Creepshow

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Edición original: Creepshow (Plume Book, 1982).
Edición nacional/ España: Creepshow (Toutain, 1983).
Guión: Stephen King.
Dibujo: Berni Wrightson.
Color: Michelle Wrightson.
Formato: Tomo rústica 64 págs.
Precio: 500 pts.

 

Me van a acusar de ir por lo fácil esta mañana porque si cualquiera de nosotros visita una vieja librería y entre la pila de seductores ofrecimientos sobresale un tomo firmado por Berni Wrightson no tardaremos en agenciárnoslo ni el tiempo que lleva leer esta frase. Pero permítanme el capricho venial. Los Creepy, esas revistas apasionantes publicadas en España por Toutain, representaron mi salto a otro tipo de cómic y ¿quién mejor que Wrightson para ejemplificar todo lo que de valiente, extraño y malsano tenían esos tebeos para una mente en formación? Además, Creepshow entra en otra categoría muy perjudicada en los análisis serios y a la que ya le dediqué (aquí) un recuerdo amable: las adaptaciones cinematográficas. Cuando el reino de las películas era la sala de cine y el video, empezando su implantación, era una prestación cara e ineficaz (de Internet ya ni hablamos) las revistas y los cómics eran las únicas dosis de refuerzo entre la visión y el olvido, anclas emocionales donde avivar las ascuas de unas emociones desbordantes.

George A. Romero se hizo un nombre en 1968 filmando la película responsable de que en pleno siglo XXI aún sigamos pendientes de los muertos que caminan. Con una de las cintas más baratas de la historia del cine y lecciones bien aprendidas del maestro del suspense, Alfred Hitchcock, su largometraje La noche de los muertos vivientes continúa siendo, aún hoy, fuente de escalofríos satisfactorios. Poco más tarde, un tranquilo residente de Maine echó a volar el enjambre de pesadillas que salían a borbotones de su caletre. Se llamaba -se llama- Stephen King y en pocos años fue encadenando éxitos editoriales como Carrie, El resplandor, El misterio de Salem’s Lot o La zona muerta, rápidamente trasladados, con desigual fortuna, a la gran pantalla. Romero y King eran lectores jubilosos del avanzado material con que la EC se ganó los kioscos en los años ’50. El nuevo impulso dado por William Gaines a sus publicaciones le llevó a una colisión catastrófica con la inquisidora sociedad bienpensante (con el psiquiatra Fredric Wertham a la cabeza), de la que nació el Comics Code, pero por el camino dejó algunos de los mejores cuentos de crimen, terror y ciencia ficción que había visto el medio. Su herencia no se perdió. A principios de la década de los ’80 sus revistas no se reeditaban pero su espíritu había engendrado hijos y nietos bastardos en las publicaciones de Warren (Creepy, Eerie, Vampirella). Infinidad de creadores, entre ellos King y Romero, no podían quitarse aquellas imágenes fantasmagóricas de la cabeza. Creepshow (la película) nace como un homenaje a aquellas pesadillas inolvidables y a los anfitriones que les daban cabida, como «el guardián de la cripta», entre otros.

Las historias escritas por King capturan sabiamente la esencia primigenia. Incrementan, si acaso, la socarronería, permeables tanto a los epígonos de Warren como al ánimo deconstructivista de la época. Romero abraza el material con devoción cuasi maníaca que le lleva a reproducir, incluso, los más ostentosos tópicos de las historietas: las viñetas de bordes goteantes, los colores chillones que enmarcan los rostros desencajados, el cambio de las páginas, etc. La cinta tiene un toque grand guiñolesco pero como homenaje y celebración es un triunfo. Dice mucho de su compromiso que para la adaptación al papel se escogiese al alumno aventajado de Graham “Ghastly” Ingels: Berni Wrightson, cuyo currículo brilla con relatos espeluznantes como Jennifer (escrito por Bruce Jones). El artista se basó en las imágenes de rodaje (que reinterpretó a su gusto) y contó con la colaboración de su esposa Michelle en el coloreado.

