Criminal Macabre: The Eyes of Frankenstein #1-4

 

Edición original: Criminal Macabre: The Eyes of Frankenstein #1-4.
Guión: Steve Niles.
Dibujo: Christopher Mitten.
Color: Michelle Madsen.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,99.

 

«A la vez que se enfrenta a ghouls muriendo a su alrededor y a su propia misteriosa enfermedad, el detective de lo oculto Cal McDonald se encuentra con el monstruo de Frankenstein, quien necesita un nuevo par de ojos. ¿Puede un rico artista, que clama ser la principal autoridad del mundo de lo sobrenatural, ayudar al monstruo a recuperar la visión?»

Hace unos meses os reseñamos el primer ejemplar de Criminal Macabre: The Eyes of Frankenstein en la sección en la que damos un rápido vistazo a todos los números 1 leídos en el mes de curso, más concretamente en Mundo Independiente: Reseñas Octubre. Por aquel entonces, yo mismo puse a la serie por las nubes diciendo cosas como «Tras más de dos décadas de aventuras, Criminal Macabre se ha asentado como un referente del género de terror en el que Steve Niles nos muestra – cada vez que nos regala alguna miniserie, que por ahora no podemos anunciar ninguna cabecera regular – que su éxito no solo depende del hype generado por la adquisición de los derechos de 30 días de oscuridad. Niles es un maestro del terror, y un gran guionista«. Siendo un producto tan asentado, escrito por alguien con tanta experiencia, difícilmente se puede cambiar de consideración tras leer la miniserie entera, pero… Siempre hay peros – positivos o negativos – y hoy os los explicaremos a la vez que nos adentramos un poco más en el mundo de Criminal Macabre.

Antes de nada, pongámonos un poco de situación. Criminal Macabre es un título creado en 1990 por Steve Niles que se ha publicado en Dark Horse Comics e IDW Publishing. Su debut lo encontramos en la antología titulada Fly in My Eye: Daughters of Fly In My Eye. Tuvimos que esperar un poco para su primera miniserie – ubicada en la también antológica Dark Horse Presents (ya en 1996). Después vinieron dos novelas de prosa y finalmente, en 2003, Criminal Macabre estrenó su primera miniserie independiente, con dibujos de Ben Templesmith. A partir de ahí, los tebeos de Cal McDonald se han sucedido sin pausa pero sin prisa. Y han disfrutado de auténticos genios como dibujantes: Kelley Jones, Kyle Hotz, Tim Bradstreet, etc.

Por lo que respecta al tono de la serie… Criminal Macabre está marcado por su protagonista: Cal McDonald, que viene a ser una especie de John Constantine (personaje con quien tiene muchos paralelismos); pero más equilibrado. No es un bastardo, pero sigue siendo un antihéroe. Padece alcoholismo y mal humor crónico, pero no es tan negativo como su compañero de DC Comics. En definitiva, es lo mismo pero diferente, como sucede con los superhéroes, que a pesar de compartir una misma base se nos presentan en mil formas y formatos.

Antes de adentrarnos en la parte crítica, dejaremos que el propio Steve Niles nos explique algunas cosas de la serie haciéndonos ecos de una entrevista publicada aquí.

Sobre lo que supone la miniserie para el protagonista: «Cal ha estado en un constante estado de cambio. Dudaría en decir que está evolucionado, porque parece que esté en una espiral fuera de control. Primero murió, luego volvió como un ghoul y ahora tiene una enfermedad con unos efectos secundarios muy extraños. Aunque está enfermo, se está volviendo más fuerte mientras todos sus amigos no muertos se debilitan. Cal necesita descubrir algo pronto antes de convertirse en el único ghoul superviviente«.

