Colección Novelas Gráficas: Superman-Shazam: Primer Trueno

 

Edición original: Superman/Shazam: First Thunder núms. 1-4 USA, Superman núm. 276 USA.
Edición nacional/ España:ECC Ediciones / Salvat.
Guión:Elliot S. Maggin, Judd Winick.
Dibujo:Curt Swan, Joshua Middleton.
Entintado:Joshua Middleton.
Color:Joshua Middleton.
Formato:Catoné, color.
Precio:12,99 €.

 

Hace tiempo que los aficionados a DC no contábamos con una presencia tan notable en el quiosco como actualmente y todo gracias a los diferentes coleccionables que hay en marcha, uno generalista donde dar salida a obras dedicadas a multitud de personajes y otro centrado en la figura de Batman y Superman.

En el número 12, del coleccionable generalista, correspondiente al mes de septiembre del pasado año, se publicó esta miniserie dedicada a explorar el primer encuentro de dos personajes muy similares a primera vista, pero diametralmente opuestos cuando uno les dedica un poco de atención. Nos estamos refiriendo al Capitán Marvel y a Superman.

El Capitán Marvel, el Gran Queso Rojo, Shazam, no importa cómo se le denomine, su relevancia dentro del mundo del cómic es de suma importancia ya que, en su momento, cuando fue lanzado al mercado en el año 1940 en Whiz Comics #02 de la editorial Fawcett Comics, llegó a disfrutar de un éxito notorio, superando en muchas ocasiones al del propio Hombre de Acero. Sus creadores Clarence Charles Beck y Bill Parker se subieron a la estela que dejaba la publicación de Superman en forma de arrollador éxito para idear la figura de un chico, Billy Batson, que es atraído místicamente a la presencia de un misterioso mago. El hechicero, Shazam, le conferiría una extraordinaria habilidad, la de transformarse en el mortal más poderoso del mundo. Sus poderes se corresponden con las siglas del nombre del mago, siendo la S la de la sabiduría de Salomón, la H la fuerza de Hércules, la A la resistencia de Atlas, la Z el poder de Zeus, la A el coraje de Aquiles y la M la velocidad de Mercurio. Un origen centrado en lo místico, en la magia, en lo mitológico que hace que se aleje del origen de Superman centrado en la ciencia ficción y la tecnología.

En 1972 DC compra los derechos del personaje y se integra en el Universo DC Pre Crisis en Tierra S, pasando a formar parte del mismo de forma activa tras Crisis. Como dato interesante hay que decir que legalmente, debido a la demanda interpuesta por Marvel, no se puede publicar ninguna colección del personaje en la que se pueda leer en la cabecera el nombre de su protagonista, usando en su defecto la palabra Shazam para denominar las diferentes incursiones editoriales que ha tenido el personaje bien en forma de especiales, novelas gráficas o series regulares en solitario.

Precisamente es con esta premisa, la de las similitudes entre Superman y el Capitán Marvel, con las que el guionista Judd Winick aborda esta miniserie en la que se nos quiere contar ese primer encuentro entre dos de los héroes más poderosos del Universo DC. Y es aquí donde radica de verdad el interés de este tomo. Lo que Winick nos plantea no es sino una aventura con un sabor más que evidente a la Edad Dorada pero aderezado con toques que recuerdan a la Edad Moderna. Winick nos recuerda esos tiempos más ingenuos, más impresionables, más inocentes en los que los comics eran el epicentro de toda una cultura dedicada al ocio juvenil. De los dos protagonistas el que de verdad está reflejado como en la Edad Dorada es el Capitán Marvel y es un fiel ejemplo de esas características tan definitorias del aficionado de los años 40. La capacidad de asombro y fascinación del Capitán no tiene límites, dejándose llevar por lo que Superman le cuenta, disfrutando de cada palabra con absoluta devoción… hasta que Superman nos lleva de golpe a la Edad Moderna, mucho más despiadada y desconfiada, reflejo de esa sociedad que mira de reojo a todo y todos, mucho menos impresionable y con una menor capacidad de atención por los comics que pugnan con otras formas de entretenimiento.

En la historia hay un acontecimiento en el que esa inocencia de la que hace gala el Capitán Marvel, se rompe, se quiebra, se hace astillas, añicos, convertida en polvo que se desmorona de tal forma que vemos de forma descarnada al Capitán Marvel y el papel que puede jugar Superman en su vida. Un momento sublime que engrandece esta obra.

Por lo demás estamos frente a una historia entretenida, sin demasiados alardes estéticos en la forma, que nos presenta un enfrentamiento con los dos enemigos clásicos de ambos personajes, que les obligará a unir sus fuerzas para vencer a las amenazas que los acosan, dado que Superman es muy vulnerable a la magia y el Capitán Marvel no dispone de todos los poderes del Hombre de Acero.

Acompañando a Winick está, Joshua Middleton, un dibujante que no es especialmente resolutivo en cuanto a las escenas de acción, falto de espectacularidad, pero muy eficaz en tanto es capaz de reflejar a la perfección todas esas emociones contenidas que se despiertan en el Capitán Marvel y en Superman durante el transcurso de su conversación. Su capacidad expresiva compensa sus otras carencias, dando como resultado un cómic con un aspecto visual poco llamativo, en líneas generales, que destaca por sus escenas conversacionales gracias a la expresividad de los rostros de los protagonistas.

Winick no busca alardear de su talento, busca reflejar un momento concreto de la historia del cómic y mostrárnoslo hoy a unos aficionados mucho más rodados, sin casi capacidad de asombro, para hacernos ver que es bueno disfrutar de las cosas pequeñas y simples, sin dobleces, sin dobles lecturas, sin más objetivo que el divertir durante el tiempo que lleve la lectura del cómic. Y en eso Winick cumple con creces su objetivo. No va a ser una historia capaz de fijarse a nuestra memoria a largo plazo, ni va a cambiarnos la vida, pero si vamos a ser capaces de recordarla con cariño y con esa sensación de que nos lo pasamos muy bien el día que la leímos.