Guión: Jeff Lemire y Ray Fawkes
Dibujo: Renato Guedes y Fabiano Neves
Edición España: ECC Ediciones (2013)
Contiene: Constantine Núm. 1-4 USA (DC Comics, 2013)
Formato: Tomo rústica de 96 páginas
Precio: 8,95€
Valoración:
En los años ochenta, el guionista británico Alan Moore estaba obstinado en romper moldes, incluso cuando con el piloto automático conectado, en su estancia en The Saga of the Swamp Thing, se limitaba a contentar a sus colaboradores, Stephen Bissete y John Totleben, creando un personaje con los rasgos del cantante Sting. El llamado Mago de Northampton insuflaba así vida a su álter ego y compatriota John Constantine, el ocultista, nigromante y exorcista originario de Liverpool, el cinismo en persona, el egoísmo y la mentira hechas carne, fumador y bebedor empedernido convertido en el guía espiritual y reverso oscuro de La Cosa del Pantano. En definitiva, un caradura con clase y necesariamente encantador, tanto como para conseguir en tiempo record su propia serie en la naciente y seminal línea Vertigo, Hellblazer, cabecera que se convertiría durante más de dos décadas en el buque insignia del sello regentado por la editora Karen Berger y por cuyas páginas dejarían su huella autores como Jaime Delano, Garth Ennis, Warren Ellis o Brian Azzarello. En este cálido refugio, desde los tiempos de Crisis en Tierras Infinitas, el bueno de John Constantine había conseguido evitar durante años cruzarse con los prodigios y superhéroes de la DC Comics tradicional, prefiriendo moverse por los oscuros callejones de su Liverpool natal, presintiendo la magia y rehuyendo y evitando lo fantástico. Pero, ya lo decía Bob Dylan, «los tiempos están cambiando», casi veinticinco años después del debut en la línea Vertigo el bastardo de bastardos regresaba a la casa paterna al final de la maxiserie El Día Más Brillante.
Era el principio de un polémico trasvase de personajes de la línea Vertigo al Universo DC tradicional, al que se apuntarían Shade o La Cosa del Pantano, saltando pronto John Constantine al panorama pre-Flashpoint para co-protagonizar precisamente la miniserie En busca de la Cosa del Pantano guionizada por Jonathan Vankin y dibujada por Marco Castiello y Renato Arlem. Esta historia serviría como experimento y mesa de pruebas previa al desembarco final de John Constantine en una realidad ahora compartida con Superman, Batman o Wonder Woman, aprovechando el relanzamiento del Universo DC para convertirse en el líder de La Liga de la Justicia Oscura, formación presentada en sociedad por Peter Milligan y Mikel Janín, y también siendo el protagonista de sus nuevas aventuras en solitario en la presente cabecera Constantine del tándem de guionistas formado por Jeff Lemire y Ray Fawkes y con los lápices Renato Guedes y Fabiano Neves en sus primeros números. El nombre del canadiense Jeff Lemire, uno de los autores referentes de la actual DC Comics, por la calidad desprendida en títulos como La Liga de la Justicia Oscura, Animal Man o la reciente Green Arrow, apenas tranquilizaría a algunos aficionados recelosos por la cancelación de la longeva Hellblazer y con nulo interés en las nuevas diatribas de John Constantine pero para unos pocos sería un pequeño consuelo e incluso aliciente a sus esperanzas.
Por lo tanto, mientras en La Liga de la Justicia Oscura tenemos a nuestro mago de la eterna gabardina beige haciendo de superhéroe, convirtiéndose contranatura en la principal atracción de una serie propiedad actual de Jeff Lemire y Ray Fawkes, en Constantine estos mismos autores nos presentan una versión suya igualmente desnaturalizada pero ligeramente más perfilada, dando rienda suelta al carácter manipulador del personaje, ese que le ha ayudado siempre a ir un paso por delante de sus enemigos e incluso, ocasionalmente, permitiéndose algún exabrupto o una condescendiente salida de tono. No obstante, nada que ver con las sórdidas y oscuras historias que a lo largo de los años hemos podido leer en la línea Vertigo, porque en ellas John Constantine era una pieza ajena al engranaje, un solitario empedernido, tan interesado como astuto, metido recurrentemente en líos que no buscaba pero tampoco se molestaba en evitar. En esos relatos John Constantine era una consecuencia del entorno costumbrista y oscuro de sus andanzas, pese a lo sobrenatural y mágico de estas y su dominio y conocimiento de lo arcano, su recurso predilecto eran las «ciencias difusas» como la hipnosis, la prestidigitación o el escapismo, pero, sobre todo, la confianza en su propia astucia y capacidad de manipulación. En su llegada al Universo DC, John Constantine se convierte en otra cosa, se adecua a su nuevo ambiente convirtiéndose casi en un antihéroe de manual, más altruista de lo habitual y, aunque aún psicológicamente carismático, más plano, superficial y previsible.
