Y Sigfried, ¡En mi próxima vida espero yo también ser homosexual!
Continuamos con la celebración del día del orgullo reseñando una obra de uno de los autores más claves en el cómic gay:
Ralf König es uno de los grandes referentes del cómic de temática homosexual mundial junto a Tom de Finlandia y Nazario. Nacido en 1960 en la ciudad alemana de Soest. Comenzó a publicar cómics en el año 1979 en las revistas Zomix y Rosa Winkel. Sin dejar de trabajar para ellas estudio Bellas Artes entre 1981 y 1985. En 1987 apareció su primer cómic El hombre deseado y ese año también publico El condón asesino, posiblemente su obra más conocida y ganadora del premio a la Mejor Obra Extranjera del Salón del Cómic de Barcelona en 1992. Ambas obras tuvieron segunda parte en la década de los noventa (Pretty Baby y El retorno del condón asesino). En esa década también creó sus personajes más populares Konrad y Paul que han protagonizados varios álbumes (El Libro Gordo de Konrad y Paul, Huevos de toro, Super Paradise, Podéis besaros, Estación espacial Deseo, Barry Kojonen – En el espacio nadie puede oírte gemir o Pitopausia. Otoño en los pantalones) y publicó un cómic autobiográfico: Con la mano izquierda. Además, ha adaptado obras clásicas como Lisístrata o Yago. Sus tres obras sobre La Biblia (Prototipo, Arquetipo y Antitipo) y ¡Oh, genio! han supuesto un cierto alejamiento de la temática gay que ha dejado de ser el centro, para dejar paso a la crítica a las religiones. Todos sus trabajos han sido publicados en España por Ediciones La Cúpula.
Como conejos nos cuenta la historia de Horst y Sigi, dos vecinos que acaban de romper sus relaciones de pareja. Uno es hetero y el otro no, pero nos demuestran que todo sentimos igual y estamos igual de confusos con lo que queremos. Intentan recomponer sus vidas disfrutando sin ningún tipo de tabúes y tratando de ser las personas que quieren ser, no las que les dicta la sociedad.
Como en casi todas las obras de König, Como conejos encierra bajo la apariencia comedia ligera de enredo varias capas de reflexión sobre las relaciones humanas y los problemas que genera la convivencia. En este caso no solo trata de relaciones homosexuales sino de todo tipo, desde la amistad, hasta las relaciones sexuales esporádicas. El resultado es una sátira sobre la sociedad occidental en la que vivía cuando se publicó la obra. Pese al tiempo que ha pasado desde su publicación, sigue siendo bastante actual, aunque algunos elementos como el acceso al porno hayan quedado bastante desactualizados.
Horst es un hombre heterosexual, bastante reprimido y serio con un comportamiento social marcado por la educación machista que ha recibido. Con una inexistente educación sexual que provoca que busque en el porno lo que no es capaz de experimentar con su pareja. Sigi por su parte es un gay, algo frívolo, sexualmente muy activo y sin ningún tipo de tabúes pero que es incapaz de ser fiel a su pareja. Ambos personajes son representaciones estereotipadas con las que Konig consigue a través del humor, la crítica y poniéndolos en situaciones ridículas, que veamos que todos somos igual con independencia de nuestra orientación sexual. Todos buscamos y sufrimos por el amor, el deseo, el miedo al rechazo, la búsqueda de nuestra identidad o la libertad de que nos dejen hacer lo que nos dé la gana y que vean por encima de los estereotipos. Y es que heterosexual y homosexual son solo etiquetas de las muchas que todos tenemos, un parte de nuestra personalidad, pero ni mucho menos la más importante.
Esos estereotipos son igualmente aplicables al resto de personajes que aparecen en el cómic. En casi todos sus cómics siempre aparece un ideal de hombre peludo, musculoso, malote y de procedencia mediterránea, en este caso se vaya Benno, que contrasta con sus personajes que son poco atractivos. Algo que no solo le sirve como recurso humorístico, sino que también le permite hacer una crítica de los tópicos que sufren los homosexuales. Sus mujeres son igualmente estereotipadas o son despampanantes o son un desastre siempre al borde del ataque de nervios. Algo que a veces puede ser interpretado como misoginia.
Como conejos además de una defensa de la libertad, también tiene mucho de crítica a la tendencia que tiene la gente de juzgar las relaciones y la forma de vivir del vecino siguiendo sus propios códigos, sin cuestionarse la suya. Algo que se refleja en casi todos los personajes que rodean a los protagonistas, que están empeñados en imponerles su forma de vida. Una situación que adquiere su la máxima expresión cuando Sigi invita a Horst a un talkshow, igual que los muchos que proliferaban en España en los años noventa, en donde es sometido a un juicio sumarísimo sin posibilidad de defensa.
El humor siempre está muy presente en la obra de König, pero con el paso del tiempo se ha vuelto más sutil y menos directo. Algo que también sucede en Como Conejos que está alejado de sus primeras obras. Pero creo que en esta historia funciona mejor ese tipo de humor más irónico. En este caso tampoco es una obra tan sexualmente explicita como alguno de sus otros trabajos, quedando la representación gráfica del sexo en un segundo o tercer plano.
Su estilo gráfico es heredero del Underground americano y también se pueden ver las influencias de Claire Bretecher. Sus personajes son caricaturescos con grandes narices y ojos y cuerpos redondeados, salvo los objetos de deseo de los protagonistas que son más estilizados e hipersexualizados hasta llegar a la exageración. Algo que consigue que sus personajes sean tremendamente expresivos. Sus líneas son muy limpias y con muy pocas construye a sus personajes. No se prodiga mucho a la hora de dibujar fondos, solamente cuando tienen importancia para la historia. La composición página es bastante sencilla, compuesta normalmente por cuatro tiras de viñetas, aunque para nada rígida ya que abundan las splash-pages dobles. Quizás abusa en exceso de los planos medios, pero es algo comprensible ya que la obra apenas tiene acción y lo que lleva el peso de la historia son las abundantes conversaciones. Como en la mayoría de sus trabajos es en blanco y negro con grises. Una obra muy representativa de su trabajo.
La edición de La Cúpula es buena, y cumple las características de su colección Víbora Comix Novela Gráfica. Además, tiene un precio realmente competitivo. Es una suerte que en su momento apostaran por publicar a König ya que gracias a ellos hemos disfrutado de un puñado de grandes cómics, así que esperemos que nos sigan trayendo sus próximas obras.
Como conejos es una divertida comedia de enredo con críticas a la sociedad y las relaciones heteronormativas más clásicas. König nos muestra que Horts y Sigi son simplemente humanos en busca de si mismos, intentando conseguir toda la felicidad que puedan. Y poco importa con quien se acuesten y si a alguien le molesta que mire para otro lado y vuelva a su cueva.
En dos horas seguimos celebrando el #Orgullo2019 con una nueva reseña.
Guión - 8
Dibujo - 6.5
Interés - 8
7.5
Orgullo
Una historia llena de humor, amor y sexo en la que Ralf König demuestra que todos estamos igual de perdidos independientemente quién nos guste, así que hay que respetar a todo el mundo.