Colección Jim Starlin 11. La Cruzada del Infinito. Primera Parte

Jim Starlin, Tom Raney y Ángel Medina, comienzan la recta final a los eventos cósmicos de la década de los noventa

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Edición original:The Infinity Crusade 1-3, Warlock Chronicles 1-3 y Warlock And The Infinity Watch 18-19 USA.
Edición nacional/ España:Panini Comics.
Guión:Jim Starlin.
Dibujo:Ron Lim, Tom Raney y Ángel Medina.
Entintado:Al Milgron, Keith Williams y Bob Almond.
Color:Ian Laughlin, Gina Going-Raney y Reneé Witterstaetter.
Formato:Tomo en tapa dura, 256 páginas.
Precio:19,95€.

 

El fin de año se aproxima, y con él el fin de la Colección Jim Starlin, compendio con el que mes a mes, Panini Comics nos ha ofrecido la muy esperada reedición de la llamada Trilogía del Infinito, que comprende los eventos cósmicos, El Guantelete del Infinito, La Guerra del Infinito y La Cruzada del Infinito.
Esta colección, como ya conocemos, no sólo se ha limitado a ofrecernos estas series limitadas, si no una gran cantidad de material correspondiente a los antecedentes y consecuencias de cada evento, así como a los sucesos que tenían lugar simultáneamente en las colecciones particulares de cada personaje.
En este ocasión, Panini Comics ha decidido dividir La Cruzada del Infinito (evento que consta de seis números) en dos tomos, y ello se debe a que no sólo se incluyen en este tomo los tres primeros números de este evento final, si no los números 1 a 3 de Las Crónicas de Warlock y los números 18 y 19 de Warlock y la Guardia del Infinito.

Dicha decisión, se debe a que las mencionadas colecciones auxiliares al evento, se incluyen de forma intercalada con los tres primeros números de éste, pues los sucesos de las mismas transcurren a la par o casi seguidamente a los citados números del evento principal, por lo que la lectura gana si se lee todo el contenido en el orden que se incluye. De hecho, a diferencia de como ocurre con otras colecciones auxiliares, series limitadas o crossovers del Guantelete del Infinito y de La Guerra del Infinito, en este caso, este redactor considera absolutamente necesario leer el resto del material que se incluye en el tomo, porque aquí no se trata de un mero añadido, si no de una parte muy importante del evento cósmico La Cruzada del Infinito que no se comprendería tan bien como el todo que forma, si no fuera por la lectura de las otras dos colecciones que llevan a Warlock en su nombre.

El guión de las tres series es de Jim Starlin, lo que sin duda es de celebrar, y los ilustradores difieren según la colección de la que se trata. Así, Ron Lim, con su estilo cumplidor pero no destacable, y sin embargo tan adecuado al argumento acompaña a Starlin en La Cruzada del Infinito, lo que no debería extrañarnos dado el hecho de que casi todo lo que guionizó Starlin en esta época contaba con Lim como dibujante. Por otro lado, es Tom Raney con un estilo en el que priman los planos y perspectivas imposibles, que resultan de verdadera locura lisérgica, es quien dibuja Las Crónicas de Warlock, dejando a Ángel Medina la ilustración de Warlock y la Guardia del Infinito. Medina, como Lim, ejerce aquí un dibujo que no destaca por nada en particular, pero que desde luego no podemos ni debemos tildar de mediocre, y que da sensación de cohesión a la historia que se nos cuenta.

Mención especial entre estas tres series merece Las Crónicas de Warlock, y ello porque se trata de una serie limitada, creada especialmente para esta ocasión, que narra lo que Warlock hace mientras el conflicto cósmico que da título al evento se produce. Así, a diferencia de como puede ocurrir con Warlock y la Guardia del Infinito (serie que tuvo una vida más larga, de un total de 42 números, por lo que prosiguió estando ya cerrada La Cruzada del Infinito), Las Crónicas de Warlock cumplió la función que como colección tenía que acometer: Servir de añadido y comparsa a La Cruzada del Infinito, finalizando casi a la par que dicho evento.

Dada la forma de incluir en este tomo el material de las tres colecciones nombradas, el análisis de este tomo puede ser realizado de forma conjunta, al contarse la historia como se ha dicho, de forma casi sucesiva entre los distintos números de cada serie.

