Colección Los Eternos 1. El Día de los Dioses

Comenzamos aquí las reseñas dedicadas a todos y cada uno de los cómics que componen la extensa familia de Los Eternos, poderosos guardianes de la humanidad creados por Jack Kirby.

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Edición original: The Eternals 1-11 USA (Marvel Comics, 1976 – 1977)
Edición nacional/España: Colección Los Eternos 1 (Panini Cómics, 2021)
Guion: Jack Kirby.
Formato: Tomo en tapa dura. 216 páginas. 19,95€

La Mitología que el Universo Marvel necesitaba

«El Eterno, era más un hijo de los dioses que de la tierra… ¡Aspiraba al Universo!»

Podremos decir muchas cosas de las adaptaciones de cómic que, en los últimos diez años, inundan la gran pantalla. Hay quien las ama, hay quien no puede ni verlas, y hay quien considera que esta moda superheroica en el celuloide está matando al cine. Por supuesto, cada individuo tiene derecho a opinar lo que quiera, pero lo que no podemos negar, es que gracias a ellas se recupera material muy interesante para el lector habitual.

Y de este modo, como ha ocurrido con el Jungle Action de Jack Kirby, o con el Shang Chi clásico de Jim Starlin y Steve Eaglehart, somos conscientes de que Los Eternos de Jack Kirby, que llevaban mucho tiempo sin reeditarse, no habrían aparecido en nuestras librerías si no fuera por la película de Clohe Zao, de estreno inminente. Aún más imposible, era pensar que se recopilarían todos los cómics protagonizados por estos seres, aún fuera de su serie propia en un formato manejable y que hacía fácil la lectura en el orden correcto, y aquí tenemos el comienzo de esta imposible recopilación gracias al empuje cinematográfico.

En este caso, estamos ante una colección que, como decimos, no solo recopilará en dos tomos las historias fundacionales de Los Eternos llevadas a cabo en solitario por Jack Kirby (y cuya primera mitad reseñamos aquí), si no que reunirá todos y cada uno de los cómics protagonizados por estos personajes (tanto en colecciones propias como en series de otros personajes) hasta entroncar directamente con la etapa de Kieron Gillen que actualmente podemos leer cada mes en formato grapa.

Por ello, resulta útil hablar primero del formato de esta colección, antes de incidir en el contenido del tomo, en cuanto al análisis de los cómics que contiene. De este modo, estamos ante unos tomos que siguen la estela de los recientes Tumba de Drácula y Biblioteca Conan, o lo que es lo mismo, calidad del papel y contenido muy similar a la Colección Jim Starlin con extras propios de un Marvel Limited Edition, pero estructura exterior más propia de un Marvel Saga que luzca sencilla y elegantemente en nuestra estantería.

No hay que ser un lince para darse cuenta de que ahora mismo este el formato por el que más apuesta Panini Cómics para sus obras de más calidad, puesto que es el elegido para que las mismas perduren con un formato que les haga justicia.

De este modo, en este tomo no encontramos tan solo los once primeros números de Los Eternos escritos y dibujados por Jack Kirby, si no que cuentan con la clásica introducción del articulista elegido por Panini para la ocasión, junto con otra más de Mike Royer, arista que de hecho, trabajo con Jack Kirby en no pocos cómics.

Además, se añade el correo de los lectores correspondiente a los dos primeros números de la serie, , un epílogo, así como un texto de Robert Greenberger (escritor de cómic que ocupó importantes puestos editoriales tanto en Marvel como en DC) del año 2006 y por último, una página de Ikaris en blanco y negro que sirve para que apreciemos mejor el dibujo del Rey de los Cómics (Muchas gracias a mi gran compañero y amigo Ángel García por la información al respecto).

Y es que, hablar de Los Eternos es hablar de Jack Kirby, es hablar del bien llamado Rey de los Cómics, de un dibujante (y guionista hasta cuando no era acreditado como tal), de un creativo cuyo legado hoy es importantísimo para el cómic superheroico. Dicha importancia se plasma tanto en la existencia de determinados personajes que hoy constituyen franquicias millonarias, como en la creación de conceptos, ideas y formas de narrar gráficamente que han trascendido a nuestro presente de un modo u otro.

En el caso de Los Eternos, hablamos del regreso a Marvel de Jack Kirby en 1975. Tras haber creado al Capitán América durante la Segunda Guerra Mundial junto a Joe Simon, y haber sido junto a Stan Lee el motor principal de la Era Marvel de los Cómics en la década de los sesenta, Kirby, harto de sus desavenencias con Lee y la editorial emigró a la competencia, DC Cómics, editorial en la que entre otros grandes conceptos creó a Kamandi, o a Los Nuevos Dioses, pilar básico de la mitología deceíta.

Sin embargo, las grandes compañías son todas muy similares, y en DC no fue especialmente mejor tratado que en Marvel, por lo que cuando quiso dar el siguiente paso en su carrera, volvió a la Casa de las Ideas, la que, lógicamente, le recibió con los brazos abiertos.

