Concrete Nº 01-07

 

Edición nacional/ España: Concrete Nº 01-07.
Guión: Paul Chadwick.
Dibujo: Paul Chadwick.
Entintado: Paul Chadwick.
Color: Blanco y negro.
Formato: Libro rústica.
Precio: 14€.

 

«La mente del escritor Ronald Lightgow ha quedado atrapado en un cuerpo hecho de piedra, y se está convirtiendo rápidamente en el fenómeno de masas más importante de América. El único problema es que el héroe conocido como Concrete tan sólo quiere vivir una vida normal«.

Esta semana os hemos estado hablando de los inicios de Dark Horse Comics, y a lo largo de ese artículo se repitió un nombre una y otra vez: Paul Chadwick. Y es que el creador de Concrete se convirtió en la piedra angular del Dark Horse de los primeros años al ganarse el favor de una crítica que no hacía más que elogiarle. Este es uno de los motivos por los que Dark Horse se labró rápidamente una reputación de editorial seria, respetuosa con los autores – a los que les daba total libertad para hacer lo que quisieran con sus creaciones – y con los lectores – a quienes trataba como adultos que podían leer algo más que la típica lucha entre superhéroes de los años 80. En definitiva, era exactamente el mismo caso de Image y su serie más alabada del momento: Spawn (efectivamente, el paralelismo entre artículos y reseñas entre esta semana y el anterior no es fruto de la casualidad).

Antes de nada, hablemos de la vida editorial de Concrete. La primera aparición de este ser fantástico la encontramos en el #1 de la antología con la que debutó la editorial del caballo: Dark Horse Presents (julio, 1986). Ese fue el hogar de Ronald Lightgow hasta el núm. 32, si bien no apareció en todos esos cuadernos. Dado el éxito del personaje, en marzo de 1987 se presentó su primera miniserie de 10 números (o serie regular de corta duración, según como se mire), que fue a la par de las historias cortas de Dark Horse Presents. Y en los años noventa, hasta la publicación de su última miniserie en 2005, Concrete vivió una aventura editorial algo extraña. Se publicaron historias cortas en diversas antologías, accedimos a diversas miniseries, se reeditaron historias antiguas en color, etc. En definitiva, los seguidores de la criatura de Paul Chadwick debían estar muy atentos a las noticias para saber en qué lugar iba a aparecer el monstruo de cemento.

Esta situación tan anómala se solucionó con la publicación de 7 volúmenes recopilatorios entre 2005 y 2006, que precisamente corresponden al material que hace unos años nos llegó de la mano de Norma Editorial. Para quién le pueda interesar, aquí os cito el contenido de los volúmenes de Dark Horse:

– Concrete: Volume One: Depths (Las profundidades en la edición española), contiene: Concrete #1-5;
Lifestyles of the Rich and Famous, Water God, Straight in the Eye y Sympathy From A Devil, de Dark Horse Presents #1, #8, #10 y #150, respectivamente; y Orange Glow; de Dark Horse Presents Annual 1999.

– Concrete: Volume Two: Heights (Las alturas en la edición española), contiene: Concrete #6-10; Now Is Now, Goodwill Ambassador de Dark Horse Presents #14 y #22, respectivamente; What Needs to be Done, de Odd Jobs; y The Damp Descent, de Concrete Color Special #1.

– Concrete: Volume Three: Fragile Creature (Una criatura frágil en la edición española), contiene: Fragile Creature #1-4; The Gray Embrace, Burning Brightly, Little Pushes, Next Best, Fire at Twilight, Byrdland’s Secret, The Artistic Impulse, de Dark Horse Presents #4, #5, #6, #12, #38, #66 y #100, respectivamente.

– Concrete: Volume Four: Killer Smile (La sonrisa del asesino en la edición española), contiene: Killer Smile #1-4; las historias cortas de Think like a mountain #1 a 5, Eclectica #1 -2, Dark Horse Presents #2, #3, #32 y #87; y Within Our Reach.

– Concrete: Volume Five: Think Like a Mountain (Piensa como una montaña en la edición española), contiene: Think like a Mountain #1-6; Dark Horse Presents #16 y #28; Dark Horse Presents: Fifth Anniversary Special; San Diego Comic-Con Comics #2; Concrete Celebrates Earth Day; y Dark Horse Extra #1-4.

– Concrete: Volume Six: Strange Armor (Una extraña armadura en la edición española), contiene: Strange Armor #1-5; Dark Horse Presents #18 y #20; Eclectica #2; Dark Horse Decade #4, y dos historias inéditas: Running y On Van Gogh’s ‘The Bedroom.

– Concrete: Volume Seven: The Human Dilemma (El dilema humano en la edición española), contiene: The Human Dilemma #1-6.

