Contemplando a Andreas (2)

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    La página de Andreas que colgamos esta semana es relativamente sencilla en su planteamiento pero, para mí, consigue crear uno de los momentos más profundamente evocadores que he visto en un cómic.

    Una de las mayores dificultades del creador de cómics es controlar el tiempo. Conferir un determinado ritmo de lectura, una determinada duración, a cada escena, a cada viñeta. ¿Cómo lograr que la mirada del lector se detenga más en un sitio y menos en otro? ¿Cómo transmitirle que una viñeta dura un instante y otra se prolonga con lentitud?

    La diferente dosificación por viñeta de detalles y textos es un recurso que genera en el lector esa sensación de «duración» distinta. Pero no es exactamente el que usa Andreas en esta ocasión.

    En esta página, perteneciente a la segunda entrega de «Rork» (Norma), asistimos al reencuentro entre el protagonista y una vieja amiga. Ella le cuenta qué ha sido de su vida durante este prolongado tiempo de separación y la plancha finaliza con un «largo» silencio.

    Andreas no contrapone detalle y texto a simplificación y silencio para conseguir transmitir esa impresión de «tiempo detenido». O más bien digamos que la usa a la inversa.

    Comunmente una viñeta detallada captura por más tiempo la mirada, obliga a que nos detengamos en ella, a que nos fijemos en ella. Los textos también confieren «duración». La palabra se despliega en el tiempo, precisa de tiempo, así como también la precisa su lectura.

    Pero aquí, en esta página 21 del segundo album de Rork, no sucede así. El dibujo de Andreas es siempre igual de detallado y los textos se ausentan precisamente de la viñeta más «prolongada». Aquí el tiempo lo generan el espacio, el vacio, la amplitud y el ritmo casi musical que este autor logra construir.

    Las viñetas breves son todas idénticas en su tamaño. Se repiten monotonamente durante quince veces. Estableciendo un ritmo constante, un punteado regular, un repiqueteo rítmico. La última se extiende, se prolonga, lo envuelve todo en un espacio de lento silencio que engulle incluso los momentos precedentes, puesto que la postrera viñeta enmarca toda la página.

    Lo que antes se ha dicho ahora se va posando. Adquiere su justo peso, su adecuada densidad. Detiene el tiempo. Sin palabras, sin un exceso de objetos, en un espacio de amplios horizontes en el que deleitarse. Una panorámica, después de tantos primeros planos, que invita a respirar, a recuperar el aliento. Otra muestra de hasta qué punto Andreas maneja con maestría los hilos del lenguaje del cómic.

    Contemplando a Andreas (1)

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    Vazquez
    Vazquez
    4 enero, 2007 15:12

    Perdonad, esto no tiene que ver directamente con lo expuesto en el articulo, pero, ya que se habla de Andreas aprovecho, si alguien que posea la ultima entrega de «Arq», de dicho autor, se ha molestado en traducir los dialogos encriptados con la clave que se muestra al final, o conoce algún enlace en el que aparezcan las traducciones, agradeceria mucho que me lo comunicara.

    Gracias.

    Fran
    Fran
    4 enero, 2007 20:23

    En esta página, picando en el álbum «Feu Croisé» te sale la traducción de esos textos en inglés. de hecho, esos textos originalmente están en inglés.

    http://www.dossier-andreas.net/index.html

    prometheo
    prometheo
    5 enero, 2007 4:51

    ehhh,…mmm…si, se puede decir que esste muchacho maneja bien ciertos codigos propios del lenguaje de la historieta…pero no me parece nada fuera de lo comun, ni tampoco nada que te vuele la cabeza, y no me refiero tan solo a la capacidad de dibujo que posee, si no tambien en lo que se refiere a composicion, me alegro de que te guste tanto este autor, aunque no me parece para tanto como para decir que maneja con maestría los hilos del lenguaje del comic,…mmm…me suena exagerado, y he visto mejores que el…no voy a citarlos dado que no viene al caso, pero no me parece que de para tanto tanto, si opinas asi de este autor( que me parece de medio pelo en lo personal) no tengo ni idea de que diras de tipos como Raymond, Caniff, Eisner, y tantos otros que han colaborado a formar ese lenguaje que tu dices que este muchacho maneja con maestria sus hilos.

    Óscar
    Óscar
    Lector
    5 enero, 2007 10:14

    A mi este autor me encanta!!!
    Lo he conocido con Arq y es una serie que te mantiene en vilo y con una intriga muy interesante (lástima de periodicidad anual)… genial es el bloque que conforman los 4 primeros numeros, con la puesta en escena, flash-backs de los protagonistas y gran sorpresa final. Por cierto, puestos a estudiar la narrativa del autor, creo que destaca el comienzo del numero 1 de Arq, con la narración de 4 historias distintas pero que discurren parejas, en sentido horizontal, y que desembocan en un acontecimiento comun en distintas plantas de un mismo edificio… Al principio resulta confuso, pero una vez cogido el ritmo resulta toda una genialidad, ya que la disposición de cada viñeta (una encima de otra con un personaje distinto) serían las habitaciones del hotel en distintas plantas… ejem… no se si me explico!
    A raiz de conocer el autor he buscado su obra, sobre todo Capricornio y Rork y resulta imposible conseguirlas, amen de que se quedaron incompletas -creo-…
    Es por ello que me pongo de rodillas y pido a los dioses editoriales del olimpo del tebeo que alguna editorial sea magnanima y las publique a la mayor brevedad… Una buena solución sería a lo mejor publicar un par de albumes en un o algo asi… Si ya se animo Planeta con Cromwell Stone (flipe con las plumillas de andreas) no veo porque no tendrían posibilidades las series que menciono.
    Un Saludo!!!

    fargo
    fargo
    5 enero, 2007 17:56

    A mi me parece cansino su dibujo. Muy repetitivo, quiza el guion ayude a la historia, pero el dibujo, desde luego que no.