Un primer punto de interés radica en la comparación entre ambos productos: las elecciones de Wrightson son muy diferentes a las de Romero. Paradójicamente, el ilustrador prescinde de los efectismos con que el director emparenta el fotograma con la plancha de cómic. Las páginas de Wrightson destacan por su sobriedad expositiva y aun cuando emule el tempo cinematográfico (por ejemplo: la muerte del conserje en La caja, pág.37) consigue efectos muy distintos a los filmados por Romero. Los expresivos claroscuros marca de la casa resultan más inquietantes que sus homólogos fílmicos y el color, no siempre afortunado (un poco chillón, para mi gusto), también trabaja efectos concretos (como los rojos crispantes del mencionado La caja o los hermosos cielos estrellados de La solitaria muerte de Jordy Verrill). Por el contrario, los textos de King son en el tebeo bastante invasivos. Romero los recortó, con buen criterio, primando la narración en imágenes. Asimismo, el director imprime un ritmo nervioso, más proclive al susto. Al prescindir de los breves prólogo y epílogo cinematográficos, que insistían en el carácter de juego metaficcional, la adaptación no se diferencia esencialmente de una revista regular. Llama la atención que ni siquiera se reprodujeran las secciones que sí tenían estas publicaciones y que también salen reflejadas en la cinta.

Wrightson se luce en este tipo de composiciones verticales (fragmento inferior de la pág.13)

Atendiendo al carácter autónomo de la propuesta, la puesta en escena de Wrightson es ejemplar. La interpretación de las acciones elude cualquier esclavitud con el material de partida. Ni siquiera le preocupa mantener las semejanzas con los actores, por lo que el dibujo no sufre del acartonamiento típico de quien depende de la referencia fotográfica. Los momentos más impactantes recaen sobre secuencias de viñetas verticales (Fiesta del padre, pág.13; La solitaria muerte de Jordy Verril, pág.27; La caja, pág.37) y alguna evocadora splash page (pág.18-19; pág.48). Un pero puede argumentarse: Wrightson no modifica un ápice su estilo, con lo que se pierde un poco del alarde homenajeador de King. El primer relato, Fiesta del padre, se enclava en una campiña de aire british, lo que evoca el cuento gótico. El segundo, La solitaria muerte de Jordy Verril, versa sobre un meteorito que cae del cielo con funestos resultados, lo que podría ser una suerte de descafeinado Lovecraft. La caja se mira en la tradición del cuento de monstruos. Etc. El trazo del dibujante les otorga una uniformidad estilística que tal vez no estuviera en su concepción.

El color -técnicamente exquisito para la época- y el formato álbum pueden enmascarar un hecho sustancial: rostros, figuras, ángulos de cámara, distribución narrativa, incluso las ropas, respetando los diseños del film, toda la batería de recursos desplegada por Wrightson ofrece un exquisito aroma demodé, como si quisiera mimetizarse con los artistas de Tales from the crypt, llevando el homenaje consciente al límite de la suplantación. Su pluma se adapta a tal cometido, sin resbalar ni un instante a su admiración por los grabados de Gustave Doré (Francia, 1832-1883), influencia omnipresente en gran parte de su obra dibujada. Aquí Wrightson mancha -no raya- y su visión anatómica se inclina ligeramente por la caricatura y la afectación, sin atisbos del naturalismo de, por ejemplo, la sensacional Frankenstein. El anfitrión cadavérico -que la traducción identifica como “Tío Creepy”, aunque es más evidente su deuda con los “guardianes” de la EC– redondea la jugada.

Como curiosidad, las piezas no siguen el mismo orden en el álbum que en el film. El aficionado al cómic en general y a Wrightson en particular apreciará la irónica semejanza entre el protagonista de La solitaria muerte de Jordy Verril (interpretado en el cine por el mismo Stephen King) y el monstruo de la ciénaga más popular de la DC Comics, al que años atrás diera vida, siguiendo los correctos guiones de Len Wein. Antes de su paso al mainstream americano, con obras estimables (aunque muy inferiores a sus trabajos previos para Warren) como Batman: The Cult, Creepshow fue uno de los pocos trabajos del artista que no fue publicado en el precioso blanco y negro que dominó como un maestro.