En esta ocasión, Kirby no volvía para hacer lo que ya había hecho antes en Marvel respecto a crear las colecciones principales que sustentarían a la compañía, si no que regresaba para evolucionar como autor, y se traía consigo los conceptos de alta mitología que ya había desarrollado en DC.

Lógicamente, por el funcionamiento de este tipo de compañías, igual que El Capitán América, Los Cuatro Fantásticos, Thor etc, no eran licencias propiedad del propio Kirby, a pesar de haberlas al menos, cocreado, ocurría lo mismo con Darkseid, Highfather, Mr. Milagro y el resto de personajes que pueblan el Cuarto Mundo. Los mismos eran propiedad de DC Comics, y si Kirby quería usar conceptos mitológicos en su regreso a Marvel, tendría que hacerlo con otros personajes.

De este modo llega Los Eternos, una colección de cómic en muchos sentidos adelantada a su tiempo que, más allá de buscar el entretenimiento del lector, pretende aportar elementos de mitología pura y dura a un Universo Marvel que en 1976, año en el que el primer número de la serie vio la luz, se encontraba todavía en una incipiente construcción. De este modo, si Kirby ya había jugado con la idea de Dios, al enfrentar a Los Cuatro Fantásticos con Galactus y con su heraldo plateado, aquí dejaba de lado los subterfugios y las referencias y nos indicaba, directamente, que los dioses, llamados aquí celestiales, existían.

Lógicamente, años antes, ya se había introducido a Thor y a la mitología asgardiana en la Casa de las Ideas, pero aquellos eran personajes más superheroicos que otra cosa, una excusa más para introducir elementos de poder en la editorial y no tanto una fuerza creadora o una razón de existir de la raza humana a un nivel puramente metafísico.

Los Eternos, suplen esa falta de orden cósmico de Marvel al introducir Kirby a unos dioses que, en el albor de los tiempos, crearon tres trazas: Los Eternos, protectores de la humanidad, lo más parecidos a los dioses y los encargados de guiar a ésta, los Desviantes, seres de apariencia física contrahecha y deforme que solo buscaban la destrucción y el beneficio propio, y los humanos, capaces de todas esas cosas y de mucho más, peligrosos y a la vez capitales para la supervivencia de un universo que podían destruir en cualquier momento.

Cuando comienza la colección, unos dioses durmientes, y a la sazón, los creadores de las tres razas descritas, conocidos como Los Celestiales y cuya figura no obedecía exactamente a una anatomía estandarizada, despertaban, y con ello las tres razas clásicas debían encontrar su lugar en el mundo, encontrándose Los Eternos (que a su vez iban despertando bien de su letargo bien de las vidas tranquilas que llevaban ajenos a sus responsabilidades de protectores de la Tierra) y los humanos protagonistas de la historia, en el epicentro de todo este caos.

De esta forma comienzan once números que si bien, resultan muy áridos de leer para el lector poco acostumbrado a Kirby, suponen un constante derroche de ideas, conceptos, y creatividad que desde entonces, serían capitales para el desarrollo de Marvel como cosmos de ficción.

En este punto, resulta importante resaltar que Jack Kirby no creo a los Eternos con ese fin, el de dotar de una mitología propia a Marvel (aunque eso fuera lo que ocurriera al fin y a la postre), si no que utilizó Marvel como vehículo para crear su propia mitología, al igual que había hecho pocos años antes en DC con el Cuarto Mundo.

Que luego Marvel Comics (como también hizo DC con el referido Cuarto Mundo) usara las ideas de Kirby, aprovechando las mismas para introducirlas dentro de su complicado cosmos y hacer interactuar a Los Eternos con otros personajes, era consecuencia del juego de sinergias y mercadotecnia de la Casa de las Ideas, pero no era algo en lo que Kirby estuviera especialmente interesado. Y es que, lo que el Rey de los Cómics quería en 1975, era un lugar donde poder publicar sus conceptos mitológicos de forma libre, con esa libertad que su nombre le proporcionaba en aquella época.

El dibujo de Kirby, tan reconocible, presenta esos rostros humanos cuasi simiescos, al igual que una soltura y creatividad sin límites a la hora de presentarnos a estos Eternos, a los Celestiales, o a las máquinas habitadas por los mismos.

Prácticamente cada número comienza con una splash page en la que aparece una máquina de los celestiales, o un celestial, en el que Kirby da rienda suelta a su imparable trazo, estando rodeada dicha imagen de texto que explica con todo lujo de detalles lo que el lector está viendo. Recordemos que en esta época las ditascalias (o textos de apoyo) eran de lo más común y necesario en el cómic y que por tanto, aunque ahora nos resulten reiterativas, eran un recurso narrativo y visual más del que entonces no se podía prescindir.

Un volumen imprescindible para todos aquellos que, más allá de buscar empatizar con los protagonistas de la inminente película del MCU, busquen conocer e investigar uno de los pilares más importantes del Universo Marvel creado por su autor más prolífico y capaz.