Como veis, estas ediciones incluyen todas las historias publicadas del monstruo de cemento de una manera casi cronológica (fallan las historias cortas, pero las miniseries sí se fueron reimprimiendo en orden). En el 2007, todo el material de Concrete lo podíamos encontrar aquí, pero el personaje volvió en más de una ocasión. Para completar nuestra colección necesitaríamos: Usagi Yojimbo #100, Dark Horse Presents (2011) #1-3 o el número unitario titulado Concrete: Three Uneasy Pieces, que es una reimpresión de estas historias cortas de Dark Horse Presents.

Por lo que respecta a las críticas recibidas en su momento… Baste mirar su listado de premios: Concrete ganó los Eisner de 1988 y 1989 por Mejor Serie Regular; de 1988 y 1989 por Mejor Serie en Blanco y Negro; de 1988 por Mejor Serie; y de 1989 para Paul Chadwick por Mejor Autor Completo; y el Eisner al Mejor Guionista/Dibujante de 2005. También ganó el Premio Harvey de 1988 para Mejor Serie Nueva y Paul Chadwick ganó el de 1989 por Mejor Guionista / Artista. Los años en que Concrete se hizo con la mayoría de estos palmareses son bastante relevantes ya que prácticamente coinciden con su debut. ¿Significa eso que posteriormente fue en capa caída? ¿Bajó su calidad? Las respuestas a estas preguntas las encontramos más adelante.

Eso sí, antes de profundizar en el tema, dejad que os recomiende la excelente reseña del primer volumen de Concrete que escribió David Fernández hace unos años. Su conclusión fue la siguiente: «En definitiva, una lectura extraña, atípica, y a medio camino entre diversos géneros, ya que si bien parte de una premisa digna de cualquier cómic superheróico, o incluso del cine de serie B, en su disección de los más variados temas termina por encontrar mejor acomodo en el slice of life. Pero en definitiva, y dejando a un lado la superflua necesidad de buscarle acomodo dentro de un género u otro, estamos ante una lectura tan recomendable como gratificante«.

Y también os tengo que recomendar una reseña de una obra muy diferente, pero muy similar, que hice yo mismo hace unos meses. Me refiero a Rock Bottom. Tanto Concrete como esta otra obra tratan el tema de la petrificación, pero lo hacen desde dos puntos de vista muy diferentes… que resultan ser el mismo. Concrete es un ser de piedra que vive una serie de aventuras desde un punto de vista ciertamente realista. En Rock Bottom nos encontramos con una persona que se transforma en piedra con unas consecuencias aún más realistas que las que relata Chadwick. Aunque el fondo de la historia pueda parecer el mismo, la comparación entre ambas historietas no deja de ser curiosa… Pero no voy a extenderme en el tema porque lo que tenía que decir de Rock Bottom ya lo dije en su día.

En otras ocasiones, cuando nos planteamos la reseña de una obra completa, el enfoque más adecuado consiste en tratar a ésta saga a saga, porque la evolución de la historia plantea cambios estructurales… o porque es necesario hablar de los sucesos importantes que nos encontramos en el devenir de la cabecera en cuestión. En este caso, no. En vez de hablaros de Concrete paso a paso, lo que voy a hacer es enumerar una serie de apreciaciones que son prácticamente aplicables a toda la obra, desde su inicio en 1986 hasta su «final» en 2005. Vayamos a ello:

– Concrete es un producto de su época. Cuando Paul Chadwick nos presentó a su criatura en 1986 simplemente revolucionó el mundo del cómic. No era fácil encontrar una historia de este tipo en ninguna editorial, y seguro que muchos se sorprendieron de que Dark Horse se lanzase a su aventura editorial con algo así. Puesto en contexto, Concrete era revolucionario. Actualmente, no es así. Si leemos el primer recopilatorio de Concrete debemos tener en cuenta que el sabor del momento eran las Secret Wars, porque el mundo independiente ha evolucionado mucho y ha llegado a superar – y lo digo con todo el respeto del mundo – a la obra de Chadwick. Posiblemente esa evolución no habría sido posible sin tebeos como este, pero más de 20 años después, Concrete no ha envejecido tan bien. Y es posible que eso se deba a que el tebeo se ha quedado atrapado en el tiempo. Nació en una época muy diferente a la actual, con unas preocupaciones que nada tienen que ver con las que vivimos. Como Concrete juega con el realismo, el contexto histórico es importante. No podemos dejarlo de lado. Por eso digo que debemos abrir el tebeo pensando en cuándo fue escrito. Eso sí, cuando menciono que «Concrete no ha envejecido tan bien» tampoco quiero decir que estemos ante un tebeo asincrónico. Simplemente estamos ante una obra que ha perdido la chispa de la novedad y que difícilmente nos sorprenderá a no ser, claro está, que la abra alguien que únicamente lea tebeos de superhéroes. Una persona así descubrirá en Concrete lo mismo que sus lectores de 1986.