A lo mejor este desdichado hombre-planta les trae algunos recuerdos

En el debe me veo en la obligación de indicar que la traducción -no acreditada- yerra algunas veces, incluso asombrosamente (por ejemplo, llamando «cantina» a un «acantilado» o convirtiendo la expresión coloquial «rizando el rizo» en la extraña «con rizadura del rizo»). Es un aspecto que debería haber sido más cuidado, teniendo en cuenta, además, las fáciles comparaciones con su modelo fílmico.

De cuando en cuando Wrightson vuelve a colaborar con King (por ejemplo: El ciclo del Hombre Lobo; La torre oscura) con láminas que demuestran su amistad y la satisfacción de ambos por estas planchas. Romero y King también cruzaron caminos de nuevo en la segunda parte de Creepshow (bastante menos lograda) y en La mitad oscura, pobre adaptación de la novela homónima. Entonces, en el lejano 1982, los tres hicieron una gran labor rindiendo pleitesía a los estremecedores tebeos de su infancia, que en España conocimos tardíamente (ya en este siglo) gracias a las económicas ediciones de Planeta DeAgostini. Unos tebeos -permítanme añadir- que siguen siendo una delicatessen para los amantes genuinos de las emociones fuertes.

De modo que si un día no muy lejano, durante una visita a un tenderete o mercadillo, descuidado entre distintas ofertas, asoma este entrañable tomito del que les hablo, no se lo piensen un minuto. Llévenselo a casa. Pero eso ya lo sabían ¿verdad?

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Darkcloud
Darkcloud
Lector
8 abril, 2014 10:59

De la reedición de ésto nos olvidamos ¿no?

Elokoyo
Elokoyo
Lector
8 abril, 2014 12:13

Que recuerdos.

Yo tengo este album de Toutain básicamente por el dibujo de Bernie Wrightson. Que no digo que el guión sea malo -ni mucho menos- es más que entretenido y pasas un buen rato, pero para mí Bernie Wrightson es uno de los mejores ilustrtadores de todos los tiempos, al menos en lo que se refiere a su etapa de Creepy, EC y sobretodo su obra magna «Frankenstein».

Los cómics posteriores que hizo para DC como «Batman: The Cult» y «The Stranger»; o para Marvel: «Punisher P.O.V.» y «Spiderman: Hooky» bajan mucho en calidad gráfica. Pero es que previamente puso el listón muy alto.

De bernie Wrightson también destacaría de ésa época de Toutain los tomos de «La Feria de Monstruos», «La Cosa del Pantano» y los 3 tomos recopilatorios de Toutain de historias cortas de Wrightson.

Y para completistas 2 libros de Bernie Wrightson que están muy bien:

-«Studio»: en el que aparecen ilustaciones conjuntas de Barry Windsor-Simth, Bernie Wrightson, Kaluta y Jones. Es un libro muy raro de encontrar y que normalmente está a precios astronómicos -yo rara vez lo he visto por menos de 100€- y que es un recopilatorio de ilustraciones de cuando los 4 ilustradores compartían piso. En inglés, of course.

-«A Look’s Back»: Libro biográfico recopilatorio de Bernie Wrightson desde sus primeros dibujos y publicaciones hasta la época dorada de Frankenstein y un poco más allá. Hay entrevistas, comentarios, bocetos, ilustraciones a color y en blanco/negro… ¡UNA MARAVILLA! Al igual que el anterior es muy raro de encontrar y caro, pero afortunadamente por cosas del destino lo conseguí hace un par de años a buen precio y en excelentes condiciones de conservación. También está en inglés.

Y sus ilustraciones para «El Ciclo del Hombre Lobo» están muy bien, pero las que hizo para el libro «Apocalipsis» de Stephen King son muy buenas.

Lo dicho, uno de mis dibujantes favoritos de todos los tiempos y del que he leído todo lo editado en España aunque sólo poseo sus trabajos de mayor calidad.

Belanner
Belanner
Lector
8 abril, 2014 13:13

Stephen King + Bernie Wrightson? O_O

Tiene que ser una señor obra de terror. ¡Si se reedita (a buen precio) compro!