Sobre cómo se encuentra el personaje, anímicamente, tras lo sucedido en anteriores historias: «Cal está devastado. Hay una escena en el cómic en la que Mo’Lock ve a Cal abandonado un cementerio y le pregunta, ‘¿A quién estabas visitando?‘. Cal responde, ‘Sólo el hecho de que tengas que preguntar lo dice todo‘. Creo que eso resume las cosas para Cal. Hay un punto, cuando las cosas malas siguen sucediendo, que vamos en piloto automático. Diría que Cal está devastado y en piloto automático, ahora mismo«.

Sobre el dibujante: «Chris nunca deja de asombrarme con su habilidad para evolucionar como artista. Las cosas que está haciendo para Eyes of Frankenstein son maravillosas. Mitten se mueve en la línea que separa el miedo de la comedia perfectamente… Siempre vi el mundo de Cal como oscuro y raro. Un mundo como el que nosotros vemos, pero con inquietantes monstruos en las esquinas, donde nada es exactamente como vemos. Mitten lo expresa. Nunca sabes qué hay detrás de las sombras con Chris«.

Sobre el monstruo de Frankenstein: «Siempre me ha gustado el monstruo de Frankenstein. He escrito varios títulos con él como Frankenstein con Scott Morse, Wake the Dead y más recientemente Frankenstein Alive, Alive con Bernie Wrightson. Supongo que me atrae la inocencia del monstruo y su inesperada inteligencia. Esta versión del monstruo es muy bien hablada, así que me acerco un poco más a la versión de Shelley de la novela original. Es sorprendente que algo creado hace tanto tenga la resonancia que tiene. Es asombroso«.

Hoy voy a ser muy claro y esquemático con la reseña. Os voy a enumerar (y desarrollar) sus puntos fuertes:

– La caracterización: a pesar de utilizar tópicos – o gracias a ello -, todos los personajes de esta miniserie son fácilmente inteligibles y actúan de una manera adecuada según sus personalidades y estados de ánimo. No encontramos cinco clones que hablan entre sí como el mismo lenguaje y los mismos gestos. Cada uno de los «actores» de Criminal Macabre tiene su encanto, y por sí mismo.

– La accesibilidad: no es necesario haber leído nada de este universo para entender la serie. Niles hace un perfecto trabajo de contextualización, de manera que el lector entiende a la perfección lo que está sucediendo, sea conocedor o no de hechos pasados. Pasa exactamente lo mismo que con la caracterización. El buen trabajo de Niles hace que todo sea 100% accesible.

– El misterio in crescendo: la historia empieza con un misterio, al que se le une un segundo, un tercero, cuarto… Etc. Es interesante esa sumatoria de incógnitas que, hasta cierto momento, quedan irresolutas… Ya también es muy loable que todo se acabe resolviendo de una manera natural y lógica. Al final de esta miniserie quedan un par de dudas no resueltas… y se generan nuevas preguntas, pero… ¿qué gracia tendría un cómic protagonizado por un detective sino tuviese misterios?

– El arte: suscribo las palabras de Niles. El dibujante hace una labor excelente tomando lo mejor de dos mundos. La historia que narra Niles funciona tan bien porque el dibujante es capaz de mostrar los sentimientos de los personajes a través del papel. No olvidemos que todos ellos están en un punto de inflexión.

– La combinación de humor, acción y misterio: Criminal Macabre no se puede encasillar en un único género, y eso hace que la serie se disfrute más aún si cabe.

– El pero: Y aquí llegamos a la parte «negativa». Hasta que no se publiquen las siguientes miniseries no sabremos hasta qué punto es importante, pero al final de Eyes of Frankenstein nos encontramos con una modificación importante del status quo. Eso, en otros universos, significaría que estamos ante una miniserie de lectura obligada, o sea que debería haberse publicitado como tal. Es posible que las siguientes historias no sean tan accesibles si no nos hemos leído esta. Aunque también es posible que Niles continúe con su buena labor y este hecho no tenga la menor importancia.

Conclusión: Tras finalizar la publicación de la miniserie, las impresiones del primer ejemplar se mantienen y acrecentan.