Hace meses que el vicepresidente senior y editor ejecutivo Dan Didio anunció la intención de recuperar la riqueza que poseía el Universo DC antes de Crisis en Tierras Infinitas. Desde la discutida recuperación de la armadura verde de Lex Luthor, al regreso de las aventuras más galácticas de Adam Strange, las mentes creativas de DC nos han ido trayendo paulatinamente unos personajes deudores de los cómics de antaño. Desde luego, el culmen de este proceso llegará tras la nueva Crisis, sin embargo hace tiempo que sus efectos se dejan notar.
Cuando en 1985 Crisis en Tierras Infinitas hizo borrón y cuenta nueva al universo entero, los personajes vieron nuevos comienzos: George Pérez en Wonder Woman, Frank Miller en Batman, John Byrne en Superman, Mike Baron en Flash… nos dieron personajes más sólidos en cuanto a orígenes y motivaciones, mucho más en consonancia con los tiempos. Por entonces, el bagaje de todos los personajes era tan grande y sus orígenes tan lejanos, que una revisión se hacía imperativa.
Tras el gran éxito de la maxisaga, el efecto post-Crisis captó muchísimos lectores que disfrutaron del buen hacer de los autores en las años siguientes. Sin embargo, tras muchos altibajos en todas las series, los logros de Crisis se han desvirtuado y, en numerosas ocasiones, han trabajado en contra de sí mismos por culpa de más y más vueltas de tuerca. Fue culpa de guionistas desesperados por llamar la atención, agarrándose a cualquier cabo suelto que encontrasen en la historia de los personajes, intentando subirse al ya lejano carro del éxito de los primeros años de las renovadas series.
El burdo (aunque bienintencionado) intento de Hora Cero en 1994 por encauzar el lío temporal de la editorial hizo más mal que bien. Contrariamente a Crisis, que hizo literal limpieza con el multiverso, Hora Cero pretendía reparar fallos de continuidad y a la vez añadir nuevos elementos a la mitología de los héroes. Lamentablemente, Hora Cero no fue el éxito que buscaron, ni tampoco tuvo la calidad necesaria para ello, sus logros fueron pasajeros y sus innovaciones en los orígenes de los personajes, en su gran mayoría, rápidamente olvidadas, convirtiendo la saga en un crossover más en una época en que muchos lectores ya estaban cansados de cruces entre series.
Casi veinte años después de Crisis en Tierras Infinitas, el Universo DC se había convertido en la sombra de cualquier Tierra-1 o 2 de hace años. Aunque las series tenían un tono más adulto (ya se ha hablado antes de qué significa eso de “adulto” cuando hablamos de cómics), más meditado, todo más calculado, había sido en detrimento de la frescura y el espíritu aventurero que había hecho famosos a los clásicos. Muchas series se han ido arrastrando a través de los años con más pena que gloria (el caso de Superman, que tras El Reinado de los Superhombres no acaba de encontrar el norte, es particularmente doloroso, siendo uno de los pilares de DC), y en general cada serie parecía transcurrir cada cual en su propio universo.
La revolución actual, aunque parte de la algo tan concreto como es la largamente anunciada Infinite Crisis, hace tiempo que se ha ido desarrollando silenciosamente ante nuestros ojos. Aún está por ver el final del camino, pero lo que se ve desde aquí ofrece mucha esperanza:
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han vuelto los Green Lantern Corps, Jim Corrigan es un policía un tanto corrupto mientras el Espectro está completamente desatado, Adam Strange, Deadman, la recuperación de la JSA, Hawkman, el próximo relanzamiento de Martian Manhunter… El cariño que se ha puesto en series como Adam Strange no puede pasar desapercibido.
En lugar de deshacer como se hizo en Crisis en Tierras Infinitas, en lugar de cambiar las cosas como hizo Hora Cero, la actual actitud de DC es la de destilar lo mejor de hoy y de siempre de los personajes, dar a cada cual lo que merece, lo que les hace ser buenos. No ha hecho falta ni quitarle la aleta de la cabeza al Dr. Luz para hacerle temible. Cuando las cosas se hacen bien los artificios como las resurrecciones dudosas, cambios de uniforme y demás, sobran. La labor que está realizando Grant Morrison ahora con sus Seven Soldiers revitalizando personajes olvidados (o semi), la que hizo en su JLA Tierra-2 y en Animal Man, y la que va a realizar como supervisor tras la Crisis, está basada en su declarado amor por los universos pre-Crisis.
No quiero resultar hipócrita, en cierta medida sí se sirven de algunos trucos
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pero se ve claro que la intención es un regreso a los orígenes que en ocasiones sería imposible sin dar algún traspiés. Extrañamente, esa vuelta a los clásicos tiene matices, ya que parece que el nivel humorístico de la editorial va a bajar mucho: Didio ha renegado públicamente de cómics como las Ligas de la Justicia de Giffen y DeMatteis, o los Metal Men en general
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Lo dicho: mientras los autores pongan auténtico interés y auténtico amor en su trabajo, lo vamos a disfrutar. Al final, si un personaje es bueno, si está bien escrito, no va a importar que vista traje y corbata o una armadura verde y púrpura. Ahora a ver si son capaces de traer de vuelta a Halcón y Paloma.
Lo sé, esto es de hace muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho, pero me parece singular con lo que terminabas. Como volverá Alcón y Paloma: Brigest Day! Siempre existirán las vueltas de tuerca. Aunque siento que la editorial, con su proximo evento: Flash! tiene mucho que esforzarce para llegar a tal punto como lo fue la Crisis.
Yo estoy sorprendido y encantado con su regreso, aunque me gustaría ver algo parecido a las series que protagonizaron antes de Hora Cero. Por desgracia los dioses del Caos y del Orden ya no tienen lugar en esta Era de la Magia. Un día de estos les dedico un artículo.