– La evolución de Concrete es mínima. Y eso tiene su lado positivo y negativo. A favor: Concrete es un tebeo que muestra cierta homogeneidad a lo largo de los años. Modifica poco su estilo narrativo, sus personajes, sus inquietudes… En definitiva, si os gusta el primer ejemplar seguro que os gusta lo que sigue. En contra: tal como está montado el mercado del tebeo norteamericano, el factor novedad es importante. Y os voy a citar un par de ejemplos: Fatale fue la gran perdedora en los premios Eisner de este año, y Saga acaparó el máximo número de galardones. La diferencia entre ambas es la novedad: Fatale es una obra continuista de un equipo creativo que lleva haciendo lo mismo durante años, y Saga es la sorpresa de la temporada. Por otro lado, Usagi Yojimbo es una de las series más laureadas de Dark Horse. Lleva años recibiendo premios y todo el mundo considera que es un título imprescindible, pero… ¿alguien habla de él? Ya lo dije en la intro, el hecho de que Concrete arrasase en los Eisner en sus primeros años y que luego consiguiese menos reconocimiento no se debe a un descenso de la calidad de la serie, que se mantiene intacta en casi toda la obra, sino a que el autor conectó menos con los lectores porque dejó de ser innovador. En el 2005 recuperó el favor de los Eisner, sí, pero eso es porque (repito) la calidad se mantiene intacta. Si publicas la misma obra durante tanto tiempo, evidentemente en algún momento volverás a brillar en comparación a los demás.

– Concrete es una obra con una temática variada, pero en realidad es un slice of life. Si alguien dice en la sala «vamos a hablar de un hombre de piedra», seguro que pensamos que nos dirá algo de La Cosa de Los 4 Fantásticos. La relación entre ser pétreo y los superhéroes es obvia. Por eso, Concrete puede parecer un tebeo de este género. Sin embargo, dado que relata aventuras, acción, romance, reflexiones profundas… y su protagonista más que luchar con enemigos para salvar el mundo, sueña… tendremos que descartar rápidamente esa asociación porque es errónea. Concrete es un slice of life. Lo curioso es que es un slice of life para la gente a la que no le gusta ese tipo de tebeos. Y es que lo bueno de tocar varias temáticas es que Concrete se convierte en algo válido todo tipo de lector. Chadwick juega con el punto medio. Da un poco de todo. Puede gustar a todos. Aunque reconozco que el ritmo de escritura tiende a ser bastante lento y la lectura es dura en bastantes ocasiones. No estamos ante un tebeo de lectura rápida, estamos ante una obra que degustar con su merecido tiempo.

– Concrete funciona mejor en blanco y negro, pero el coloreado digital le sienta bien. Como dibujante, Chadwick destaca por un trazo limpio y elegante, si bien se va ennegreciendo con el paso de los años. El hecho de ser publicado en blanco y negro en sus primeros años fue algo muy positivo para el autor porque Concrete realmente brilla con ese tratamiento. No es una obra que extrañe el color, al contrario, las reediciones de material antiguo recoloreado hacen un flaco favor a los originales de Chadwick. No obstante, algunas de las historias más modernas – que fueron coloreadas digitalmente – sí solventan el problema del color de una manera bastante eficiente. Otras, las primera en ser publicadas a todo color, fracasan estrepitosamente en el intento. Por eso las reediciones en blanco y negro son de agradecer. Concrete se disfruta más en un formato que nos permita saborear de las tintas de Chadwick sin florituras ni efectos especiales. Estamos ante una obra en la que la simplicidad es un plus.

Reconozco que la obra de Chadwick me tiene dividido. Por un lado soy capaz de discernir todo lo bueno de Concrete: sus reflexiones, la calidad de las historias, el buen tratamiento de los personajes, etc. Por otro lado, como buen slice of life, la conexión entre Concrete y sus lectores depende de que haya cierta química entre el personaje principal y nosotros… Y si en Rock Bottom sí conseguí conectar con la forma de pensar del protagonista y hacer míos sus problemas, con Ronald Lightgow no ocurre lo mismo. Las preocupaciones de ese ser de piedra me son indiferentes en muchas ocasiones. Y dada esta experiencia personal, cada vez que alguien me pregunta por Concrete la respuesta es la misma: dale una oportunidad. Si te gusta, habrás descubierto una obra que te cambiará la vida. Si no te gusta, al menos has leído un buen tebeo y puedes aprender de su forma de exponer ideas y situaciones. Total, no hay nada que perder con una obra que ha ganado tantos Eisner.