noveno arte, lo fue porque el cómic de superhéroes pasó de ser un entretenimiento adolescente, a ser cultura también para los adultos, por lo que (con todo el respeto al Rey y al Hombre) no os encontraréis con un lenguaje difícil de entretener hoy día como puede ocurrir con los clásicos de Stan Lee y Jack Kirby. Este Daredevil es más maduro, y su lenguaje mucho más apto para los tiempos que corren, por lo que no tengáis ningún reparo en acercaros a esta etapa pese a su antigüedad. Este cómic no es bueno solo por ser un clásico, que lo es, sino porque ha llegado hasta nuestros días como una obra que merece la pena ser leída por cualquiera.

Finalmente, y en cuanto al formato, he de decir que me quito el sombrero ante Panini Comics. El volumen reúne absolutamente toda la etapa (a excepción de Born Again que llegaría mucho más tarde y que pertenece a otra coyuntura) en una edición en tapa dura, muy cuidada que incluso cuenta con un guarda páginas en tela, algo muy necesario cuando se manejan volúmenes de 800 páginas.

Concluyo diciéndoos que no lo dejéis pasar, que le deis una oportunidad a esta gran obra, y que aprovechéis el nuevo formato de Panini porque aunque estas etapas se reeditan bastante a menudo, no sabemos cuándo llegará la siguiente, ni cuándo se agotará esta.