En este sentido, resulta indicativo de ello la coletilla de presentación que acompaña a los capítulos de la actual cabecera de Jeff Lemire y Ray Fawkes, en la que nos cuentan como «tras ser casi destruido por las tentaciones místicas en su juventud, John Constantine conoce de sobra el precio dela influencia corrupta de la magia. Ahora, la batalla que libra es la de preservar el equilibrio y evitar que cualquiera acumule demasiado poder…». En estos primeros números, John Constantine, ahora afincado en Nueva York por causas ajenas a su deseo, se enfrenta a La Llama Fría, una organización en la que militan todopoderosos hechiceros y seres de corrupto poder como Sargón, Tannarak o Mister E, para recuperar el Compás de Croydon, un poderoso y misterioso artefacto capaz de detectar actividad mágica en cualquier parte del mundo. Los profusos e inspirados monólogos interiores utilizados por Jeff Lemire y Ray Fawkes se encargan de caracterizar a un John Constantine motor de los acontecimientos, mientras las revelaciones, giros argumentales y vueltas de tuerca hacen el resto, creando la forzada ilusión de hallarnos ante el mismo personaje de antaño, pero no lo es, su falta de escrúpulos resulta ahora en gran medida impostada y sus intenciones, aunque reconozcamos sus formas, nos suenan extrañamanente ajenas, porque el bastardo, el cabrón indómito, se ha convertido en la apariencia de un simple chico malo que ni siquiera acaba de creerse su papel.
Por lo tanto, para acercarse a Constantine con éxito debemos hacerlo desprejuiciadamente, desde otro prisma, porque asumiendo el cambio de orientación y los matices introducidos en el personaje su lectura tiene suficientes alicientes para sorprendernos, entretenernos y dejarnos cierto halo de satisfacción. El demostrado interés de Ray Fawkes por lo sobrenatural, innegable cuando en su currículum personal descubrimos obras como The Spectral Engine, la antología Possession o su trabajo en Mnemovore al lado de Hans Rodionoff y Mike Huddleston, consigue trasladarse al conjunto de Constantine para perfilar un planteamiento tan sencillo como efectivo respaldado por la experiencia de un Jeff Lemire convertido en tiempos precedentes en el baluarte y heredero de la antigua vitalidad de Geoff Johns en las cabeceras de DC Comics. Este prometedor dúo de guionistas canadienses, no por casualidad entre ambos atesoran hasta la fecha varias nominaciones a los premios Harvey y otras tantas a los premios Eisner, logran construir y reinterpretar a John Constantine, no tanto para las nuevas generaciones como para su nuevo marco de realidad, evitando las grandes estridencias y, a grandes rasgos y en la medida de lo posible, manteniendo la ironía y el ingenio de su domesticado protagonista. La historia fluye, manteniendo su frescura y ritmo, pese a la gratuidad y profusión de elementos antes negados, cohibidos o limitados en la desaparecida Hellblazer.
En el apartado gráfico, la elección del brasileño Renato Guedes resulta toda una inspiración para la serie, un artista con un trazo muy personal deudor del cómic europeo, palpable en su fino romance con el detalle y las líneas claras y vibrantes, un vehículo utilizado por este autor en Constantine para reflejar una interpretación en la que abundan las perspectivas cinematográficas, no tanto en sus formas como sí en su interés narrativo, siendo recurrentes los planos cenitales, con enfoques y encuadres realmente arriesgados. Esto permite a Renato Guedes revestir la obra de una sensación presencialmente distorsionadora, irreal y mágica, seguramente ya innata en este autor después de haber participado en adaptaciones procedentes de la pequeña pantalla como Smallville, 24, CSI: Miami, Stargate o en la de películas como Saw. El trabajo en Constantine de este joven y prometedor talento, un nombre más, pero no menor, en la oleada de compatriotas suyos llegados en la última década al cómic estadounidense, los Iván Reis, Rafael Alburquerque, Gabriel Bá o Rafael Gampá, supone una distinción de calidad y un cierto alejamiento del cómic de superhéroes tradicional en el que ahora se ve inmerso John Constantine. Y esta voluntad es tan vital que su sustituto, compañero y coterráneo Fabiano Neves intenta replicarla con cierto oficio al sustituirlo en la cabecera. En definitiva, con Hellblazer muerta, John Constantine pervive, resiste, como es costumbre en él, sobrevive.
