Las raíces del mal.
«¿No crees en las segundas oportunidades?»
El cómic, la igual que sucede con el resto de las disciplinas artísticas, permite obras con intenciones de todo tipo. Todas igual de legitimas y disfrutables, desde obras que sencillamente buscan que los lectores desconecten de su día a día, hasta otro tipo de obras que, en algunos casos están revestidas de historias de cualquier género y en otras ni siguiera es posible darles cobijo bajo ninguna etiqueta, buscan que lector se haga preguntas sobre sí mismo y su realidad, aunque las respuestas que obtenga puedan ser ciertamente incomodas. Algo que seguramente le sucederá a cualquiera que se acerque a Contrition, el último trabajo del guionista Carlos Portela (1967, Vigo) y del dibujante Keko (1963, Madrid) editado hace unas semanas por Norma Editorial con un magnífico prologo escrito por Antonio Altarriba. Ambos son dos de los autores más interesantes de nuestro país y que han firmado por separado trabajos tan destacados como La cuenta atrás (dibujada por Sergi San Julián) en el caso del guionista y La trilogía del ego (guionizada por Altarriba) en el del dibujante. Con este trabajo firman su primera colaboración juntos que se posiciona como una de las propuestas más interesantes de este 2023.
Contrition es el nombre de una pequeña ciudad del condado de Palm Beach en Florida donde viven una enorme cantidad de pederastas exconvictos condenado por delitos sexuales. Una situación provocada por las restrictivas leyes de Florida que les obligan a dejar constancia de sus crímenes y a vivir en lugares alejados más de 300 metros de cualquier lugar donde pueda haber niños. Una circunstancia que de facto los condena a una existencia en una especia de limbo que les imposibilita cualquier posibilidad de reinserción haciendo que acaben viviendo en guetos. Cuando uno de esos exconvictos muere a causa de un incendio declarado por las autoridades como accidental, Marcia, una periodista que cubre la noticia, intuye que no ha sido un accidente y comienza una investigación que saca a la luz una enorme cantidad de secretos escabrosos y misterios sobre el caso. Aunque esta premisa inicial puede resultar descabellada, lo cierto es que el germen de la historia surge cuando Portela descubre un libro de Sofía Valiente sobre una población real de Florida llamada Miracle Village donde al igual que nos vemos en el cómic viven bastantes pederastas.
Estamos ante una obra en la que la capacidad de Keko para crear atmósferas opresivas con una sensación de violencia ambiental y su increíble manejo del blanco y negro, aunque en esta ocasión es más difuso y gris, dotan al conjunto de un tono tan oscuro y tenebroso como la historia que nos cuenta. Una trama que, inevitablemente, nos remite a los thrillers de investigación más clásicos. Como en las grandes obras del género nos encontramos ante un guion lleno de giros y sorpresas donde la tensión que nos provocan los misterios de la historia va creciendo cada vez más, gracias a una estructura muy estudiada en la que cada uno de los seis capítulos de la obra tiene las mismas páginas. Pero esa tensión no significa que estemos ante un trabajo que transcurra la carrera, puesto que sabe tomarse su tiempo para que conozcamos a Marcia. Una mujer decidida que además de luchar contra algunas instituciones de la ciudad para tratar de encontrar la verdad, también se debe enfrentar con problemas para conciliar su vida personal con la laboral, mientras sigue en pos de una historia que se le presenta como la oportunidad perfecta para cambiar el curso de una vida anodina. Unos detalles que la llenan de vida y la alejan de los protagonistas habituales de este tipo de historias. Esa capacidad para reflejar su humanidad se hace extensible al resto de personajes principales, haciendo que resulten tan complejos e interesantes como ella. Incluso es capaz de mostramos una parte de Christian Nowak, protagonista de la extraordinaria portada del cómic, con el que, si bien, es imposible empatizar, sí que es posible comprender que se encuentra en una situación en la que le es se le niega la posibilidad de tratar de rehabilitarse quedándose en una especia de muerte en vida. Todo un logro que deja ver una gran labor de construcción de personajes en la que Portela se apoya mucho en la capacidad de Keko para conseguir que las acciones y las caras de los personajes, que en este trabajo son más realistas que en los anteriores, sean las que los definan. Otra de las grandes virtudes del cómic en hacer que las partes más terribles de la historia pasen fuera del cómic, simplemente sugeridas mediante el uso de elipsis para que sea la imaginación de los lectores quien las cree, de manera que en ningún momento caen en la necesidad de crear imágenes explicitas y morbosas de los crímenes.
La trama de la historia y algunos de los habitantes de Contrition les sirven a los autores para reflejar la parte más oscura de la naturaleza humana y plantearse si es posible la redención de alguien que ha cometido crímenes tan atroces. Unas preguntas que nos acompañan durante toda la lectura, pero que los autores en ningún momento quieren contestar, dejando que seamos los lectores quienes hagamos esa necesaria reflexión sobre si nosotros seriamos capaces de cometer según qué acciones contra otros seres humanas o de perdonar a quienes han cometido ese tipo de crímenes. Sin embargo, no es el único tema que subyace en la obra, ya que a lo largo de misma también se tratan otros temas de actualidad como el bullyng o el ciberacoso sexual, dos de los grandes peligros que ha creado la sociedad digital. Incluso se pone en tela de juicio el papel que juega algunas instituciones como la policía, el ejercito o la prensa, llenas de corrupción, practicas cuestionables y que cohabitan con intereses de lo más deshonestas. De forma que en muchos sentidos se convierte en una crítica casi total a la muchas veces despiadada sociedad capitalista actual.
En Contrition Carlos Portela y Keko han firmado un tenebroso y oscuro thriller noir lleno de giros de guion, personajes grises y complejos que nos obliga a hacernos muchas preguntas incomodas sobre la naturaleza humana y la posibilidad de redención. Un trabajo en el que el dibujante madrileño vuelve a brillar con unas cotas de calidad al alcance de muy pocos dibujantes que le confirman como uno de los grandes maestros del blanco y negro actuales y que tiene muy poco que envidiar a sus maestros.
Lo mejor
• La cantidad de capas de lectura de la obra y todas las preguntas que plantea.
• Una trama que te atrapa y sorprende.
• El dibujo de Keko.
Lo peor
• Por la temática que trata puede resultar incómoda para algún lector, aunque en ningún momento cae en el morbo fácil ni en el sensacionalismo.
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 9
9
¿Redención?
Carlos Portela y Keko nos brinda un cómic que bajo la apariencia de un thriller de investigación esconde una invitación a reflexionar sobre la naturaleza humana más oscura y la posibilidad de redención.