Lo mejor

• Degustar a Jack Kirby en estado puro como autor completo.
• Los conceptos mitológicos tan elevados que Jack Kirby maneja y que introduce por primera vez en un cómic Marvel.

Lo peor

• Leer a Jack Kirby sin la debida preparación puede resultar excesivamente tedioso y agotador.

Edición original: The Eternals 1-11 USA (Marvel Comics, 1976 - 1977) Edición nacional/España: Colección Los Eternos 1 (Panini Cómics, 2021) Guion: Jack Kirby. Formato: Tomo en tapa dura. 216 páginas. 19,95€ La Mitología que el Universo Marvel necesitaba "El Eterno, era más un hijo de los dioses que de la…
Guión - 7.5
Dibujo - 9
Interés - 10

8.8

Clásico

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Vanguard
Vanguard
Lector
18 septiembre, 2021 11:05

Pues para mí, es una colección que debiera haberse mantenido aparte del universo marvel, baja muchos enteros cuando se cruza con un personaje marvel, aunque al final no lo es, y con tantos dioses como los nórdicos y los griegos, y razas extrañas como los inhumanos, quedan redundantes y es muy difícil sacarles algo de partido.

ipso_facto
ipso_facto
Lector
19 septiembre, 2021 10:51

Leí los Eternos de Kirby por primera vez cuando tendría quizas 14 años, y ya me fascinó el concepto. Auqnte también debo admitir que ha nivel gráfico en aquella época Kirby me resultaba algo «duro», «tosco», y me sentía más atraído por el trazo más estilizado del Byrne de La Patrulla-X y los Vengadores.

Releí los Eternos cuando Panini sacó su MSE, y aunque coincido en que Kirby es «árido» en su lectura, el concepto sigue pareciéndome fascinante y graficamente su trabajo desborda expresividad, dramatismo e imaginación.

En breve veremos los Eternos en pantalla grande, cuando se estrene el film de Chloé Zhao, pero no son, no serán, los Etenos de Kirby. A ver, no me molesta que ahora, en el MCU, Ajax sea mujer y latina, que Makarri sea mujer y negra, que Sersi y Gilgamesh sean asiáticos, que Phastos sea negro, que Kingo sea hindú y que además sean pareja. Me parece genial que en el MCU incluyan repressentaciones de otras etnias, culturas u orientaciones sexuales. Aplaudo que El Anciano sea ahora mujer y caucásica, he aceptado que un dios nórdico como Heimdall sea negro y quizás (y este es sí es un cambio que me duele) me acostumbraré a una Death negra…

Lo que discuto y me molesta sobremanera es que los comics, comics con décadas de publicación a sus espaldas, tengan que doblegarse a los gustos cinematográficos. Me parece genial que en Marvel y DC quieran ser más inclusivos y ofrecer en sus comics una mayor y mejor representación de las comunidades afroamericanas, latinas, asiáticas o LGTBI. Pero es algo que puede hacerse creando nuevos personajes sin necesidad de cambiar/alterar los que ya tienen una historia a sus espaldas. Viendo la (enorme) cantidad de personajes que han salido del armario en (por ejemplo) las colecciones mutantes, no puedo pensar que esos outings son algo forzado, oportunista y que obedece más a razones de marketing que a una evolución coherente y meditada de esos personajes.

Todo esto viene a cuento porque cuando ahora veo los Eternos en los comics Marvel actuales, calcados a los que dentro de poco veremos en el cine, me molesta sobremanera no solo porque supone una falta de respecto a aquellos lectores veteranos que hemos crecido con una representación concreta de dichos personales, sino sobretodo porque me parece una burla y una falta de respecto al legado de un autor, Kirby, que ha sido y es uno de los pilares fundamentales de Marvel. Marvel es lo que és gracias a Lee, de acuerdo, pero también a Kirby y Ditko. Los 3 son los pilares sobre los que se sustenta la Marvel actual. Los 3 son los creadores de los 4 Fantasticos, Capitán América, Iron Man, Thor, Spiderman, el Doctor Extraño, los X-Men… También los creadores de personajes y conceptos fundamentales como Galactus, el Doctor Muerte, Los Inhumanos, la Zona Negativa, el Microverso, Pantera Negra, Estela Plateada, la Dimensión Oscura…. Que en el MCU se altere la raza, sexo u orientación de un personaje, o que se cambie la esencia de algunos de esos conceptos/ideas/escenarios, no solo no me molesta sino que puedo entenderlo para adaptarlos a otro tipo de público y hacerlos más asequibles, entendibles o incluso comerciales. Pero que se alteren las caracteristicas esenciales de personajes, escenarios o ideas con un legado de décadas de historia escrita y dibujada a sus espaldas, muchas veces de forma gratuita u oportunista, es lo que no tolero.

Quizás por esto es por lo que hacer mucho tiempo que ya no sigo casi ninguna serie regular de la Marvel o DC actuales…