Creando superseres

Hace varias décadas, mientras las tropas de Hitler arrasaban Europa invadiendo país tras país, se gestó un experimento que daría la vuelta a una Guerra que parecía perdida. Un equipo de científicos, con el Dr. Erskine a la cabeza, diseñó un suero que tras inyectaría en un delgaducho e idealista muchacho y así convertir sus sueños de libertad en esperanza para los demás. Steve Rogers se convirtió en un hombre tremendamente ágil, fuerte y resistente, capaz de enfrentarse a una docena de enemigos y salir victorioso. Así nació el primer supersoldado.

Muchos años después, en lugar y tiempo distintos, otro equipo de eminencias doctoradas en variados campos de la Ciencia crearían una araña transgénica que, accidentalmente, mordería a un jovencísimo Peter Parker con asombrosos resultados: la recombinación genética en su ADN le convertiría en un muchacho con una pasmosa fuerza, agilidad más allá de lo humano y variados poderes que, tras aprender en sus carnes una dura lección sobre la responsabilidad y el poder, invertiría su vida en proteger a los demás.

Todo eso nunca sucedió, pero pudo ser así. Y hoy, es más cierto que nunca, pues la Universidad Case Reserve Western, en USA, mediante la manipulación del gen productor de la enzima PEPCK–C (relacionado con la síntesis de la glucosa en los organismos) ha logrado crear una línea de ratones transgénicos capaces de correr a 20 metros por minuto, sostener una carrera de 6 kilómetros o permanecer seis horas en la típica rueda giratoria, marcas que empequeñecen las de cualquier ratón “normal”. Estos nuevos ratones, además, comen mayores cantidades de alimento, viven más tiempo, son más agresivos y las hembras pueden parir en edades avanzadas.

Así es la Ciencia, que avanza que es una barbaridad. Pero, quizás, si los bioquímicos responsables leyesen más comics, estos descubrimientos se habrían dado antes. ¿O acaso son lectores habituales y soñaban con emular al Dr. Erskine? En todo caso, esta noticia da pie a muchas preguntas y no pocos debates éticos, pero seguro que más de uno (y una, que son muchas las lectoras de comics) se preguntará… ¿Es posible que, algún día…? Quien sabe.

Por ahora nos conformaremos con tener ratones superpoderosos más allá de las viñetas y los dibujos animados.

¿Os imagináis que os mordiera uno de estos ratones y…? ¿El asombroso Ratonman? ¿Poderes proporcionales a los de un ratón de laboratorio? ¿Capacidad de engullir queso a toda velocidad? ¿Poder infectar a tus enemigos con un mordisco? ¡No sé yo!