Elokoyo
Elokoyo
Lector
8 abril, 2014 15:15

Pues como no lo reedite Planeta dentro de su linea de Especiales de Creepy, lo veo complicado.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
8 abril, 2014 15:16

Me gusta Creepy (de hecho, me estoy haciendo la reedición de Planeta), aunque nunca han llegado a la excelencia de la EC. Me gusta Wrhigtson. Me gusta King. Y sin embargo, vete a saber por qué, no he leído esto. O, al menos, no lo recuerdo. Bueno; un motivo más para rebuscar por mercadillos. No hay mal que por bien no venga, dicen.

A mí las pelis me parecen simpáticas pero poco más.

Elokoyo; qué envidia me das. Lo que me gustaría poseer ese Studio.

Juan Luis Daza
Autor
8 abril, 2014 15:40

Genial reseña de una adaptación de la cinta de Romero y King que ni sabía que existía y con Wrightson de ilustrador, ni más ni menos. Aquí dejo mis críticas sobre las dos primeras peliculas de Creepshow, la tercera no la he visto pero dicen que es infecta:

http://transgresioncontinua.blogspot.com.es/search/label/Saga%20Creepshow

Elokoyo
Elokoyo
Lector
8 abril, 2014 15:55

Retranqueiro, el de «Studio» no lo tengo. Ojalá, pero no. Lo tuve en las manos, se conservaba bastante bien y pude echarle un ojo por encima. Las ilustraciones que venían de Wrightson ya las tenía en el libro «A Look’s Back», o al menos la inmensa mayoria. Las de Barry Windosr-Smith eran muy guapas y alguno incluso espectacular. Las de Kaluta y las de Jones en su linea. Y me pedían 100 € por el libro. Lo dejé en la tienda. Estuvo allí cerca de 2 meses mirándome en la estanteria hasta que alguien se lo llevó a su casa.

Si hubiera valido sobre 60… ó 75 € max. aun me lo hubiera pensado. Pero 100€ era exagerado.

Truvor
Truvor
Lector
8 abril, 2014 15:59

Recuerdo perfectamente el libro que menciona Elokoyo, «The Studio». Lo tenía el hermano mayor de un amigo, y yo cada vez que iba a ver a mi amigo a su casa me dirigía a la estantería, cogía el libro y lo codiciaba sin compasión. Las ilustraciones que mostraba de Wrightson y de BWS eran sencillamente descomunales (muy por encima de los otros dos autores), yo las miraba embobado, maravillado ante semejante arte. Yo no sabía ni quienes eran aquellos tíos, sólo sé que eran maravillosos. Las de Frankenstein eran sublimes. Y BWS tenía unas de Conan y del brujo Thoth-Amon deslumbrantes. Les hablo de la prehistoria, mediados de los ochenta, algo así.

Años después, el hermano de mi amigo se fue de la casa familiar, y con él desapareció el libro. Un libro cuidado, pero por aquel entonces bastante gastado. Y yo era el responsable principal, claro. No volví a verlo por ningún sitio. Si lo encontrara pagaría bastante por él (quizá 100 euros me parezcan demasiados, pero cualquiera sabe, igual me da una calentura). Al menos lo tengo en formato digital, por aquello de recordar viejos tiempos, pero nada que ver, por supuesto.

Mmmmmmhhh, quizá en la era de internet sea factible encontrar estas cosas.

Mmmmmmhhh, les dejo, tengo tarea pendiente.

Una última cosa, y ya no les molesto más. Por aquel entonces, otro ilustrador que me tenía maravillado por su estilo era Rodney Matthews, responsable de varias portadas de discos de rock (Magnum, Asia, Eloy…) y libros de fantasía. De éste si que pude comprar algunos libros de ilustraciones cuando mi poder adquisitivo me lo permitió.

Ains, qué tiempos…

LynLacie
LynLacie
Lector
8 abril, 2014 16:42

Ains..Esta reseña despierta mis más tiernos recuerdos…tiernos y terroríficos, ya que tuve pesadillas de pequeña al leer este cómic.

