Corto Maltés. Bajo el sol de medianoche

 

Edición original: Bajo el sol de medianoche (Norma Editorial).
Edición nacional/ España: Octubre 2015 (Norma Editorial).
Guión: Juan Díaz Canales.
Dibujo: Rubén Pellejero.
Entintado: Rubén Pellejero.
Color:.
Formato: Cartoné. 96 págs.
Precio: 19,50€.

 

Tras más de 20 años de espera por fin alguien ha aceptado el desafío de recuperar uno de los iconos más reconocidos del cómic europeo, Corto Maltés, y retomar las aventuras del marino creado por el desaparecido Hugo Pratt en el ya lejano 1967. Los elegidos para esta difícil tarea han sido los españoles Juan Díaz Canales (Blacksad) y Rubén Pellejero (Dieter Lumpen). ¿Respeta este nuevo álbum el espíritu de la creación de Pratt? ¿Está el resultado a la altura de la serie original?

En el mundo de la BD no es extraño encontrar casos de personajes o series que parecen estar estrechamente vinculadas a sus creadores pero que en cambio consiguen desarrollar una nueva vida cuando recaen en manos de otros artistas que asumen el reto de llevar estas creaciones más allá de donde las dejaron sus creadores originales. Pasó hace tiempo con el teniente Blueberry cuando Jean Giraud lo abandonó o con Blake y Mortimer cuando Edgar Jacobs murió. Más recientemente lo hemos experimentado con Astérix con la aparición del primer álbum sin la participación ni de Goscinny ni Uderzo. Por eso no es de extrañar que 20 años después de la muerte de Hugo Pratt se vuelva a recuperar su personaje más emblemático para darle nueva vida editorial. Como siempre en estos casos la duda que se despierta en el lector seguidor del personaje es si la nueva obra estará a la altura del trabajo de su creador y en éste caso en particular aún más teniendo en cuenta la estrecha relación entre autor y personaje, cuyas biografías comparten más de un punto en común. Por suerte esta nueva aventura de Corto Maltés ha recaído en las manos de dos artistas que poco tienen que demostrar a estas alturas y cuya idoneidad para esta labor viene avalada por el éxito y el reconocimiento conseguidos en sus respectivas carreras. Ahora bien ¿qué camino han adoptado estos artistas a la hora de afrontar el reto? ¿la innovación y evolución del personaje por sendas diferentes a las de Pratt o el respeto al creador y adopción de su estilo? A la vista del resultado queda claro que se ha optado por esta segunda opción, respetando no sólo el estilo visual de Pratt sino también construyendo una historia siguiendo los mismos parámetros y caminos que utilizó el autor italiano en los anteriores álbumes de la serie.

Hasta cierto punto el nivel de respeto por el legado de Pratt de los autores es tal que en lugar de prolongar las aventuras de Corto Maltés allá donde las dejó su creador (tras el álbum Mu ambientado en 1925), han decidido ambientar su nueva aventura en 1915 aprovechando los huecos existentes en la biografía de Corto y respetando lo narrado en los álbumes originales. Así nos encontramos a Corto en San Francisco donde recibe el encargo de su amigo Jack London de llevar una carta a un antiguo amor suyo hasta la lejana Alaska. Como pago disfrutará de una nueva aventura y recibirá un tesoro oculto dejado allí por el escritor. Corto se embarcará en un viaje por las tierras salvajes de Alaska y Canadá donde tendrá que hacer frente a las duras condiciones del territorio y a la hostilidad de sus habitantes enfrascados en mezquinas disputas sobre el poder, el dinero o la explotación de otros seres humanos.

Con Bajo el sol de medianoche, Díaz Canales ha demostrado conocer cuál es la receta para elaborar un buen relato de Corto Maltés. En este álbum podemos encontrar elementos fundamentales como el incasable espíritu viajero de su protagonista, la atracción por territorios inexplorados y salvajes, frases contundentes y lecciones vitales destiladas en breves encuentros entre los personajes. Ahí sigue la mirada romántica sobre unos tiempos pasados donde el mundo aún era lo bastante grande y desconocido como albergar un alma soñadora y aventurera como la de Corto. También encontramos una minuciosa ambientación preocupada por retratar fielmente el mundo de la época de Corto y que se refleja en la utilización de personajes históricos reales que cruzan su camino con el marino. Todo esto hace que durante la lectura del álbum se aprecie cierta necesidad del guionista de intentar contar una historia «como lo hacía Pratt» preocupándose más de la forma que del fondo e intentando no innovar demasiado para no alejarse del patrón establecido. Esto se aprecia sobre todo en la primera mitad del relato aunque no deja de ser una pega menor que no impide disfrutar de un álbum excelente, con algunos momentos brillantes, y que hará las delicias de los seguidores del marino veneciano.

De la misma forma, el trabajo de Rubén Pellejero en el dibujo rinde tributo de principio a fin al estilo de Pratt asimilando la línea nerviosa y el entintado profundo del maestro italiano. La similitud entre el trazo de uno y de otro es sorprendente y, aunque todavía se puede apreciar la personalidad del artista español en muchos momentos, se nota que Pellejero ha estudiado a fondo el estilo de dibujar de Pratt de la misma forma que Díaz Canales ha hecho con el guion. Todo esto se traduce en un dibujo excelente, hermoso y cuidado en su sencillez y con momentos brillantes por su expresividad y elocuencia visual.

Habiendo apostado por la continuidad respecto a la labor de su creador, este nuevo álbum de Corto Maltés tiene todo lo necesario para ser un tributo perfecto a la labor de Pratt y ofrecer una continuación apacible y sin sorpresas desagradables de las aventuras del personaje. Ahora falta esperar si los seguidores del marinero dan el visto bueno a esta nueva entrega que a fin de cuentas es lo que determinará si esta recuperación se queda en un logrado pero infructuoso intento por traer de vuelta al personaje o si consigue ser el inicio de una nueva y extensa vida editorial de este icono del cómic.

Como apunte final me gustaría destacar la gran apuesta que ha hecho Norma Editorial por esta obra, participando en el lanzamiento mundial de la misma y ofreciéndola en dos versiones: una normal, a color, disponible en español y catalán, y otra en blanco y negro con un tamaño más grande. Ambas versiones incluyen unos cuantos extras con comentarios de los autores y muestras del trabajo de preparación de Pellejero para este álbum.