- Reseña de Constantine #1 de Jeff Lemire, Ray Fawkes y Renato Guedes por Ivan Rivas
- Reseña de Nadie: Memorias de un hombre invisible de Jeff Lemire por José Torralba
- Reseña de Trillium de Jeff Lemire por Marcos Martín
- Reseña de Animal Man #1 de Jeff Lemire y Travel Foreman por José Torralba
- Reseña de Frankenstein: Agent of S.H.A.D.E. #1 de Jeff Lemire y Alberto Ponticelli por José Torralba
- Reseña de Green Arrow #17 de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino por Ivan Rivas
- Reseña de Trinity of Sin: Pandora #1 de Ray Fawkes y Daniel Sampere por Jordi Molinari
- Reseña de Animal Man: La caza de Jeff Lemire y Travel Foreman por Raúl Silvestre
- Reseña de Green Arrow: La máquina de matar de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino por Alberto Morán
- Reseña de La Liga de la Justicia Oscura Nº 4 de Jeff Lemire y Mikel Janín por Jordi T. Pardo
- Reseña de Superman: Habia el Infinito de Geoff Johns y Renato Guedes por Alejandro Ugartondo
Buen articulo,si ese constantine tuviese una pistola me recordaria en apariencia a jack bauer
De momento no creo que lea el constantine este…ya ire viendo
A mí me parece bien que John deambule por el universo DC, de hecho la JL Dark casi me parece el mejor invento del nu52, pero no puedo con esta serie… He leído demasiados números de Hellblazer geniales para reconocer a este Constantine aguado. Francamente, si en lugar de ser una serie nueva, fuera una etapa de Hellblazer me parece que sería la más floja que me he echado a la cara.
Pues le di la oportunidad y va a ser la única. No es mala serie, pero es más bien sosa y genérica. Además, le puede el peso de, como dice Jordi, haber desnaturalizado a un personaje muy carismático.
Lo jodido es eso, la serie no es mala y si en lugar de Constantine fuera cualquier otro mago de DC tendríamos una serie a tener en cuenta. Pero se trata de nuestro Constantine, nuestro bastardo favorito que ha sido lobotomizado y alterado para ser un antihéroe molón que pueda llegar a más público. Han preferido sacrificar a los fans de Hellblazer en busca de nuevos fans. Tenemos aquí nuestro All-new Superior Constantine.
El Sr Cassidy acaba de explicar perfectamente por qué no soporto esta serie.
para recuperar el Compás de Croydon
Dime que esto es cagada tuya por reseñar con números USA y no la traducción de ECC, ¡POR FAVOR! xD
Personalmente, a mí esta serie me gusta, a pesar de que ya los números de Delano se orinen en la boca de este Constantine. Se diferencia claramente del tono del resto del NUDC, a lo que ayuda también que Renato Guedes tenga personalidad, algo bastante diluido en los dibujantes «menores» de la editorial, que tienden a la uniformidad del «estilo DC».
No es Hellblazer, pero sí es Constantine. Un Constantine más joven al que no se le puede pedir el estar de vuelta de todo que ya tenía en el primer número de la serie original porque ni siquiera ha llegado a esa edad. Desde DC se empeñan en decirnos que sí, que ya ha vivido mucho y muestra de ello es el mini-resumen antes de cada título, pero éste sigue siendo un pipiolo que, con suerte, algún día podría llegar a convertirse en la entrañable sabandija de Hellblazer #1. Not today.
Personalmente, hasta el tie-in con la Trinity War me gustó, precisamente porque pasaba de la Trinity War para presentar un engaño más de Constantine. El marco seguía siendo el crossover, pero la estructura tras el número era un clásico modernizado de lo que hemos visto hacer a John una y mil veces. Veo más acertado a Fawkes aquí que en Pandora, eso seguro.
«a pesar de que ya los números de Delano se orinen en la boca de este Constantine»
Y los de Ennis
Y los de Carey
Y los de Azzarello
Y los especiales de Gaiman y Morrison…
Y los de Ellis…
Y no digo también los de Milligan y Denise Mina y Diggle porque no conozco muy bien esas etapas…
Hombre si he dicho que «YA los números de Delano» es por comparar con las primeras tentativas de convertir a Constantine en una serie regular. Soy consciente de lo que vino después no sólo estaba a la altura sino que la excedía. Sitúo a Delano en un punto «bajo» al que ni siquiera han llegado aún con «Constantine».
