Colección Novelas Gráficas Núm. 21: Wonder Woman – Paraíso Perdido

 

Edición original: Wonder Woman núms. 164-169 USA, The New Teen Titans núm. 38 USA
Edición nacional/ España:ECC Ediciones.
Guión:George Pérez, J.M. DeMatteis, Marv Wolfman, Phil Jimenez.
Dibujo:George Pérez, Phil Jimenez.
Entintado: Andy Lanning, George Perez.
Color: Pamela Rambo, Trish Mulvihil.
Formato: Cartoné.
Precio:12,99 euros.

 

Este 2017 es un año especial. Especial por la llegada del primer largometraje dedicado en exclusiva a Wonder Woman. Especial por lo que significa y por lo que representa. No es la primera película de superhéroes donde la protagonista es una mujer, antes tuvimos que sufrir cosas como Catwoman y Electra, dos películas de bajísima calidad muy alejadas de la esencia de ambos personajes y que acabaron sepultadas tanto por crítica como por la taquilla. En cambio, Wonder Woman está llamada a romper este recuerdo porque Wonder Woman es la quinta esencia de la heroína, la mujer, la amazona, la guerrera y la princesa. Y es por ello por lo que debemos mostrar más interés que nunca por las obras que se están recuperando este año a raíz del cercano estreno cinematográfico.

Si ya hemos hablado del trabajo de Messer-Loeb y John Byrne con Wonder Woman, es de justicia hablar también de uno de los autores que mejor ha captado la esencia global del personaje, Phil Jimenez, todo un discípulo aventajado de George Perez, tanto por su faceta de escritor como por su estilo de dibujo.

En este ejemplar de la colección se encartan los números 164 al 169, cubriendo dos arcos argumentales completos. El primero, Dioses de Gotham, une a Wonder Woman y Batman en una lucha que involucra a tres de los villanos más importantes del hombre murciélago con los tres hijos de Ares, Fobos, Deimos y Éride en su afán por dar forma al aerópago. En el segundo, Hipólita ejerce el papel de Wonder Woman con sus compañeros de la JSA, desatendiendo sus tareas como reina de las amazonas. Su liderazgo, una constante a lo largo de más de 2000 años, se ve cuestionado por la tribu de Artemisa y un nutrido grupo de separatistas que buscan el enfrentamiento directo entre las dos facciones de amazonas. La guerra se cierne sobre Isla Paraíso, mientras la relación materno-filial entre Hipólita y Diana se va deteriorando paulatinamente.

Dos historias muy diferentes. La primera está más centrada en las creencias internas de los personajes involucrados, para construir una historia intensa, con acción desbordante, con la que traer de vuelta todas esas raíces mitológicas que tan bien sientan a Wonder Woman. Jimenez se acerca a la figura de Diana con devoción y respeto, fruto de su amor incondicional a todo lo que Wonder Woman representa como personaje e icono social y cultural del siglo XX y XXI. Esta forma de entender a Diana le permite rescatar de nuevo la elegancia perdida en anteriores etapas del personaje. Wonder Woman retoma su papel de mujer donde conviven las emociones más puras, la fe, la confianza, el valor, la fuerza, la voluntad, la empatía y la asertividad que define lo que es para todos cuantos la rodean, incluidos los lectores. Lo que plantea con su guion, ayudado por J.M DeMatteis, es una historia en la que la fe juega un papel primordial para todos y cada uno de los protagonistas involucrados. La fe, sin importar donde se deposite, es capaz de alcanzar sueños que aparentemente son imposibles. Sueños que incluso pueden dar forma a un mundo donde los héroes ya no son necesarios.

Phil Jimenez en la segunda historia, con la ayuda de George Perez, genera una situación inaudita entre la población de Thesmiscira. Las embajadoras de la paz se ven empujadas a la guerra entre hermanas por odios y acontecimientos de antaño, sin que las relaciones diplomáticas puedan hacer nada por evitarlo. Una situación que afecta al lector al generarle emociones encontradas. Por un lado, Hipólita se muestra altiva y poco dialogante, por otro Diana y Troia buscan solucionar el conflicto mediante el diálogo, mientras que el resto de las amazonas no hace sino buscar la excusa que permita comenzar las acciones hostiles. Esta situación al lector asiduo del personaje le genera desazón por la impotencia que siente como observador pasivo que es de la historia. La narrativa, la composición de página y su desarrollo son de la vieja escuela y generan una densa lectura, de ritmo pausado con largos y recargados diálogos en lo que, aparentemente, puede parecer algo negativo, salvo que no lo es. Es justamente al contrario. La lectura es trabajosa por el tiempo que dedican los guionistas a desarrollar a cada personaje, a darle voz propia a través del diálogo. Es como si Jimenez y Perez buscaran representar lo mejor posible una conversación del mundo real a través de los labios de las amazonas y su conflicto interno.

Jimenez trata a todos los personajes con la dignidad que merecen y eso se nota en cada página tanto por el estilo de dibujo de Jimenez, como por la puesta en escena y ritmo narrativo impuesto. Todo el conjunto rebosa clasicismo. Jimenez dibuja de forma exquisita cada detalle, cada viñeta, cada página, llenando por completo los sentidos del lector que ve como cada trazo está dado con precisión, buscando la perfección más absoluta para un personaje que encarna, precisamente, esa perfección a la que todos aspiramos.

Estamos frente a un tomo intenso, de lectura densa y meditada, con dos grandes historias que nos devuelven el sabor más clásico del personaje. Una forma de volver a aquellos primeros números que fueron el relanzamiento de Wonder Woman tras Crisis. Un tomo que no deja indiferente y que permite visualizar a Wonder Woman como una evolución natural de lo que un día empezó George Perez y que gracias a la magia de los comics nunca acabará del todo. Se trata de un viaje eterno de constante avance del que podemos sentirnos muy orgullosos de poder ser espectadores.