Así, la historia comienza con la llegada de La Diosa, un ente que encarna el lado bueno y femenino de Adam Warlock y que ha llegado a la existencia con el fin de imponer (subráyese dicho verbo) a toda costa la paz en el Universo entero, aunque para ello deba lavar el cerebro de quien sea necesario. Y es que, como ya sabemos, durante el breve tiempo que Adam Warlock poseyó el Guantelete del Infinito, para evitar convertirse en un Dios descontrolado y acabar por emular a Thanos, Warlock expurgó de su ser tanto el bien como el mal absoluto, tratando de convertirse en el más lógico e imparcial de los seres vivos. De su parte mala, llegó el resurgir del Magus, a quien nuestros héroes se enfrentaron en La Guerra del Infinito, y de su parte bondadosa, surge esta Diosa, que resulta ser tanto o más peligrosa que el Magus, por mucho que defienda un objetivo que resulta indudablemente bueno.
Para cumplir su cometido, la Diosa reclutará a un buen puñado de héroes marvel como Thor, el Capitán América, Spiderman, Dragón Lunar, Gamora, Estela Plateada o el Doctor Extraño entre muchos otros, teniendo todos los elegidos un denominador común: Tienen una fuerte fe en algo, a veces en un Dios en concreto, y otras en unas convicciones muy determinadas, lo que los hace más susceptibles a aceptar sin reservas la verdad impuesta por La Diosa.

En el otro lado, y como no podía ser de otra manera, tenemos a los mayores representantes de La Razón en el Universo Marvel: Reed Richards, Visión, Iron Man y Bruce Banner, que acompañados de otros héroes como La Cosa, La Antorcha Humana, Pip el Troll, el misterioso Maxam y un largo etcétera de personajes, se opondrán a la labor de La Diosa por oponerse la misma a una de los valores más sagrados: La Libertad.

Si bien este evento se queda a años luz de sus predecesores (reflexión sobre la que me extenderé en la reseña correspondiente al siguiente tomo, por valorar el evento como un conjunto al tiempo de su reedición completa en España), no es menos cierto que Starlin aquí aprovechaba al máximo la faceta de crítica social de los cómics, al decirnos, sin cortapisas, que el fin no justifica los medios por bueno que sea ese fin, y que la fe y la religión no son sinónimos de ese bien, no cuando en su nombre se tratan de justificar guerras sin sentido que acaban por enfrentar a iguales que en ocasiones se tratan de amigos y hermanos.

Sin duda, este tomo es otro de los que merecen su compra, a pesar de su descenso de calidad, por tratarse de el comienzo del cierre a una inolvidable época, aquella en la que Marvel volvió a poner su mirada en las estrellas, convirtiéndolas en el tablero del ajedrez donde el destino del Universo entero se ponía en juego.

  Edición original:The Infinity Crusade 1-3, Warlock Chronicles 1-3 y Warlock And The Infinity Watch 18-19 USA. Edición nacional/ España:Panini Comics. Guión:Jim Starlin. Dibujo:Ron Lim, Tom Raney y Ángel Medina. Entintado:Al Milgron, Keith Williams y Bob Almond. Color:Ian Laughlin, Gina Going-Raney y Reneé Witterstaetter. Formato:Tomo en tapa dura, 256 páginas.…
Guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 9

7.7

Sagrado

Jim Starlin, Tom Raney y Ángel Medina, comienzan la recta final a los eventos cósmicos de la década de los noventa

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Alejandro Ugartondo
Autor
26 noviembre, 2018 22:03

Comparto tu opinión sobre publicar los tie-ins junto con el evento principal. Me parece todo un acierto que hace más completa la lectura del evento.

Lo mismo sobre los dibujantes, Medina y Lim no hacen su mejor trabajo y Raney destaca sobre el resto. El que es terrible es Tom Grindberg, y su número de La Guardia del Infinito un horror visual.

He de reconocer que en su día este evento lo dejé a medias porque me parecía muy inferior a la obra previa de Starlin, pero con la lectura de este tomo me ha gustado mucho más. Las escenas de Thanos y Warlock me parecen muy logradas. Hay que ver como destaca el personaje de Thanos cuando lo escribe Starlin. Me parece que hace un tratamiento único y que ningún autor ha conseguido hacerlo tan interesante como lo ha hecho él.