Edición original: Dark Horse Comics – mayo – octubre – 2013
Edición España: Planeta DeAgostini Comics – abril 2014
Guión: Tim Truman
Dibujo: Tomás Giorello
Entintado: Tomás Giorello
Color: José Villarrubia
Portada: Sanjuilan
Precio: 18,95 euros (tomo en tapa dura)
Durante casi medio siglo, las aventuras de Conan de Cimmeria han sido una presencia constante en el panorama del comic estadounidense. Desde que Marvel Comics lanzara la primera cabecera protagonizada por la bárbara creación de Robert E. Howard, el guerrero de cabello negro ha paseado su hosca figura por quioscos y librerías de todo el mundo. Cuando la casa de las ideas consideró que el concepto y la franquicia habían sido convenientemente exprimidos, sería la editorial del caballo oscuro la que tomara el relevo y a principios del nuevo milenio, las aventuras de Conan volverían a ser contadas en nuevas versiones. La breve vida de Howard dejó un puñado de relatos que sus continuadores se encargarían de desarrollar, hilvanar y organizar para acabar convirtiendo aquel material de novela de a duro en una franquicia solvente. Sin embargo, treinta años de explotación continuada por parte de Marvel habían agotado los yacimientos de una mina que no se había caracterizado especialmente por la riqueza o variedad de su materia. Así las cosas, resulta lógico que Dark Horse optara por presentar a las nuevas generaciones una nueva historia del bárbaro por antonomasia, en la que se readaptarían las historias originales. Un ejemplo de esta estrategia viene contenido en este tomo que recopila la miniserie homónima que adapta la novela del mismo título, única que don Robert escribió con el cimmerio como protagonista.
La hora del dragón cuenta una historia de los tiempos en los que Conan es ya rey de Aquilonia. Las conspiraciones palaciegas y los asuntos de gobierno han sustituido en su vida las correrías errantes de sus años más mozos, pero aún hay quienes aspiran a derrocarle. Un nuevo complot se ha orquestado en la vecina Nemedia, donde se pretende sustituir al cimmerio por Valerius, pariente del monarca loco Numedides (al que Conan había eliminado). El ejército nemedio constituye el elemento de espada, pero los cabecillas de la intriga añaden el factor brujería al resucitar, merced al socorrido artefacto mágico de turno, a Xaltotun, un hechicero del desaparecido Imperio de Aquerón. Víctima del esfuerzo combinado de la política y la brujería, el rey aquilonio será dado por muerto y su competidor Valerus, será proclamado nuevo monarca de una Aquilonia ocupada por las armas nemedias, mientras todos ellos se convierten en peones más o menos involuntarios de Xaltotun que, por supuesto, tiene sus propias ideas y pasan por restaurar la gloria de su difunta patria. En su cautiverio, Conan descubrirá la lealtad y el amor en la figura de Zenobia, una esclava de sus oponentes que habrá de convertirse en su esposa y reina.
La miniserie que adapta la novela y que se recopila en la forma de este tomo, es fiel reflejo de la naturaleza de su fuente: el héroe de la historia ha de salir siempre bien parado, aunque sea un tipo tan práctico y contundente como Conan; contra todo pronóstico y con todo en contra, encuentra un apoyo en la figura de Zenobia, una persona que ha decidido arriesgar su vida y volcar todas sus esperanzas en el sino del rey caído. La restauración de su dominio correrá desde ese encuentro unida a la liberación de la dama cautiva para el león aquilonio.
La novela ya había sido adaptada en los días marvelianos de la franquicia por parte de tres autores íntimamente unidos a la forja del éxito de los tebeos hiborios: Roy Thomas, Gil Kane y John Buscema. Con semejante precedente, resultaba tarea harto complicada presentar una adaptación que estuviera a la altura del clásico. Afortunadamente, el nuevo equipo creativo ha logrado presentar un resultado digno. Por un lado, tenemos en las labores literarias a un veterano de la talla de Timothy Truman, que ya lleva unos años re-contando las aventuras de Conan (y que tiene en su currículum trabajos como GrimJack, Scout o Hawkworld). En la parte gráfica está el argentino Tomás Giorello, cuya labor en la franquicia le ha granjeado la admiración y el apoyo de buena parte de la afición lectora. En esta ocasión está bien complementado por la labor de colorista de José Villarrubia, lo cual da al tebeo un aspecto adecuado para la historia que pretende contar. Como detalle final hay que mencionar la portada del tomo, que es la del primer número de la versión alternativa de la miniserie original, donde se recrea la icónica imagen del Conan maduro que cerraba las películas de los años ochenta del siglo pasado. El responsable de esta poderosa ilustración es el veterano profesional español Manuel Sanjulián, que brinda nuevamente al más popular de los bárbaros cinematográficos: el Conan de Arnold Schwarzenegger.
Como curiosidad final, cabe indicar que el argumento de esta novela, que hubiera sido la base de la tercera incursión cinematográfica de Conan a finales de los años noventa del siglo pasado, sirvió finalmente para otro bárbaro de la escudería R. E. H.: Kull de Valusia. El rey-guerrero atlante tendría su propia película y esta seguiría paso a paso la trama de La hora del dragón, con los actores del método Kevin Sorbo y Tia Carrere como protagonistas incontestables de una cinta memorable.
Avance de la edición estadounidense
Edición original: Dark Horse Comics – mayo – octubre - 2013 Edición España: Planeta DeAgostini Comics – abril 2014 Guión: Tim Truman Dibujo: Tomás Giorello Entintado: Tomás Giorello Color: José Villarrubia Portada: Sanjuilan Precio: 18,95 euros (tomo en tapa dura) Durante casi medio siglo, las aventuras de Conan…
Conan Rey: La Hora del Dragón
Conan Rey: La Hora del Dragón
2016-09-05
Luis Javier Capote Pérez
Guión - 7.9
Dibujo - 8
Interés - 7.1
Vosotros puntuáis: 6.06 ( 5 votos)
La última frase de la crítica es coña ¿No? 😉
Desconocía que la película de Kull siguiese el argumento de «La hora del Dragón» (decidí no verla para no tener que lamentarlo). Pero es curioso, porque la primera historia que Howard escribió de Conan fue «El fenix en la espada», que no era sino una reescritura de una historia rechazada de Kull, «Por esta hacha yo reino», con lo que, al menos en eso, la producción del magnífico actor Kevin Sorbo tiene cierta justicia poética.
(espero que se note la ironía en lo de actor)