No tengo ni idea por dónde debe andar este cómic y si ni siquiera está aún por mi casa en algún lugar oscuro y olvidado, esperando agazapado a ser reedescubierto..
Pero el caso es que este es uno de los pocos cómics que recuerdo perfectamente aunque lo haya leído de pequeña.
La historia más terrorífica para mñi, fue la de la pareja de amantes enterrada en la arena, y un marido celoso…
La del meteorito a mi siempre me recordó a la cosa del pantano y justamente esa historia nunca me produjo ningún miedo sino una extraña sensación de ternura.

No sabía que el guión de cómic era de Sthephen King, me ha parecido entender eso. Desde luego el dibujo es magnífico y el guión también.
La película no la he visto.

En este caso aunque sea de romero, me quedo con la versión cómic, me produce más intranquilidad/mal rollo/terror leer el cómic que ver la película. De igual manera me ocurre con Walking dead, me quedo con el cómic de lejos.

Spirit
Spirit
Lector
8 abril, 2014 22:19

Vengo a aguar la fiesta. Bueno, no del todo, pero algo sí.

Este tomo, aún siendo estupendo e interesante, la verdad es que no está al nivel de las historias que el mismo whightson hizo para la Warren y cuyo culmen es la historia de Jennifer mencionada, con guión de Bruce Jones. El trazo aquí es más descuidado, menos elegante, más a pinón…aún así, uno de los mejores whightson, superior al tomo que menciona otro contertulio sobre el álbum de LA PARADA DE LOS MONSTRUOS, también de toutain.

Al hilo de esto mencionar que la misma editorial Toutain publicó varios álbunes recopilando la obra de Whightson realizada para fanzines, prozines, revistas alternativas y demás publicaciones de mala muerte, siendo el mejor de todos el titulado HISTORIAS DE LOS MALOS TIEMPOS, lleno de historias cortas en el estilo de las de la warrem y publicadas antes en las revistas de TOTEM de nueva frontera, especialmente en sus especiales dedicados al comic usa.

Ignoro, no obstante, cómo estos álbunes mencionados o como la propia obra objeto de la reseña o el mencionado álbum de freaks no han sido reeditados en estos tiempos, porque bien merecen la pena.

Advierto que no son difíciles de encontrar en tiendas de segunda mano, al menos yo los he ido pillando todos con el tiempo a precios de risa.

Al hilo de esto una pregunta para la gente de bien que sepa; hay una historia/ novela gráfica de neal Adams, que es una de mis debilidades, protagonizada por los monstruos clásicos (frankistein, hombre lobo, Drácula) y que se serializó en el creepy de toutain. La historia estaba estupendamente dibujada pero de guíon, del propio Adams, era un truño. La ví anunciada por Planeta tiempo ha pero nunca la he encontrado…se llegó a publicar en verdad?

Jeremy Brood
Lector
9 abril, 2014 0:42

Este album de Berni es una joya, pero que como todas las joyas de Toutain acaban hecho polvo por su encuadernado. Si alguno controla el Francés ( ejem, ejem…) Soleil sacó una edición tapa dura bastante chula, imitando el papel viejo en los margenes y con la portada Usa y la de la peli en la contra, en tapa dura y por solo 14 euros. Merece mucho teniendo en cuenta los 50 euros por el Album Toutain o los 100 dólares por el Usa que suele cotizar una copia en buen estado.

Se puede comprar por Amazon español

http://www.amazon.es/Stephen-King-Creepshow-SOL-US-COMICS/dp/2302022556/ref=sr_1_6?ie=UTF8&qid=1396996863&sr=8-6&keywords=creepshow

Jeremy Brood
Lector
9 abril, 2014 0:45

La trilogia de los Monstruos la publicó planeta, pero con el color informatizado de Adams. Igual que la americana. Jodió totalmente el dibujo.

Muchisimo mejor hacerse con los Creepy en los que salía.

Jeremy Brood
Lector
9 abril, 2014 0:52

Y no tener Feria de Monstruos en la tebeoteca es motivo suficiente para que te vaya Hulka a hacerte una visitilla… Un brutal tebeo que en la edición Toutain lleva el spoiler mas cabrón del mundo viñetero.

Por cierto, que planeta también publico la edición en blanco y negro y en tapa dura.

Y que nadie se pierda Alive, Alive ! el mejor Wrightson en muchos años.