Gracias por los comentarios 😉
«Dime que esto es cagada tuya por reseñar con números USA y no la traducción de ECC, ¡POR FAVOR! xD»
Pues no, yo la serie la sigo a ritmo ECC, pero, cuando estaba con el resumen de la historia no recordaba el nombre del artefacto y no tenía el tomo a mano… pero sí la reseña anterior de mi compañero Ivan Rivas 😛
Y, por mí parte, a mí estos primeros números me han gustado, puede que parezca lo contrario leyendo alguna parte de la reseña pero cuando escribo estas intento ser imparcial y objetivo (unas se consigue más que otras). No es el John Constantine que todos conocemos (como no lo era ya el de La Liga de la Justicia Oscura), ni es el tono de las historias de la línea Vertigo, pero sí es una serie entretenida y se puede disfrutar a ese otro nivel como una interpretación mas del personaje.
Pues atraviesa los pulgares de Ivan con el Compás de Croydon y dale a Constantine la Brújula xD
Pues a mi la conjunción Lemire-Constantine me ilusionaba. Aún así le echaré un vistazo.
Pues a mi la conjunción Lemire-Constantine me ilusionaba
Pasa que Lemire está para echar la firmita y proponer la primera historia, na más.
Está su marca blanca/versión wannabee, el Sr Fawkes. Que todavía no sé qué tipo de guionista es, porque como pilla los cómics que le va dejando Lemire, se limita a ir siguiendo sus pautas, así que eso, para mí ahora mismo es el guionista marca blanca de DC.
¡Mentira! Pandora es 100% él y derrocha personaliJAJAJAJAJAJA
Pues yo le tengo ganas a Fawkes cuando se meta en temas de oscurismo y cosas así en Batman: Eternal.
Si me consta que como autor independiente tiene cosas interesantes. Por ejemplo, esta novela gráfica tiene pinta de ser una chulada http://www.goodreads.com/book/show/10942340-one-soul
Pero en DC por el momento chupa rueda de Lemire o, peor aún, tiene que gestionar un engendro editorial como la Pandora. En fin, a ver qué tal le va el universo del murciélago…
DE LOS NEW 52, EL MEJOR CONSTANTINE APARECE EN Swamp Thing 22 Y 23. CHARLES SOUL ES EL QUE REALMENTE DEBERÍA ESCRIBIR AL PERSONAJE. ES ESE CONSTANTINE DE HELLBLAZER, NO ESA VERSION EDULCORADA HORRIBLE DE DJL (IGUAL LA LEO, JA!)
KUNDA ASTRATTA MONTOSSE CAN’DA!
KLAATU BARADA NIKTO!
…y a pesar de las mayúsculas, el caballero Wolvie tiene mucha razón, aunque el de algunos números de la Dark también me parece un John digno.
Si perdón por las mayúsculas, me exalté un poquito, ja! Si, es verdad en algunos números de JLD también es digno!!!
Pues yo ni he leído Hellblazer ni me interesa porque las pocas veces que he ojeado los tomos en la librería me ha echado completamente atrás. Pero Constantine me divierte en la JLD y este tomo me ha gustado, aunque le prefiero en la primera. Aquí es más serio el tono, más descarnado, pero me ha parecido bueno.
Eso sí, a pesar del buen dibujo, el guión no está del todo bien hilvanado:
1.- Aún no sé dónde estaba la aguja de la brújula: ¿En la piedra del altar? ¿Entre las llamas?
2.- Constantine va a Londres pensando en un desafío, en lugar de volver a New York, no porque piense que en Londres está la tercera pieza. Eso es lo que plantean en un número, pero en el siguiente parece que va a Londres buscando la tercera pieza necesaria para formar la brújula.
Hay detallitos así en el tomo que quedan extraños.
El arte es brutal pero llevando el sello NEW52 en portada hace que pase de ella sin miedo a equivocarme.
Pues a mí me han parecido unos primeros números aceptables. Se trata de un Constantine más metido en temas mágicos que infernales y viajando por todo el mundo, pero me ha resultado una lectura mucho más grata de lo que me esperaba. Yo sí que me pillaré el segundo tomo a ver si van desarrollando más al personaje.
Al pedo. No acepte imitaciones rejuvenecidas y rebajadas. Avisadme cuando esto vuelva a llamarse Hellblazer.
Me ilusioné con Lemire de guionista pero cuando me cosqué de que iba la jugada de DC abandoné la idea de hacerme con esta serie. Pasando de este Constantine en la liga infantil de magia.
No está mal, pero es otro personaje. No os gusta más la portada alternativa que la que han puesto?